martes, 19 de octubre de 2021

La muerte de Colin Powell y los antivacunas

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Los antivacunas no desaprovechan ocasión en su guerra. La muerte de Colin Powell por efectos del coronavirus y otras patologías previas, entre ellas un cáncer, les sirve para volver a la batalla. Powell tenía la vacuna con dos dosis y su muerte es utilizada para decir que "no son eficaces".

El tejido de mentiras y reescrituras de acontecimientos es el fuerte de aquellos que viven en el lado oscuro de la negación, capaces de captar con ellas a personas proclives a creer en este tipo de patrañas, frente a las cantidades ingentes de información por parte de los expertos, el sentido común y las evidencias.

En la CNN, junto a los titulares sobre la muerte de Colin Powell se encuentran ya los intentos de frenar a los manipuladores sobre las causas de su fallecimiento. La cadena norteamericana incluye una entrevista con la doctora Leana Wen, su analista médica. En su introducción se señalan ya las preocupaciones:

 

Former US Secretary of State Colin Powell died on Monday of Covid-19 complications. His family announced that he was fully vaccinated. He was 84 years old, and had multiple myeloma, a blood cancer.

Health officials worry that anti-vaccine activists will seize upon Powell's death to make the claim that vaccines don't work. If you can still die after being vaccinated for Covid-19, what's the point of getting the vaccine?


 

En Estados Unidos la lucha por la vacunación tiene unos componentes especiales dado el uso que Trump y el trumpismo hicieron de ella desde el principio, un desastre por el que el ex presidente debería pagar como responsable. No ha sido el único y vemos en estos días los intentos en Brasil de llevar ante los tribunales por mala gestión a su presidente, Jair Bolsonaro. Son cientos de miles de muertes en cada uno de los países debido a la gestión errática, negacionista e irresponsable de estos presidentes, al que se le podría añadir el caso de Boris Johnson, con otro repunte importante entre los británicos, para los que las mascarillas no son obligatorias.

La entrevista con la doctora Wen intenta ser un freno a las maniobras manipuladoras de los negacionistas. La propia figura de Powell les da alicientes. Powell fue republicano con Bush, pero estuvo del lado de Obama y de Biden, lo que le hace una presa especialmente golosa para negacionistas, en su mayoría del lado del trumpismo republicano.



La doctora Wen advierte sobre tres puntos esenciales: a) las vacunas no son eficaces al 100%, siempre hay un margen en los que no funcionan; b) las vacunas no duran para siempre, van perdiendo eficacia con el tiempo; y c) cuantas más personas estén vacunadas, mejor para el conjunto.

Los tres puntos son importantes pero —añadimos nosotros— son de naturaleza distinta: los dos primeros puntos son biológicos, el tercero no deja de serlo, pero es esencialmente social. Los dos primero puntos, eficacia y duración, se relativizan si hay más gente vacunada ya que se reducen los riesgos si se mantienen también las medidas de seguridad complementarias.

Con el invierno por delante, se inician una serie de procesos que pueden ayudar a la nueva expansión del COVID si se baja la guardia. Un elemento esencial son las mascarillas, molestas, pero necesarias. Basta salir a la calle para comprender que las actitudes ante la mascarilla son muy diferentes.



Las autoridades deben ser muy responsables en sus llamamientos y declaraciones de "finales". Deben ser muy cuidadosas para no dar a entender que estos se ha "terminado" porque la gente lo va a entender del modo más favorable y los antivacunas del más interesado para sus fines negacionistas, ya sean del virus o de las vacunas, dos modalidades distintas, muchas veces convergentes.

No es fácil convencer al que no quiere ser convencido, algo que en los antivacunas es muy resistente. La doctora Wen apela, al final de la entrevista, a los que los modelos muestran sobre las alternativas al desastre de muertes que Estados Unidos padeció:

 

A modeling study supported by the National Institutes of Health found that the Covid-19 vaccines prevented more than 139,000 deaths in the first five months they were available. By May 9, around 570,000 Covid-19 deaths had occurred in the United States. Without vaccines, 709,000 deaths could have happened.

The bottom line is that vaccines work. They reduce the likelihood of contracting disease and of getting severely ill and dying. They are not 100% because nothing is.

CNN: Can vaccines can also prevent a resurgence of the virus this winter?

Wen: Yes. It's encouraging that Covid-19 infection numbers are falling from the terrible delta wave that consumed the country this summer. However, another wave of infections is possible, especially with only 57% of the US population fully vaccinated. I agree with Dr. Anthony Fauci, who said this weekend that "it's going to be within our capability to prevent that from happening ...The degree to which we continue to come down in that slope will depend on how well we do about getting more people vaccinated."

Ultimately, the key to reducing everyone's risk from Covid-19 -- and to ending the pandemic -- is for all of us to get vaccinated. This protects us, and those around us.

 


En España, afortunadamente, los antivacunas tienen mucho menos recorrido y eso ha permitido un gran avance en las vacunaciones, el tercer punto. Pero en los Estados Unidos están en algo más de la mitad de la población, el 57%, con un problema añadido, el segundo punto, el de la caducidad. Cuanta mayor sea la lentitud en la vacunación de la población, los pocos que se vayan vacunando serán superados por aquellos cuyas vacunas están caducando, por decirlo así. Es decir, por cada nuevo vacunado tendremos cientos de personas cuyas defensas van perdiendo eficacia y necesitan nuevas dosis de refuerzo. Los primero vacunados deben ya volver a hacerlo a la vista de la pérdida creciente de la eficacia. Si están rodeados de personas vacunadas el riego es menor que si lo están por personas sin vacunar. Por eso la importancia de la cantidad es esencial.

En todos los países con vacunación avanzada, esta se ralentiza al llegar a un punto y puede que se estanque. Será el punto en el que los que queden sean los activistas antivacunas. Como se está llegando a este punto, observamos las reacciones cada vez más violentas en los países donde se plantea la obligación de vacunarse (Francia) o de enseñar el pasaporte COVID (Italia), el certificado de vacunación para acceder a determinados lugares.



Esto planteará un invierno "caliente" con estas luchas de resistencia. Los antivacunas o negacionistas se vuelven violentos, como hemos podido apreciar en España en la brutal paliza dada a un agente de Policía en el transporte público al indicar a un individuo que se pusiera la mascarilla. Esa violenta reacción es demostrativa de la presión social en que viven y de la resistencia que van a ofrecer, individual o colectivamente. La respuesta será más violenta cuanto más cercados se sientan en su rechazo a las medidas, como, en este caso, la mascarilla en el transporte público.

Es importante que se produzca una mentalización sobre que la vacuna es una parte del camino y no el final del COVID por los aspectos señalados. Por eso es importante que no queden huecos de vacunación. Pese a que se nos indica que la mayor parte de los casos graves se producen en personas que no se han querido vacunarse, los antivacunas utilizarán casos como el de Colin Powell para socavar el proceso. Por eso son importantes las campañas positivas, pero también lo frenar las campañas del otro lado, de los negacionistas.

 


* Katia Hetter, "Why vaccinated people dying from Covid-19 doesn't mean the vaccines are ineffective" CNN 19/10/2021 https://edition.cnn.com/2021/10/18/health/covid-19-vaccination-colin-powell-death-wen-wellness/index.html

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