Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Durante las manifestaciones en Egypto comenzaron a aparecer carteles con la inscripción "Hayzaboon - Go Home". A la inscripción solía acompañarle un rostro, el de la embajadora estadounidense, Anne Patterson. "Hayzaboon" (حيزبون) es el nombre que se da en los cuentos infantiles a la vieja bruja. En el reparto de papeles del cuento egipcio, a Patterson le tocó ser la mala de la historia. Cuando los habitualmente discretos diplomáticos eligen el protagonismo, corren estos riesgos, acabar en los peores papeles. Como "Hayzaboon", como la bruja del cuento, con justicia o sin ella, será recordada por los egipcios.
No sé si la embajadora Patterson se marcha ilusionada
de Egipto hacia unas nuevas y elevadas tareas —se habla de ella como próxima Vice
Secretaria de Estado, aunque puede ser una ironía egipcia— o desilusionada por lo que deja atrás. Patterson comenzó
su carrera diplomática en Arabia Saudí, pasó de embajadora a El Salvador, de
allí a Colombia —en donde sufrió un atentado—, actividades en Naciones Unidas,
y de ahí a Pakistán, su último destino antes de llegar a Egipto. La administración Obama la trasladó allí en junio de 2011, tras
la Primavera árabe, como embajadora de los Estados Unidos. Ha vivido,
por tanto, todo el periodo de la complicada transición —más bien inconclusa travesía
del desierto— de Egipto.
El sentimiento de reproche con el que muchos egipcios la despiden extraoficial y semioficialmente tendrá que pesar en ella, en su ánimo. La función de un diplomático, pensará ella, no es que te despidan con lágrimas en los ojos, sino servir los intereses de tu país. En eso, probablemente, los egipcios le den todos la razón. La Historia, si es que se acuerda de los peones, verificará si veló adecuadamente por esos intereses.
El
artículo publicado en el diario Al-Ahram,
de titularidad pública, criticando abiertamente su labor al frente de la
legación norteamericana ha hecho mella en Anne Patterson, que decidió contestar
por escrito, algo que no es frecuente en los diplomáticos. El diario Egypt Independent resumía así el lance:
On Wednesday, Patterson sent a letter to
state-run Al-Ahram’s chief editor Abdel Nasser Salama denying what she
described as a “outrageous, fictitious, and thoroughly unprofessional” headline
which appeared in the Tuesday paper. The paper alleged Patterson’s involvement
in a “conspiracy” to divide and destabalise Egypt, accusations Patterson
described in her letter as “absolutely absurd and dangerous”.
Patterson criticised Al-Ahram for publishing
what she described as “false” news without double-checking their facts first
with the US embassy in Cairo. She stated that such “misguiding” news is a real
threat to Egypt’s democratic transition.
“I am particularly disturbed to think that Al
Ahram, as the flagship state-run paper in Egypt, is regarded as a representative
of the government’s viewpoint,” Patterson said in her letter, calling on the
Egyptian government to protest the publishing of the article.*
Evidentemente, la reacción de Patterson es comprensible, más dolorosa, según parece, que ver a miles de egipcios con la fotografía de su rostro tachado con pintura roja y pidiendo a Obama que se la llevara de allí, en términos no demasiado corteses. Como diplomática, Patterson sabe distinguir lo que ocurre en la calle de lo que el periódico oficial egipcio, por mano de su Editor Jefe escriba sobre su actuación. La carta de Patterson está colgada en la página del gabinete de prensa de la Embajada americana.** En ella se muestra, de forma escueta reacia —además de dolida— a asumir lo que de su actuación al frente de la legación se piensa.
Sin embargo, no era el primer aviso a la embajadora. A
mediados de julio, Al-Sayed Amin Shalabi, miembros del Consejo Egipcio de
Asuntos Exteriores —institución consultiva integrada por diplomáticos, hombres
de negocios y académicos— firmaba también en Al-Ahram un artículo con escueto y
expresivo título de "Goodbye Patterson". En el artículo explicaba que
por dos veces, en los dos últimos años, los embajadores de los Estados Unidos
se habían equivocado en una labor importante, la evaluación de las situaciones
para informar a sus gobiernos. Para el autor, los dos embajadores había
evaluado mal las situaciones, primero con Mubarak y después con Morsi. Habían
sido incapaces de ver la fuerza que el pueblo podía desarrollar para acabar con
ellos y arrastrarlos en su ira. En
descargo al menos del primero, habría que decir que se equivocó como la mayor
parte de los analistas y políticos egipcios y del exterior. El propio régimen
se burlaba de la incapacidad de los egipcios para ponerse de acuerdo y rebelarse,
según recoge Alaa Al-Aswani en uno de sus artículos, describiendo las
conversaciones en una cena de postín, previa a la revolución.
Al-Sayed Amin Shalabi señala que entonces se falló en la evaluación, se informó mal y se siguió apoyando a Mubarak. La historia se repitió con Anne Patterson, que no solo fue incapaz de ver lo que tenía delante, sino que cometió el imperdonable error de decirle a los egipcios que su obligación era aguantarse con Morsi. Será por ese error por el que será recordada en Egipto durante mucho tiempo. Al-Sayed Amin Shalabi señalaba en su artículo:
Patterson had served earlier in countries
experiencing political disturbances, including Pakistan. And as she watched the
30 June Revolution unfold, she imagined that Egypt was another Pakistan. She
assumed that the rise of the Islamists was unstoppable and that her main job
was to help the Islamists find a middle ground, while encouraging them to forge
links with American interests — including the promotion of Israel’s security.
Patterson held talks with Muslim Brotherhood
leaders, including the supreme guide and his deputy, Khairat Al-Shater, ahead
of the 30 June Revolution. She also met representatives of liberal groups, and
basically advised them to quit supporting the 30 June Revolution.
Following a meeting with Al-Shater, the US
diplomat made statements that were reassuring to the Muslim Brotherhood and
dismissive of the 30 June Revolution.
Her remarks not only made the opposition turn
against her, but shocked the entire nation, especially the millions who stood
firmly behind the Tamarod campaign.***
Pocas veces se habrá dado una explicación tan detallada y
concisa del error americano, el de
Patterson y el de los que la escucharon. La realidad es tozuda y empeñarse en
no verla tiene sus consecuencias, muchas veces trágicas. No quiero pensar que
Anne Patterson quería algún mal para Egipto. Me contento con pensar que el
Egipto que ella tenía en mente no era el que tenían en mente los egipcios.
Hemos señalado en distintas ocasiones que la idea de que el Medio Oriente "debe estar gobernado" por islamistas políticos para mayor seguridad de los Estados Unidos y de sus aliados, no cuenta con quienes tienen que aguantar sus gobiernos y sus posturas reaccionarias e integristas. El fracaso en Túnez y Egipto —por ahora— hace ver algo obvio: no han hecho revoluciones islamistas ni quieren estados islámicos, que es el único objetivo que tienen los partidos generados desde la matriz de los Hermanos Musulmanes. La gente se levantó contra los dictadores para poder ser más libres. Los que quieran aprovechar esto para recortar libertades, hoy por hoy se equivocan. Los islamistas en el poder lo emplean para dirigir la sociedad por las vías de sus únicas y anacrónicas ideas, que comienzan desde abajo y desde arriba, presión social y presión legislativa, para asegurarse perdurar en el poder y la transformación social en su línea.
Estados Unidos —y su diplomacia al frente— sigue cometiendo el error de pensar que entre sus obligaciones está la de diseñar el mundo en el que viven otros. Eso no ha funcionado, pero es una de las formas más seguras de generar el sentimiento anti estadounidense. Los casos del espionaje masivo y la explicación de que se espía a los amigos porque forma parte de sus obligaciones para defender a sus ciudadanos choca con la lógica resistencia a compartir ese punto de vista cuando eres el espiado. Todos somos peligros potenciales, según parece.
La situación en que nos encontramos en estos momentos tiene
que ver mucho con el fracaso de esa visión estática y parcial del mundo. El revés
recibido ayer en el Parlamento británico con el rechazo a la intervención inmediata en
Siria debería servir para sacar alguna consecuencia sobre las actuaciones y el
funcionamiento del mundo. Y eso que Londres suele ser un aliado animoso, a veces, incluso,
demasiado. Los egipcios también han señalado que rechazan a Basar Al-Asad y sus crueles acciones, pero que también lo hacen con una intervención militar.
En diciembre de 2011, Patterson acompañó al entonces senador John Kerry en su visita a la sede del partido político de los Hermanos Musulmanes, en donde fueron recibidos por Mohamed Morsi. Al-Ahram señalaba entonces como resultado de la reunión:
Morsi further assured his interlocutors that –
in light of Egypt’s central role in the Arab, Islamic and international arena
– it would respect all international treaties to which it was signatory,
adding that the US could play an important role in achieving political
stability and economic recovery for several nations of the region. **
Las afirmaciones de entonces de Morsi suenan hoy como otra risotada irónica del Espíritu de la Historia: Mohamed Morsi ha sido derrocado y nos encontramos en el inicio de un oscuro camino en el que los Estados Unidos han conseguido granjearse la enemistad de amigos, poner a muchos de sus aliados en apuros, y reforzar su enemistad con sus enemigos de siempre. Al caos político de la zona puede seguir, en unas horas, el caos militar. Ni Kerry, ni Patterson ni Morsi, por distintos motivos, pudieron cumplir sus funciones, sueños y promesas. Veremos qué ocurre con lo demás.
Hoy el mundo es un poco más complicado y está también más angustiado. La
embajadora Patterson no ha dejado muchos amigos en El Cairo. Ella cumplió con
su deber, pero eso era parte del problema. En una escueto comunicado, una sola línea, la Embajada norteamericana contestaba así a la portada del Al-Ahram: "The story published on the front page of Al Ahram newspaper today, July 22, is totally fabricated and completely untrue." Después de su exitosa carrera diplomática, la embajadora Patterson debería saber ya que el mundo no se mueve por la verdad, sino por lo que la gente piensa. Y que no todos piensan lo mismo.
*
"Patterson’s term in Egypt officially ends" Daily News Egypt
29/08/2013
http://www.dailynewsegypt.com/2013/08/29/pattersons-term-in-egypt-officially-ends/
**
Ambassador Patterson's August 28 letter to Al Ahram newspaper. Embassy of the
United Estates.PRESS RELEASES 2013. Cairo, August 28, 2013 https://egypt.cms.getusinfo.com/pr-082913.html
***
Al-Sayed Amin Shalabi: "Goodbye Patterson" Al-Ahram Weekly 16/07/2013
http://weekly.ahram.org.eg/News/3375/21/Goodbye-Patterson.aspx
****
"US senator John Kerry visits Muslim Brotherhood’s FJP headquarters"
Al-Aram Online 11/12/2011
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/29012/Egypt/Politics-/US-senator-John-Kerry-visits-Muslim-Brotherhood%E2%80%99s-.aspx
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