sábado, 3 de noviembre de 2018

Un nuevo atentado contra los coptos en Egipto

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Un nuevo atentado contra los egipcios coptos ha dejado, por el momento, siete muertos y once heridos. El ataque a un autobús de peregrinos se ha hecho coincidir con la inauguración de los que se ha convertido en el acto emblema del régimen, el pomposo "World Youth Forum", celebrado cada seis meses para promoción del régimen y visibilidad de los lugares que el turismo debe visitar. El acto sirve para la promoción de la figura de al-Sisi y el régimen queriendo dar una imagen de proyección internacional. Este, sin embargo, será recordado desgraciadamente por el asesinato en atentado de los coptos que se dirigían en peregrinación al monasterio de San Samuel el Confesor, en la zona de Minya, un lugar de frecuentes incidentes sectarios contra los cristianos coptos.
Las condenas contra el atentado no se han hecho esperar, dentro y fuera de Egipto. Los atentados contra los coptos forman parte de una estrategia sectaria muy definida. Se busca la complicidad de aquellos que están en la idea islamista de que los coptos son enemigos del islam. Los últimos atentados más dañinos siguen esa estrategia y se dirigen contra los que consideran enemigos, contra los coptos y las cofradías sufís. Esta vez han sido los coptos los que se han convertido en objetivo.
Se busca así cumplir un doble objetivo. Por un lado, los terroristas aparecen como "defensores" del islam frente a las "conspiraciones coptas" por querer "destruir el islam" y "recuperar Egipto", que son infundios corrientemente difundidos y, por otro, abrir una brecha entre coptos y musulmanes, ya que los cristianos consideran que el estado les deja abandonados a su suerte, víctimas fáciles de los terroristas, pero también del sectarismo cotidiano que les discrimina en muchos ámbitos. Esta última reivindicación es la que las propias autoridades coptas tienden a silenciar para evitar males mayores. Saben que protestar va a mejorar poco las cosas y que, en cambio, las puede empeorar.
Lo que más ha irritado a muchos es precisamente que el atentado se ha producido exactamente en el mismo punto en el que se produjo otro hace 15 meses, dejando en evidencia que las medidas tomadas, si es que se tomaron algunas, no han servido de nada. "Last year, gunmen attacked a bus carrying Coptic Christians in the same area which killed 28 people and wounded 25 others"*, explican en Egyptian Streets.


El atentado ha sido como pescar en un cubo, es decir, sentarse a esperar a que pase el autobús de peregrinos al monasterio y ametrallarlo. La tranquilidad e impunidad con la que se realizan estos ataques dejan en evidencia las medidas tomadas y especialmente la retórica triunfalista con la que el Ejército maneja la cuestión, con las cifras de bajas que dicen causar a los terroristas en sus incursiones en distintas zonas del país.
Ahram Online recoge la reacción de los asistentes al Foro Mundial de la Juventud como respeto por los fallecidos y las palabras condenatorias del presidente al-Sisi. La retórica tiende, como suele ser habitual, a recalcar que "no conseguirán sus objetivos", pero el primero, que es el matar, ya lo han conseguido.
El estatal Ahram Online recoge las diversas declaraciones oficiales y reproduce el comunicado:

The country's State Information Service (SIS) issued a statement "expressing its deepest condolences to the families of the victims, stressing that the terrible crime will not damage the unity of the Egyptian people."
"Such sordid attempts by desperate forces of terrorism will not affect the people of Egypt’s determination to move forward in their path to achieve security, stability and development throughout the country, and to eradicate terrorism," the statement said.
The SIS said the "desperate attempt by terrorist groups is evidence of their weakness", pointing at "Egypt's extensive Comprehensive Sinai 2018 operation in securing Egyptian borders in all four directions and eradicating terrorism in Northern and Central Sinai."
"Such despicable crimes will only reinforce the strength and unity of the Egyptian people and their dedication to rooting out terrorism," the SIS said, affirming "the need to respond to Egypt's successive calls for international solidarity in pursuing terrorism and its sponsors and supporters who provide it with funds, offer shelter to its leaders, and dedicate propaganda outlets to justify its crimes under misleading pretexts."*


Es difícil encontrar un comunicado de condena con más excusas. La idea de que los terroristas están "desesperados" es una apreciación sin fundamento, que solo trata de reforzar la imagen de las acciones gubernamentales que en este caso, les han servido de muy poco a los coptos asesinados.
Que los crímenes sirven para reforzar la "unidad" es más un deseo que una realidad y trata de evitar las críticas al gobierno por la inoperancia que ha hecho que se repita un atentado en el mismo sitio pasado un año, lo que deja en evidencia la ausencia de vigilancia en los caminos hacia el monasterio.
Finalmente, el comunicado apunta los cañones hacia el "exterior", algo arriesgado cuando todavía nadie ha reivindicado la autoría y se desconoce todo sobre lo sucedido. El comunicado trata de redirigir la irritación hacia los tradicionales objetivos del régimen de al-Sisi. No dice nada, pero se inserta en la serie de discursos contra países como Qatar, Irán o Turquía, incluso contra Occidente, ya que se aprovecha para hablar de los medios de comunicación que transmite su propaganda o de países que acogen a sus líderes sin especificar más. Este último reproche es habitual y cada uno se cuida de ponerle rostro a las denuncias.

La narrativa del régimen egipcio se construye sobre una serie de "núcleos" que son los que vertebran el relato que ha de ser mantenido. Mientras el discurso oficial busca la "unión" y convencer que los ataques contra los coptos son contra todos los egipcios, la narrativa sostenida por los terroristas es precisamente la contraria: los coptos son "enemigos del islam" y "buscan su destrucción".
En Egypt Independent se señala:

No group immediately claimed responsibility for the attack on people traveling to St. Samuel the Confessor monastery in Minya, 260 km (160 miles) south of Cairo.
The attack took place almost at the exact location where 28 Christians were killed by Islamist militants in 2017.
Egypt’s Coptic Christian minority, which makes up an estimated 10 percent of the population, has been a frequent target of attacks and persecution since the uprising that toppled former president Hosni Mubarak in 2011.
Egypt says fighting Islamist militants is a priority to restore security after the years of turmoil that followed the “Arab Spring” protests.**


El último de los párrafos muestra el cierre de la narrativa oficial: la interpretación como "inestabilidad" de la "Primavera árabe" que considera la presencia del terrorismo islamista como parte del levantamiento popular de 2011. Nada menos cierto, ya que en el levantamiento popular los islamistas esperaron pacientemente a que se produjera la caída del régimen ya que no les interesaba una democratización que no pudieran manipular, como de hecho ocurrió.
El atentado contra los coptos debe ser condenado desde todas las instancias. Lo que no debe es ser utilizado para la manipulación o para reforzar las dudosas tesis oficiales sobre el origen de la inestabilidad, que en Egipto no es otro que la división del país en dos grandes fuerzas, la de los militares y el estado que surge con la revolución en los cincuenta, y la de los islamistas, que habían crecido en los años 20 y compiten desde entonces por el poder.
Los atentados contra los coptos son la punta del iceberg del islamismo, lo mismo que los que se dirigen contra los sufís, a los que se considera herejes. De esta forma intentan congraciarse con los rigoristas que se han ido educando en un islam intransigente y autoritario en detrimento de la convivencia. Es difícil que el camino elegido por el gobierno de al-Sisi acabe con algo que es resultado de décadas y que sigue creando dolor y odio.


El nuevo atentado vuelve a hacer aflorar las tensiones no resueltas dentro de la sociedad egipcia. El aumento de la represión es la vía elegida dentro de un concepto de orden que solo traerá más radicalización y, por ello, más intransigencia. Pero así se mantendrá la necesidad de gobiernos "fuertes" es un círculo vicioso.
El odio se sigue esparciendo por el mundo, ya sea en sinagogas en los Estados Unidos, de cristianos en Egipto rumbo a sus monasterios o de musulmanes en sus mezquitas. Demasiado odio y va a más.
Nuestras condolencias a todos los coptos y a todos aquellos que sienten sus muertes como suyas más allá de las diferencias religiosas.

* "Seven Killed in Attack on Coptic Christians Bus in Egypt" Egyptian Streets 2/11/2018 https://egyptianstreets.com/2018/11/02/seven-killed-in-attack-on-coptic-christians-bus-in-egypt/
** "UPDATED: At least 7 killed, 12 injured in terrorist attack on bus carrying Copts in Upper Egypt's Minya" Ahram Online 2/11/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/315576/Egypt/Politics-/UPDATED-At-least--killed,--injured-in-terrorist-at.aspx
*** "Gunmen kill seven on bus bound for Egyptian monastery: archbishop" Egypt Independent 2/11/2018 https://www.egyptindependent.com/gunmen-kill-seven-on-bus-bound-for-egyptian-monastery-archbishop/

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