jueves, 13 de febrero de 2020

La muerte anunciada del WMC

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Finalmente, la muerte del Mobile fue anunciada, como estaba previsto. Los organizadores se han visto obligados a echar el cierre en lo que terminábamos ayer señalando, reproduciendo el titular del Financial Times en febrero de 2019, "The Battle of Barcelona", dentro del marco de lo que anunciaban como la guerra más amplia, "Huawei vs US". Sí, hace un año y sin coronavirus.
Creo que todos saben lo que ocurre, pero pocos se atreven a decirlo. En La Vanguardia, titulan "Desconcierto del Gremi d’Hotels por la normalidad en otras ferias europeas". El agravio es evidente: ¿por qué otras ferias europeas pueden celebrarse sin problemas y el Mobile de Barcelona no? es la pregunta que muchos se hacen.
Nos cuentan en el diario barcelonés:

Antes de hacerse pública a última hora de la tarde de ayer la suspensión de la celebración del Mobile World Congress (MWC), el pre­sidente del Gremi d’Hotels de Barcelona, Jordi Mestre, había mostrado su desconcierto por la cadena de cancelaciones sufridas en la capital catalana mientras otras ciudades europeas, como Ámsterdam o Ginebra, mantenían sus actividades feriales. La ciudad de los Países Bajos inauguró ayer el certamen ISE (Integrated Systems Europe) con normalidad y Ginebra albergará el Salón del Automóvil del 5 al 15 de marzo.
“Barcelona tiene grandes especialistas de salud que han dicho que no había riesgo por el coronavirus, no entendemos las cance­laciones. Algún día nos explicarán por qué el Mobile se ha visto afectado y el ISE o el Salón del Automóvil, no”, lamentó Mestre. Empresas como Sony que participan en la cita de Ámsterdam habían decidido no acudir a Barcelona.
“No entendemos cómo hemos llegado a este punto tan extremo –insistió Jordi Mestre–; la semana del Mobile es de las dos o tres más importantes del año pero la potencia de la marca Barcelona está por encima de este contratiempo”.*


Pero ¿a quién le importan los especialistas en salud? Esta, por si alguien no se ha dado cuenta, es otra guerra, con otro tipo de virus en juego. Las pérdidas para Barcelona son multimillonarias, tal como señalan las distintas empresas y sectores que se ven afectados en cadena por la suspensión del congreso.
Como hemos señalado en días anteriores, la suspensión obliga a racionalizar la decisión, es decir, a señalar un nivel de peligro suficiente justificado. Primero se toma la decisión y después se justifica por unas condiciones que no se dan en la realidad, como recordaba el señor Jordi Mestre desde su responsabilidad del sector hotelero. Pero los hoteles no son el sector de la tecnología, en guerra declarada desde que el señor Donald Trump decidió que detuvieran a la hija del presidente de Huawei, vicepresidenta de la compañía. ¿La excusa? Haber violado las sanciones a Irán. De esta manera se situaba al competidor chino en el extremo peligroso, un aliado del régimen de los ayatolas, el enemigo de los Estados Unidos.


El juego de la política mundial puede ser muy enrevesado y la guerra del 5G es algo más que una cuestión de tecnología. Sorprende que los argumentos contra la compañía Huawei, con liderazgo mundial en ventas y en tecnología, haya sido acusada de espionaje, el argumento principal para prohibir su desarrollo en suelo norteamericano y presiones fuertes para que los países de la Unión Europea no lo usaran. Las presiones sobre Europa han sido brutales pese a los informes de los expertos en seguridad, los encargados por los gobiernos para revisar si había algo de cierto. Nadie ha encontrado nada y Huawei seguía dando garantías adicionales.

La posibilidad de ser espiados con el 5G, como muchos recuerdan, no afectó al 4G, con amplísima participación sin problemas de Huawei. Pero las empresas chinas han quedado reducidas a organizaciones como Spectra, los villanos de las películas de James Bond.
El Mobile no se podía celebrar por una sencilla razón: ausentes las firmas norteamericanas, la feria queda convertida en una "feria china" y eso era demasiado. La guerra tenía que entrar en pausa, una pausa que favorece a los Estados Unidos y que deja más aislada a China en cuanto a la tecnología.
Nadie tiene la más pequeña duda sobre la seguridad de Barcelona con los datos encima de la mesa. Por muchos intereses que podamos suponer para que se celebre, los intereses para que no se celebrará han estado ahí presentes.
Tiene su lógica que China haya suspendido su premio de Fórmula 1 y la Semana de la Moda de Shanghái. Es un territorio cerrado en los dos sentidos, entrada y salida, y las molestias que implica la seguridad de las cuarentenas convierten en insensato no hacerlo.
Pero el caso de Barcelona presenta una complicación muchos mayor, según se aprecia, por motivos añadidos a los problemas sanitarios. Solemos decir que el miedo no tiene lógica, pero el miedo forma parte ya de los activos con los que se trabaja en diferentes caminos para conseguir objetivos.
Finalmente no habrá World Mobile Congress 2020 y los organizadores se han apresurado a confirmar que sí lo habrá en el 2021. Mientras, la ciudad de Barcelona quedará con el estigma de que ha sido el coronavirus lo que ha hecho tomar la decisión. Tengo mis dudas.
Pero tenemos otro riesgo, este nacional. Responsabilizar a Barcelona por ello dentro de nuestras luchas internas. Esta batalla no se ha jugado aquí. Excede nuestras luchas provincianas.


* "Desconcierto del Gremi d’Hotels por la normalidad en otras ferias europeas" La Vanguardia 13/02/2020 https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20200213/473510610485/mobile-mwc-barcelona-cancelacion-impacto-gremi-hotelers.html

febrero 2019

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