domingo, 2 de febrero de 2020

No soy un virus o frenar la xenofobia

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Lo hemos planteado ya dos veces anteriormente y lo seguiremos haciendo porque las bolas de nieve van aumentando de tamaño si no se las detiene. La información que se está dando en muchos medios o incluso instituciones no contribuye mucho a la solución del problema real, las infecciones, y contribuye a crear otro, el racismo y la xenofobia.
Lo más sorprendente es comprobar la falta de unidad de los propios medios. Es decir, en el mismo medio podemos encontrarnos artículos advirtiendo de la xenofobia y titulares con una actitud contraria, practicándola. Las causas son muchas y muy pocas tienen que ver con el coronavirus.

En España no nos libramos de la epidemia mediática; los Estados Unidos imponen su agenda con fuerza y nadie se separa del guión. A poco de empezar la situación con el coronavirus ya se percibía que se iba a plantear como una cuestión anti China. El 21 de enero publicamos aquí un post titulado "¿Tienen nacionalidad los virus?", anticipando que calificar como "virus chino", el "misterioso virus chino", etc. tendría consecuencias indeseadas sobre los ciudadanos chinos residentes en el extranjero, de trabajadores a estudiantes, pasando por los turistas, una comunidad creciente. Una semana después, el 28 de enero, publicamos otro post, mucho más directo "Coronavirus y metáforas de guerra". En él se criticaba la creciente forma de presentar la situación como una "guerra", lo que afectaría indudablemente al enemigo, que es invisible, pero cuya cara visible son ciudadanos chinos mayoritariamente. Las metáforas de guerra, como nos enseñaron George Lakoff y Mark Johnson, generan un pensamiento de guerra, con aliados y enemigos. Este post tenía su origen en las primeras palabras que escuché donde ya no se diferenciaban el virus y los ciudadanos chinos. Cualquiera pasa a ser un peligro potencial simplemente por serlo.
Entramos ya en la tercera fase. El miedo es el mayor peligro Ya lo están diciendo los expertos: se corre el riesgo de que socialmente no se pueda controlar lo que sanitariamente sí. Para el coronavirus hay medidas; para el miedo y la xenofobia no.


El gran problema comunicativo procede del lenguaje mismo y de nuestra forma de establecer categorías, de ahí el énfasis puesto en evitar la "metáforas de guerra", de las que ya hemos hablado.
En Euronews leemos el siguiente titular "#JeNeSuisPasUnVirus: Asiáticos en Francia sufren "una epidemia de racismo" por el coronavirus"; en la CNN leemos este otro: "UC Berkeley faces backlash after stating 'xenophobia' is 'common' or 'normal' reaction to coronavirus".
Empecemos por el último. Es grave porque proviene de un estamento como es la Universidad de California en Berkeley y de sus servicios de Salud:

Anxiety. Feelings of helplessness. Social withdrawal. Anger.
Those are some "common" and "normal" reactions to coronavirus, according to a now-deleted infographic posted to Instagram by University Health Services at the University of California, Berkeley. All might sound understandable.
But then, rounding out the list, the school listed this:
"Xenophobia: fears about interacting with those who might be from Asia and guilt about these feelings."
The backlash was widespread.*



Lo peor de la nota es que lo consideraba como "normalidad". Eso es lo que ha causado indignación en muchos y preocupación a otros. El post puede leerse de diferentes formas, pero es cierto que la lectura ambigua es la base de los problemas. Cuando se lee un texto y se saca una conclusión errónea, algo falla en el texto.
No es un problema de "corrección". Es algo más y que nos debería hacer reflexionar sobre cómo gestionamos informativamente las relaciones entre países, gobiernos, comunidades y culturas. Hemos acuñado términos como "islamofobia", pero todavía no hemos dado forma explícita a lo que supone una evidente corriente dirigida contra un país que se traduce en su efecto sobre las personas. Necesitamos un elemento que identifique claramente esta forma de actuar que se refleja en muchas situaciones e informaciones.
Leemos en el texto de la CNN:

The spread has come with increased xenophobia around the world, with one French newspaper touting a "New Yellow Peril?" as a headline, drawing backlash for its reference to an old ideology that targeted East Asians in Western countries.
People of Asian descent living in the West have already said they've been treated differently. One British Chinese journalist in London said a man quickly moved seats when he sat down on a bus.
Others have reported tasteless jokes online, too.
More than 30% of Berkeley's student body is of Asian descent, according to demographics data.*

La CNN crítica prácticas ajenas, pero no ve las propias. Si bien ha ido corrigiendo la formas de los titulares, no siempre ha sido así. En cualquier caso, por ejemplo, no es lo mismo decir "Fallece un paciente en Filipinas" que "Primera muerte por coronavirus fuera de China" (First coronavirus death outside of China). No hace falta mucha sutileza para comprender que el segundo causa mucha más angustia. Da igual que se diga después que el paciente se había infectado en Wuhan previamente.
Las noticias se derivan a la economía, señalando los costes para la economía china, pero también para las economías occidentales. El aislar tiene un precio y el miedo es un suplemento que interactúa con otros factores. Las actitudes negativas hacen reaccionar a los que no tendrían problema ninguno en salir porque están perfectamente sanos. De esta forma se produce una reacción negativa ante el trato negativo. Ya solo el turismo chino es una fuente de ingresos importante —de la que se habla poco por cierto—, que va a afectar a aquellos que contaban con ella.


El problema se vuelve más irracional —como se adelantaba en la información— cuando el miedo se extiende en función de los rasgos físicos. Todo el que tenga rasgos orientales pasa a estar bajo sospecha cuando el miedo se extiende. Da igual que lleven tres generaciones en los Estados Unidos o que nunca hayan pisado China; da igual que sean japoneses, vietnamitas, filipinos, camboyanos... todos son sospechosos para el xenófobo que desarrolla su mecanismo defensivo de forma agresiva. La indignación de la gente ante el escrito del Servicio de Salud de la Universidad de California es considerar "normal" la xenofobia, un término que es agresivo y va más allá de la mera prevención.
El Euronews leemos los efectos en Francia:

Esta semana los mensajes acompañados de la palabra #JeNeSuisPasUnVirus inundan las redes sociales. Estos testimonios se hacen eco del "hartazgo" de la comunidad asiática francesa señalada con demasiada frecuencia desde la aparición en China del nuevo coronavirus. Los mensajes subrayan las situaciones que los asiáticos en Francia -y no sólo los de origen chino- experimentan en su día a día.
Linh-Lan Dao, periodista de la televisión pública francesa, denunciaba la situación en redes sociales. Comentaba que insultan a la gente en el transporte público simplemente por el hecho de ser asiático. "No solo son chistes/odio en las redes sociales, la discriminación se produce en la vida real".
"Esta movilización es parte de un movimiento más grande. Los jóvenes asiáticos han sido muy conscientes de la cuestión de los estereotipos y el racismo antiasiático en Francia desde hace por lo menos tres cuartos de siglo. La primera manifestación grande fue en 2016, después de la muerte de Chaolin Zhang en Aubervilliers".
"Hoy en día, hay muchos jóvenes que se movilizan para denunciar los estereotipos y clichés que aseguran que los chinos son discretos, incluso frágiles, y ricos. Desde la explosión del nuevo coronavirus, han aparecido reacciones antiasiáticas y antichinas en los medios de comunicación franceses, así como en los internacionales, en Canadá, Inglaterra, etc. Y frente a esto, los jóvenes han compartido sus experiencias y expresado su ira en las redes sociales".
"El miedo al coronavirus es completamente irracional. La "Alerta Amarilla" o "virus chino" evoca una imagen como si todos los asiáticos fueran necesariamente portadores del virus. Pero para una persona asiática que vive en Francia y que nunca ha estado en Asia o China, o que no ha estado allí en los últimos tres meses, no tiene más probabilidades de infectarse que alguien de otro país.**



El caso de coronavirus está sirviendo para dejar al descubierto las reacciones xenófobas, anti chinas, existentes previamente. Los testimonios es lo que muestran. La comunidad china tiende a ser discreta en estas situaciones, pero como ocurrió en España con los bloqueos de miles de cuentas de los bancos a los ciudadanos de China, un episodio vergonzoso, estalla denunciando lo que hasta el momento había padecido en silencio.
Hay que distinguir los gobiernos, las políticas, los países, la cultura... de las personas. Ya lo dijimos el otro día. La xenofobia no es una reacción de normalidad ante nada porque ya existe anteriormente.
Los peligros de las guerras mediáticas contra países es que no se sabe hasta dónde penetran en la mente de las personas, muchas veces en la mente de personas predispuestas. Los hispanohablantes de los Estados Unidos han estado sometidos a acoso especialmente desde la llegada de Trump. No eran portadores de ningún coronavirus, pero eso daba igual. Hablar su lengua se consideraba, con las "metáforas de guerra" como un ataque a la "vida americana". Los incidentes en cafeterías, supermercados, autobuses, etc. donde la gente era recriminada por hablar en español muestran que se puede vivir en permanente miedo.


Los Estados Unidos acaban de señalar ayer nuevo países a los que se ha puesto restricciones de viaje. Para hacerlo se usa el término "seguridad nacional", con lo que se da a entender que son "enemigos", peligros potenciales. Los nigerianos han mostrado ya su asombro por una medida que los estigmatiza.
Durante los años de Trump de forma especial, los ataques a China se han intensificado y no se ha tenido demasiado cuidado en distinguir los gobiernos de las personas. China era "el enemigo", sin más explicación. Hoy la justificación es una epidemia que saca lo peor de muchos, el odio, mientras que necesitamos sacar lo mejor.
Termino de nuevo con llamadas a la solidaridad con los que sufren, que son hoy por hoy los que están enfermos y sus familiares. Los porcentajes de curación, nos lo dicen, es elevado, aunque su expansión es rápida. Toda muerte es triste, todo enfermo merece nuestra solidaridad. Es la línea que hay que abrir, no la del miedo xenófobo, por más que la Universidad de California lo haya considerado una "forma de normalidad". Hay que cuidar el lenguaje y la manera en que se informa y eso es responsabilidad de los medios y de los profesionales que están configurando la visión que tenemos del mundo y de lo que ocurre en él. Hoy el mundo se ha hecho pequeño y veloz, no hay muchas posibilidades de rectificar lo que se dice o hace. Por eso es necesario tener sentido de la responsabilidad e informar sin sensacionalismo, distinguiendo bien de qué y quiénes se habla. Muchos mezclan las cosas y no es bueno ya que añade un sufrimiento nuevo y crea fracturas difíciles de reparar.
Es más humano ofrecer nuestra solidaridad y apoyo a los que están fuera de su país y ya tienen bastante con la preocupación por sus familias y amigos. De nuevo lo hacemos desde aquí, modestamente, pero con afecto.



** "#JeNeSuisPasUnVirus: Asiáticos en Francia sufren "una epidemia de racismo" por el coronavirus" Euronews 31/01/2020  https://es.euronews.com/2020/01/31/jenesuispasunvirus-una-epidemia-de-racismo-cotidiano
* "UC Berkeley faces backlash after stating 'xenophobia' is 'common' or 'normal' reaction to coronavirus" CNN 2/02/2020 https://edition.cnn.com/2020/02/01/us/uc-berkeley-coronavirus-xenophobia-trnd/index.html

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