El
gobierno de Egipto sigue su cruzada contra las personas pertenecientes a los
grupos LGTB o los activistas defensores de sus derechos. La insistencia de
estos días en defenderse de las críticas del informe de los Derechos Humanos
realizado por el Departamento de Estado norteamericano no sirve de mucho frente
a lo descarnado del día a día. La quejas, como señalamos, son ya una rutina del
ministerio de asuntos exteriores, que lo niega todo de forma retórica y
aburrida. Cada año, más de lo mismo.
Esta
vez son dos las noticias que aparecen en la prensa egipcia y muestran que no ha
cambiado nada en el terreno de los Derechos Humanos.
La
primera de ellas nos la trae Egyptian Streets y lleva por titular "‘‘No Flag of Gays’: Egyptians Checked for ‘Rainbow Flags’ at Red Hot Chili Peppers Concert"*.
Los hipotéticos lectores recordarán el "incidente" en el concierto de
una banda libanesa. En un momento aparecieron banderas irisadas entre el
público. A la publicación de las imágenes del concierto siguió una
investigación policial para saber quiénes habían sido capaces de profanar el
sagrado suelo egipcio ondeando banderas del mundo gay, del que uno de los
músicos era activista. La siguiente fase fue la identificación y detención de
personas a las que las autoridades consideraban responsables mancillar el honor
patrio y expandir una imagen falsa de la hombría local.
Egyptian
Streets nos trae al presente con el concierto celebrado de los Red Hot Chilli
Peppers:
On Friday night, American rock band Red Hot
Chili Peppers performed a concert for more than 10,000 people with the Pyramids
of Giza in the background.
Some concertgoers have posted on social media
their bewilderment after being asked by policemen upon entry whether they have
any “flag of gays”.
On Twitter, Samer Al-Atrush wrote that the
concert had high security. Among the items banned, Al-Atrush tweeted, were
rainbow flags often used in support of the LGBTIQ+ community.
“Entering Red Hot Chili Peppers concert at
Cairo Pyramids. Police officer asks: “you have no flags?” Asked what type of
flags responds: “flag for the gays. Not allowed,” wrote Al-Atrush in one Tweet.*
El
testimonio se repite a cargo de otros asistentes que recibieron la misma
pregunta al entrar. Uno de ellos señala que la Policía le confiscó una caja de
lápices de colores a su hija por temor a que fueran usados para dibujar una
bandera en el interior.
La
homofobia exhibida de forma constante por las autoridades egipcias forman parte
de una mal entendida campaña de imagen, porque entiende que con ella da un
ejemplo de "moralidad" que es respaldada por las dos autoridades
religiosas que amparan a los egipcios, las musulmanas de Al-Azhar y las coptas,
unidas en esta misma batalla. El gobierno se presenta así como el guardián de
la ortodoxia sexual, del mandato divino, al igual que hacen con las personas
que se presentan como ateas.
A los
ojos conservadores y tradicionalistas de los egipcios, esto significa
"liderazgo". Los males sociales empiezan por ahí, por la falta de
liderazgo. Significa, en términos locales, no ser discutido, sino inapelable,
asentar la verdad en palabra y forma.
Si además lo vendes como una conspiración para acabar con el islam y con Egipto
mediante la depravación, se presenta como una acción destinada a proteger al
pueblo. Unos días les toca al grupo LGTB y otro a las feministas, a los ateos o
a los que discrepan sobre cualquier estadística oficial, la titularidad de unas
islas regaladas o cualquier cosa.
A la
autoridad no se le discute y lo que se diga diferente es mentira. No hay más
vueltas.
Dentro
de esta homofobia institucional, recogíamos hace unos días la detención de una
mujer transexual por manifestar que el gobierno debería dedicar más a las infraestructuras
ferroviarias (algo que el presidente consideraba que carecía de urgencia) tras
la catástrofe ferroviaria de la Estación Ramsés de El Cairo hace unos días. La
detención solo era un aspecto de la noticia. Lo más relevante era el hecho de
destinarla a una prisión de hombres don el destino de la joven estaba más que
claro y peligroso. Se entendía —todos lo hacían— que era una forma de tortura
encubierta escudándose en que en sus papeles legales aparecía como "varón",
otra argucia administrativa ya que la autorización para el cambio de
identificación no llega nunca.
Con el
titular "Imprisoned trans woman Malak al-Kashif sexually assaulted,
subjected to forced anal examination in state hospital" Mada Masr nos
informa del destino de la joven trans:
Imprisoned trans woman Malak al-Kashif has been
sexually assaulted and subjected to a forced anal examination by employees of a
public hospital, according to a statement issued by the Egyptian Commission for
Rights and Freedoms (ECRF) on Monday.
Kashif, who was swept up in the post-Ramses
Station crash arrest campaign alongside over 70 others, has been held in
custody since March 6 when she was arrested from her house in a sting
operation.
In its statement, the ECRF called on the
Interior Ministry to stop the “inhumane treatment” Kashif is being subjected
to, calling it a form of torture. The rights organization called on authorities
to immediately release Kashif, adding that the ministry is responsible for any
physical and psychological harm she incurs while in police custody.
Kashif’s legal team do not know who ordered the
forced anal examinations but have pledged to take legal action against the
party responsible.
Forced anal examinations are routinely
performed by Egyptian investigators on detainees authorities identify as trans
women or gay men.
The practice has been widely condemned by human
rights organizations as having no forensic value and violating international
standards against torture. In October 2017, the World Medical Association
called for the prohibition of the procedure.
Human Rights Watch issued a statement following
the WMA call, saying that forced anal examinations “involve doctors or other
medical personnel forcibly inserting their fingers, and sometimes other
objects, into a person’s anus to attempt to determine whether that person has
engaged in anal intercourse,” describing the practice as having “no scientific
basis, violat[ing] medical ethics, and constitut[ing] cruel, degrading, and
inhuman treatment that can rise to the level of torture.”
In Egypt, “men and transgender women arrested
on charges of “debauchery” are systematically referred to the Forensic Medicine
Authority, a branch of the Justice Ministry, for forced anal examinations, and
the results are regularly used in court to put people behind bars on the
grounds of their presumed sexual orientation,” the HRW statement added.**
La afición de los médicos egipcios a meter los dedos donde
no deben es ya famosa. Los médicos militares lo hicieron para examinar la
virginidad de las jóvenes que protestaban en Tahrir en la revolución de 2011
(la única, por cierto). Se trataba, decían, de garantizar la virginidad en la devolución
de las jóvenes a sus padres, es decir, a sus guardianes, los responsables familiares.
Con eso se trataba de hacer dos cosas, intimidar a las manifestantes, por un
lado; por otro, más sutil, se enviaba un mensaje a la sociedad de que las
sentadas pidiendo la caída de Mubarak era una especie de orgía permanente. Las
autoridades egipcias son maestras en el diseño de este tipo de mensajes.
Los exámenes anales para "comprobar" actividades
sexuales son una especie de tortura camuflada de ciencia, que lo único que hace
es certificar —una vez más— el uso torticero, malsano y falaz de este tipo de
procedimientos crueles. Pero el régimen, igual que hacía con los exámenes de
virginidad, solo busca la tortura física y psicológica de las personas. Es lo
que mejor se le da porque lleva décadas con estos procedimientos que adquieren en
la época de al-Sisi toda su vergonzosa intensidad. Es el precio que los
ciudadanos pagan por tener un líder tan virtuoso y preocupado por el bien del
pueblo.
Lo que se está haciendo con Malak al-Kashif es una infamia,
algo que no tiene nada que ver con la justicia, la sanidad o cualquier otro
aspecto invocado. Está pagando las obsesiones sádicas de un régimen que se
presenta virtuoso cuando tienes las mayores cifras de acoso sexual del planeta,
las cifras más altas de mutilación genital femenina y que sigue sin controlar
los matrimonios de menores, que se hacen con todo descaro.
¿Cómo se va a acabar con la violencia sexual en la sociedad
si se practica por parte del estado mismo? ¿Cómo se van a evitar las agresiones
si es el estado el que agrede y tortura, el que usa las instituciones como
castigo? Pueden vender la felicidad embotellada, las sonrisas en las campañas
publicitarias, las maquetas de grandes proyectos a los inversores..., pero la
triste realidad es que el dolor sigue existiendo de la mano de aquellos que
deberían evitarlos.
Malak al-Kashif no tienen derecho a nada, no es "humana".
Ha cometido la osadía de protestar porque el sistema ferroviario tiene
carencias y negligencias. Y ella, por ser como es, no tiene derecho ni a
protestar ni a vivir. Para que lo aprenda, se la envía a una cárcel de hombres,
así comprenderá que por mucho que cambie o se sienta diferente, ella solo será
"él", siempre quien le diga la autoridad y lleve un sello. Será
humillada con vejaciones, violaciones y exploraciones por ser transexual porque
como egipcia es una propiedad de militares, policías y jeques, que son quienes
deciden por ellos desde que nacen hasta que mueren o desaparecen cuando lo
autoridad pertinente lo decide.
Seguiremos informando de esta situación porque no se debe
dejar caer en el olvido.
* "‘No
Flag of Gays’: Egyptians Checked for ‘Rainbow Flags’ at Red Hot Chili Peppers
Concert" Egyptian Streets 16/03/2019
**
"Imprisoned trans woman Malak al-Kashif sexually assaulted, subjected to
forced anal examination in state hospital" Mada Masr 12/03/2019
https://madamasr.com/en/2019/03/12/news/u/imprisoned-trans-woman-malak-al-kashif-sexually-assaulted-subjected-to-forced-anal-examination-in-state-hospital/
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