domingo, 19 de mayo de 2024

El paraíso artificial afgano

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Desde las páginas promocionales del turismo afgano unos atractivos y artificiales jóvenes nos invitan con gesto amable, sonrisas poco habituales, ojos azules, ropas de colores brillantes, una "realidad" pasada por los programas de diseño o de IA. Pero nos llegan hoy otras imágenes muy distintas, la de una realidad más real, menos agradables a la vista.

La muerte de turistas españoles en Afganistán, con algún herido y dos ya regresados abre una serie de interrogantes sobre lo que significa hacer turismo en este nuevo paraíso artificial. Vayan por delante nuestras condolencias a las familias, pero también nuestra estupefacción ante el hecho de que se elija un país como Afganistán para hacer turismo.

En 20minutos podemos leer un artículo firmado por una periodista afgana exiliada, Khadija Amin, comentando el suceso:

La muerte de tres ciudadanos españoles en Afganistán ha provocado una importante reacción internacional.  Tras la caída del país en manos de los talibanes en 2021, Afganistán se ha convertido en una prisión de mujeres afganas. Los talibanes han eliminado todos los derechos de la mitad de la población. Pero, al mismo tiempo, los viajes de turistas extranjeros han aumentado.

En los últimos tres años se han establecido numerosas oficinas de turismo que facilitan el viaje, el alojamiento y los visados de turista a Afganistán. Más de la mitad de los visitantes han sido ciudadanos españoles, pese al comunicado de advertencia del Ministerio de Asuntos Exteriores español.

Una recomendación que "carece de efecto vinculante y opera como mero aviso o consejo" que recuerda que el viaje se realiza siempre por cuenta y riesgo del viajero, y que todos los gastos derivados de la hospitalización, la repatriación de heridos o el traslado de cadáveres corren a cargo del particular.*


Los asesinados lo fueron mientras estaban de compras, nos dicen. Simplemente salieron de un callejón y les dispararon. ¿Dónde pensaban que estaban?

Sorprende —quizá no tanto— el dato de que "más de la mitad de los visitantes han sido ciudadanos españoles. Como país turístico, recibimos y enviamos turistas. Unos vienen a nuestras soleadas playas, repletas de banderas azules, mientras que otros son enviados, como en el caso afgano, a diversos infiernos del globo. Buen precio, exotismo y miseria, una fórmula ante la que uno no se resiste, algo diferente.

El ministerio advierte, pero no va más allá. Es cuestión de libertad de cada uno. Así somos de generosos los países turísticos con los del gremio. Estas agencias, "numerosas" según el texto de la periodista afgana exiliada (una forma de turismo extrema a ojos de los talibanes), hacen el negocio enviando al infierno / paraíso a estos turistas que pueden acabar como lo que no les dicen que pueden acabar. Ellos son "profesionales" y no "opinan"; cada uno a lo suyo y lo de las agencias es hacer dinero, lo de los talibanes "blanquear" imagen ante las condenas y el aislamiento internacional, y lo de los turistas, finalmente, hacer fotos de la miseria y morir cuando llega el momento, al ir de compras.

Mientras miles de exiliados tratan de hacer comprender la situación en que se encuentran las mujeres en Afganistán, donde se les prohíbe estudiar y trabajar en un régimen que ha hecho del terrorismo de género y del terrorismo a secas su modus operandi, los españoles somos más de la mitad de su turismo. ¡Qué generosos somos!

El atractivo del sufrimiento ignorado es grande. Así es posible contar de primera mano lo que se ha visto... si es que se regresa. Podemos escuchar muchas cosas sobre lo que ocurre, pero ¿quién se fía de lo que dicen en los medios? Siempre exageran en estas cosas. Luego vas y está todo muy tranquilo. Y si pasan cosas, es entre ellos; no va con nosotros, los turistas, siempre bien recibidos.

Leemos en el artículo de 20minutos:

"Nuestro mensaje a los turistas de todo el mundo es que hoy Afganistán no tiene un gobierno legítimo", dice Maryam Marouf Arvin, fundadora de movimiento de los sábados morados, "en los últimos tres años hemos visto a muchos turistas venir a Afganistán y blanquearlo, transmitir que no hay un problema de seguridad, mientras las niñas a partir de 12 años no pueden estudiar y las mujeres tampoco pueden trabajar". "Y no debemos olvidar que todos los grupos que operan y lo hacen en Afganistán cuentan con el apoyo de los talibanes", añade Arvin.*

Pero dará igual. Unos cuantos días de tormenta informativa y después vuelta a las andadas. Los precios nacionales están tan disparados que la oferta de estos lugares a buenos precios es muy tentadora. Mientras los demás que se lo pueden permitir nos eligen, nosotros elegimos lo que está al alcance de nuestros bolsillos. El hecho de que más de la mitad de los que van allí sean españoles nos dice que están poco informados o que no les importa lo que allí ocurre.

Estamos demasiado absortos en la política nacional, que atrae nuestra atención y oscurece el mundo a no ser que nos afecte o sea una conmoción inevitable. Creemos que la ausencia de noticias significa "tranquilidad" cuando en este caso es más bien la "normalización de la violencia".

Cuando usted elige ir a disfrutar de "vacaciones", del "turismo", etc. en países como Afganistán no solo debe ser consciente del peligro que corre (como se ha visto), sino también de que está ejerciendo una labor de blanqueo de un régimen cruel, considerado como "terrorista". Se trata de un régimen que persigue, arrincona y mata a las mujeres, que les impide estudiar y trabajar para que su dependencia de los hombres sea absoluta. Puede que algunos le sonrían entre tanta miseria y violencia, pero no se engañe.

Una agencia turística afgana, con certificado oficial gubernamental, se llama "Let's Be Friends!". No hay mayor despropósito. Los talibanes no quieren "amigos", quieren dinero y diluir su mala imagen por el mundo. Otra página nos pregunta "Are You Looking For A Crazy Adventure?". Algunos la han encontrado.

La labor de blanqueo de las instituciones oficiales afganas se ve reforzada por las agencias locales que se dedican a "despejar las dudas" de sus clientes para viajar. A la pregunta sobre si es seguro viajar a Afganistán, la respuesta solo es una: ¡claro! Luego los hechos pueden decir lo contrario.

Supongo que las muertes de los turistas españoles reducirá, al menos por unos días, el flujo de personas y dinero. ¿Hemos aprendido algo? Supongo que la alegría de algunos al ver cómo bajan los precios con la ley de la Oferta y la Demanda. Ya ocurrió cuando la pandemia: algunos aprovechaban para ir a hacer turismo a los países con más contagios porque los precios estaban más baratos. 

* Khadija Amin "Turistas extranjeros en Afganistán" 20minutos 18/05/2024 https://www.20minutos.es/noticia/5246586/0/primer-atentado-contra-turistas-extranjeros-afganistan/



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