Es
mucho el tiempo en que el presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, lleva
insistiendo en la necesidad de cambiar el discurso religioso. Se pueden
construir ciudades, levantar presas, realizar carreteras que den la vuelta al
país..., pero no es tan sencillo cambiar el discurso religioso. De hecho,
insiste tanto en ello que se puede comprobar la falta de eficacia del mensaje,
que debería haberse resuelto la primera vez que lo dijo. Pero no es nada
sencillo.
El
presidente lo suele hacer en momentos clave y a veces se enfada porque no se le
hace caso. Hemos dado fe de ello aquí en varias ocasiones, cuando lo ha hecho.
Esta vez la ocasión tenía un doble motivo, la reunión del Foro Mundial de la
Juventud, un escaparate internacional montando para esto, y el nuevo atentado contra
los coptos, un elemento negativo.
Quizá
la idea de cambiar el discurso religioso no sea fácil de decir, pero no de
traducir a hechos concretos en los que se manifieste. Quizá no sea tan
sencillo. Esta vez son los propios egipcios los que tienen dudas sobre a qué se
refiere exactamente el presidente, sobre a quién se dirige incluso.
El
diario estatal Ahram Online recoge las ideas expresadas por el presidente en el
Foro con el titular "Egypt's Sisi speaks of reforming religious discourse
as first day of WYF concludes". Hasta ahí no hay problema. El diario explica:
Egypt's President Abdel-Fattah El-Sisi spoke
about the necessity of reforming religious discourse and other challenges
facing the country on the first day of the World Youth Forum 2018 in Sharm
El-Sheikh.
In a talk during a morning session discussing
the role of world leaders in building and sustaining peace, El-Sisi spoke about
reforming religious discourse; which comes a few days after a terrorist attack
that killed seven Copts and injured others in Upper Egypt's Minya.
"Regarding the Minya terror attack and the
assault on Egyptian citizens, we don't discriminate based on religion and
whether a person is Muslim or Christian. We say he's Egyptian, and we suffer
for the death of any Egyptian due to a terror attack," El-Sisi said.
The issue of reforming religious discourse has
often been discussed by the president in the past few years at public forums.
El-Sisi said the issue is "one of the most
important demands of Egypt and the world.”*
¿Y bien...? Una vez más, así lo reconoce el diario, se queda
el enunciado sin ir más allá. Se habla poco después de la aprobación de la
construcción de iglesias, sí, pero eran demandas que estaban retenidas
precisamente con la idea de evitar conflictos allí donde se construyeran.
Recordemos unos gravísimos incidentes porque alguien lanzó el rumor de que los
cristianos —esos egipcios no discriminados— iban a levantar una torre con una
cruz en un pueblo. Se reunían en un local pendiente de aprobación, un permiso
que no llegaba. Bastó el rumor de que se iba a construir una torre para que
fueran asaltados por la población. En la zona de Minya, donde han muerto los
últimos coptos, mueren con demasiada frecuencia como para decir que en Egipto no
se discrimina por la religión. Recordemos también los cientos que abandonaron
sus poblaciones no hace mucho porque no se sentían seguros y la indiferencia
del gobernador, que aseguraba que solo eran miedos infundados. Recordemos la
muerte del padre al que se le exigió volver a su pueblo a por los papeles para
aceptar a su hijo en la nueva escuela tras la huida.
Atentados en 2017 y ahora en noviembre 2018 |
Todos esos incidentes muestran que la buena voluntad del
presidente al-Sisi no logra concretarse en algo que se parezca a una reforma
del espíritu religioso. Para muchos egipcios es una realidad la convivencia,
pero para otro sector no lo es. Y no son unos pocos, sino los que llevaron a
los Hermanos Musulmanes y a los salafistas a ocupar el 70% de los escaños del
parlamento en las elecciones que sentaron a Morsi en el palacio presidencial.
Por muy buena voluntad que se tenga, no va a cambiar por sí
mismo o lo diga el presidente o el ministerio. Todos los egipcios, con
independencia de su religión, son "egipcios" y tienen los mismos
derechos, sí, pero eso no significa que se encuentran en la misma situación real. Es una realidad que no puede ser
ignorada o tapada por los discursos presidenciales o de los ministerios.
2016 |
Esta vez el presidente ha ido más lejos en sus afirmaciones
en el Foro. Egyptian Streets titula "Egyptians Free to Worship, or Not:
President Sisi" , con lo que la cuestión se complica más, como el propio
periódico señala:
”The right to worship is the right of everyone,
and even the right not to worship is something that we cannot intervene in,”
stated the president.
It is not clear if, by ‘not worship’ the
president was alluding to atheism in Egypt.
Egypt has been openly against atheism in the
last few years. There were talks of criminalizing atheism by Parliament last
year.
In 2017, the Egyptian parliament’s committee on
religion, headed by Amro Hamroush, discussed plans to make atheism a crime in
Egypt to fall under the category of ‘contempt of religion’. Various local media
outlets reported that the bill for the criminalization of atheism was picked up
again in March 2018.
In 2014, shortly President Abdel Fattah
Al-Sisi’s election as head of state, the government released a national plan to
combat the phenomenon of atheism in a bid to crack down on figures who were open
about their lack of religious beliefs.
With time, Egyptian and Arab youth have been
more vocal about not wanting to adhere to a particular religion although they
tend to keep these thoughts from older generations and families in fear of
growing punishment and possible incarceration.**
Desde las instituciones oficiales se ha tratado el "ateísmo"
como una especie de enfermedad que debe ser erradicada del territorio egipcio.
La religiosidad, se dijo oficialmente, es algo "natural" de los
egipcios. El ateo es "antinatural" y "no egipcio". Y como
tal ha sido tratado, perseguido oficialmente en Egipto. Por ello, hace bien en
tener dudas el periódico.
Podríamos traer múltiples ejemplos acumulados en estos años
de tratar la información egipcia, pero cualquier lector o lectora puede hacerlo
con el sencillo sistema de buscar las etiquetas en el blog. Encontrará
información suficiente sobre la confusión sobre la necesidad de cambiar el
discurso religioso y el problema real de tener otra o ninguna religión en
Egipto o, al menos, en algunas de sus partes.
El gobierno, en realidad, solo ha tratado un aspecto
"religioso" la radicalización en su contra, la controlada por los
Hermanos Musulmanes —a cuyos predicadores se sacó de las mezquitas y centros a
través del control institucional del ministerio sobre las mezquitas oficiales y
se ha intentado borrar su influencia en Al-Azhar y otras instituciones— o la
controlada por el "yihadismo" cercano al Estado Islámico, es decir,
el radicalismo militarizado que supone un desafío directo en el terrorismo. Y ha
tratado de evitar que del primero se pase al segundo, es decir, de la oposición
político religiosa a la ofensiva terrorista. Pero no ha logrado frenar el
radicalismo específico de base, es decir, la intransigencia y el sectarismo
existentes en muchas áreas, que ha llevado a la discriminación de los coptos,
algo que el estado ha aprovechado en momentos mientras que en otros ha mirado
para otro lado para evitar tener que intervenir.
Ha sido un clamor de protesta el trato dado a los coptos en
las poblaciones pequeñas en las que se ha evitado que recurrieran a los
tribunales, obligándoles a ir a los tribunales tribales en donde los mismos
vecinos que les acosaban se convertían en tribunales para juzgar los conflictos
producidos, teniendo que abandonar sus tierras y casas. De esta forma, nada
salía a la superficie. Los coptos en el exterior lo han denunciado ante la
sumisión de las autoridades religiosas a las del estado para no agravar los
conflictos. También se puede buscar en las hemerotecas estas situaciones, de
las que dimos cuenta.
Lo que parece ya evidente es que las palabras de al-Sisi no
convencen ya a nadie. La cuestión del "ateísmo", es decir, del
derecho a no tener que creer en ninguna de las tres religiones de las que se
habla en el Corán (y en la constitución egipcia). Las demás religiones o la
ausencia de religión quedan en el vacío, a expensas de lo que puedan hacer en
cada momento.
La mezcla de la religión y la política conlleva que los
"ateos" —ochocientos y pico, según las ridículas cifras oficiales— no suelen estar precisamente
del lado del gobierno, que construye su identidad de forma doble, como "buenos
musulmanes" y como "buenos egipcios", es decir, como un musulmán
que acepta a los coptos y viceversa. Ambos, musulmanes y coptos, ven el ateísmo
como un problema deplorable, por lo que los ateos no tienen quien les felicite
el año, la pascua o cualquier otra celebración de la que carecen.
El discurso sobre el cambio del discurso religioso es otra
cosa. Queda reservado a la forma en que las instituciones del Estado manejan la
religiosidad (no su ausencia). La creación de locutorios religiosos en la red
de metro en El Cairo, no daba una imagen más precisa de lo que se entiende por
discurso religioso. El "cambio" no es más que volver a la dirección
espiritual institucional frente a los que se dejan llevar por las voces
distantes, ya sean los Hermanos, los salafistas (también poderosos y semi
aceptados) y los cantos guerreros del Estado Islámico en cualquiera de sus
variantes y franquicias.
Todo lo demás queda fuera. La muerte de los cristianos
coptos muestra que no hay mucho cambio o efectividad en los que deben cambiar.
La respuesta es contundente. Los medios egipcios dicen que han sido muertos 19
terroristas vinculados con la matanza de los coptos. Parece que es el único
cambio que entienden.
Está bien que el presidente al-Sisi pida un cambio en el discurso religioso; incluso está bien que lo pida una y otra vez. Pero ese cambio no saldrá de donde se usa la religión como forma de control sobre los otros. Los radicales no cambiarán y los que lo usan institucionalmente tampoco.
Está muy bien que el presidente al-Sisi defienda ante sus invitados internacionales la necesidad de reformar el discurso religioso; está muy bien que lo diga en su entrevista con la Fox de 2017. Pero la realidad tras el Foro y la entrevista y todas las veces anteriores es otra. Si se quiere "reformar", que se despenalicen todo lo que hoy está castigado en los tribunales que tiene que ver con la religión y la moral derivada; que se desatiendan en los tribunales las hipócritas pero productivas denuncias de los abogadillos especializados en perseguir a todos aquellos a los que consideran ateos, irreverentes o "poco egipcios".
Es poco probable que se haga. El presidente tendrá que seguir enfadándose.
* "Egypt's Sisi speaks of reforming religious discourse
as first day of WYF
concludes" Ahram Online 4/11/2018
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/315740/Egypt/Politics-/Egypts-Sisi-speaks-of-reforming-religious-discours.aspx
**
"Egyptians Free to Worship, or Not: President Sisi" Egyptian Streets 4/11/2018
https://egyptianstreets.com/2018/11/04/egyptians-free-to-practice-religion-or-not-president-sisi/
2016 |
2017 |
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