Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Hace
unos pocos días leía la noticia de que las redes sociales estaban siendo un
problema en la cuestión del Ébola. ¿Por qué? Porque se estaban creando foros en
los que se difundía la idea de que todo era una invención, una especie de conspiración en la que el ébola no era
más una gran mentira. ¿Por qué tendría alguien que mentir sobre esto?, nos
preguntamos. No tenemos respuesta, pero da igual porque otros la tienen y la
encuentran coherente. Estamos en la era de la información horizontal en la que
no se distingue una cosa de otra, en la que la credibilidad no viene
determinada no por la fiabilidad o crédito de la fuente sino por la mera
acumulación de "me gusta" o la simple elección de la versión que más
nos apetezca, pues se abre ante nosotros un repertorio infinito por disparatado
que pueda ser. Si el mejor libro es el más vendido desde las perspectivas del
mercado, la mayor verdad es la más creída, aunque sea momentáneamente, el
tiempo marcado por el paso de un tuit al siguiente. La combinación de redes
sociales e ignorancia es una mezcla explosiva. Y África, el continente más abandonado,
tiene todos los explosivos juntos.
Ayer
varias cadenas de televisión abrían con la noticia de que una multitud
enfurecida había asaltado un hospital en Liberia, llevándose o huyendo —según
las versiones—diecisiete pacientes en observación y tratamiento. El peligro de
haber roto las cuarentenas es obvio. Nos contaba Euronews:
Los asaltantes se llevaron a 17 pacientes
infectados. El hospital está en la barriada de West Point, no lejos del centro
de Monrovia. Al grito de “No hay ébola en West Point” la multitud rompió el
sábado la cuarentena que es vista por la población como un castigo. No creen en
el ébola y acusan a la presidenta liberiana Ellen Johnson Sirleaf de querer
obtener fondos internacionales.*
"No
creer en el ébola" significa creer en "otra cosa". Lo que sea eso otro está en función de los
intereses y conflictos locales. La acusación de que la presidenta liberiana
"se ha inventado" el ébola para conseguir dinero es "creíble"
en los términos de la paranoia local, es decir, en la teoría de la conspiración
que sea verosímil y rentable para apoyar los intereses en juego. Son sus
enemigos los que hacen correr ese rumor. Y a efectos reales, da igual que sean
ciertos o no: la gente los cree y actúa.
Para
reforzar estas teorías de negación o conspiración basta con hacer un recorrido
por las webs —decenas de miles— dedicadas a realizar esta labor que definen
como "contra información". Movidos por la misma manía conspiratoria,
nada de lo que se publica en el mundo es cierto, todo es manipulación, una
conspiración montada por los sabios de Sion, la Trilateral o la francmasonería.
Todos los caminos llevan a Roma en las teorías conspiratorias y esa Roma está
casi siempre en los Estados Unidos.
Es
preocupante porque la transmisión paranoica es viral. Basta con leer los
comentarios a cualquier artículo sobre casi cualquier tema para comprender con
asombro que en una sociedad que llamamos del "conocimiento", lo que
existe es un desconocimiento profundo de la mayoría de las cosas y una avidez
por lo grotesco y enfermizo, en términos informativos, que asusta. Por cada web
que las instituciones creen para mantener informada a la población hay cientos
dando la información contraria, sembrando rumores absurdos estableciendo
teorías paranoicas. "Ebola is real" pregonan patéticamente carteles callejeros
y pancartas de aviso. "Spread the
word: ebola is real", dicen los periódicos de Monrovia. Extiende la
palabra, no la enfermedad.
Las
campañas contra las vacunaciones de la
población en países con terrorismo islamista se han basado en las mismas ideas.
No existe la polio o cualquier otra
enfermedad que se extienda, dicen, y si existe es un ataque contra ellos
organizado por sus enemigos. Los enemigos, no hay que explicar mucho más,
siempre son los mismos, en versión pública o privada. Son los gobiernos propios
o ajenos, que quieren acabar con las poblaciones o engañarles con fines
políticos o económicos. Pero en los casos de epidemias, creer es importante
porque lo que creas —sea verdadero o falso— determinará lo que hagas. Puedes
creer lo que quieras; solo muerto dejarás de creer.
La
cadena rusa RT se ha hecho eco de la información suministrada por su corresponsal
venezolana insistiendo en la teoría conspiratoria que responsabiliza a Estados
Unidos no solo del ébola, claro; también le hace responsable de todas las
enfermedades, del SIDA al virus del Nilo. En su información, laboratorios secretos,
conspiraciones que se remontaba a cómo Estados Unidos se llevó a los
científicos de Hitler tras la II Guerra Mundial. ¿Para qué los querían entonces
sino para seguir adelante con los planes del Imperio mundial? Que una cadena
Rusa se haga eco de esto significa que se da un salto más allá del "anti
imperialismo" bolivariano —la autora ha sido premiada nacionalmente por
trabajos como "Capitalismo: la verdadera podredumbre"— y se entre ya
en un continuo de guerra informativa mundial que se retroalimenta: lo que unos
dicen lo reproduce los otros.
He
leído el texto de Karen Méndez del que se hacen eco y no se va más allá de que
en Maryland ha gente con cáncer o que un campesino cercano al centro de
investigación vio a un helicóptero rociar los campos. Hitler, científicos
nazis, científicos japoneses, laboratorios secretos, ántrax, el 11-S, las
jugadas en bolsa... ¿hace falta más? Es difícil encontrar un texto más absurdo
y paranoico, más alejado del periodismo del mínimo rigor. Pero todo adquiere
coherencia cuando se le quiere dar. Nos ha explicado el mundo oculto, las tinieblas
conspiratorias de los últimos 60 años en unas pocas páginas. Todo verificado por algún titular
interpretado de manera increible. ¿Qué suben los valores de las farmacéuticas en bolsa
con las epidemias? ¡Pues claro! Como suben las de las aseguradoras con los
accidentes y otros miles de casos más. Queda por explicar, eso sí, la
conspiración del papel higiénico en Venezuela. Pero seguro que está en ello. La
pena es que en estos momentos estos divertimentos conspiratorios por los que la
premian en su país sea por una epidemia en África que tiene ya más de mil
muertos y de imprevisible desarrollo. No se debe jugar a esto ni con esto; pero vale todo. El rótulo irresponsable se esconde en las formas verbales: "Difusión de Ébola sería un plan de EE UU para favorecer a farmacéuticas". ¿"Sería"? Es difícil encontrar un nivel más bajo de periodismo y manipulación. Los mismo que esparcían la teoría de que el avión derribado en Ucrania trataba de un atentado fallido contra Putin. ¿Guerra "fría"? Algo peor.
Junto
al mal de los conspiradores está el de otro tipo de desaprensivos, los que
juegan con las expectativas de la gente, con su miedo o su propia salud. Son
los vendedores de productos mágicos capaces de inmunizar o sacar el virus del
cuerpo.
El miedo que ha desatado en el África
occidental la epidemia de ébola -la más grave en la historia de la fiebre
hemorrágica- ha desatado también una peligrosa fiebre de falsos remedios,
muchos vendidos por Internet, contra la enfermedad. Los organismos sanitarios
ya han manifestado su preocupación.
Dos personas han fallecido en Nigeria tras
beber una solución salina que se rumoreaba que protegía contra el ébola,
advertía este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de su
cuenta de Twitter.
[...] La alarma de ambos organismos
sanitarios [OMS y FDA] -que no han dado nombres concretos de los productos
fraudulentos- se produce después de que esta semana el máximo responsable
sanitario de Nigeria (que ha registrado los primeros casos de ébola), Onyebuchi
Chukwu, asegurase este jueves que ocho pacientes de ébola en Lagos recibirían
un tratamiento experimental llamado Nanosilver, en realidad un suplemento
nutricional estadounidense.**
El
mundo se ha llenado de conspiradores, predicadores, visionarios, dictadores de
megáfono virtual, estafadores criminales. Lo que iba a ser una herramienta para
el conocimiento universal, para la extensión del conocimiento, tiene como contrapartida
el ahondar en la ignorancia y el fanatismo y extenderlos universalmente. La
caja de Pandora informativa se abrió. Ya no es la ausencia de información la
que define la ignorancia, sino lo que contiene. Nunca estuvieron los ignorantes
tan "informados".
El
ataque de la multitud o de los grupos armados y la huida de los enfermos en Liberia es un hecho que probablemente se
repita conforme aumente la confusión y el miedo, algo que puede tener
gravísimas consecuencias en una epidemia como esta. No se puede desconectar la
enfermedad de las circunstancias en las que se da. Y esas circunstancias en
África implican muchos factores: caos, violencia, falta de medios e ignorancia.
Todos ellos son peligrosos multiplicadores de la enfermedad. Si pensamos que en
África se puede hacer los que se ha hecho en España, vaciar un hospital entero
y aislarlo para un solo paciente, estamos muy equivocados, pues la realidad del
centro del problema está a años luz de esta situación.
Espero
que el abuelo LePen se esté tragando cada día, con cada comida, su broma
electoral racista de que el problema de la emigración se acababa con un ébola eficaz. Por el contrario, los problemas de
la emigración acaban de empezar, pues el pánico hará extenderse una enfermedad
más allá de sus fronteras. Siempre ha sido el pánico, los que huyen, los que han extendido las enfermedades. Entre los que creen que es una conspiración y los que niegan la realidad del ébola, más los que pretenden lucrarse, la bomba estallará. Los que hoy se sienten seguro, mañana pueden no estarlo tanto.
El ébola es real, como lo es la mala fe.
*
"Una multitud enfurecida asalta en Liberia un hospital con infectados del
ébola" Euronews 17/08/2014
http://es.euronews.com/2014/08/17/una-multitud-enfurecida-asalta-en-liberia-un-hospital-con-infectados-del-ebola/
**
"Falsos (y mortales) remedios contra el ébola" El Mundo 17/08/2014
http://www.elmundo.es/salud/2014/08/17/53ef9e03268e3e41558b4576.html
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