Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
No sé
si han descendido las ventas de juguetes. Desde que a los niños españoles se
les ha metido entre ceja y ceja ser cocineros, ya puede que solo quieran
microondas en vez de consolas y mangas pasteleras en vez de raquetas, pelotas o
muñecas.
Me
quedo sorprendido ante la afluencia de niños para los "castings" del
concurso televisivo infantil de Máster Chef. Ahora van a por la cantera
abriendo las dos grandes vías de promoción nacional: comida y deporte. Los que
no tengan condiciones físicas para el deporte de élite, que se dejen de
medallas y vayan a por las estrellas Michelin: España, la Vía Láctea de la
cocina mundial.
La
cocina ha pasado de ser una maldición —"¡no salgo de la cocina!"— a
ser el futuro del país, donde corremos el riesgo de que haya más cocineros que
comensales, aunque siempre se podrá —como ya hacemos— exportar cocineros al
mundo, invadir el planeta, españolizar los estómagos mundiales.
Ya no
se espera de nosotros que hagamos las tópicas tortillas de patata, paellas y
gazpachos. Se espera, en cambio, que seamos creativos, que hagamos cosas con
soplete, de colores raros, con formas retorcidas. El mundo nos mira con ojos
envidiosos y con la boca hecha agua.
El
éxito del programa televisivo para lanzar a la fama a nuevos chefs, se complementa
ahora con el destinado a los niños. Escucho asombrado a los padres que han
acompañado a los niños a los castings del programa.
En la
web del concurso televisivo nos describen lo que buscan y esperan de ellos:
¿Qué es lo que
buscamos?
1. Niños que se entusiasmen con la cocina y
con pasar tiempo cocinando
2. Niños que quieran aprender nuevas técnicas
y habilidades en la cocina
3. Niños que normalmente cocinen
4. Niños que hayan cocinado solos (aunque con
la supervisión de sus padres/adultos)
5. Niños que puedan hacer platos diversos,
para que nuestros Jueces prueben de todo
6. Nuestro Jurado busca niños que cocinen
bien y cuya comida sepa rica, pero también buscan niños que tengan un gran
potencial como cocineros. Esto quiere decir que, a lo mejor, las cosas ahora no
te salen perfectas, pero que en el futuro te saldrán seguro
7. ¡Niños a los que las cámaras no les den
miedo!
Ilusionados,
responsables, imaginativos, mediáticos. ¡Si aplicaran estos requisitos en la política! Tratan de encontrar niños y niñas que
se muevan con soltura por platós y fogones. No hay más que ver la ilusión de
los que han acudido al primer casting del programa, celebrado en Bilbao, para
ver que entusiasmo, el primer requisito, no les falta. Ni a ellos ni a sus
padres, a los que les brillan los ojos. ¡A ver si hay suerte y los cogen!
Ya no
se trata de "jugar a las cocinitas", de rancio sexismo juguetero; de
aquellas réplicas con utensilios más falsos que declaración de tesorero, con "platitos"
y "cucharitas" con las que dar de comer a inexpresivas muñecas con índice de masa corporal inamovible. Se trata ahora de cocinas reales, de alimentos reales,
de digestiones reales, de precisión en el punto de sal, de medir las calorías y
de ¡ojo con el colesterol!
Los que
logren participar en el concurso se convertirán pronto en ídolos infantiles que
tendrán sus emuladores en las cocinas del país, lanzado a la degustación
casera. Los padres, convertidos en pinches y en sujetos experimentales, tendrán
que vigilar su peso no sea que el amor les desequilibre y tengan que echar más
horas de gimnasio.
Hasta
hace poco, las conversaciones de los padres giraban en los problemas de la
comida de los hijos: el rechazo de muchos alimentos, la monotonía de lo que les
gusta, etc. Ahora el panorama cambia. Proponles bacalao o acelgas, que se lo
comerán gustosos si ha sido el plato televisivo del programa de la semana o si ha
aparecido en el blog cocinero que sigan.
Ya hay
un gran negocio montado sobre la cocina infantil, un negocio que va desde los
cursillos y talleres de cocina para niños a los libros de recetas para que las
hagan en casa; desde delantales de su tamaño a herramientas menos peligrosas
que las habituales en la cocina. Los libros sobre cocina para niños abundan ya
en todas las editoriales y pronto saldrán los programas de televisión en DVD
con fascículos —si no han salido ya— para que los niños reproduzcan en casa sus
recetas favoritas paso a paso. Videojuegos, aplicaciones para tablets..., hay de todo para los que sienten la llamada temprana del los fogones.
Hemos
pasado del agrio debate sobre el "tupper" en los colegios a montar talleres
extraescolares de cocina; del "no traigas comida" al "trae tu receta
favorita". País extremo este, con memoria de pez; veleta constante con
justificación para todo, según sople el viento. Y ahora el viento es cocinero,
probablemente a falta de otras muchas opciones de futuro. El futuro está en los
fogones y no en los altos hornos.
¿Para
cuándo un concurso de jóvenes inventores o científicos, por ejemplo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.