sábado, 17 de noviembre de 2018

Jim Acosta, de vuelta al trabajo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La historia de "Jim Acosta vs. Donald Trump" se ha cerrado en primera instancia con una victoria del periodista y de la libertad de información o, lo que es lo mismo, con una derrota de Trump y la Casa Blanca.
Uno se imagina, tras la rueda de prensa, a Donald Trump gritando como una reina furibunda "¡Que le corten la cabeza!" y a todo un ejército de cartas temblorosas intentando crear un argumento factible para que la cabeza del periodista desafiante rodara para nunca más volver. No ha sido así. Al menos, no ha sido su cabeza la que ha rodado, aunque algunas rodarán. A Trump no le gusta perder... ¡y menos en Casa! Por ahora va perdiendo frente a su peor enemigo, él mismo.
Los medios norteamericanos lo han llevado a lugares preferentes en sus páginas: un juez ha aceptado la demanda contra Donald Trump y cuatro personalidades vinculadas con la prohibición. Un duro revés para alguien que acaba de perder el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de medio mandato.
Las cadenas de televisión nos mostraban a un templado Jim Acosta dando las gracias a los colegas por el apoyo recibido y concluyendo con un "¡volvamos al trabajo! que tiene todo el valor de la vuelta a la normalidad rota por Trump en lo que a derecho a informar se refiere.
Como era previsible, la endeblez de los argumentos presentados por la Casa Blanca ante la demanda ha hecho que el juez no tuviera demasiadas dudas al respecto. Hay cierto tono crítico ante la falta de consistencia y precisión de la defensa.
El diario El País señala que el juez Timothy Kelly, el que ha ordenado la restitución provisional de Jim Acosta, fue uno de los designados por Trump el pasado año, lo que añade tensión al caso, pero también reafirma que lo que no puede ser defendido no puede ser aceptado. Señala el diario:

La decisión del juez es el primer paso para una posible derrota en la cruzada de Trump contra la prensa, a la que denomina “el enemigo del pueblo”. El republicano defendió este viernes en un acto sobre ciberseguridad la importancia de la libertad de prensa, pero sostuvo que "hay que actuar con respeto".  A su vez, aprovechó la oportunidad para amenazar a quienes no cumplan con el protocolo: "Si no escuchan las reglas y regulaciones, volveremos a la corte y ganaremos". CNN agradeció el resultado y a los que los que apoyaron "una prensa libre, fuerte e independiente". "Esperamos una resolución completa en los próximos días".
El fallo de Kelly es un espaldarazo a la demanda interpuesta esta semana por CNN y Acosta contra el mandatario y otros cinco miembros de su equipo, alegando que el veto violaba dos enmiendas constitucionales, entre ellas la que consagra la libertad de prensa. Kelly dijo que la Casa Blanca negó el derecho de Acosta al debido proceso al suspender su credencial sin previo aviso, como obliga la ley. La Administración restablecerá el pase y agregó que desarrollarán reglas y procesos para garantizar conferencias de prensa "justas y ordenadas" en el futuro. "Debe haber decoro en la Casa Blanca", rezaba el comunicado.*



El diario advierte que esto está en sus inicios y queda un camino de meses por delante hasta que el caso se resuelva.
De todos los artículos vistos, me quedo con el magnífico uso de la fotografía realizado por The New York Times. Las fotografías anteriores sobre el caso nos han mostrado vistas laterales —Trump a la derecha, Acosta a la izquierda— o tomadas con Trump de frente y Acosta como una borrosa silueta de espaldas. La fotografía de The New York Times es muy diferente. Nos muestra a un desenfocado Donald Trump y a un Jim Acosta vuelto hacia atrás, es decir, hacia sus compañeros. Nos lo muestra sonriente, en un gesto que hoy, tras la primera decisión favorable, adquiere una significación plena. La fotografía es extraordinariamente expresiva y es una muestra de buen sentido de la comunicación a través de las imágenes.


Quizá la información más completa y ordenada la haya realizado la BBC, explicando el caso paso por paso. En el apartado sobre "qué ha dicho el juez", explican:
Judge Timothy Kelly, who was appointed to the bench by Mr Trump last year, said Mr Acosta's constitutional rights outweighed the White House's right to have an orderly news conference, the Washington Post reported.
He also criticised the Trump administration's decision, saying that the process was "so shrouded in mystery that the government could not tell me... who made the decision".
He also called Mrs Sanders' statement claiming that Mr Acosta had inappropriately touched an intern "belated efforts [that] were hardly sufficient to satisfy due process".
But in court documents, the White House argued that the decision was made in order to preserve White House decorum and it did not claim impropriety towards the intern.
Judge Kelly added that the White House was required to restore his White House access, but is under no obligation to call on him during questions.
A hearing on the case is scheduled for next week, but it is unclear if the White House will once again seek to strip Mr Acosta's access, or allow him to resume his work as CNN's chief White House correspondent.**


Hay dos puntos interesantes en esta explicación. El primero de ellos es la falta de responsabilidad sobre la decisión. Hace bien en anotarlo el juez, ya que es la base de la demanda contra las cinco personas, incluido en presidente de los Estados Unidos. El hecho de que nadie responda directamente sobre quién ordenó directamente la retirada de la acreditación es una señal clara de que quien lo hizo no lo hacía por iniciativa propia, sino que le fue ordenado. En teoría, es el Servicio Secreto, cuyo director era objeto de la demanda, quien controla el acceso a la Casa Blanca. Pero no creo que haya nadie que crea que es de ahí de donde salió la orden, ya que esta implicaría convertirlo en un "asunto de seguridad", es decir, tratar a Jim Acosta como una "amenaza" real contra los miembros de la Casa Blanca, el presidente y su familia. El "misterio" del que habla el juez es probablemente el del que acepta una orden superior pero le toca firmarla, porque a la puerta de la Casa Blanca habrá tenido que llegar una orden de impedir el paso a Acosta, una orden diciendo que ya no estaba acreditado, aunque no entrara en más detalles.
Y esa es la segunda parte, los detalles. Una cosa es hablar y otra escribir. Las teorías iniciales sobre la "incorrección" del contacto físico y del vídeo manipulado (según la opinión de todos los expertos consultados por los medios) desaparecen de los argumentos presentados porque ese camino sí que les llevaba a un mal lugar. No es fácil manipular un hecho visible y del que la propia "afectada" tendría que dar cuenta. No creo que su sueldo como personal interino dé para tanto.
Tampoco el argumento posterior —Acosta actuó en contra de sus colegas al monopolizar el micrófono— se sostiene ya que son los propios compañeros de Acosta los que se han personado solidariamente en la demanda.


La vilipendiada prensa ha conseguido algo muy necesario, alcanzar unidad en un momento en que se había dejado arrastrar por la polarización a la que Trump lleva todo, a su permanente "conmigo o contra mí". Sin caer en ilusiones, el hecho de que los medios del grupo de la Fox, incluido The Wall Street Journal, se hayan personado solidariamente en la demanda y hayan hecho un comunicado apoyando al periodista de la CNN es un momento importante para la historia de la libertad de información. Será, con toda probabilidad, algo que se recuerde como una victoria de la prensa frente al poder ya que, sin duda, el mandato de Trump será recordado como autoritario y poco democrático en muchos sentidos.

Trump ha dado la ocasión de convertirse en héroes de las libertades a aquellos que se le oponen, mientras que aparecen como sicarios los que siguen sus órdenes. Lo que ocurrió con John McCain es un ejemplo claro. Fue la valentía de McCain enfrentándose a Trump lo que le granjeó las simpatías de todos; fueron los insultos de Trump los que reforzaron su imagen de persona íntegra. Cuando falleció, Trump se negó a mantener la bandera de la Casa Blanca a media asta en señal de duelo por John McCain, como mandaba la tradición. Trump rompió esa tradición. John McCain dejó establecido entre sus últimos deseos que Trump no asistiera a su entierro, al que por eso mismo asistió todo el mundo, dándole un funeral de Estado.
Ahora, como señala la BBC, puede acabarse aquí o seguir. Está en manos de Trump, que es mal enemigo en estas cosas que le afectan al ego. La contienda con Acosta fue personal y así la siente, pese a lo que le digan los tribunales. La presencia de Jim Acosta entre los periodistas es ya un recordatorio de algo que a Trump no le gusta: perder. Trump no lo dejará así y veremos cómo resuelve el reencuentro.
Pero para todos los demás, el hecho de que Jim Acosta se encuentre de nuevo en su puesto es una garantía de que el sistema funciona mejor que la misma presidencia y que la prensa tiene claro que hay límites que afectan a todos y que no se deben traspasar. 



* "Un juez restaura temporalmente la acreditación del periodista de CNN Jim Acosta" El País 16/11/2018 https://elpais.com/internacional/2018/11/16/actualidad/1542385425_627484.html
** "Jim Acosta row: Donald Trump threat over reporters' behaviour" BBC 17/11/2018 https://www.bbc.com/news/world-us-canada-46240975



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