Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Ya es
triste ser euroescéptico en el país que está haciendo que todos se amolden a
sus exigencias y maneras. Los euroescépticos alemanes, que había tenido una
acogida en el corazón de los alemanes a través de sus bolsillos, con la
cuestión de euro y cuánto les perjudica pagar las inmoralidades sureñas, han
quedado sepultados en los decimales de las encuestas, por lo que han
"moderado" su mensaje. Sabedores de que Merkel arrasa con su marea alemana en Europa (más bien
tsunami, ya lo dijo Ulrich Beck), que a los alemanes les encanta estar mejor que
el resto —felicidad relativa— y que les enorgullece ser el objeto de la envidia
admirada del resto de la Unión, han decidido cambiar su estrategia "euroescéptica",
ahora llamada "eurocrítica".
Lo vi
en Euronews como final de un reportaje en el que se examinaba la frustración de
los candidatos que harán el ridículo frente a la canciller en las próximas
elecciones. El líder del insignificante, electoralmente hablando, Alternative für Deutschland (AfD) había
reformulado la salida alemana del euro: ahora no se trataba de que Alemania
diera el portazo, sino de poner de patitas en la calle a los que no le gustan.
Pasamos del educadito "ahora me voy" al francamente grosero "¡largo
de aquí!".
Esto no
es una novedad, desde luego. Hay un montón de obras escritas por estudiosos
economistas y políticos poco aplicados en el que se hacen listas negras de
quién se debe ir de la zona euro y regresar cuando se le considere que han
cumplido su castigo y ha cambiado de actitud. Pero hay una novedad. Hasta el
momento, esa lista incluía un país —Grecia estaba en todas las listas negras— o
varios, según el radicalismo y afán de protagonismo de sus autores. A mayor
número de países, más escándalo y debate. La lista tendría un conclusión
radical absurda como, por ejemplo, que se fueran todos menos Alemania, algo así
como Diez negritos, la novela de
Agatha Christie, pero en clave nacional. Se produciría un paradoja que, como
ejercicio mental, es divertido contemplar: una "zona euro" integrada
solamente por Alemania si al resto nos va mal.
La cosa
podría quedar como una extravagancia de un candidato alternativo con ganas de
llamar la atención, pero los alemanes son serios hasta para sus extravagancias.
La propuesta del candidato del Alternative
für Deutschland va más allá. Además de señalar qué países se pueden quedar en
la zona euro, como licencia (quizá poética), se permite aceptar en ella a tres
invitados de lujo: País Vasco, Cataluña y el Norte de Italia, más conocido por
los amigos de Bossi como "Padania".
Bernd Lucke, también conocido allí como Bernd "Lucky" Lucke consiguió protagonismo gracias a convertirse en portavoz de los temores del euro en Alemania y canalizó ese sentimiento tan alemán de ser vituosos pagando a despilfarradores sureños. Cuando Alemania impuso su visión del mundo, los titulares cambiaron. Pasaron de ser "Un profesor contra el sistema" a "¿Dónde está el hombre que hacía temblar los titulares?". Y hay que cambiar el estilo si la cosa no funciona.
La Alternative für Deutschland se
convierte, por arte mágico, en Alternativa
para Europa. Los españoles llevamos tiempo acostumbrados a estar en boca de
todos en la campaña electorales de todo el mundo. Ya lo hizo Obama en la suya con Romney. A
Cristina Fernández le da ese toque carismático que necesita en cada discurso.
Maduro, menos sutil y carente de ironía congénita, nos coloca como sujeto de sus
exabruptos en las soflamas con elecciones o sin eleciones porque en Venezuela siempre hay campaña. Y así muchos más. Somos un "trending topic". A todo ello se acostumbra uno como ejercicio de humildad y
superación al saber que tanto líder mundial se preocupa por nuestro estado y
circunstancia. La marca España funciona.
Pero
esto de ahora es nuevo. Que un partido alemán, en pleno derecho de su libertad
de expresión electoral, se permita redibujar el mapa de los Estados desmembrando
Europa en la mejor tradición de los nefastos tratados postbélicos europeos, me
parece un mal precedente. Puede ocurrir, por ejemplo, que a alguien se le
ocurra proponer en sus programas electorales —algún partido con pocas
posibilidades de gobierno y ganas de protagonismo—la vuelta a las dos Alemanias
porque ha sido su reunificación lo que ha hecho una nación poderosa en
detrimento de los demás, como ocurre cuando exigen legalmente a las empresas
que se dividan para evitar el monopolio;, o que pida que se cree una república
bávara independiente, pongamos por caso. Los directores de comunicación
recomiendan este tipo de peticiones llamativas como reclamos para atraer la
atención mediática. Es como lo de las camisetas de ese diputado valenciano tan
simpático que no me acuerdo nunca (que me perdone) cómo se llama pero sí de sus
camisetas. No cuesta nada incluir un par de cosas extravagantes en los
programas, sobre todo si son imposibles de cumplir, pero llaman la atención y te
crean fama de partido imaginativo, con ideas.
A Angela
Merkel, en cambio, nos la muestran visitando escuelas* y charlando con niños
que no la pueden votar y a los que da besos de despedida. Le ha dado un lección
de Historia como nos la da a todos en Economía, en silencio y levantando la mano
al final si hay alguna pregunta sobre cómo hacer los deberes. "Es la
típica señora mayor", dice en su inocencia histórica una de las alumnas
preguntadas tras la visita a la escuela de la canciller, a la que ya todos llaman "Angie",
como si fuera una vieja canción de los Rolling Stones. Cuando arrasas hay que
ser sencilla y dejar las extravagancia para otros. Angela Merkel no ha cambiado
de peluquero desde que llegó al poder. ¡Eso es política!
Aquello
que eran unos segundos en el informativo sobre Alemania, en cambio, recibe el
merecido tratamiento informativo en La Vanguardia, que harta de informar de que
Europa no quiere aventuras fraccionarias, se recrea en el titular ("El
partido euroescéptico alemán aboga por que España deje el euro excepto
Catalunya y País Vasco"**), aunque haya que agradecerle el "excepto. Hace un canto explicativo a este
partido al que nadie en Alemania da demasiada importancia y del que señalan su
hundimiento en las estimaciones de voto. Explica La Vanguardia:
AfD se autodenominó en su congreso
fundacional como partido "eurocrítico" evitando así el término
"antieuropeo", aunque uno de sus lemas más aclamados fue entonces
"¡Acabemos con el euro!". El partido en realidad apuesta por que se
suprima la integración monetaria sin que ello afecte al conjunto de la UE.
Lejos de la extrema derecha y de tendencia
liberal, la formación que encabeza Lucke podría entrar en el próximo parlamento
alemán y lucha en el mismo espacio electoral que la CDU (democristianos) de la
canciller Angela Merkel, con lo que su entrada podría influir en los resultados
finales del principal partido alemán, llamado a revalidar la victoria aunque
sin tener asegurada la gobernabilidad. Sin embargo, las encuestas todavía no le
dan el 5% de los votos para entra la cámara alemana aunque Lucke se muestra
optimista. A su modo de ver, el principal problema es que aún no se les conoce
"en profundidad".**
¡Qué
pena que un partido con tan buenas ideas no llegue al 5%! ¡Es lamentable! Es
probable que consiguiera más votos en Cataluña y el País Vasco que en toda
Alemania junta, pero Europa es así de generosa, con lo suyo y con lo ajeno. Tienen un
"problemilla" con eso de la petición de que los españoles se bajen
los sueldos un 30% para seguir en el euro ("llegó a considerar que en
España se deberían rebajar los salarios hasta un 30% para que fuera un país
realmente competitivo"**), pero eso se arregla dejando de ser españoles y
¡tonto el último! Muerto el perro se acabó la rabia.
Y así
está Europa, mientras unos tiran bloques de hormigón otros tiran piedras sobre
su tejado o el de los demás.
*
"Angela Merkel, profesora de colegio" Euronews 13/08/2013
http://es.euronews.com/2013/08/13/angela-merkel-profesora-de-colegio
**
"El partido euroescéptico alemán aboga por que España deje el euro excepto
Catalunya y País Vasco" La Vanguardia 20/08/2013
http://www.lavanguardia.com/economia/20130815/54378577472/partido-euroesceptico-aleman-aboga-espana-deje-euro-excepto-catalunya-pais-vasco.html
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