jueves, 2 de mayo de 2024

La ruptura colombiana

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El anuncio ayer por parte del presidente colombiano, Gustavo Petro, de la ruptura diplomática con Israel hoy mismo, es un ascenso anunciado en la percepción negativa de Israel con Benjamín Netanyahu al frente. Israel ha sido beneficiario de un tratamiento especial, pero ha llegado a un límite. Como señalamos hace tiempo, ha dilapidado su pasado abusando, pensando que el rédito era ilimitado. Se equivocaba, como se puede apreciar cada día que pasa. La locura de Netanyahu, respaldado o empujado —como se prefiera— por las fuerzas radicales y racistas en su gobierno parece no tener fin en su objetivo exterminador. Ya no hay excusas con los rehenes, ya que son las propias familias las que están enfrentadas al gobierno israelí.

En RTVE.es nos dan cuenta de la actitud de Petro:

"El Gobierno del cambio, el presidente de la República, informa que mañana se romperán las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel (...) por tener un Gobierno, por tener un presidente genocida", ha afirmado Petro entre vítores en un discurso ante los trabajadores por la fiesta del 1 de mayo en Bogotá. "Creo que hoy la humanidad, toda en las calles por millones, está de acuerdo con nosotros [...] No pueden volver las épocas del genocidio de un pueblo entero ante nuestros ojos, ante nuestra pasividad", ha añadido.*

Las palabras de Petro son suscritas por muchos en muchos lugares en creciente indignación. La defensa de Netanyahu vale cada vez menos: llamar "antisemitas" a los que no le secundan o le dan el visto bueno a su locura destructiva, arrasando tierras y personas.

Con la destrucción del país y las masacres de civiles, Netanyahu está destruyendo la imagen y las razones de Israel. Se muestra actuando como sus peores enemigos lo hicieron con él, como una entidad exterminadora. Su defensa es absurda, cada día más absurda.

¿Cuál es el futuro de Israel? Acostumbrado a tener un paraguas histórico justificativo y una "protección" permanente de su territorio, el radicalismo islamista ha conseguido arrastrarle hacia una pérdida de apoyos, por un lado, y a tratar de recoger lo que Israel desperdicia. De esta forma, Hamás —un movimiento terrorista cuya primera víctima es el propio pueblo palestino, que es quien sufre los ataques— trata de limpiar y ampliar su imagen.

Las manifestaciones y encierros en la Universidad de Columbia y otras que la han seguido son presentados como antisemitas y pro-Hamás, teniendo como respuesta los desalojos y detenciones presentadas como respuesta a las "intromisiones extranjeras" en los campus. 

Indudablemente, Hamás tratará de beneficiarse dentro de lo que son las guerras de información, pero eso no quita para que lo que haga Israel sea intocable. Son los donantes los que exigen que las universidades sean desalojadas amenazando con retirar la financiación.

El hecho de que esto se esté produciendo también en Europa, con modelos distintos, hace ver que la respuesta es real, una respuesta que pone al gobierno radical de Netanyahu en el frente de las acusaciones por sus actos brutales, para los que se suceden las peticiones de considerarlo "genocidio".

La acción colombiana de romper relaciones con Israel —tras la que realizó Bolivia— supone una división mundial en la que, de no modificarse la situación, el mundo se dividirá en dos, reduciéndose progresivamente los apoyos a Israel. Esto tiene un coste alto para la política norteamericana, que va quedando en solitario comprometiendo a la presidencia, especialmente ante unas próximas elecciones. Ya son muchos dedos los que apuntan hacia Joe Biden por no haber sabido frenar a Benjamín Netanyahu, Veremos el coste electoral de todo esto. Lo veremos además en ambos lados, pues habrá que tener en cuenta el grado de descontento en Israel por la forma de tratar esta crisis.

La situación deja ver que es el pueblo palestino en el presente el que apenas importa nada a Hamás, un brazo armado de Irán en la zona. Las muertes de civiles inocentes debería haber tenido otra forma por parte de Hamás si realmente le hubiera importado la destrucción, pero la idea de que es un coste para conseguir apoyos y aumentar el descrédito internacional de Israel lleva a forzar la situación hasta el límite. Lo padece el pueblo palestino, ya que se aprovecha para su destrucción material y humana con una política de arrasarlo todo, de tierra quemada. Se aprovechan para expandirse los colonos judíos radicales, deseosos de expandir sus territorios y alejar a los palestinos de ellos, como se denuncia de continuo. Permitiendo esto, Netanyahu se asegura los apoyos radicales.

La ruptura colombiana es un paso más, junto con el reconocimiento de Palestina como estado, un estado con representación en el exterior, voz en los foros internacionales, pero sin un territorio propio, el negado por Israel.

Israel, con Netanyahu al frente, pierde su pasado, lo que fundamentaba su presente; pierde también un futuro en el que solo le queda una condena mayoritaria internacional, la que merecen sus actos genocidas actuales. 

Llamarlo "antisemitismo" es una burla y, sobre todo, un insulto a las víctimas del holocausto, en cuyo nombre se realizan las acciones más crueles. Es, además, favorecer a los verdaderos antisemitas dándoles argumentos para conseguir sus objetivos y a los grupos terroristas que los usan como excusa para mantener el conflicto abierto y la consiguiente propaganda.

 

* "Petro anuncia que Colombia romperá relaciones diplomáticas con Israel por el "genocidio" contra el pueblo palestino" RTVE.es 2/05/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240501/gustavo-petro-colombia-rompera-relaciones-diplomaticas-israel-por-genocidio-contra-pueblo-palestino/16085372.shtml



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