Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
hecho de que muchos políticos solo entiendan de "política" es
preocupante. El hecho de que, bajo ese prisma, lo controlen todo, lo es más
todavía. El diario ABC nos trae noticias culturales desde Arenas de San Pedro,
localidad en la que desde hace años se celebra —nos cuentan— una exposición de
arte pictórico en la que un grupo de personas interesadas realizan una
selección de obras de artistas de otras zonas para que se puedan apreciar los nuevos valores más allá de las tapias locales. Loable intención, desde luego, la de mostrar y compartir las diferentes formas de pensar y hacer el arte. Nos cuenta ABC:
La alcaldesa de Arenas de San Pedro, Caridad
Galán, del Partido Popular, ha ordenado retirar un cuadro sobre Luis Bárcenas,
titulado ‘Sobre todo Bárcenas’, de la VI Muestra de Arte Contemporáneo ‘Quiero…
sueño’, que ella misma inauguró este domingo en el Palacio de la Mosquera.
Según los organizadores de la muestra, la regidora amenazó con cerrar la
exposición si no se prescinde de dicha obra.*
No le
hizo ninguna gracia a Doña Caridad Galán encontrarse de frente con un cuadro
que no requiriera la explicación de los críticos para su comprensión. El cuadro
se inserta en la tradición provocativa —sin excesos— y no dice nada que no se
esté diciendo en las cuatro esquinas de este país cuadriculado. Lo que más
molesta inicialmente del asunto es la capacidad de mando de la alcaldesa, entre
cuyas funciones parece estar la de decidir qué se expone y qué no bajo los
principios, me imagino, de "quien subvenciona, manda" o del "esta
sala es mía".
Pero
una vez que la información nos permite adentrarnos en la compleja mente de la
alcaldesa como espectadora política, la sorpresa aumenta por los principios y
argumentos expuestos.
[...]
Galán les preguntó si el pintor tenía una obra sobre Rubalcaba para exponerla
en el lugar que dejaría vacío Luis Bárcenas. Ya durante la inauguración, la
alcaldesa también insistió en esta cuestión y en que no le gustaba nada que una
caricaturizada Angela Merkel presidiera el acceso a la muestra. «Tal vez con
ánimo auto-exculpatorio, la alcaldesa finalmente aclaró que había recibido una
llamada del partido (supuestamente de la dirección en Castilla y León) con la
orden de obligar a retirar el cuadro. No lo consideró censura, sino solo un
intento de evitar que la muestra se politice», apuntó Añil, que recordó que el
Ayuntamiento también organiza la muestra.*
La
simple pretensión de que haya que poblar las galerías de arte del país con
cuadros como si fueran las "Vidas paralelas", de Plutarco, es un
ejercicio imaginativo que quizá, si se propone en la reanudación de las
sesiones del Congreso, en septiembre, pueda salir adelante con el apoyo de
todos los grupos, si logran un acuerdo sobre tamaños, texturas, materiales, etc.
La "propuesta" —realmente una rabieta— nos muestra hasta qué
punto son los políticos hipersensibles a las reacciones críticas. Ya he dicho en ocasiones que no me
gustan los "escraches", que no me parecen buena práctica. Pero, por el mismo motivo —estético—, esto
del cuadro no me parece que sea mala medida; es creativo. Y, sobre todo, encaja con la idea
de que el arte se inserte en la vida cotidiana a través de una de sus
principales funciones, la crítica de esa realidad. El que los políticos formen
parte de esa realidad es algo que ellos mismos han desencadenado. Si los
alcaldes y otros políticos se sienten deseosos de que se cuelguen sus retratos
en los consistorios e instituciones varias cuando terminan sus mandatos, en la
pose y con la mano y pincel que ellos eligen, tampoco está de más que a este
"arte oficial" y vanidoso se le contraponga el crítico, el de la calle
representado por los artistas que no ven a los nobles mandatarios sino sus
consecuencias sobre el común de los mortales.
Quizá la
visión del arte de la alcaldesa se limite a la "bella naturaleza",
que decían los neoclásicos, un arte cómodo y agradable para los sentidos, que
represente a María Antonieta como alegre pastorcilla. Pero el vestirla y retratarla
como pastorcilla no evitó las consecuencias de la mala gestión y no hace falta recordar como acabaron pastorcilla, familia y allegados.
La
situación política, la efervescencia y contestación popular contra gobiernos y
gobernantes, contra banqueros y directivos, no solo en España, sino en todo el
mundo, es un motor de la inspiración artística. Junto a Luis Bárcenas, en la
exposición están Angela Merkel, Iñaki Urdangarín y el banquero Botín. Para
nuestra desgracia, son los dioses de nuestro Olimpo particular, las portadas de
nuestras revistas, las cabeceras de nuestros informativos y el rostro de muchas
de nuestras pesadillas. Los buenos acaban en las vallas publicitarias; los
malos, colgados en las galerías. Si se piensa bien, no es mal destino, porque el
arte tiene un no sé qué redentor que, una vez olvidados de la Historia —sí,
algún día dejaremos de hablar de Bárcenas—, hará que puedan llegar a formar
parte de un museo o de una exposición itinerante en la que los kazajos, por ejemplo,
se pregunten quién es aquel señor que saca la lengua frente a un sobre.
Consultarán su catálogo, en el que pondrá "Luis Bárcenas, político
español" y ellos se preguntarán por qué tenía la lengua fuera. Al carecer
de información sobre ello el catálogo, pensarán que es una costumbre española,
y pasarán al siguiente cuadro, que no nos imaginamos cuál podría ser..
Parece
que la señora Galán no tiene este sentido del arte ni del futuro (pictórico)
del asunto, según parece. Sí tiene en cambio muy claros los poderes de lo que significa
ser alcaldesa. En cualquier caso, ha hecho una valiosa aportación a la teoría
estética con sus consideraciones. No puedo dejar de considerar la última de sus
observaciones al respecto. Como argumento para señalar lo inadecuado del
retrato en la exposición "la alcaldesa dijo que «todavía no es culpable,
le puede pasar como a Pepiño Blanco, que ha sido absuelto»"*, nos cuenta
ABC. La inocencia del arte es otra cosa.
Desde
el punto de vista político, la alcaldesa ha hecho lo peor que se podía hacer.
Tenía que haberse hecho la kazaja y
haber preguntado discretamente durante la inauguración quién era aquel
señor del sobre; haber dicho con
cara de asombro cuando se lo explicaran "¡ah!", y haber seguido tan
tranquila. Ahora corre el riesgo de que en la próxima exposición que inaugure
se encuentre con un lienzo en el que aparezca retratada tachando cuadros de
Bárcenas o Angela Merkel. Y es que al arte le va la marcha.
*
"Bárcenas, todo un cuadro" ABC6/9/2013
http://www.abc.es/local-castilla-leon/20130805/abci-barcenas-cuadro-201308052111.html
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