Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Los
temores a un Brexit sin acuerdo se van acrecentando en las mentes de los
británicos y del resto de la Unión. La incapacidad británica para dar forma a
lo que era un oscuro objeto de deseo, la salida de la UE, está superando los
límites de lo que es lo medianamente aceptable para la imagen, la paciencia y el ego de un
país. Allí donde se había jugado con el orgullo del "Rule Britania!"
ahora se percibe más bien como un escandaloso "¡sálvese el que pueda!". Todavía a mediados de 2018, se apostaba en los titulares por un "brexit blando". Hoy el panorama, votación tras votación, conspiración tras conspiración, dimisión tras dimisión, es mucho más oscuro, de noche cerrada.
Los
británicos pensaron (o les hicieron creer) que salir de la Unión Europea es
como el que sale del bar y vuelve a casa. Lo que no han entendido es que es
algo más parecido a cortarse un brazo y la diferencia ahora es hacerlo con
anestesia o sin ella. Le gustara o no, la Unión Europea es un cuerpo integrado
por los países que forman parte de ella. No es un "club" de países,
como se utiliza en ocasiones metafóricamente. No hay metáforas: los países son
la Unión, irse es desmembrarse, algo que afecta a ambas partes. No se está en
Europa; se es Europa. Por ello, salir, es un proceso de pérdida y traumático.
No porque sea la voluntad de lo que quedan hacer sufrir al Reino Unido, sino
porque tendrán que dejar muchos elementos que les han beneficiado y que ahora
no podrán tener en las mismas condiciones.
La
política seguida por los gobiernos británicos, especialmente los conservadores,
ha sido siempre la de la amenaza para conseguir privilegios. De esta forma, Reino
Unido se ha estado beneficiando de una
situación de eje: podía hacer negocios con todos a su aire pues había
conseguido conectar sus propias redes
a la europeas. Con su moneda propia, la libra, los británicos podían jugar por
todo el mundo y a traer a la City capitales hasta convertirla en la capital
mundial (un tanto oscura) de las finanzas.
El
titular de la BBC de hoy describe de forma descarnada la situación que se vive
en Reino Unido de los negocios: "Business ‘devastated’ by Brexit vote".
El artículo explica:
Business groups have said they are
"devastated" after Parliament's latest rejection of the prime
minister's EU withdrawal plan.
They urged MPs and the government to find a
solution and stave off the "nightmare" of a no-deal Brexit.
"The UK's reputation, people's jobs and
livelihoods are at stake," said CBI deputy director-general Josh Hardie.
And the Institute of Directors' Edwin Morgan
said businesses were "sick" of being stuck in "spirit-sapping
limbo".
Mr Morgan, the IoD's interim director-general,
said: "The Brexit merry-go-round continues to spin, but the fun stopped a
long time ago."
MPs are set to have another go at reaching a
Brexit compromise in another series of votes on Monday and Wednesday next week.*
Es un llamamiento dramático pues están viendo que las
promesas de vivir en el paraíso que les llevaron a votar por la salida no eran
más que humo. Hoy ven que pueden perder lo que tenía dentro de la Unión y
también lo que tenía por estar en la Unión, dos aspectos muy diferentes y con
los que no contaban. Usar una estrategia de que solo gano y no pierdo nada es
la peor que se puede usar. Los británicos se dan cuenta cuando se les van las
empresas que mucho de lo que tenían lo tenían precisamente por ser parte de
Europa, no algo propio británico, sino algo
europeo.
Un proceso de abandono similar es el que ocurre con los
cuestionamientos secesionistas catalanes en España. Los que calculan que todo
son ganancias engañan deliberadamente a
las personas.
Pero esto es lo que ocurre cuando la gente se deja seducir y
solo escucha los panoramas beneficiosos y cree realmente que van camino de la
felicidad y la perfección de estado. Los euroescépticos y los eurófobos han conseguido
convencer a la gente que los males les llegan por ser europeos, mientras que
los beneficios les llegan por ser de su país, una fantasía muy agradable, pero
no por ello menos fantasía.
La crisis económica vivida ha sido aprovechada para asegurar
que en solitario era posible alejarse del destino común. Como los experimentos
en estos campos no son sencillos, todo se lo han jugado a una sola carta. Los
resultados caóticos los estamos viendo ahora sobre la carne británica. Y hay
que ser muy necio para no comprender lo que significa.
The Washington Post publica un artículo de Chico Harlan con
el título "Frexit? Italeave?
After watching Brexit, other European countries say: No, thanks."
La idea que sostiene es precisamente esta, el recular de los populismos en sus
estrategias de salida de la Unión ante el desastroso ejemplo británico. Los británicos no sabían o no querían
saber dónde se metían. Pero ahora todos los sabemos:
ROME — Just three years ago, in country after
European country, populist politicians were drawing up plans to follow Britain
out the door. The French nationalist party leader spoke of a Frexit. The Dutch
far-right leader wanted a vote on Nexit. Some politicians predicted a
secessionist contagion. Might there be a Swexit? A Czech-out? An Italeave?
“Now it’s our turn,” the leader of Italy’s
ascendant far right, Matteo Salvini, said at the time about exiting the
European Union.
But the 2016 Brexit vote has spawned no
copycats. Nor did it lead to the crackup of the E.U. Even the most ardent
Brussels-bashing politicians have concluded it is better to stick with the bloc
than endure a messy, years-long divorce.
On Friday, the day Britain was supposed to
leave the E.U. and “take back control,” the British Parliament was still
fighting over how and whether to leave. Lawmakers rejected, for the third time,
the withdrawal deal negotiated between Prime Minister Theresa May and E.U. leaders.
The pound fell on fears that Britain will abruptly crash out of the bloc on
April 12, with massive disruptions to trade and travel.
Even if Britain manages an orderly departure,
economic forecasters say Brexit could dampen growth for years. And the political
and social divisions between “leavers” and “remainers” may persist.
Watching all this, the continent’s influential
Euroskeptic parties — from Scandinavia to the Mediterranean — have recast their
message. They have dropped calls to leave the E.U. and are instead advocating
for the less drastic approach of changing the bloc from within. The European
political scene has scarcely a party remaining advocating for a Brexit-style
departure.**
De ser así, algo habría que agradecerles a los británicos.
Vivimos por las experiencias propias y ajenas. En este caso, los errores del
Brexit son tan evidentes que hacen que los que eran ardientes partidarios de
sus propias salidas de la Unión escondan sus intenciones. No va a ser tan fácil
arrastrar a la gente contra sí misma, pues somos
Europa. Eso no quiere decir que no se siga intentando, solo que el énfasis
se pondrá en otros aspectos, como la destrucción de las instituciones desde
dentro mediante el obstruccionismo.
Reino Unido se desagarra, pierde vitalidad al separarse de
lo que ayudo a dar forma. Es una cuestión de actitudes, de cómo percibir la
realidad. Si ahora mismo hay problemas con el nacionalismo populista, pensemos
en lo que sería lidiar en el continente con gobiernos de esta orientación
frente a cualquier tipo de situación. La situación que se volvería a vivir es
absolutamente espeluznante. Nos hemos acostumbrado demasiado a la "paz
europea", a la concordia y a la convivencia. Basta echar la mirada hacia
atrás unas cuantas décadas, ver las ruinas de Europa, sus heridas y
enfrentamientos, para entender cuál es el sentido de una Europa unida, encaminada
hacia un horizonte común y no enfrentados de nuevo unos a otros, con fronteras
en disputa, territorios reclamados, problemas de inmigración internos, etc.
No
es fácil desmontar esto construido con esmero y pese a las obstrucciones de
muchos. Los británicos se están dando cuenta de esto. También muchos europeos y espero que españoles.
La separación de la Unión no es como el que se levanta de una mesa y se va con su plato. Es más orgánico, más doloroso. No nos hemos querido dar cuenta que ellos son nosotros y nosotros ya somos ellos. Ser europeos, algo más que un nombre.
*
"Business ‘devastated’ by Brexit vote" BBC 29/03/2019
https://www.bbc.com/news/business-47753125
** Chico
Harlan "Frexit? Italeave? After watching Brexit, other European countries
say: No, thanks." The Washington Post 29/03/2019
https://www.washingtonpost.com/world/europe/frexit-italeave-after-watching-brexit-other-european-countries-say-no-thanks/2019/03/29/7b6e059a-4be0-11e9-8cfc-2c5d0999c21e_story.html
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