viernes, 7 de febrero de 2020

Discurso rasgado o de Pelosi a Rubio

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La imagen ha dado la vuelta al mundo: el vicepresidente Pence aplaude; Trump recibe el aplauso de la cámara, mientras Nancy Pelosi hace trizas el discurso presidencial. Nada mejor que esta imagen del discurso de la Nación para representar la profunda división y enfrentamiento de los Estados Unidos de estos años y lo que queda por delante. Ha dado la vuelta al mundo informativo y ya es meme eterno. Pelosi, de provocativo blanco, centrando la atención del mundo, haciendo algo imposible, robarle la cámara al presidente Trump.
Una vez liberado del peso del impeachment, Trump ha confundido una vez más lo que ha sucedido. En su mente narcisista, lo ocurrido es una "gran victoria". Nada más lejos de la realidad. Todo el mundo ha reconocido que lo que ha hecho Trump es impresentable y delictivo, un abuso de poder; lo que han salvado es sus propias cabezas incapaces de reconocer que ha pisoteado la imagen de los Estados Unidos, que ha dado un salto en el deterioro de la democracia al hacer de la inmoralidad una forma de gobierno amparada por las mayorías suficientes.
Lo que ha hecho Trump es poner en evidencia lo que falla en el sistema democrático cuando este no se basa en las conciencias sino en los aparatos de las mayorías y minorías, convertidos en mecanismos colectivos para satisfacer intereses.

La democracia se construye sobre la conciencia. La primera la del votante, que ejerce su derecho no solo pensando en él mismo sino también pensando en el bien común, en lo mejor para todos. Convertir el voto en una cuestión de egoísmo es el principio del declive, porque deja de ser un voto para la comunidad y pasa a ser el voto para uno mismo y contra otros. Es un problema que está en su origen y marca el conflicto esencial entre la persona y la comunidad inherente al gobierno y la política. Con Trump se manifiesta que la política ha derivado definitivamente a una mecánica numérica sin ningún sentido de la comunidad, carente de ética y moral. Todo queda entonces pervertido.
Uno de los mayores escándalos explicativos del voto a Trump ha sido el del senador Marco Rubio. En su sección The Point, el analista de la CNN Chris Cillizza se mostraba asombrado por los juegos mentales de Rubio. El artículo llevaba el expresivo titular "Marco Rubio's mind-blowing explanation of his impeachment vote"* y refleja el absurdo y la inconsistencia en la que se han adentrado los políticos republicanos al tratar de justificar su voto en favor del presidente. Escribe Cillizza:

Here are the key lines from Rubio's statement:
"Just because actions meet a standard of impeachment does not mean it is in the best interest of the country to remove a President from office. ...
"... I will not vote to remove the President because doing so would inflict extraordinary and potentially irreparable damage to our already divided nation."
So. What Rubio is saying is this:
1) Trump did the things in regard to Ukraine that have been alleged. ("New witnesses that would testify to the truth of the allegations are not needed for my threshold analysis, which already assumed that all the allegations made are true," Rubio wrote.)
2) Partisan impeachment is bad.
3) He is voting against removing the President.
So, and just hear me out on this, what if Rubio, who says he takes as true the allegations against Trump, voted to remove Trump. Wouldn't that make the impeachment bipartisan? And therefore nullify -- or at least mitigate -- the core of his argument that the country would see all of this as nothing more than a partisan affair?
And, more broadly, how can anyone read -- much less write -- this sentence and think that it all makes sense: "Just because actions meet a standard of impeachment does not mean it is in the best interest of the country to remove a President from office."*


Tiene toda la razón Cillizza al mostrar el desvarío y la desfachatez de Marco Rubio. Sin embargo, es el mecanismo de racionalización para no actuar contra Trump. Pese a saber que son ciertas las acusaciones, pese a haber impedido el acceso de testigos directamente con vetos y censuras, etc. los republicanos siguen defendiendo... ¿qué, realmente? No hay defensa más que de ellos mismos, pues Trump ha perdido por más que haya sido exonerado. No se ha demostrado que fuera "inocente", sino que sus jueces son "culpables".
Toda su teatralidad contra los demócratas no es más que una nueva maniobra histriónica para ocultar la realidad. Una vez más hay que insistir en el hundimiento moral del partido republicano, que es lo que Trump se llevará a su tumba política. No se mal interprete. Trump puede ganar las elecciones. Ha sembrado el suficiente odio como para que este aumente.
El envilecimiento del sistema logrado por Trump se fundamenta precisamente en hacer vivir lo negativo como positivo. El argumento de los republicanos de que "es mejor" que Trump no salga de la Casa Blanca es una forma de encubrir sus propios intereses políticos. Pero lo que anteriormente era una sospecha sobre el comportamiento de Trump, por lo que pudo pillar el voto de inocentes e incautos, ahora no tiene ese velo. Ahora es una cruda realidad de tener un candidato mentiroso compulsivo, narcisista, manipulador, insultante, machista, zafio e ignorante. Eso ha quedado en evidencia y los que le voten lo saben. El envilecimiento viene precisamente votarle a sabiendas, de hacerlo con pleno conocimiento.

A Trump solo le quedan dos argumentos: la economía y el victimismo heroico. Unos le votarán por uno u otro; otros los harán por los dos. El test al que se enfrentan los Estados Unidos es grave y lo ocurrido con el impeachment es solo la primera serie de preguntas. Trump consiguió en su lección cerca de tres millones de votos menos que Hillary Clinton. Incapaz de aceptarlo, siempre acusó a fraude de votos y le sirvió para cargar contra los hispanos. Su narcisismo le impide perder; son siempre los demás los que hacen trampas.
Las próximas elecciones pueden ser las más decisivas en los Estados Unidos porque serán en las que quede reflejado el estado de las conciencias y, por ello, el de la democracia. Trump no es solo un presidente; es un desafío, un reto de las sociedades democráticas que acaban eligiendo figuras autocráticas mientras miran para otro lado. Los argumentos dados por los republicanos —como en el caso de Marco  Rubio— no hacen sino pisotear los principios democráticos pervirtiendo el razonamiento. El problema es cuando los demás los hacen suyos y les valen para perpetuar este estado negativo.
La estrategia es la misma en todas partes: divide profundamente y da argumentos para mantener el odio y la intransigencia. Son los males de nuestras sociedades que se dejan seducir y arrastrar por estos personajes cuyos efectos, más allá de los votos, son preocupantes por lo que tienen de desintegradores de valores. Una democracia de intereses está condenada a ir a peor, a ser más conflictiva; una democracia de valores tiende a la convivencia y a reunir bajo esos principios que tienden a fortalecer a las comunidades.
Nancy Pelosi ha hecho un gesto arriesgado, pero muy claro. Marco Rubio, en cambio, se ha sumado a la incongruencia para tratar de salvar lo que no se puede salvar: una democracia que se basa en el engaño y el abuso. Son los actos, más que las palabras, las que reflejan el estado real de la política. es lo que ha hecho Pelosi al rasgar en público, ante el presidente, ante todos, el discurso. 



* Chris Cillizza "Marco Rubio's mind-blowing explanation of his impeachment vote" CNN The Point 1/02/2020 https://edition.cnn.com/2020/01/31/politics/marco-rubio-donald-trump-senate-impeachment-trial/index.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.