lunes, 25 de julio de 2022

Ser y no ser de las plataformas ciudadanas

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El diario El Mundo nos da cuenta de las dudas de Yolanda Díaz sobre cuándo estará dispuesta su "plataforma" Sumar. Creo que el proceso es más que una cuestión de calendario y puede tratarse de algo más profundo, algo que tiene que ver con la propia "identidad" del mismo ente que se crea. Lo llamo "ente" porque lo de "plataforma" me parece vago y lo de "movimiento", aunque se le ponga "ciudadano" detrás tiene una serie de connotaciones históricas que más vale no remover.

Este tipo de "entes" se definen por oposición a los partidos políticos. Son "no partidos", una extraña categoría porque a ciertos sectores de la política no les gusta el sistema de partidos y los partidos mismos, que les parece una herencia incómoda del decadente sistema y pensamiento burgueses en que nos encontramos. Es, por lo tanto, un sí pero no que lleva a constantes dudas y paradojas.

El PP es el "Partido Popular", el PSOE el "Partido Socialista Obrero Español", el PCE el "Partido Comunista Español"... Y esto ha sido así hasta que la política generó sus antipolíticos y sus antipartidos. Algunos, guiados probablemente por Rubén Darío o similar, decidieron que eso de "partido" era demasiado prosaico, por un lado, y demasiado preciso por otro. Les dio entonces por buscar nombres imaginativos y retóricos, como "Podemos", "Más Madrid" "¡Teruel existe!", que iban de la indefinición ideológico a la concreción espacial. Y ahora "Sumar".

Lo poético es muy útil en política y si se junta con lo inconcreto de la definición permite huir de las ideologías (otra carga del pasado) y dedicarse a captar cosas del ambiente, como quejas y deseos, inspiraciones, etc. que se convierten en discursos, logos imaginativos de niños corriendo y saltando por parques o por cualquier otro sitio porque un niño que salta está alegre y sano esté donde esté, algo que nos gusta a todo.

En algún momento hemos hablado del "utopía auditiva" de Yolanda Díaz. Lo hacemos con todo el cariño porque es un ejemplo más de buena voluntad, de la que no dudamos en momento alguno, pero que refleja todos los problemas a los que se enfrentan hoy los partidos (les guste o no) políticos que no son más que una consecuencia de su propia trayectoria basada en un persecución del electorado más que en una profundización de los problemas reales.

En el diario El Mundo leemos bajo el siguiente titular "Yolanda Díaz anuncia que Sumar no se presentará a las elecciones municipales", lo siguiente: 

La plataforma Sumar, que impulsa la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, al margen de Unidas Podemos, no estará lista para presentarse a las elecciones municipales y autonómicas previstas para el próximo año 2023. «Yo creo que no llegamos», aseguró este domingo su impulsora.

En una entrevista concedida a la Cadena Ser en Galicia, Díaz señaló que «su movimiento ciudadano» está todavía en fase de creación y que hasta diciembre o enero estará constituyendo equipos sectoriales y territoriales. Luego será el momento de una «definición completa» del proyecto, explicó.

De hecho, ni siquiera dio 100% por seguro que esta nueva marca política llegue a las próximas elecciones generales. «Es un proyecto ciudadano, no es un proyecto electoral», aclaró, para añadir que primero será necesario que la gente se active y «después decidiremos colectivamente si entendemos que debemos convertirnos en un proyecto electoral y, por lo tanto, concurrir a las elecciones o no».*

 

No sé lo que Díaz quiere decir exactamente con "su movimiento ciudadano" porque es precisamente en el "su" lo que deja de convertirlo en un "movimiento ciudadano". Si la idea es que los "partidos" están demasiado cerrados sobre sí mismos, que son presas de las ideologías, etc. llamarlo "su" es contraproducente porque es elevar el culto a la personalidad a extremos absurdos.

Si hemos entendido bien, el procedimiento es que primero se crea un líder indispensable, el único o la única que puede sacarnos del pozo, para después adherirle el pueblo al final.  "Sumar" es, pues, sumarse al líder o lideresa. Esto tiene muchos nombres, eso sí, todo en nombre del pueblo escuchado. El procedimiento no es nuevo, desde luego; más bien es una variante de muchos otros fenómenos históricos anteriores.

La modernas técnicas de construcción de la imagen trabajan mucho mejor sobre figuras personales que sobre abstracciones, como son las ideas. Todo se lleva a la personalización, hacia el líder, cuya imagen se modela en función de las necesidades que se tenga o, si se prefiere, de las necesidades insatisfechas de los electores ante los que se dibuja una figura mesiánica que deberá salvarnos a todos, la única posible.

Que escuchar a la gente implique que haya que hacer un "movimiento ciudadano" no es más que un juego de palabras. Hoy hay sobrados medios de escucha; el problema no es que haya que acercarse a la gente para escucharla. El problema real es la mala prensa conseguida por los partidos políticos por sus malas prácticas en décadas.

Un partido no es más que tipo de organización especializado. Como todas las organizaciones tiene unos fines, una estructura y unas formas de actuación. Cada uno será diferente, pero todos comparten esas características.

Lo que deberían hacer los políticos es justo lo que no hacen: regenerar los partidos de las malas prácticas, de los vicios que han ido acumulando en el tiempo. Y abrirlos a la gente para escucharla. La forma de escuchar en política se llama "escuchar y debatir", diálogo interno. Es justo lo contrario de lo que hacen mucho tiempo haciendo, donde se tiende a concentrarse en órganos centrales y unánimes hacia el exterior. Hace mucho tiempo que suprimieron las llamadas "corrientes" porque les parecieron contraproducentes al convertirse en "distracción" de los "mensajes claros y únicos".


Tampoco supieron dar solución a la corrupción, que se fue acumulando. Prefirieron tirársela a la cabeza unos a otros antes que ser claros y contundentes, algo a lo que no ayuda la lentitud eterna de la Justicia española, que hace que se aprovechen los pasos judiciales que duran años.

Les perjudica sobremanera la incapacidad del diálogo en esta lucha diaria a cara de perro, a este continuo minar la labor del otro como forma de acción. Si repasamos los discursos políticos, nos daremos cuenta que el 80 por ciento de su duración está dedicado a la destrucción del discurso del otro en un constante juego de pingpong.

Tampoco ha ayudado nada la "profesionalización" excesiva de la política. Los partidos se han convertido en montañas que se escalan en los años, por lo que hay que entrar jovencitos. Eso implica la falta de experiencia fuera de los espacios de la propia política.


Escuchar a la gente es necesario, absolutamente. Pero ir cambiando de vehículo para hacer el mismo camino no parece lo más adecuado. Si son los líderes los que tienen que salir a "escuchar" es un reconocimiento explícito de que los partidos no funcionan, lo que será aprovechado por aquellos que abogan por la ineficacia del sistema, incluyendo claro los propios partidos. Creo que Yolanda Díaz puede haberse dado cuenta de que se cambia de piso, pero que ya se le están acomodando los viejos inquilinos en la etiqueta. Si se trata de distanciarse unos días y hacer lo mismo después, la cuestión está clara.

Creo que Yolanda Días, que es una persona inteligente, se ha dado cuenta de ello. Cuando ha empezado a oír a los mismos de los que pretendía liberarse para realizar su gira auditiva, ha comprendido que solo era hacer lo mismo con otro nombre.

Si los partidos son necesarios dentro del sistema que tenemos, lo importante es limpiarlos, sacar de ellos todo lo que sea un obstáculo. Es necesario pensar en ellos como un sistema y no como un campo destructivo de batalla al que se pretende enganchar a los más belicosos.

No regenerar los partidos existentes ha traído, entre otras cosas, el tipo de populismo fragmentario que hoy tenemos, que solo beneficia a los más radicales, que pueden acceder a un poder impensable con muy poco pues su fuerza aumenta con la división, como estamos viendo en cada elección.

Creo que apostar por la diversidad, por la honestidad, la limpieza y el diálogo debería ser un programa extraño para nadie, aunque a algunos les suene raro. Es mejor esto que tratar de crear "ficciones" que, en el fondo, supongan poca diferencia, más de lo mismo. El eslogan "Ahora eres tú el protagonista" es populista. Igualmente lo es decir que esto "no va de siglas ni de partidos" para pensar luego en hacer un partido. Se reduce la escucha a un movimiento de presentación del sustituto,  partido y líder, uno más en el baile de nombres poéticos.

Como decíamos el otro día, no se trata de conseguir el poder (como sostienen los pragmáticos comunicativos de la política), sino de mejorar la vida de los ciudadanos, de hacer un país mejor, objetivamente hablando. Mejor salud, mejor educación, mejores pensiones, más estabilidad en el empleo, sueldos más justos, mejores empleos, acceso a la vivienda... No hace falta recorrer España para escuchar esto. Hay que ponerse todos manos a la obra. 

* Natalia Puga "Yolanda Díaz anuncia que Sumar no se presentará a las elecciones municipales" El Mundo 24/07/2022 https://www.elmundo.es/espana/2022/07/24/62dd8e31e4d4d8bb658b45f0.html

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