Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Los
ataques al presidente Barack Obama ya no son una exclusiva de la FOX, casi una
constante en su programación. Obama ha conseguido un frente negativo que reúne
a los más variados ejemplares de la política norteamericana. Es la soledad
vaticinada, ganada a pulso por una política hamletiana de monólogos recitados
ante cráneos aburridos. Creo que en algún momento consideré aquí que Obama era
uno de los gobernantes peor asesorados del mundo. Solo así se explica su
encadenamiento de errores, dentro y fuera, con resultados muchos de ellos
nefastos para todos.
El
mundo hoy no es un lugar más seguro para nadie. Ha conseguido enfadar a sus amigos
(con el espionaje masivo o con los teléfonos de Angela Merkel o Dilma Rousseff,
entre otros), se ha ganado las antipatías de antiguos aliados. No ha conseguido
frenar a Vladimir Putin ni a Netanyahu y los yihadistas han crecido como setas
durante su mandato, aterrorizando a todo Oriente Medio. Se empeñó en apoyar a
islamistas "moderados" sin darse cuenta de que arruinaba las
"primaveras árabes", dejando empantanada la zona, con un embajador
muerto en Libia y otra expulsada por los egipcios a fuerza de manifestarse
delante de la embajada.
Se le acusa de algo y de lo contrario, lo que supone
una gran flexibilidad. Eliminó a Bin Laden y por todo Oriente Medio la gente se
pasea con pancartas en las que se identifica a ambos. En medio mundo se le
responsabiliza de muchas cosas y no todas son justas; pero el hecho mismo nos
dice que funciona bien como responsable hipotético o chivo expiatorio. Es un sospechoso habitual.
Ha
debido escocerle mucho la entrevista concedida por su antigua rival en la
carrera presidencial y posteriormente su Secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton,
aparecida hace dos días en The Atlantic y de la que se hacen eco todos los
medios internacionales: «She says this about President Obama's: "Great nations
need organizing principles, and 'Don't do stupid stuff' is not an organizing
principle."»* La frase es la que la publicación ha elegido para comenzar el
texto, un buen principio de una larga entrevista. Quizá por ser un poco más
piadosos, The Atlantic evitó ascender
a titular esa afirmación de Clinton y se limitó a poner un ejemplo reciente
encabezando el texto: "Hillary Clinton: 'Failure' to Help Syrian Rebels
Led to the Rise of ISIS".
Ahora
Clinton es una previsible candidata a suceder a Obama y ha hecho lo que el
guión de ese capítulo del serial presidencial requiere: empezar a lavar su
imagen, desprendiéndose de sus responsabilidades en la administración Obama. Lo
hizo con la publicación reciente de un libro de memorias con el dickensiano
título de "Hard Choices", que es la forma de ponerle épica al asunto.
Algunos ya han hecho jugosas interpretaciones del título, encuadrándolo en el
género de lavado político del pasado. "Decisiones difíciles" es una
forma eufemística de llamar a aquello que hiciste pero no te gustaba hacer. Si
aquello, además, salió mal, debería retitularse como "Resultados
nefastos".
El
diario El País recoge la entrevista de The Atlantic con Clinton y realiza esta
síntesis:
En varios momentos de la entrevista con The Atlantic,
Clinton se deshace en elogios al presidente. Le describe como alguien
“increíblemente inteligente”. Pero en casi todas las respuestas —sobre Siria,
sobre Israel, sobre Irán— se aleja de Obama. Dice que “no hagas estupideces”
—la frase que, en una conversación con periodistas, el presidente usó para
describir su visión de la política exterior— es un concepto insuficiente para
articular una visión global en este ámbito. Le apena que EE UU no sepa contar al
mundo con convicción la historia de sus contribuciones a la libertad y la paz.
Y lamenta que Washington se mueva a bandazos entre una política exterior
intervencionista y otra más aislacionista, sin hallar un término medio “En
parte”, dice, “creo que el desafío es que nuestro Gobierno con demasiada
frecuencia tiende a oscilar los extremos”.**
La apelación a la "increíble inteligencia" de
Barack Obama es el salvoconducto que le permite avanzar por el campo de batalla.
No sabemos exactamente cómo interpretó Hillary Clinton una instrucción tan
general como la de "no hagas tonterías" y desconocemos si pidió
alguna aclaración o se limitó a decir "¡copy that!" mientras salía hacia cualquier frente.
Hace tiempo que Clinton comenzó con esta estrategia de
distanciamiento. Lo hizo desde el momento en el que Obama ganó su segundo
mandato y supo que al final habría que competir con otros por la Casa Blanca.
Clinton se retiró para poder recomponer su imagen y tener margen de maniobra.
Eso significaba que ha mantenido clamorosos silencios cuando podrían haberle
apoyado en la guerra mediática de desgaste desencadenada contra Obama. Pero
Clinton prefirió callar y no quemar cartuchos. Ahora va más allá y critica una
política de la que formó parte y era responsable. A César le faltan espaldas para tantos puñales.
El argumento del "¡no hagas tonterías!", de alguna
forma, hace a Hillary Clinton más responsable de lo que quiere parecer, pues es
una especie de voto de confianza. No manda uno a nadie sin instrucciones si
piensa que realmente puede hacer esas tonterías de que se le avisa.
Eso no quita para que la política exterior de Obama haya
sido un desastre que le ha llevado a enfadarse con los gobiernos espiados y los
dejados al aire. Hemos comentado en estos años en muchas ocasiones el profundo
antiamericanismo generado por la política de Obama en los países árabes tras
las "revoluciones primaverales" en las que se ha considerado que
favoreció el ascenso de los "islamistas" en detrimento de fuerzas
laicas. Después se lavó las manos y cuando la región vuelve a estar
desestabilizada de Libia a Irak intenta pacificarla con acciones militares.
La acusación de Hillary Clinton se centra en lo que está
ocurriendo en Iraq, el ascenso del yihadismo, una auténtica amenaza, una peste
que se extiende y cuyo foco ha sido la guerra siria, la que Obama no ha sabido
frenar por su falta de criterio sobre la zona. De eso no me cabe la menor duda,
de la misma forma de que no ha sabido rodearse de los analistas adecuados. El
odio sembrado contra la embajadora Patterson, que tuvo que abandonar su destino
en El Cairo, es un ejemplo de cómo no ha sabido ni entender ni escuchar ni, lo
que es peor, comprender el sentido de la historia, sustentado en la creencia de
que los Estados Unidos son la fuerza que modela el mundo, doctrina nefasta para
los propios Estados Unidos.
El lamento hegeliano
de Hillary Clinton en la entrevista —"le apena que EE UU no sepa contar al mundo con convicción la
historia de sus contribuciones a la libertad y la paz"— es un problema
recurrente de las administraciones norteamericanas y de los visionarios que las
sustentan. Ese "mal contar", además —no solo es un problema
narrativo— tiene consecuencia que van más allá del "antiamericanismo",
ya que lanzan a muchos en brazos tentadores que sacan buen provecho de él. Y
eso es válido de Ucrania a Siria.
Clinton
señala que la situación de Iraq, con una intervención militar en estos momentos,
es el resultado de los errores cometidos en Siria. Hace un año, todo Occidente
estuvo a punto de una "intervención" en la guerra siria, una de esas
cosas que Obama suele plantear como "vamos, bombardeamos y volvemos".
La solución no ha llegado y solo se sacaron las armas químicas —suponemos que "todas"—
de allí. Pero la guerra sigue en toda su crudeza.
La
situación actual de Iraq y la extensión de yihadismo, además, es el resultado
del desentendimiento de Estados Unidos y Rusia, metidos ahora en el conflicto
ucraniano. Es el conflicto sirio el que está haciendo germinar, directa o indirectamente, todos los conflictos de la zona, incluido el de Gaza perdido el control sobre los islamistas de Hamas y sobre Israel. Todavía se recuerda el histórico discurso de Obama en El Cairo, que le lanzó a la popularidad en la zona. Hoy no podría pisarla.
Mucho me temo que a un Obama acosado internamente, con unas cámaras
hostiles, con unas cotas de popularidad por los suelos, la única baza que le
quedó ha sido apretar las clavijas a Rusia, haciendo ver que lo de Ucrania era
cosa suya, mandando al sonriente Biden a demostrarlo y a su responsable
diplomática a repartir galletas al Maidan, tremendo error de cálculo mediático
y que fue bien aprovechado por los rusos y su propaganda.
No sé
quién será el próximo inquilino o inquilina de la Casa Blanca. Pero una cosa es
cierta: la sombra de Barack Obama estará presente. Como Hillary Rodham Clinton,
tratarán de parecer distintos, prometerán no ser cómo él. Los republicanos lo
tendrán en la boca durante décadas para demostrar que los soñadores están mejor
dormidos: los demócratas lavarán su imagen haciendo leña del árbol caído.
La
entrevista de Hillary Clinton en The
Atlantic es una puñalada por la espalda dentro de la fratricida lucha política,
un decirle que no le queda otra orilla y que debe hundirse solo, en el centro
de la piscina, sin que nadie le lance un cabo. Clinton no ha sido leal.
Habiendo sido Secretaria de Estado, no debería utilizar esas armas contra un
presidente saliente que no le puede disputar la candidatura y que está en
ejercicio y, por tanto, atado para ese tipo de cuestiones. Podía haber dimitido
cuando le dieron esa instrucción de "no hacer tonterías". No lo hizo
y debe asumir lo que hizo Obama, como Obama asume lo que hizo Clinton. Pero la
ambición es mala consejera.
Hace
mucho tiempo vaticinamos que Barack Obama viviría una agonía hasta el final de
su mandato. Desgraciadamente, así está ocurriendo. Los amigos comenzaron a
dejarle cuando no cumplió sus promesas de atacar a los responsables de la
crisis económica; se quedó con muchas, quizá demasiadas, piezas de la
maquinaria Bush en su administración; parece que tampoco eligió bien.
Lo
único seguro en su futuro es el éxito de sus memorias. Allí muchos intentarán
comprender cómo se tomaron las decisiones que nadie entendió en su momento.
* "Hillary Clinton: 'Failure' to Help Syrian
Rebels Led to the Rise of ISIS" The Atlantic 10/08/2014
http://www.theatlantic.com/international/archive/2014/08/hillary-clinton-failure-to-help-syrian-rebels-led-to-the-rise-of-isis/375832/
**
"Hillary Clinton acentúa su perfil presidenciable con críticas a
Obama" El País 11/08/2014
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/08/11/actualidad/1407741191_546417.html
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