Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Hace
mucho tiempo dijimos una obviedad; que los dos principales enemigos de Donald
Trump eran él mismo y sus negocios. Lo que ha ocurrido esta semana es una mera
constatación de esa afirmación referida a las dos caras de la moneda. Los
negocios de Trump, necesariamente, tenían que ser reflejo de su alma, como un
feo retrato de Dorian Gray. A diferencia de la obra de Oscar Wilde, el cuadro
no está escondido en una habitación oscura, sino a la vista, bien cubierto
por una capa de mitificaciones y embustes, campañas de ocultación,
encubrimiento de actividades, etc., realizados por un ejército de abogados y
agentes de imagen.
Pero el
rostro de Trump está allí, tras las máscaras del patriota, del político, del
marido, etc. Todas han ido cayendo porque no es fácil ocultar tu desprecio por
la mujeres cuando sostienes un paraguas bajo la lluvia y tu esposa se cala o la
dejas olvidada en el coche; no es fácil esconder la falta de empatía con los seres
humanos cuando estrechas las manos de forma tan artificial y posesiva; no es
fácil evitar el autoritarismo cuando un periodista te pregunta con insistencia,
etc. Son los rasgos conductuales que revelan al personaje tras la máscara. Son
los detalles que, pieza a pieza, hacen un trazado de la personalidad que no
respeta nada ni a nadie, centrado en sí mismo y con un gusto narcisista por ser
el centro del mundo y demostrarlo.
Lo que
lo ocurra a Trump no depende de lo que haya hecho, sino de si ha logrado
ocultarlo suficientemente... o de la paciencia pagada de los que le rodean y
han visto, participado u organizado lo que no le gusta que el mundo vea. No es
posible que tenga amigos, por lo que los colaboradores tienen fecha de
caducidad. No hace falta recordar los jugosos libros que aquellos que han
trabajado publican cada vez que salen de su esfera. El gran despedidor (You're fired!!) padece la venganza de
sus despedidos e insultados después de haber tapado sus carencias. Esto nos
lleva de lleno a esta semana crucial en su futuro.
The Washington Post titulaba "‘Individual 1’: Trump
emerges as a central subject of Mueller probe" y explica las nuevas
tribulaciones del presidente en la investigación de la "trama rusa":
On Thursday, Trump’s longtime personal lawyer
Michael Cohen pleaded guilty to lying to Congress when he insisted that Trump
was not pursuing plans to build a Trump Tower in Moscow after January 2016,
casting Trump’s repeated claims that he had no business interests in Russia in
a new light. A draft special counsel document revealed Tuesday also indicates
that prosecutors are closely scrutinizing Trump’s interactions with a longtime
adviser, Roger Stone, as Stone was allegedly seeking information about
WikiLeaks’ plans to release hacked Democratic emails.
Legal experts said it’s still unclear how much
peril the president might face as a result of the new evidence Mueller has
gathered about the Moscow project and WikiLeaks, but his prominence in the
prosecutors’ papers puts the president in an awkward starring role.
“It’s deeply troubling. It’s not a place that
anybody wants to be, or where you would want your friends or family to be,”
former federal prosecutor Glen Kopp said. “And it’s certainly not a place that
you would want your president to be.”*
Sería irónico que Trump se viera en dificultades por esa nueva Torre planeada para Moscú. Las
explicaciones anteriores sobre la torre daban a entender que el proyecto se
había parado porque los rusos no contestaron. Parece que sí lo hicieron. Es
creíble porque no iban a desaprovechar las posibilidad de tener a un posible
presidente de los Estados Unidos agarrado
por los negocios. Recordemos que, pese a lo que digan, Donald Trump fue el
primer sorprendido por su victoria, un triunfo conseguido en el "colegio
electoral" y no en las urnas, en donde perdió por un margen de casi tres
millones de votos. Dejar pasar un buen negocio no parece propio de Trump y es
más plausible que lo dejara apalabrado,
por decirlo así, para momentos mejores. Enterrar el asunto bajo diferentes
capas era una posibilidad, pero no creo que Trump pensara que la investigación
podría llegar hasta donde está llegando y un factor esencial: el deterioro que
el propio Trump ha provocado entre sus "fieles" consejeros y
asesores, puestos de alto riesgo en todos los sentidos y direcciones.
Nos dicen en El País:
Cohen ha reconocido este jueves
que mintió en una declaración escrita remitida al Senado sobre un proyecto de
la compañía de Trump para construir un rascacielos en Moscú. Dicho proyecto,
que no llegó a materializarse, constituye uno de los puntos clave en la investigación
sobre la posible conspiración entre la campaña de Trump y el Kremlin. En su
testimonio ante el Comité de Inteligencia del Senado, ha reconocido el propio
Cohen este jueves, mintió sobre las negociaciones y rebajó el alcance real de
sus contactos con funcionarios rusos sobre el proyecto. Lo hizo, ha declarado
Cohen, por lealtad hacia Trump y para no interferir en su “mensaje político”.**
La "interferencia" es un eufemismo. En realidad,
el "mensaje político" del presidente era un engaño.
"Interferir" significa sencillamente que el candidato a presidente de
los Estados Unidos tenía intereses en Rusia con los que jugaban los
funcionarios rusos, a los que la "interferencia" les daba una
oportunidad magnífica de control sobre el presidente en el futuro.
Cohen ha confesado todo esto porque considera que lo vivido como
abogado y asesor del ahora presidente ya ha sido pagado con la condena que se
le venía encima por las mentiras anteriores que fueron desveladas. Trump ha
reaccionado, como en los casos anteriores, insultando a su abogado:
Tras conocer la noticia de su
confesión, el presidente ha dicho que Cohen es "una persona débil y no muy
lista" que trata de obtener "una sentencia reducida". Respecto a
la operación inmobiliaria en Moscú, sobre la que ha asegurado que nunca se
sintió entusiasmado, ha defendido que tenía derecho a manejar sus negocios
durante la campaña. "No realicé el proyecto", ha recordado, "no
trataba de ocultar nada".**
No es eso lo que está aflorando. Cuanto más niegue, más se
acerca a la acusación directa de mentir no solo al pueblo americano en su
oferta presidencial, sino a las personas que le están preguntando.
Los insultos y desprecios a las personas que han estado junto
a él haciéndole el trabajo sucio, dando pinceladas sobre el lienzo horrendo
para tapar la realidad no le van a ayudar mucho cuando sea necesario. Trump se
está creando mucho enemigos entre sus viejos amigos.
Si resulta una gran ironía la cuestión de la "torre de
Moscú", no lo es menos la de Wikileaks. Entre sus frases inolvidables de
campaña (junto a "Llamadme Mr. Brexit"), se encuentra aquel "I
love Wikileaks!". Ahora puede costarle cara tanta desfachatez. Assange es
otro narcisista a que le encantará hacer tambalear al imperio.
El retrato de Trump va tomando forma al ir retirando las
capas encubridoras.
*
"‘Individual 1’: Trump emerges as a central subject of Mueller probe"
The Washington Post 29/11/2018
https://www.washingtonpost.com/politics/individual-1-trump-emerges-as-a-central-subject-of-mueller-probe/2018/11/29/e3968994-f3f7-11e8-80d0-f7e1948d55f4_story.html
** "El exabogado de Trump admite que mintió al Congreso
sobre la trama rusa" El País 29/11/2018 https://elpais.com/internacional/2018/11/29/estados_unidos/1543506517_502724.html
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