Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
muerte asesinado de Raed Fares tiene una triple tristeza, la de cualquier ser
humanos, la del periodista crítico y la del activista sirio de la Primavera
Árabe. Son tres dimensiones que tienen su sentido en un mundo que lo va
perdiendo poco a poco. Como sirio, Fares ha vivido un drama que no acaba por la
mezcla de intereses que se han concentrado y, especialmente, por no tener que
sentarse a discutir qué pasará después, el verdadero problema político. En
Siria, lo que menos le importa a la mayoría es el pueblo sirio, su sufrimiento inagotable.
Importa más el poder que las personas que sufren y eso ha quedado demostrado en
cada paso de un proceso en el que se entremezclan las guerras propias, las de
los vecinos y las de aquellos que desean no perder la influencia en la zona.
Siria es como una intensa salsa concentrada en la que es difícil distinguir los
ingredientes.
Los
diarios El Mundo y El País recogen la noticia del asesinato de Fares, dando
cuenta de su pertenencia al grupo maldito, el de los que quedaron en medio, el
de los activistas que querían regímenes democráticos en los países árabes y
fueron arrollados por los partidarios del régimen de Al-Asad por un lado y de
los grupos radicales islámicos por otros. Una vez más se repite el drama: nadie
apoyó a los demócratas que quedaron expuestos a los juegos de poder de las
fuerzas de la zona. La ausencia de tradición democrática, prácticamente sin
existencia, en Oriente Medio ha hecho que el sueño que les hizo despertar un
día y levantar sus banderas y principios se convirtiera en una lenta caza
despiadada de aquellos a los que todos veían como un peligro. Defender la
democracia no tenía respaldo ni de los dictadores laicos ni de los religiosos.
Las guerras y conflictos que sucedieron tras los primeros levantamientos no
eran más que disputas por el poder, como se pudo apreciar. Los demócratas se
fueron desengañados, unos al exilio, otros al silencio y otros murieron a manos
de cualquiera. Lo que era un sueño de progreso se convirtió en la constatación
de que muchos preferían vivir al amparo de sus protectores, hipotecando sus
libertades que no apreciaban. Era mejor saber con quién tenías que negociar
cada día en un marco de corrupción generalizada que tener que vivir si jurar
fidelidad a nadie.
La ausencia de tradición democrática hacía preferir los
viejos modelos familiares, con élites generosas pagando la sumisión que arriesgarse
a lo que los "jóvenes" proponían. Y los
poderosos de la zona, como la retrógrada Arabia Saudí, no estaban por
experimentos democráticos. Apoyaron a los que les parecían más fiables y los
han sostenido económicamente, como a Egipto, respaldando a su ejército y
asegurándose así que el "gran pacto" funcionaba.
El
"gran pacto" ya lo habían desarrollado los dictadores: no acojas a
mis enemigos y no acogeré a los tuyos. Así nadie movía la silla del otro. De
esta forma, ante el recelo occidental de cómo acabaría el levantamiento, los
reyezuelos y dictadores militares conseguían la prometida estabilidad en
ciertas zonas mientras otras, como Siria y Libia, se mantenían en guerra o como
versiones árabes de Mad Max. Siria y
Libia sirven de recordatorio de lo que ocurre cuando la gente quiere
libertades. Así se lo recuerdan en Egipto o demás lugares en los que se ha
"vuelto al orden" perdido. Han conseguido que la gente ame a sus
dictadores como salvadores frente al caos que aseguran que trae la democracia.
Da igual que sea al contrario, que se confunda "autoritarismo" con
"estabilidad" y "democracia" con "desorden".
Dictadores, reyezuelos y emires han conseguid convencer a los suyos de que la
democracia es un perverso invento occidental, de descreídos, y que los
verdaderos creyentes deben obedecer a los que les aseguran su estabilidad y un
poco de pan.
Lo
ocurrido con el asesinato cruel de Jamal Khashoggi, el periodista disidente saudí
que desde las columnas de The Washington Post reclamaba libertad de expresión
para el mundo árabe, que pedía espacios para poder saltarse el "gran
pacto" de silencio y complicidad es un ejemplo de lo que ocurre cuando las
voces críticas toman protagonismo.
El
asesinato en Siria de Raed Fares entra en esta dinámica del silencio haciendo
callar las voces disidentes que quedan y siguen contando las oportunidades
perdidas a los que quieren escucharlas.
Con
fuentes de EFE, El Mundo recoge el asesinato:
Un grupo de hombres armados ha asesinado este
viernes al reconocido activista Raed Fares y a su colega Hammoud Junayd en la
provincia siria de Idlib (noroeste), considerada el último bastión opositor en
Siria.
El ataque, que tuvo lugar sobre las 11.30
hora local (09.30 GMT) en la localidad de Kafranbel, se produjo cuando unos
encapuchados abrieron fuego contra los dos opositores, que trabajaban en la
emisora Radio Fresh FM en Idlib, dijeron a Efe fuentes de la emisora, que
pidieron no ser identificadas.
Según las fuentes, Fares ha fallecido en el
hospital media hora después de ser tiroteado, mientras que Junayd ha muerto en
el acto. Se desconoce la autoría del ataque y, hasta el momento, ningún grupo
lo ha asumido.
Asimismo, señalaron que "todo Idlib está
conmocionado" por la muerte de los dos activistas, considerados como unos
de los "símbolos de la revolución", en referencia a las protestas que
comenzaron en 2011 y que desembocaron en un conflicto que se prolonga durante
siete años.
El movimiento de activistas 'The Syria
Campaign' ha aseverado que los dos opositores fueron asesinados, sin dar más
detalles. Según esta ONG, Fares había sido amenazado tanto por "grupos
terroristas" como por "simpatizantes del régimen" de Bashar
al-Asad por "su trabajo revolucionario".
Raed Fares, junto a más colegas, entre ellos
Junayb, crearon en 2013 la emisora Radio Fresh FM para lanzar mensajes contra
el extremismo y para denunciar los ataques que se sucedían en la región,
fronteriza a Turquía.*
Tan
sensible a lo simbólico, el mundo árabe sabe su fuerza y entre unos y otros van
acabando con aquellos que representan un obstáculo para la manipulación de la
memoria colectiva. No interesan símbolos vivos de lo que ha ocurrido.
La
manipulación de la historia ocurrida en Egipto, en donde los revolucionarios
han ido desapareciendo y han sido convertidos por la narrativa del régimen en
"agentes occidentales" destinados a acabar con la "prosperidad"
del país y a destruir su unidad, que queda definida como la fusión de
"pueblo" y "ejército", es un buen ejemplo de lo molestos
que son aquellos que se niegan a ocupar los roles que esas historias falsas les
asignan.
Desde
esta perspectiva, es interesante considerar la extensa forma de dar la noticia
por parte del diario estatal Ahram Online (con información de AP), un indicador del estado del
régimen egipcio y de las microfisuras
que se producen por el control informativo.
Esta es
la forma en que se presenta a Fares y se cuenta su muerte:
Gunmen in Syria’s rebel-held northwestern
province shot and killed on Friday a prominent anti-government journalist who
was also a sharp critic of Islamist militants.
Raed Fares’ U.S.-funded Radio Fresh station
provides news of the conflict to Syria’s northern provinces and is a source for
international news outlets which have largely stayed away from the
opposition-held areas amid rising lawlessness.
Fares’ killing was a blow to the few
independent voices that have continued to promote nonviolence and democratic
change in the war-torn country.
In a June op-ed in The Washington Post, Fares
lamented that the U.S. had cut funds to Syria’s opposition areas, including the
radio station he founded in 2013 in his hometown of Kafranbel in rebel-held
Idlib province. He said such a move would only feed extremism.
“As a journalist and activist, I felt I had a
duty to counter the fundamentalist narratives that are spreading among people
who have no other source for hope in our war-torn homeland,” Fares wrote in the
Post on June 28. His station provided training and jobs for hundreds of young
activists and citizen journalists.
“If it weren’t for us and other independent
voices, terrorists would be the only source of information about Syria locally
and internationally. For that reason, the terrorist groups (and the regime) see
us as a direct threat.”**
Parece que los asesinos de todos los bandos leen mucho The
Washington Post últimamente. Su mensaje coincide con la necesidad de voces
independientes en el mundo árabe, voces que denuncien las manipulaciones de
unos y otros, expresada también por Jamal Khashoggi en su columna póstuma en el
diario norteamericano.
Las últimas voces acogidas por medios norteamericanos (o la
Deutsche Welle, como en el caso de Alaa Al-Aswani, el escritor y periodista
egipcio) parecen molestar más de la cuenta. Son recordatorios de que la reescritura
del pasado realizada por los diferentes regímenes y tendencias no es aceptada
por todos.
Radio Fresh, el medio creado por Fares, cumplía una función
disidente. Era la tercera vía, la más olvidada, la democrática, una vía entre
el autoritarismo militar y el autoritarismo integrista de diferente pelaje. No
se ha conseguido mantener una agenda mediática internacional suficiente sobre
ellos, un foco de atención continuado. La labor de The Washington Post en este
sentido es importante al ofrecer espacio entre sus páginas para que se conozca
la situación de aquellos que fueron ensalzados como héroes y después
abandonados a su suerte en gran medida. Demasiadas alianzas, demasiados
silencios y concesiones a los que no hacen sino mantener un juego retorcido
volviendo a situaciones de represión cada vez más intensas.
El final del artículo de Ahram Online señala:
In his op-ed in the Post, Fares said he had
seen militants regrouping in the absence of support for the less radical
opposition.
“Syria’s democratic future relies on our
success,” he wrote.
Mohammed Katoub, a doctor who supports health
facilities in rebel-held areas, said public figures and civil society activists
are increasingly under threat in northwestern Syria by militant groups. He said
at least 13 doctors have disappeared since 2018.
“I think the targeted people are all public
figures and community leaders who believe in the same values of humanity,
dignity, justice and liberty,” Katoub said. “You can’t know (Fares) without
loving him, his smile, his optimism, his hopes for Syria, (his) way of thinking
and creativity.”**
El plan de hacerlos desaparecer entre unos y otros sigue en
marcha. Son el recordatorio de que se ha fracasado en Oriente Medio, que su "paz"
será engañosa, cimentada en la represión, en casos como el de Khashoggi o Raed Fares,
en desapariciones forzadas, en muertes en caminos y en celdas de comisarías,
con gobiernos negando el conocimiento y otros creyéndoles.
Oriente Medio no saldrá de esta como esperaba. El integrismo
no desaparece. El terrorismo se seguirá manteniendo en una historia manipulada
y acabará ocurriendo lo previsible: su uso como chantaje constante para que se
acepte el status quo basado en la represión. Se seguirán dando por
"aceptables" regímenes que dicen combatir el terrorismo y librar de
él a Occidente. Una gran farsa.
Raed Fares ha muerto con la conciencia tranquila. Hizo lo
que esta le indicaba y trató de dar a conocer lo que allí pasa cada día. Pero
eso no interesa a la mayor parte. No interesa que se sigan haciendo visibles
los sueños de un futuro democrático que les libre de la corrupción y la
represión, que lleve la educación y no se base en la ignorancia y en el clientelismo.
En septiembre, Fares se fotografiaba con sus hijos en una manifestación en Kafranbel. El futuro por el que luchaba y por el que combatía con la palabra, la ironía y los hechos que vía y sufría.
La guerra de Siria es un gigantesco monumento a la falta de sentido, a la incapacidad internacional de sobreponerse a sus propios intereses. En su página de Twitter se definía así: "Media Activist, Kafranbel in Syria, Kafranbel Media center, Radio Fresh FM, URB Civil Organization. The Syrian Revolution Against Dictatorships, Assad & ISIS". Mantenía la idea de una "revolución siria" capaz de dar un futuro mejor para sus hijos. Habrá que esperar mucho para que ese futuro pueda llegar.
"Somos seres humanos, no insectos", le hacían decir en la caricatura de Liza Donnelly. Muchos lo olvidan.Descanse en la única paz posible. Mis condolencias a su familia y a los sirios que apuestan por un futuro de libertades.
* "Asesinado un reconocido opositor sirio en la
provincia de Idlib" El Mundo / EFE
https://www.elmundo.es/internacional/2018/11/23/5bf83589e5fdea16158b463c.html
**
"Prominent Syrian activist killed in rebel-held province" Ahram
Online / AP 23/11/2018
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/8/317825/World/Region/Prominent-Syrian-activist-killed-in-rebelheld-prov.aspx
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