Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Dentro
de la degradación de las relaciones internacionales, las noticias nos dejan una
más: el vídeo israelí dedicado al reconocimiento oficial del estado palestino
que será realizado en unas horas por parte de Irlanda, Noruega y España. La
respuesta israelí es una pataleta videográfica, una exploración más en el reino
del despropósito, un tópico reduccionista aplicado a los tres países y que
pretende ser insultante. Sin embargo, toda esa vulgaridad palidece con los
otros vídeos, los que llegan tras una noche de bombardeos con al menos
cincuenta muertos. "No insulta quien quiere, sino quien puede", decía
con sabiduría el viejo refrán.
La
noticia de los vídeos se cuenta así en RTVE.es:
El ministro de Exteriores de Israel, Israel Katz, ha compartido un vídeo en la red social X con imágenes de dos bailaores de flamenco intercaladas con ataques de Hamás en el que se dirige directamente al presidente del Gobierno de España con el mensaje "Pedro Sánchez, Hamás le agradece su servicio" por su intención de reconocer el Estado palestino el próximo martes.
A lo largo de todo el vídeo, que dura 18 segundos y que empieza con la bandera de España, aparece escrito "Hamás: Gracias España", con música flamenca de fondo y tomas de milicianos de Hamás empuñando armas o disparando. También hay imágenes del ataque del 7 de octubre en el festival de música electrónica de Israel, cerca de la Franja de Gaza, cuando Hamás irrumpió en la celebración.
Katz también ha difundido vídeos similares pero con música folclórica irlandesa por un lado, y motivos vikingos por otro, para recriminar a Irlanda y Noruega su compromiso con el reconocimiento de Palestina como Estado. En ambos casos, ha citado a los presidentes de los dos países y ha criticado que "recompensen el terrorismo declarando su apoyo a Palestina".*
A nadie se le escapa que la "solución" para Palestina no es sencilla ni única. Cada uno de los contendientes puede tener en mente diferentes posibilidades de un problema enquistado. Lo que tampoco se le puede escapar a nadie es que esta barbarie que se está viviendo no construye la paz sino el odio y que este limitará el futuro. La irresponsabilidad de Netanyahu y su gobierno es precisamente destruir las posibilidades de algún tipo de paz, frente a lo contrario que se pregona. Israel reclama el "derecho a defenderse" para ocultar su "solución final", el barrer al pueblo palestino del escenario con la destrucción masiva de poblaciones. No van más allá en su visión de un futuro porque no hay solución más allá de la destrucción del otro.
La enorme cantidad de intereses en la destrucción palestina hace que eso no se pueda negociar y que las soluciones hayan quedado estancadas en la idea de "dos estados", cada vez más alejada, pues si Israel ve hoy al "pueblo palestino" como un peligro, más verá como un peligro un "estado palestino", que implica barreras fronterizas y la existencia de un ejército. El odio sembrado hará que tras la idea del estado surja inmediatamente el siguiente problema: sus fronteras.
Es difícil que exista una propuesta de paz viable (y fiable) más allá de un "alto el fuego". Evidentemente, son propuestas muy diferentes sobre todo por una marca la detención en un estado, mientras que la de paz necesita precisamente marcar el futuro, las líneas posibles y hasta dónde es posible llegar, algo que hoy no es posible.
En este contexto, los insultos del gobierno israelí a los países que reconocen oficialmente a Palestina como un estado dejan a Israel cada vez más solitario y eso afecta a su futuro. La contrapartida es que esto hace que refuerce sus intentos por controlar el espacio que necesita para su autodefinición.
Cada paso en ese sentido es una muestra de su falta de futuro, paralelo a su falta de apoyos, en estado decreciente. Estados Unidos se debate entre el "apoyo incondicional" y la responsabilidad que asume al armar a un estado del que se reclama la detención de su jefe de gobierno y de su ministro de la Guerra mediante orden de la Corte Penal Internacional.
The New York Times 26/05/2024 |
Israel es cada día más difícil de defender, como bien saben en los Estados Unidos. Solo queda en pie la idea del "apoyo incondicional", que es la "no idea", su negación de las razones para apoyarlo. Simplemente, hay que hacerlo.
La respuesta de Israel, los tres vídeos, es la demostración palpable de la carencia de ideas que pudieran dar apoyo a una causa. Lo son igualmente los otros dos "no argumentos": el "derecho a defenderse", como algo ilimitado, y el "antisemitismo", aplicado a todo el que critica las acciones del gobierno israelí.
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