Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Han
causado cierto revuelo, por no decir indignación, las declaraciones del alcalde
de Valladolid sobre sus temores a que por entrar en el ascensor con una mujer
esta se la pueda jugar acusándolo de
acoso o agresión con un simple rasgado de ropa o desorden del pelo. Nos dice el
diario El País:
El alcalde de Valladolid, Francisco Javier
León de la Riva (Partido Popular), ha manifestado este jueves que en ocasiones
le da “cierto reparo” meterse en un ascensor con una mujer. Preguntado en un
programa local de Onda Cero por un caso de violación en la ciudad y sobre las
recomendaciones del Ministerio del Interior, el regidor aseguró que “a veces el
fenómeno puede ser al revés. Imagina que hay una chica con ganas de buscarte
las vueltas, se arranca el sujetador o la falda y sale gritando que le han
intentado agredir”.
De la Riva declaró que en ningún caso
justifica una agresión a una persona, pero “no se puede tener una policía en
cada parque". "A las seis de la mañana una mujer joven tiene que
cuidar por dónde va”, aseveró. Hace unas semanas una vallisoletana denunció una
violación en la ciudad sin que se haya detenido al culpable de la agresión.*
Realmente
no sé muy bien qué hemos hecho para tener gente así al frente de alcaldías,
autonomías o ministerios. Aquello del "político cauto" ha debido
quedar como algo de tiempos tan viejos como las ideas del señor León de la
Riva. Él es muy libre de pensarlo, como un temor u obsesión más, pero es una
irresponsabilidad hacerlo siendo alcalde. Los temores que pueda tener sobre
cómo pueden acabar con su carrera política, se los debe guardar en los más
profundo de su inconsciente, que es de donde nunca deberían haber salido.
La
cautela era una de la virtudes políticas que más se valoraban, pero desde que
los políticos se pasan el día haciendo bolos por los medios de comunicación
para trabajarse a su electorado, no hacen más que decir tonterías, exabruptos y
demás lindezas que los medios amplifican para mantener este sinfonía dodecafónica
que nos tiene los oídos encogidos y la boca abierta.
¿Qué le
costaba al señor León decir que se sigan las recomendaciones del Ministerio,
que era sobre lo que le preguntaban? Pues nada, pero ¡es tan aburrido! Hay que
dar la nota. Y el señor León la da; lanza su retrógrado rugido a los cuatro
vientos no para atemorizar delincuentes ni violadores con el peso de la ley,
sino para que la gente se quede en su casa, que resulta más barato.
Pero
son sus temores a que alguna mujer —¿conspiración o en solitario?— le busque las vueltas en un ascensor lo que
ha llamado más la atención. Me imagino que esto es algo que está en la mente de
cualquier político machista, algo de lo que se le ha acusado frecuentemente. Y
es que es señor León de la Riva tiene ya su historial en estas cosas. El País
añade un pequeño currículum del edil en este tipo de casos:
Javier León de la Riva, de 68 años, se ha
mostrado como uno de los políticos más polémicos de España. Ginecólogo de
profesión, lleva en la alcaldía de Valladolid desde 1995, pero ha sido en los
últimos años cuando sus jugosos comentarios le han lanzado a la palestra
nacional. Sus salidas de tono le han valido el calificativo de machista, no en
vano ha dirigido sus dardos dialécticos contra mujeres en más de una ocasión.
Su exabrupto más célebre fue en octubre de
2010, cuando fue preguntado por la nueva ministra de Sanidad de entonces, la
socialista Leire Pajín. "Cada vez que veo esos morritos pienso lo mismo,
pero no lo voy a contar", manifestó. De la Riva se disculpó poco después y
negó que fuese machista. "Los ginecólogos sabemos que el sexo fuerte es la
mujer", se defendió.
La actual portavoz socialista en el Congreso,
Soraya Rodríguez, también fue blanco de sus ácidos comentarios. Ocurrió en
2007, en plena campaña electoral de las elecciones municipales. Rodríguez
competía con De la Riva por la alcaldía y el alcalde le regaló unas palabras de
evidente mal gusto: "Me han acusado de todo menos de violar a la
candidata, pero se comprende".*
Debo
confesar que al leer que el señor León era ginecólogo de profesión, se me vino
el mundo encima. Alguien con temores tan asentados sobre lo que puedan hacerle
o decir las mujeres en un ascensor o a la salida del mismo, ¿cómo sigue de
ginecólogo? ¿No teme una "embarazada-trampa"? Uno, en su inocencia, tiende a pensar que alguien que lleva toda su
vida tratando con mujeres en unos niveles de intimidad como requiere la
ginecología habría desarrollado unos sentimientos más positivos hacia el género
que le da de comer. Pero vemos que no, que el señor León mantiene unas
actitudes que le deben ser rentables en ambos terrenos, el profesional y el
político.
¿Quizá
antes el señor León de la Riva subía por las escaleras y ahora, con la edad, le
han surgido el temor a verse arrinconado por una mujer en el ascensor y
posteriormente difamado? No creo, aunque no hay que descartar la hipótesis de
la edad. Más bien, creo yo, ha llegado a ese momento político, tras casi veinte
años de alcaldía, en el que ha entrado en un aburrimiento existencial a lo
Calígula, en donde se siente hastiado emperador pucelano y ya no le importa lo
que los demás digan, incluso puede que le divierta.
El
Diario de León recogía en 2010 las declaraciones del alcalde ginecólogo de
Valladolid ante la visita, para un concierto, de la cantante mejicana Paulina
Rubio, entonces embarazada.
El alcalde de Valladolid, Francisco Javier
León de la Riva (PP), que es ginecólogo, comentó ayer, en tono irónico, que
estará «en camerinos, por si pasa algo», durante la actuación de Paulina Rubio
el próximo día 29 en la ciudad. La cantante mexicana, que espera el primer hijo
de su matrimonio con Nicolás Colate Vallejo-Nájera, forma parte del cartel del
festival Valladolid Latino, que acogerá el 29 de mayo el estadio José Zorrilla
de la capital vallisoletana.
Francisco Javier León de la Riva es doctor en
Obstetricia y Ginecología, ha ejercido como ginecólogo en el Hospital Clínico
Universitario de Valladolid y como profesor en esta especialidad en la
Universidad de Valladolid, antes de dedicarse en exclusiva a la política.**
¡Qué
pena! Se perdió la oportunidad de la foto. No quiero ni imaginar lo que hubiera
sido que en mitad del concierto Paulina Rubio se hubiera puesto de parto y
alguien se acercará al micrófono preguntando si había algún doctor en el
estadio. Conmueve esa sensibilidad solícita hacia las posibles parturientas
famosas y tan poca sensibilidad para el resto.
Durante
mucho tiempo, la película más taquillera del cine español fue No desearás al
vecino del quinto, una coproducción hispano-italiana del gusto de la época
estrenada en 1970. La película nos mostraba la machista España de la época en
donde un inocentón ginecólogo de provincias era acompañado hasta la estación de
trenes por su madre —que le decía que si tenía que ir al baño avisara al
revisor y que tuviera cuidado con las mujeres en Madrid— y por su novia formal, que le dice que no se cree lo de
que va a la capital a una conferencia, porque "todos los hombres sois
iguales". No sé porqué la historia de este alcalde ginecólogo me ha traído
a la mente la película de Ramón Fernández, con su ginecólogo enmadrado y su
provincianismo machista. "¡Cuidado con las mujeres, hijo mío!"
La pregunta
que queda siempre en el aire es si los políticos son síntomas sociales, si son
sus palabras, con sus salidas de tono, lo que les atraen votantes. Esa era al
menos su teoría, que aquel escándalo con sus palabras sobre Leire Pajín (él las
reconoció como un "exceso") tendría un "efecto bumerán". Las
declaraciones sobre "morritos" y lo que le sugieren las mujeres de
otros partidos (no sé si hace estos comentarios también sobre las del suyo) son
absolutamente impresentables. Pero no hay mayores prejuicios que los de la
tierra y los de la política (y se llega al clímax si se juntan ambos).
Quienes
deberían llamarle al orden y negarse a saludarle o a subir en ascensor son las
mujeres de su propio partido. En las cuestiones de género no hay partido o no debería haberlo y es frecuente que las
mujeres en política se solidaricen por encima de la competencia. Pero está la
cosa mu' achuchá. Siempre hay
elecciones próximas y se mide todo al milímetro.
El
problema es que a alguien que lleva cinco legislaturas y va a por la sexta,
nadie se siente tentado a pararle los pies o, al menos, a cerrarle la boca.
Todo seguirá igual y los pucelanos seguirán orgullosos de su alcalde ginecólogo
y de cómo planta cara a todo el mundo y dice verdades como puños. Así nos va.
En
prevención, no suba en ascensor con él. Ir por la escalera es más sano.
* "León de la Riva:“A veces me da reparo
entrar en un ascensor con una mujer”" El País 21/08/2014
http://politica.elpais.com/politica/2014/08/21/actualidad/1408638891_173241.html
** "León de la Riva atenderá en el parto
a Paulina Rubio si fuera necesario" Diario de León 20/05/2010
http://www.diariodeleon.es/noticias/cultura/leon-riva-atendera-parto-paulina-rubio-fuera-necesario_528780.html
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