miércoles, 19 de febrero de 2020

El extraño misterio (ya resuelto) de la muerte de los estorninos o no juegues con el miedo que ya hay bastante

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Pese a nuestras seguridades, seguimos viviendo en cavernas acomodadas desde las que se escuchan los sonidos inquietantes de la jungla próxima. La vida moderna crea sus propios fantasmas, de los que no podemos prescindir. Son los temores a la tecnología, a las radiaciones, a los escapes químicos, a las contaminaciones, a los errores, a las conspiraciones... a todas las formas de amenaza posibles.
Las imágenes hace un par de días de una carretera sembrada de pájaros muertos despertó los temores colectivos. De Hitchcock a los auspicios romanos, los pájaros son signos de nos sabemos muy bien qué, pero nos inquietan. Una carretera sembrada de pájaros muertos, de estorninos (la especificación es importante), hace saltar el misterio y las alarmas. Los mineros bajaban sus pájaros a la mina para detectar las emisiones de gas grisú.
Un pájaro muerto no es buen signo. El titular de La Vanguardia hace dos días señalaba: "Estorninos: la extraña muerte masiva de unos pájaros de vuelo". En El Diario, con el titular "Los Agentes Rurales sospechan que la muerte de los estorninos en Tarragona se debe a una electrocución y no a la petroquímica", leíamos:

Una bandada de entre 100 y 150 ejemplares de estorninos apareció muerta este domingo en la autovía que conecta Tarragona con Salou. La proximidad a la instalación petroquímica que el mes pasado sufrió un accidente en el que fallecieron tres personas encendió las alarmas por si las aves podrían haber sido envenenadas por la presencia de tóxicos de origen químico en la zona. Sin embargo, según los Agentes Rurales, los primeros indicios descartan esta hipótesis y las sospechas se centran sobre una posible electrocución con un cable de alta tensión cercano.
El hallazgo de las aves se produjo este domingo a media tarde, cuando varios conductores que pasaban por la zona filmaron los cuerpos sin vida de decenas de pájaros. Los mensajes se multiplicaron en las redes y también se produjeron llamadas a Emergencias y a los Mossos d'Esquadra. Algunos testimonios hablaban de olores sospechosos, que relacionaban con la posible presencia de una nube tóxica. La zona está relativamente cerca del polígono petroquímico de Tarragona, y también junto a las zonas recreativas de Port Aventura.*



El encuadre de la noticia como "Política" no deja de ser sorprendente en esta noticia, pues desde la antigua Roma se ha dejado de considerar a los pájaros como señal de lo que puede ocurrir. 
Que la gente detectara olores extraños junto a los cuerpos de los estorninos muertos ya es un efecto imaginario, el cuerpo pidiendo alejarse del posible peligro.
Tras explicarnos algunos datos sobre el comportamiento en grupo de los estorninos, el artículo de El Diario terminaba con la siguiente conclusión tranquilizadora:

El estado de los pájaros muertos encontrados en Tarragona coincide, a simple vista, con una electrocución. Además los vigilantes del medio rural recuerdan en el mismo lugar hubo un caso muy similar en el año 2002, y entonces se determinó que había sido una colisión de una bandada con una torre de alta tensión. Con todo, la investigación continúa abierta y las autoridades esperarán a tener los resultados definitivos antes de descartar definitivamente otras posibles causas para la muerte de las aves.*

Como se verá —no a simple vista, como dice la noticia—, la electrocución tampoco es la causa de este misterio "político".
La proximidad de la planta petroquímica hizo a muchos sospechar sobre la existencia de algún tipo de fuga o escape de emisiones tóxicas que, como en una mina, había causado sus primeras víctimas en los pájaros que la podrían haber sobrevolado.
Las informaciones sobre la toxicidad de las emisiones de un vertedero por incendio en Zaldívar crean un fondo de juicio que hace que el que se encuentra con pájaros muertos junto a una central petroquímica "conecte" alarmas. A su vez, las alarmas se producen en un contexto permanente de miedo por las influencias de otro caso, el de los coronavirus, un elemento constante desde hace un par de meses, en el que mascarillas, trajes aislantes, enfermos en hospitales, noticias de muertes, etc. nos bombardean haciendo que nuestra capacidad de juicio se encuentre alterada por lo que nos rodea.
Sobre el caso del vertedero leemos en el diario El Mundo:

El pasado viernes se supo que los análisis habían detectado dioxinas y furanos en el aire en proporciones cuarenta veces superiores a los normales, como consecuencia del fuego por la combustión de metano en la parte alta del vertedero, por lo que el Gobierno vasco recomendó a los vecinos de los tres municipios citados que cerraran las ventanas y no hicieran deporte al aire libre. No obstante, el Gobierno vasco no tiene previsto cambiar las recomendaciones sobre la calidad del aire para los vecinos de la comarca hasta que el próximo jueves se conozcan los resultados de las últimas muestras de aire, con especial atención a los parámetros sobre los furanos y dioxinas. Precisamente respecto a las medidas a adoptar de cara a proteger a la población, la experta del CSIC, Begoña Jiménez, que ha participado en la reunión de la mesa, ha considerado que se está generando "una alarma exagerada y quizá innecesaria", porque los niveles de toxinas son "enormemente bajos". En este sentido, ha manifestado que las medidas recomendadas, como cerrar ventanas y no practicar deporte al aire libre "son oportunas y razonables" para minimizar la exposición, pero cree que han supuesto "el efecto contrario", `porque la situación no es para generar alarma. "Hay que tener cuidado con el miedo", ha dicho.**

Sin embargo, vivimos rodeados de "alarmas". Una noticia es una noticia, pero un lector es todas las noticias que recibe, que se acumulan en su mente, que interactúan unas con otras, que se amplifican por los efectos de las anteriores. Nuestra mente trabaja de forma asociativa, conectando. Una noticia es interpretada a la luz de las otras y el nivel de miedo aumenta. Por eso es muy sensata la observación citada de Begoña Jiménez sobre las alamar exageradas y su mensaje final: "Hay que tener cuidado con el miedo". El mismo titular del artículo de El Mundo tranquiliza y, a la vez, inquieta: "Sofocado el incendio en el vertedero de Zaldibar, aunque persiste el humo y no se descarta que pueda reproducirse". Las buenas noticias no venden tanto, hay que acompañarla de temores, ansiedad, angustia.  La noticia ya no es que se haya controlado, sino que se podría descontrolar. El futuro está abierto al miedo.
Lo estamos viendo en estos días con la forma de informar sobre el Covid-19, como ha sido rebautizado el CnV-2019, antes "coronavirus de Wuhan" y antes el "coronavirus chino", una trayectoria muy significativa. Se sigue leyendo, escuchando y viendo informadores que no saben de qué hablan, que solo saben resaltar con mucho énfasis las víctimas —se les llena la boca, solemos decir— sin explicación, contextualización ni confrontación con cifras anteriores para saber la evolución.

2019
El caso de los estorninos muertos ha puesto en marcha rumores sin fundamento que crecen en este contexto de miedo en el que vivimos constantemente y que algunos explotan con fines muy diversos. Se puede tener miedo a la inmigración, a que te quiten tus trabajo, a que pierdas la pensión de toda tu vida, a que pierdas el precario empleo que te han dado... a miles de cosas que generan tensiones, estrés y que hacen de nuestra vida un desgaste angustiado. Cada vez se hace más uso del miedo. Es la fuerza que es más fácil de usar, pero también la más peligrosa. Sí, hay que tener cuidado con el miedo.
2019
Una vez más hay que resaltar las prácticas alarmistas del diario El País. Su titular "Aparecen decenas de pájaros muertos en los aledaños de la petroquímica de Tarragona"*** es alarmista de forma innecesaria y, lo peor de todo, da por hecha la hipótesis más impactante, la del escape de la industria. Bajo una apariencia de dar simples datos, lo que se hace que sea el lector el que cargue con sumar dos más dos. Lo más revelador es encuadrar la noticia bajo el rótulo de "Industrias químicas". Más sorprendente es la entradilla de la noticia. Tras el titular señala "Los Agentes Rurales descartan una nube tóxica pero abren una investigación para aclarar las causas de la elevada mortalidad". Sustitúyase el "pero" por un "y" y se percibirá la diferencia que hay entre la "teoría de la ocultación" y la normalidad. 


De arriba abajo: 1) se encuadra como "industrias químicas"; 2) en el titular se asocia la muerte de los estorninos con la "proximidad" (aledaños) de la industria petroquímica; y 3) el "pero" da a entender que aunque lo rechazan, cosa que efectivamente hacen, va a abrir una investigación. El uso del "pero" induce a la sospecha porque no da a entender que exista otra posibilidad. Equivale a decir "decimos que no, pero por si acaso lo investigamos". Hay algo peor que el sensacionalismo alarmista y es aquel que se disfraza de objetividad y rigor. No hay ningún rigor en encuadrarlo en las "industrias químicas", que es una simple presunción por parte del medio, que busca la "conexión contaminante" en la mente de las personas, que se manifiestan contra centrales eléctricas, químicas, vertederos tóxicos, etc. Y no hay rigor en la forma de redactar los titulares y entradillas. Es más bien lo contrario, un uso ambiguo del lenguaje para sembrar la duda. No es esa la función del periodismo y menos del "periodismo de calidad".

De igual forma la "politización" del caso de Zaldívar hace que se introduzcan unos criterios diferentes sobre el triste siniestro. Pese a lo dicho por los expertos, muchos medios no están dispuestos a rebajar el peligro, pues eso reduciría el conflicto político y la responsabilidad por el caso. Es otra forma de juego, esta vez político, con el miedo. El titular de El Correo es claramente alarmista y su comienzo "Con mascarillas por las calles ante el desconcierto..." otra forma de conectar miedos en las mentes. De nuevo, hay que tener cuidado con el miedo.


¿Y los estorninos?, se preguntarán. La Vanguardia de hoy reproduce las imágenes del atropello de la bandada. La costumbre de volar tan juntos hace que el impacto, captado por unas cámaras de vigilancia, sea mortal y masivo, dejando sobre el asfalto los cuerpos de los pájaros. En diciembre pasado hubo otro caso "misterioso" de estorninos en Gales. ¿Por qué no preguntarse por qué "caen" siempre en carreteras, sobre el asfalto, y no diez metros más allá? La hipótesis del atropello será la más verosímil. Pero ¿por qué privarnos del misterio?
Muchos de los que se sintieron atraídos por el misterio de los estorninos muertos se darán por satisfechos con lo que ven sus ojos. Otros preferirán vivir en el temor y seguirán especulando sobre una carretera sembrada de pájaros muertos. Otros, sencillamente, no se enterarán porque ese día estaban haciendo otra cosa y contarán a sus amigos el extraño suceso. Otros finalmente creerán que las imágenes están trucadas y todo es una conspiración de las grandes industrias. El miedo es libre y la estupidez no debería pero también lo es.
Cuidado con los miedos; cuidado con la estupidez. 


* "Los Agentes Rurales sospechan que la muerte de los estorninos en Tarragona se debe a una electrocución y no a la petroquímica" El Diario 17/02/2019 https://www.eldiario.es/catalunya/politica/Agentes-Rurales-Tarragona-electrocucion-petroquimica_0_996701109.html
** "Sofocado el incendio en el vertedero de Zaldibar, aunque persiste el humo y no se descarta que pueda reproducirse" El Mundo 18/02/2020 https://www.elmundo.es/pais-vasco/2020/02/18/5e4be393fdddff4f7b8b4598.html
*** "Aparecen decenas de pájaros muertos en los aledaños de la petroquímica de Tarragona" El País 17/02/2010 https://elpais.com/ccaa/2020/02/17/catalunya/1581942629_223336.html











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