Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Son
diversas las hipótesis que se pueden barajar sobre el asesinato de siete
cristianos coptos y una treintena de heridos en una encerrona terrorista camino
del monasterio de San Samuel el Confesor, en la provincia de Minya, en Egipto.
Van desde la casualidad del ataque —poco probable— hasta la búsqueda de más
amplia notoriedad con motivo de la inauguración del "Foro Mundial de la
Juventud", organizado por el régimen para mayor promoción internacional del
presidente al-Sisi.
El Foro
es un escaparate doble: promocional de al-Sisi a efectos internos y de llamada
a los inversores extranjeros aparentando una "tranquilidad" y "estabilidad"
que se demuestra más ficticia que otra cosa con un atentado de estas
características. La respuesta al día siguiente en la prensa aseguraba que los terroristas
muertos eran los que habían tomado parte en el asesinato de los coptos. Una
demostración de asombrosa eficiencia en marcado contraste con la ineficiencia
demostrada por la falta de seguridad y vigilancia que les costó la vida a los
coptos asesinados en el mismo lugar donde murieron otros 28 en 2017. El
mecanismo de propaganda trabaja siempre sobre estas respuestas rápidas con las
que se trata de mostrar una firmeza que es respuesta. Es lo habitual del
sistema de "compensaciones" lo que hace dudar. Un sistema eficaz es
el que evita atentados y no tanto el que dice haber matado a sus responsables
al día siguiente. La eficacia es preventiva, no vengativa. Pero para la imagen
del régimen, la idea de castigo es importante, aunque no sirva de demasiado
consuelo.
Por
otro lado, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, no es fácil tapar los
fallos del sistema que han dado lugar al atentado. Partamos del principio de
que no siempre es fácil evitar atentados. La seguridad total, como sabemos,
desgraciadamente no existe. Pero sí existen aspectos elementales como son la
vigilancia de los objetivos principales, especialmente si ya se ha producido en
un lugar (camino del monasterio de San Samuel el Confesor) y con un tipo de
víctimas, los coptos.
La idea
de que en Egipto solo existe una "verdad" y que esa es la determinada
oficialmente por las autoridades tiene sus límites. Estos quedan marcados por
los datos, por un lado, y por la paciencia de las víctimas, que pueden soportar
las cosas hasta ciertos límites, marcados por el daño causado y la frecuencia
de los ataques. La paciencia de muchos coptos, como sabemos, quedó desbordada
hace ya tiempo ante lo que consideran inoperancia en unos casos y abandono en
otras.
Ante la
avalancha de informaciones sobre el Foro —en el que parece que apenas se habla
de la Juventud o si se hace solo salen al exterior los mensajes del presidente—
Mada Masr ha optado por centrarse en el atentado, recogiendo las primeras
discrepancias entre la versión oficial del ataque y las dadas por los
afectados, los coptos, a través de las autoridades del monasterio de San Samuel.
El
medio independiente señala la divergencia entre las versiones:
Hours after Friday’s attack, the State
Information Service released a statement quoting a security official who
claimed that the victims took side roads to reach the monastery because “the
main road to the monastery was closed upon security instructions, given its
dangerous location in the desert borders of the governorate, and due to a lack of
telecommunication network coverage in the area.”
Church officials have directly contradicted
that account. In a statement issued on Tuesday that cites survivors’
testimonies, the Maghagha and Adwa Archdiocese said the buses used the main
entrance to the unpaved road leading to the monastery, “and not any other
roads, as has been claimed.”
Meanwhile, a monk who guards the gates of the
monastery tells Mada Masr that there
are no side roads leading to the monastery and the unpaved road where the
attack occurred is the only route in.
Friday’s attack occurred at the midway point of
the road, approximately 10 km from the monastery and the main entrance to the
road, according to sources inside the monastery.
The monk, Daoud al-Samouili, adds that the
security checkpoint at the entrance to the road is only stationed there from 6
am to 6 pm and that the buses carrying the victims arrived at the entrance to
the road before 6am. “Perhaps to avoid accusations of security negligence for
not having the checkpoint, they said that the buses took a side road, which
people know does not exist,” he suggests.
Acostumbrado a tener la última palabra —la única, en
ocasiones—, la versión oficial queda en evidencia ante los testimonios de los
que están en el lugar del atentado y ya lo han padecido en dos ocasiones. Si
los microbuses atacados pasaron por el control dentro de su hora, quiere decir
que entre el control y el monasterio les estaban esperando los terroristas para
el atentado. Eso implica que estaban avisados del paso de los vehículos desde
alguno de los puntos anteriores. La retirada de la vigilancia a las 6 de la
tarde deja al último autobús en pasar en manos de los terroristas. Como
siempre, la rutina es la mejor aliada de los atentados. El Ejército y la
Policía egipcios han sufrido encerronas por su rutina y por las informaciones
que les llegan sobre ellas. Recordemos un atentado, comentado aquí, en el que
esperaban la llegada del vehículo policial, que fue ametrallado y rematados sus
ocupantes con la mayor tranquilidad. Sabían por dónde iban y no tenían más que
esperarles.
Cuando se producen atentado como el ocurrido contra los
coptos, exactamente en el mismo sitio y en condiciones similares, esto quiere
decir que la prevención falla, que las medidas de seguridad son peor que
insuficientes, que son previsibles. No hay más que ajustar el plan del atentado
a la rutina para que este funcione a la perfección.
La inexistencia de esa carretera alternativa, señalada por
las autoridades del monasterio, deja en evidencia el plan de vigilancia de la
zona. Peor todavía es que no se haya solucionado la cuestión de la cobertura
telefónica entre el puesto de control y el monasterio, lo que deja a los
viajeros en una zona de silencio en la que está a expensas de cualquiera que
decida atacarlos sin poder usar forma de aviso.
Se recogen en el artículo de Mada Masr las demandas
anteriores de seguridad y los límites de las establecidas:
According to Samouili, after last year’s
attack, visits to the monastery were halted before resuming again several
months later but restricted to just one day a week, on Fridays. A second
security checkpoint was also established in front of the monastery gates. Yet
those measures appear to fall far short of church demands for improved security
precautions following the May 2017 ambush.
According to the statement issued Tuesday, the
Maghagha and Adwa Archdiocese made several demands for improved security
measures last year, including a permanent security presence at the entrance to
the monastery road, a police patrol to secure trips to and from the monastery,
paving and lighting the road, installing surveillance cameras and reinforcing
mobile coverage to facilitate communication in the area. None of those demands
appear to have been met.
La cuestión de la "seguridad" es esencial para la
imagen del régimen del al-Sisi ya que toda su construcción política se centra
en este aspecto, en el de la amenaza en sus distintos niveles. En la cuestión
de los coptos se añade una línea paralela que es la de la "unidad de los
egipcios", en donde se asegura que no existen diferencias entre unos y
otros, entre musulmanes y coptos, todos hijos de Egipto. Pero las
probabilidades no se reparten de igual forma en cuestiones de seguridad, ya que
los coptos son objetivo prioritario del Estado Islámico, que juega con
determinados factores sociológicos que desmienten esa "igualdad"
teórica afirmada desde el régimen.
En su cobertura del atentado y tratando de hacer justicia a
la memoria de aquellos asesinado en la mitad de un camino, Mada Masr abre hoy
su edición con un artículo recogiendo los testimonios de los que han
sobrevivido y de sus familiares, que recogen la crueldad de los asesinos y su
total frialdad.
On Friday morning, Youssef Shehata and nine of
his relatives prepared to visit to the St. Samuel Monastery, also known as the
Monastery of the Virgin Mary at Qalamoun.
As they were returning from the monastery,
masked assailants intercepted the microbus. According to Shehata, they aimed
their guns at the passengers and said they had a message for the women on
board. “My cousins said that the attackers told them, ‘We will kill the men and
children and leave you to live the rest of your lives in misery.’”
He shares more details from the stories he
collected from the survivors. “The microbus driver tried to flee, but the bus
was surrounded by the attackers,” he relays. “They killed the driver first,
shooting him in the head. Then they stopped the bus completely and no one could
get away.”
Esa idea de dejar a las mujeres vivas para que sufran y
vivan en la "miseria" revela mucho de la psicología criminal del
Estado Islámico y de su comportamiento. En estos días se están descubriendo,
según han informado los funcionarios de Naciones Unidas, fosas comunes con
miles de cadáveres, fruto de las "limpiezas" realizadas por los
terroristas en su deseo de "normalizar" los territorios que ocupaban
como paso a la constitución de ese "estado" regido, a sangre y fuego,
para alcanzar la perfección de sus antepasados, de su edad de oro.
Quienes padecen ese dogmatismo de la ortodoxia, llevada a la
crueldad infinita y la locura sangrienta disfrazadas de pureza y virtud, son
aquellos que dentro de su visión integrista se alejan del centro de la
doctrina. Los cristianos y los sufís han sufrido en sus propias comunidades la
fuerza sanguinaria del dogmatismo inhumano.
Esa idea de matar selectivamente para sembrar el dolor a lo
largo de las vidas de los que dejan es de un retorcimiento que debería hacer
ver su crueldad infinita, su inhumanidad. Las condenas deben se plenas y venir
de aquellos que prediquen la tolerancia. Pero "predicar" no es
suficiente para proteger las vidas.
Las versiones oficiales del régimen sobre lo ocurrido no
satisfacen a los afectados por el atentado y, lo que es peor, deja abierto el futuro
a más atentados si no se corrigen los problemas y la falta de eficacia y
recursos manejados hasta el momento.
En el primer día del Foro, el presidente al-Sisi se vio
obligado a hablar de la libertad de culto
o de no tener culto alguno (algo dudoso por el encarcelamiento de "ateos")
en Egipto, de la reforma del discurso
religioso, algo que no estaría en su agenda y que hubo de repetir por
enésima vez ante los invitados al Foro de un país seguro en el que se acababa de asesinar por motivos religiosos. El
atentado terrorista tenía unas víctimas bien seleccionadas, los coptos, y un momento
adecuado, la concentración de periodistas y medios por la celebración de ese
evento estrella de la propaganda del régimen.
Extender la idea de que los coptos eligieron un camino peligroso y que son ellos los responsables de su propia muerte no es el camino de tener un país "seguro". Si los coptos viven bajo amenaza (es una realidad), la vigilancia no puede ser prohibir el acceso al monasterio, sino garantizar la normalidad de su vida. Y no es eso lo que ocurre.
Los coptos siguen insatisfechos, pero tienen que contener
rabia e indignación ante la falta de medidas para que no sea contraproducente. Están cautivos de un sistema que
siempre ha jugado con que es mejor una pobre vigilancia que ninguna vigilancia. La rabia va por dentro.
* "Archdiocese contradicts state narrative
about Minya attack" Mada Masr 7/11/2018
https://madamasr.com/en/2018/11/07/feature/politics/archdiocese-contradicts-state-narrative-about-minya-attack/
** "‘We will kill the men and children and
leave you to live the rest of your lives in misery’"" Mada Masr
6/11/2018 https://madamasr.com/en/2018/11/06/feature/politics/we-will-kill-the-men-and-children-and-leave-you-to-live-the-rest-of-your-lives-in-misery/
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