martes, 18 de febrero de 2020

El cese de Garea en EFE

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Nuestros políticos abusan de los medios. Y lo medios abusan de la política. Por definición, la clase política necesita hacerse visible y, en el mismo sentido, busca el máximo de presencia que puede alcanzar. Para ello, los medios deben situarla en el centro de su trabajo. La función periodística acaba siendo la de llevar el mensaje político hasta la ciudadanía, que debe asistir absorta a sus debates, peleas, desencuentros, explicaciones de unos sobre los otros... Es todo un repertorio de subgéneros interconectados, de la entrevista al debate, las declaraciones con sus réplicas correspondientes, los eventos hechos exclusivamente para ser convertidos en flujo mediático, etc. La política es ya escenificación, un mostrarse más que un hacer. De esto se benefician los propios medios a costa de convertirse en repetidores de los mensajes de unos y en críticos en los de otros, según sea la proximidad ideológica.
La crisis de la prensa ha sido un elemento esencial en la pérdida de su identidad al hacerlos más débiles frente a la absorción política. La propia intensidad ha provocado una apatía saturada ante los actos y palabras políticas, que se quedan a un lado para practicar la acción callejera y ciudadana.


Hace unos días, al hilo de la sentencia judicial que reconocía el derecho a entrevistar a los presos y a la explicación en el caso de que no se autorice, las asociaciones de profesionales que habían llevado adelante la cuestión señalaban que tenían dos objetivos próximos: las ruedas de prensa sin preguntas y los vetos a medios o profesionales en el acceso a la información. Son dos piezas claves que muestran precisamente el papel que los políticos quiere jugar en el espacio mediático.
La Vanguardia recogía ayer el cese del director de la Agencia EFE, el periodista Fernando Garea, cuya despedida ha tenido un efecto preocupante por sus declaraciones:

En su carta de despedida ha agradecido a los trabajadores de Efe la lección de que “una agencia pública de noticias no es una agencia de noticias del Gobierno, ni siquiera una agencia oficial” y ha incidido en que, como está recogido en el Estatuto de Redacción, “Efe es propiedad de la sociedad en su conjunto”.
El periodista, que ha dirigido la agencia durante 19 meses, ha recordado que todos los partidos políticos se comprometieron a promover la elección parlamentaria de los presidentes de Efe y ha insistido en que “es imprescindible esa desgubernamentalización”.
Y en su despedida a los trabajadores ha recuperado el compromiso que asumió ante el Congreso de los Diputados: “Si al acabar mi mandato alguien se siente molesto, me gustaría que fuera antes el poder quien está molesto con mi gestión que la oposición. Creo que esa es la esencia de un medio público”.*



No le falta razón y sobre todo sentido común sobre lo que debe ser la información en una sociedad democrática. En España se produce un falso debate sobre los medios públicos, que acaban siendo medios que se miden por el grado de simpatía con el poder. Esta cuestión lleva años debatiéndose y no se soluciona porque es precisamente el que está en el poder quien debería dar el paso. Pero cuando se llega al poder, la pregunta que se hacen es siempre la misma: ¿por qué renunciar a aquello de lo que el anterior ocupante del poder se ha beneficiado?
Las distinciones hechas por Garea son muy pertinentes y las observaciones ajustadas a lo que debería realmente ser un medio al servicio del conjunto de la sociedad y no solo de unos gobiernos o incluso facciones del poder.
Los que llegan lo hacen con la lección aprendida de lo que ocurre cuando no se es suficientemente complaciente con el que te nombra. La despolitización de este tipo de medios o, como señala Fernando Garea, "desgubernamentalización" es esencial para una sociedad democrática que necesita cada vez de forma más trascendental la crítica ante el avance de los populismos, las post verdades y demás males que pervierten el panorama.



La conexión del poder y los medios siempre es problemática. Lo es más en una sociedad mediática como las nuestras en las que somos objeto del bombardeo cada vez más selectivo con la información. No hay medio que quede libre, con criterio propio, sino que debe vincularse a partido o facción de partido, como órgano de portavocía. La resistencia hacia ese destino debe ser clara en un mundo en el que la "comunicación" se opone a la "información". Desgraciadamente la primera está venciendo a la segunda.
La información ofrece al receptor la posibilidad de recibir lo que es importante para tomar las decisiones; la comunicación, en cambio, programa la respuesta y ofrece para que se produzca en un sentido determinado. La diferencia es la existente entre estar informado y estar manipulado en un sentido u otro. La vieja teoría de la existencia de medios múltiples como equilibrio o compensación se viene abajo cuando todos actúan de la misma manera, aunque sea en sentido opuesto. Solo nos queda escoger quién nos manipula.


El papel que la política ocupa en los medios es asfixiante y más si se contempla desde el nivel de agresividad existente entre los grupos. Los cálculos —por más que no lo reconozcan— les han fallado a todos y tenemos hoy una enorme cantidad de conflictos abiertos. Los conflictos no se resuelven sin tener el poder suficiente o alcanzar los acuerdos adecuados. Lo que hemos visto, en cambio, es la multiplicación de los agentes, con lo que produce una reducción e intensificación de la presión mediática.
El político le exige cada vez más a los medios. Los propios grupos se han convertido en productores de información a través de los nuevos medios surgidos de las Nuevas Tecnología de la Información, pero incluso así necesitan de los medios estándar.
Hoy todos los medios critican duramente la acción del gobierno al cesar a Fernando Garea. Es un muy mal ejemplo sobre la forma de actuar y poco coincidente con lo que se predica. El golpe no se le a dado a Garea, que sale aplaudido, sino a la propia EFE.
Lo dicho por Fernando Garea debe ser escuchado. Pero no creo que lo sea. Hay demasiado en juego.



* "Gabriela Cañas sustituirá a Fernando Garea al frente de la agencia EFE" La Vanguardia 17/02/2020 https://www.lavanguardia.com/politica/20200217/473635164088/fernando-garea-destituido-gobierno-presidente-agencia-efe.html

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