viernes, 3 de mayo de 2024

En el Día Mundial de la Libertad de Prensa

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Hoy es el Día Mundial de la Libertad de Prensa, uno de los más oscuros desde su creación en 1993. Estando casi todos de acuerdo en su necesidad para tener una democracia en buen funcionamiento, en la práctica no es tan sencillo. Allí donde no hay, se reclama. Pero allí donde sí hay, esta necesita de muchos condicionamientos para poder funcionar.

Habrá que empezar a preguntarse sí en los países en los que está reconocida, esta puede funcionar con algo que quizá ya no podemos llamar "normalidad" al haberse modificado intensamente las condiciones socio-culturales y económicas.

En RTVE.es se nos explican las condiciones en que nos encontramos en 2024:

Pero la libertad de prensa empeora a nivel mundial. Y los mismos que deberían ser sus garantes, las autoridades políticas, son los que la amenazan, según RSF.

El indicador político, uno de los cinco que componen el índice, es el que más cae este año, un 7,6%. Un descenso muy pronunciado y generalizado en todo el mundo. “Vemos cómo las opciones más extremistas alcanzan o están a punto de alcanzar el poder y esto lógicamente deteriora mucho el clima de la libertad de información y libertad de prensa”, señala Alfonso Bauluz. Es el caso de Argentina (que cae 26 puestos), por ejemplo, donde Javier Milei cerró la mayor agencia de noticias poco después de llegar al poder. 

En un año donde más de la mitad de la población mundial está convocada a las urnas, RSF advierte de que en más del 75% de los países analizados (138 de 180) es habitual “la implicación de actores políticos en campañas de propaganda o de desinformación”. El uso de la inteligencia artificial generativa en un contexto de no regulación y de los contenidos ultrafalsos para influir en el curso de las elecciones son también una “fuente de inquietud”. La vicepresidenta de RSF asegura a RTVE.es que, “sea cual sea el grado de salud del país, se percibe un descenso del clima político”. *


Lo más preocupante no son solo las cifras, sino las actitudes. Es obvio que el cambio tecnológico ha creado un nuevo espacio comunicativo en el que la posibilidad de acceder directamente a las audiencias —ya sean lectores, oyentes o espectadores gracias a la concentración digital— modifica el panorama. Los medios ya no les son tan necesarios a los agentes políticos en sus escenarios, pueden llegar directa o indirectamente a ellos. ¿Son los medios tradicionales un anacronismo, un artefacto innecesario?

Para muchos, sí. La percepción de las audiencias como directamente manipulables es algo que hace que aquellos más preocupados por alcanzar el poder que por la salud democrática vean los medios como un obstáculo que perjudica a sus objetivos.

Como se señala, hoy no se puede entender la información como una forma independiente de actuar sobre la ciudadanía. Es mucho lo que se juega y se trata de cómo desarmarla y ponerla al servicio de la consecución del poder.

Es muy difícil hoy para los medios alcanzar un estatus de neutralidad o independencia. Hay que influir sobre los medios para que estos lo hagan en las audiencias. Los medios que se utilizan suelen ser económicos en unos momentos en los que el mero sobrevivir es difícil. La competencia de los medios con las redes sociales es muy complicada y han buscado una suicida indiferenciación, imitando sus tácticas comunicativas y siendo arrastrados hacia la trivialidad extrema.

Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi, Premio José Couso

Para mí hay algo evidente: los medios necesitan de lectores que tengan interés en comprender el mundo. Algo tan aparentemente sencillo se sitúa en el centro del problema en un mundo que acaba centrándose en la desinformación y en el secuestro de la atención. Esto es creciente pues lo vemos sobre todo en las generaciones más jóvenes, alejadas del día a día mundial, y llevadas a las trivialidades que se hacen circular. Da igual que hagamos buen periodismo si no hay lectores suficientes interesados en lo que ocurre. Las oleadas de trivialidades basura que salpican nuestros medios son el intento suicida de atraer por lo más intrascendente, fabricado expresamente para atraer la atención. Miremos en los medios tradicionalmente más "serios" y se comprobará el aumento de la trivialidad hasta niveles impensados hace poco tiempo.

Cada vez se anula más la eficacia social y política de los medios. No me refiero aquí con "política" al "partidismo", sino a la ilustración de la situación existente, a sus explicaciones de las consecuencias, a su origen, etc. que sirva para actuar formando opinión o contrastándola. Los medio deberían centrarse en la problemática de las propias sociedades que cubren, de todo aquello que les afecta. Sin embargo, existen fuerzas que no están interesadas en esto, que prefieren la ocultación o el desvío hacia otros puntos.

Lo que nos dice el informe de Reporteros sin Fronteras es que los profesionales están siendo objetivo directo, que están cayendo como nunca antes, repartidos por todas partes. Cuanta mayor es la importancia de la información más peligrosa se vuelve la tarea de los periodistas, que se convierten en objetivo directo, como estamos viendo no solo en casos de guerra, sino en la crítica de las dictaduras, como ocurre en Rusia, donde la desviación de las líneas oficiales del régimen es ya sancionada con condenas, desapariciones y muertes.

El informe señala de la situación en la zona de Oriente Medio:

Además de la situación dramática de Gaza, casi uno de cada dos países de Oriente Próximo y el Magreb se encuentran en situación “muy grave” para ejercer el periodismo. Israel (101), Arabia Saudí (166) y Siria (179) encabezan la lista de esta región. Por su parte, Irán (176) sigue con su política de encarcelamientos para silenciar a la prensa incómoda. Desde el inicio del movimiento de protesta 'Mujer, Vida, Libertad' en septiembre de 2022 se ha detenido a 87 periodistas, de los que 11 todavía siguen en prisión. 

Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi, las primeras periodistas que revelaron el asesinato de la joven estudiante Mahsa Amini, fueron encarceladas a los pocos días de publicar la noticia. Después de 15 meses en la cárcel, fueron liberadas el 14 de enero, pero corren el riesgo de volver a entrar en prisión por aparecer en fotos sin la cabeza cubierta. Narges Mohammadi, Premio Nobel de la Paz 2023, sigue informando desde la cárcel de la violencia que se ejerce contra las mujeres iraníes. *

En un mundo de redes, la política de silencio tiende a ser trágica. Cada vez vale menos la vida de un o una periodista. Decir lo que sucede, en un mundo de híper información, de canales instantáneos, de respuestas inmediatas, lleva a convertir a los que informan en objetivos prioritarios. Los terrenos conflictivos se transforman en terrenos peligrosos. El crecimiento, la expansión de los conflictos por todo el mundo convierte a los medios y sus profesionales en objetivos prioritarios. Las muertes de periodistas sirven de aviso de lo que puede ocurrir. Lo hemos visto en demasiadas ocasiones materializarse.

La guerra de la información se transforma en una guerra contra la información. No hay necesidad de tener testigos, siempre peligrosos. La mejor manera de mantener la versión oficial es hacer desaparecer las alternativas, las independientes.

Es realmente preocupante que países que han tenido un aceptable nivel de libertad de información se vean hoy amenazados por las visiones autoritarias de sus políticos. Creen que ellos pueden manejar las informaciones desde sus gabinetes de información, con lo que sustituyen a los medios. Allí se estudian los datos, se establecen las estrategias de manipulación para alcanzar sus objetivos y conseguir un determinado estado de opinión favorable, algo que justifique sus acciones. Lo vemos en la manipulación totalitaria de Rusia para mantener el favor de la opinión, lo vemos en Israel y Palestina, lo vemos en un Irán donde es continua la presión.

La guerra está hoy en la información, que ha quedado al margen de los medios. Los periodistas que no se prestan a manipulación, que quieren contar los que ocurre de forma distinta, que van allí donde no se quiere que vayan, se convierten en obstáculos. Cárceles y cementerios, exilios... son sus destinos en un mundo cada vez más desinformado.

Cada periodista que cae, desaparece o es silenciado es un retroceso para todos, un castigo a las libertades allí donde existen, un distanciamiento mayor allí donde no las hay.

La lista de Reporteros sin Fronteras habla claro; el mapa con los grados decrecientes de libertad es la traducción de la grave situación. No pensemos que es solo un problema de la "prensa", de los "periodistas". El gran éxito de la manipulación informativa es hacerte creer que todo está bien, que tienes razón, que nada va a cambiar. Luego es ya demasiado tarde. 

* Sofía Nicolás "Gaza se convierte en la región más peligrosa del mundo para ejercer el periodismo, según Reporteros Sin Fronteras" RTVE.es 03/05/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240503/informe-reporteros-sin-fronteras-libertad-prensa-2024/16084204.shtml

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