Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La
guerra en Gaza no puede dejar indiferente a nadie. No se trata ya de quién
tiene la razón o no, sino de frenar el dolor y la muerte de inocentes, de
personas llevadas de un lado para otro a la espera de una muerte en cualquier
momento por un bombardeo, un disparo, una enfermedad o, simplemente, de hambre. No es humano y desborda los límites de la
razón y del sentimiento, por afectar por las dos vías.
Los
retos que nos plantea lo que ocurre en Gaza nos desafía como humanos, como
seres humanos; es algo que cuestiona nuestra humanidad. La paradoja, como hemos
comentado, es que es realizado en nombre del "derecho a la defensa",
en nombre de la "historia" y hasta de las promesas divinas hechas
sobre un territorio, como el propio Netanyahu expresó reivindicando profecías,
con Isaías al frente: "hay un tiempo para la paz y para la guerra".
Ahora solo toca el segundo.
Netanyahu
sigue sin entender que despreciar los límites de la razón, la historia y el
humanitarismo no solo tiene sus víctimas en Gaza, sino que el propio Israel que
está siendo destruido con cada imagen, con cada historia de barbarie que sale a
la luz cada día. Los efectos de la brutalidad genocida sobrevivirán a
Netanyahu, que pasará a la Historia como un genocida más, mucho mejor
documentado.
Ni la
maquinaria de los Estados Unidos podrá soportar mucho más la defensa de un
Netanyahu descontrolado, en línea directa con la divinidad y sus profetas. Eso
sí que podemos profetizarlo todos sin necesidad de ayuda. Ni todo el dinero de los "donantes" de
las universidades norteamericanas podrá frenar las crecientes protestas en los
campus.
La
CRUE, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, acaba de hacer
un manifiesto porque la Universidad, por deteriorada en sus principios que se
pueda encontrar, no puede tampoco permanecer indiferente ante esta tragedia
sangrienta que ha perdido cualquier resto de humanidad. No, la universidad no
podía ignorar algo que cuestiona la racionalidad misma, los fundamentos
humanistas sobre los que se asienta.
El manifiesto
de la CRUE no necesita ser extenso porque no se puede explicar tanta crueldad
irracional, por lo que va en sus párrafos finales a lo concreto:
Hacemos nuestro el sentir de nuestros campus y la reivindicación que desde
ellos se está extendiendo para que, desde distintas instancias, se adopten
medidas que pongan freno a la escalada de violencia que se está produciendo.
En consecuencia, exigimos:
·
El cese inmediato y definitivo de las operaciones
militares del ejército israelí, así como de cualquier acción de carácter terrorista,
y la liberación de las personas secuestradas por Hamas.
·
Que el Estado de Israel respete el derecho
internacional y permita la entrada en Gaza de toda la ayuda humanitaria que
pueda proveerse para cubrir la emergencia de su población civil y que se
articulen las medidas que correspondan por parte de las instancias
internacionales para acometer lo antes posible la reconstrucción y recuperación
del territorio palestino.
Nos comprometemos a:
·
Revisar y, en su caso, suspender los acuerdos de
colaboración con universidades y centros de investigación israelíes que no
hayan expresado un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho
internacional humanitario.
·
Intensificar la cooperación con el sistema científico
y de educación superior palestino y ampliar nuestros programas de cooperación,
voluntariado y atención a la población refugiada.
· Velar por que en el ejercicio de la libre expresión no se produzcan conductas, igualmente reprobables, de antisemitismo o islamofobia, así como a cualquier otro comportamiento de odio en el seno de las comunidades universitarias.*
El comunicado de la CRUE es sobre todo claro y equilibrado. Trata de que se entiendan, lejos de cualquier retórica, sus razones y propuestas. Evita asimilar a los gazatíes con Hamás y al pueblo de Israel en su conjunto con Benjamín Netanyahu y su gobierno radical, con aquellos que aplauden y se aprovechan en esta cruel forma de ejercer la "defensa" exterminando a civiles, arrasando ciudades enteras, hospitales, escuelas, viviendas, etc. para hacerla inhabitable.
Con el comunicado de las autoridades académicas españolas se refuerza la protesta que recorre ya los campus de nuestras universidades. Aunque se haga de distintas formas, el sentido viene a ser el mismo: el rechazo a la barbarie. No todos lo han entendido así. Las protestas tiene también su atractivo y para algunos la CRUE intenta desincentivar las acampadas. Que cada uno lo interprete como quiera, pero cada uno debe actuar en su frente de acción. Puede que algunos quieran objetivos dobles.
El comunicado de la CRUE es el de las autoridades académicas y lo importante es que pronto se vea que no son solo palabras, que se traduzca en primeras reacciones institucionales, en palabras convertidas en hechos o, efectivamente, harán quedar mal a las autoridades. Ese "hacemos nuestro el sentir de nuestros campus" debe ser sincero, sin perder la compostura, con eficacia y justicia, algo que muestra a Israel que lo que hace no es aceptado ni aceptable.
* https://www.crue.org/2024/05/comunicado-de-crue-sobre-la-situacion-en-la-franja-de-gaza/
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