Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Pese a
nuestras seguridades, seguimos viviendo en cavernas acomodadas desde las que se
escuchan los sonidos inquietantes de la jungla próxima. La vida moderna crea
sus propios fantasmas, de los que no podemos prescindir. Son los temores a la
tecnología, a las radiaciones, a los escapes químicos, a las contaminaciones, a
los errores, a las conspiraciones... a todas las formas de amenaza posibles.
Las
imágenes hace un par de días de una carretera sembrada de pájaros muertos
despertó los temores colectivos. De Hitchcock a los auspicios romanos, los pájaros son signos de nos sabemos muy bien
qué, pero nos inquietan. Una carretera sembrada de pájaros muertos, de estorninos
(la especificación es importante), hace saltar el misterio y las alarmas. Los
mineros bajaban sus pájaros a la mina para detectar las emisiones de gas grisú.
Un
pájaro muerto no es buen signo. El titular de La Vanguardia hace dos días
señalaba: "Estorninos: la extraña muerte masiva de unos pájaros de vuelo".
En El Diario, con el titular "Los
Agentes Rurales sospechan que la muerte de los estorninos en Tarragona se debe
a una electrocución y no a la petroquímica", leíamos:
Una bandada de entre 100 y 150 ejemplares de
estorninos apareció muerta este domingo en la autovía que conecta Tarragona con
Salou. La proximidad a la instalación petroquímica que el mes pasado sufrió un
accidente en el que fallecieron tres personas encendió las alarmas por si las
aves podrían haber sido envenenadas por la presencia de tóxicos de origen
químico en la zona. Sin embargo, según los Agentes Rurales, los primeros
indicios descartan esta hipótesis y las sospechas se centran sobre una posible
electrocución con un cable de alta tensión cercano.
El hallazgo de las aves se produjo este
domingo a media tarde, cuando varios conductores que pasaban por la zona
filmaron los cuerpos sin vida de decenas de pájaros. Los mensajes se
multiplicaron en las redes y también se produjeron llamadas a Emergencias y a
los Mossos d'Esquadra. Algunos testimonios hablaban de olores sospechosos, que
relacionaban con la posible presencia de una nube tóxica. La zona está
relativamente cerca del polígono petroquímico de Tarragona, y también junto a
las zonas recreativas de Port Aventura.*
El encuadre de la noticia como "Política" no deja de ser sorprendente en esta noticia, pues desde la antigua Roma se ha dejado de considerar a los pájaros como señal de lo que puede ocurrir.
Que la
gente detectara olores extraños junto a los cuerpos de los estorninos muertos
ya es un efecto imaginario, el cuerpo pidiendo alejarse del posible peligro.
Tras
explicarnos algunos datos sobre el comportamiento en grupo de los estorninos,
el artículo de El Diario terminaba con la siguiente conclusión tranquilizadora:
El estado de los pájaros muertos encontrados
en Tarragona coincide, a simple vista, con una electrocución. Además los
vigilantes del medio rural recuerdan en el mismo lugar hubo un caso muy similar
en el año 2002, y entonces se determinó que había sido una colisión de una
bandada con una torre de alta tensión. Con todo, la investigación continúa
abierta y las autoridades esperarán a tener los resultados definitivos antes de
descartar definitivamente otras posibles causas para la muerte de las aves.*
Como se verá —no a simple vista, como dice la noticia—, la electrocución tampoco es la causa de este misterio "político".
La
proximidad de la planta petroquímica hizo a muchos sospechar sobre la
existencia de algún tipo de fuga o escape de emisiones tóxicas que, como en una
mina, había causado sus primeras víctimas en los pájaros que la podrían haber
sobrevolado.
Las
informaciones sobre la toxicidad de las emisiones de un vertedero por incendio en
Zaldívar crean un fondo de juicio que
hace que el que se encuentra con pájaros muertos junto a una central petroquímica
"conecte" alarmas. A su vez, las alarmas se producen en un contexto
permanente de miedo por las influencias de otro caso, el de los coronavirus, un
elemento constante desde hace un par de meses, en el que mascarillas, trajes
aislantes, enfermos en hospitales, noticias de muertes, etc. nos bombardean
haciendo que nuestra capacidad de juicio se encuentre alterada por lo que nos
rodea.
Sobre
el caso del vertedero leemos en el diario El
Mundo:
El pasado
viernes se supo que los análisis habían detectado dioxinas y furanos en el aire
en proporciones cuarenta veces superiores a los normales, como consecuencia del
fuego por la combustión de metano en la parte alta del vertedero, por lo que el
Gobierno vasco recomendó a los vecinos de los tres municipios citados que
cerraran las ventanas y no hicieran deporte al aire libre. No obstante, el
Gobierno vasco no tiene previsto cambiar las recomendaciones sobre la calidad
del aire para los vecinos de la comarca hasta que el próximo jueves se conozcan
los resultados de las últimas muestras de aire, con especial atención a los
parámetros sobre los furanos y dioxinas. Precisamente respecto a las medidas a
adoptar de cara a proteger a la población, la
experta del CSIC, Begoña Jiménez, que ha participado en la reunión de
la mesa, ha considerado que se está generando "una
alarma exagerada y quizá innecesaria", porque los niveles de
toxinas son "enormemente bajos". En este sentido, ha manifestado que
las medidas recomendadas, como cerrar ventanas y no practicar deporte al aire
libre "son oportunas y razonables" para minimizar la exposición, pero
cree que han supuesto "el efecto contrario", `porque la situación no
es para generar alarma. "Hay que
tener cuidado con el miedo", ha dicho.**
Sin
embargo, vivimos rodeados de "alarmas". Una noticia es una noticia,
pero un lector es todas las noticias que recibe, que se acumulan en su mente,
que interactúan unas con otras, que se amplifican por los efectos de las
anteriores. Nuestra mente trabaja de forma asociativa, conectando. Una noticia
es interpretada a la luz de las otras y el nivel de miedo aumenta. Por eso es
muy sensata la observación citada de Begoña Jiménez sobre las alamar exageradas
y su mensaje final: "Hay que tener cuidado con el miedo". El mismo
titular del artículo de El Mundo tranquiliza y, a la vez, inquieta: "Sofocado
el incendio en el vertedero de Zaldibar, aunque persiste el humo y no se
descarta que pueda reproducirse". Las buenas noticias no venden tanto, hay que acompañarla de temores, ansiedad, angustia. La noticia ya no es que se haya controlado, sino que se podría descontrolar. El futuro está abierto al miedo.
Lo
estamos viendo en estos días con la forma de informar sobre el Covid-19, como
ha sido rebautizado el CnV-2019, antes "coronavirus de Wuhan" y antes
el "coronavirus chino", una trayectoria muy significativa. Se sigue
leyendo, escuchando y viendo informadores que no saben de qué hablan, que solo
saben resaltar con mucho énfasis las víctimas —se les llena la boca, solemos
decir— sin explicación, contextualización ni confrontación con cifras
anteriores para saber la evolución.
2019 |
El caso
de los estorninos muertos ha puesto en marcha rumores sin fundamento que crecen
en este contexto de miedo en el que vivimos constantemente y que algunos
explotan con fines muy diversos. Se puede tener miedo a la inmigración, a que
te quiten tus trabajo, a que pierdas la pensión de toda tu vida, a que pierdas
el precario empleo que te han dado... a miles de cosas que generan tensiones,
estrés y que hacen de nuestra vida un desgaste angustiado. Cada vez se hace más
uso del miedo. Es la fuerza que es más fácil de usar, pero también la más
peligrosa. Sí, hay que tener cuidado con el miedo.
2019 |
Una vez
más hay que resaltar las prácticas alarmistas del diario El País. Su titular "Aparecen
decenas de pájaros muertos en los aledaños de la petroquímica de
Tarragona"*** es alarmista de forma innecesaria y, lo peor de todo, da por
hecha la hipótesis más impactante, la del escape de la industria. Bajo una apariencia
de dar simples datos, lo que se hace que sea el lector el que cargue con sumar
dos más dos. Lo más revelador es encuadrar la noticia bajo el rótulo de
"Industrias químicas". Más sorprendente es la entradilla de la noticia.
Tras el titular señala "Los Agentes Rurales descartan una nube tóxica pero
abren una investigación para aclarar las causas de la elevada mortalidad".
Sustitúyase el "pero" por un "y" y se percibirá la
diferencia que hay entre la "teoría de la ocultación" y la
normalidad.
De arriba abajo: 1) se encuadra como "industrias
químicas"; 2) en el titular se asocia la muerte de los estorninos con la
"proximidad" (aledaños) de la industria petroquímica; y 3) el
"pero" da a entender que aunque lo rechazan, cosa que efectivamente hacen,
va a abrir una investigación. El uso del "pero" induce a la sospecha
porque no da a entender que exista otra posibilidad. Equivale a decir
"decimos que no, pero por si acaso lo investigamos". Hay algo peor
que el sensacionalismo alarmista y es aquel que se disfraza de objetividad y
rigor. No hay ningún rigor en encuadrarlo en las "industrias químicas",
que es una simple presunción por parte del medio, que busca la "conexión contaminante"
en la mente de las personas, que se manifiestan contra centrales eléctricas,
químicas, vertederos tóxicos, etc. Y no hay rigor en la forma de redactar los
titulares y entradillas. Es más bien lo contrario, un uso ambiguo del lenguaje
para sembrar la duda. No es esa la función del periodismo y menos del
"periodismo de calidad".
De igual forma la "politización" del caso de Zaldívar hace que se introduzcan unos criterios diferentes sobre el triste siniestro. Pese a lo dicho por los expertos, muchos medios no están dispuestos a rebajar el peligro, pues eso reduciría el conflicto político y la responsabilidad por el caso. Es otra forma de juego, esta vez político, con el miedo. El titular de El Correo es claramente alarmista y su comienzo "Con mascarillas por las calles ante el desconcierto..." otra forma de conectar miedos en las mentes. De nuevo, hay que tener cuidado con el miedo.
¿Y los
estorninos?, se preguntarán. La Vanguardia de hoy reproduce las imágenes del atropello de la
bandada. La costumbre de volar tan juntos hace que el impacto, captado por unas
cámaras de vigilancia, sea mortal y masivo, dejando sobre el asfalto los
cuerpos de los pájaros. En diciembre pasado hubo otro caso "misterioso"
de estorninos en Gales. ¿Por qué no preguntarse por qué "caen"
siempre en carreteras, sobre el asfalto, y no diez metros más allá? La
hipótesis del atropello será la más verosímil. Pero ¿por qué privarnos del misterio?
Muchos
de los que se sintieron atraídos por el misterio
de los estorninos muertos se darán por satisfechos con lo que ven sus ojos.
Otros preferirán vivir en el temor y seguirán especulando sobre una carretera
sembrada de pájaros muertos. Otros, sencillamente, no se enterarán porque ese
día estaban haciendo otra cosa y contarán a sus amigos el extraño suceso. Otros
finalmente creerán que las imágenes están trucadas y todo es una conspiración
de las grandes industrias. El miedo es libre y la estupidez no debería pero
también lo es.
Cuidado
con los miedos; cuidado con la estupidez.
*
"Los Agentes Rurales sospechan que la muerte de los estorninos en
Tarragona se debe a una electrocución y no a la petroquímica" El Diario 17/02/2019
https://www.eldiario.es/catalunya/politica/Agentes-Rurales-Tarragona-electrocucion-petroquimica_0_996701109.html
**
"Sofocado el incendio en el vertedero de Zaldibar, aunque persiste el humo
y no se descarta que pueda reproducirse" El Mundo 18/02/2020
https://www.elmundo.es/pais-vasco/2020/02/18/5e4be393fdddff4f7b8b4598.html
***
"Aparecen decenas de pájaros muertos en los aledaños de la petroquímica de
Tarragona" El País 17/02/2010
https://elpais.com/ccaa/2020/02/17/catalunya/1581942629_223336.html
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