Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La
visita de Joe Biden a Oriente Medio le está saliendo cara. Por decirlo
directamente: se ha encontrado con los viejos amigos de Donald Trump a los que
había prometido ajustar las cuentas y se
ha tenido que tragar todas sus intenciones de campaña presidencial. En política
no hay nada más fácil que ser candidato opositor; el problema es que si ganas
te piden cuentas por tus promesas, esas que llevaron a la gente a confiar en
ti. Los votantes descubren con horror que su voto, con el que pensaban cambiar
el mundo confiando en los locuaces aspirantes al poder, no cambia apenas nadas
en muchos campos en los que se había prometido demasiado.
La
prensa nos ha presentado un ejemplo que roza el ridículo. Se ha fijado en que
Biden estrechó la mano del viejo rey, mientras que solo chocó los puños con el
Príncipe Heredero Mohamed Bin Salman. ¿Es una broma? No, solo un imaginativo
gesto diplomático que mostrar una diferencia sin que cambie nada.
Ayer
escuchábamos a Biden en rueda de prensa comentando que le había dicho al príncipe
saudí que sí creía que él era el responsable del secuestro, tortura,
descuartizamiento y desaparición de Jamal Khashoggi, el periodista saudí que
dejó de ser visto tras ser citado por segunda vez en un consulado saudí en Turquía
al que había acudido para recoger unos papeles y poder casarse.
En
RTVE.es se nos muestra cómo la novia de Khashoggi se despacha bien con el
presidente Biden:
Hatice Cengiz, la prometida del periodista saudí Jamal
Khashoggi, asesinado en 2018 en el consulado de su país en Estambul,
ha expresado en su cuenta de Twitter que el presidente de Estados Unidos, Joe
Biden, tiene "la sangre de las víctimas" del régimen saudí en sus
manos tras el encuentro del mandatario estadounidense con el príncipe heredero
de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman.
"Hola, POTUS, ¿es esta la rendición de cuentas
que habías prometido por mi asesinato? La sangre de la siguiente
víctima de MBS está en tus manos", ha tuiteado ilustrándolo con la
cuenta del fallecido Khashoggi con el título: "Lo que Jamal Khashoggi
hubiera tuiteado hoy".
Y en una conversación telefónica, Cengiz ha señalado que se siente "triste y decepcionada" tras ver la reunión de Biden con Bin Salman, al que la inteligencia estadounidense responsabiliza de su muerte. Ha añadido que pensaba que el inquilino de la Casa Blanca tomaría otro camino diferente y no se encontraría con Bin Salman, "pero no ha ocurrido así". "Pero ya veremos lo que pasará en el futuro. Lucharemos hasta que la justicia prevalezca", ha concluido.*
Hatice
Cengiz tiene al menos el consuelo de no haber votado a Joe Biden. ¿Pero qué
ocurre con los que sí lo han hecho? Los datos de los sondeos han hablado en
días recientes de "hundimiento" de la popularidad de Joe Biden. Este
tipo de acciones serán muy pragmáticas, pero son destructivas para la
credibilidad del sistema y de los propios participantes.
No
estamos hablando de cualquier "infeliz", sino del Presidente de los
Estados Unidos, el POTUS, como señala Hatice Cengiz, que parece no querer
mancharse la boca con su nombre.
Tenemos
la excusa "Putin" o, si se prefiere, las excusas combinadas "guerra",
"energía" (petróleo), "inflación creciente", "crisis
económica", "protección de Israel", etc. Si hasta Vladimir
Putin, que no es un demócrata, ha tenido que poner excusas para invadir otro
país, bombardearlo, amenazar con cortar el gas a Europa, etc., ¿qué no tendrá
que hacer alguien que tiene que estar pendiente de los votos?
Puede que esto suene cínico, pero es la realidad con la que nos encontramos. Los políticos nos demuestran cada día el valor de lo inevitable cuando llegan al poder, lo contrario de lo que hacen en campaña, en las que todo se puede cambiar. Esto es interesante, porque es lo que suelen intentar arreglar con sus discursos sobre lo inevitable, aquello que no tenían intención de hacer cuando no tenían la obligación del poder.
Los
medios de comunicación han convertido ya en un ejercicio rutinario repasar las
contradicciones de los políticos en cuanto a lo que van a hacer, que se queda
en apenas nada en este mundo complejo, interconectado y en donde una cosa es
que te salga bien la reunión de la OTAN y otra pintar algo en los destinos del
mundo. ¡Felices los de Podemos, que han encontrado la solución de gobernar y
ser oposición simultáneamente!
¡Ten
cuidado con lo que prometes, con a quién llamas tu enemigo, etc. porque mañana
te encontrarás en la misma cama, bajo el mismo edredón!
En la
BBC leemos sobre la esperada foto del encuentro:
It was a striking photograph. The US president
and the man he'd called a pariah, bumping fists in the gilded splendour of
Jeddah's royal palace.
Saudi Arabia was always going to be the
controversial stop on Joe Biden's first trip to the Middle East as US
president.
Just four weeks earlier, Mr Biden had said he
wouldn't meet Crown Prince Mohammed bin Salman on his visit here.
As he settled into the White House during his
first few weeks in the job, he refused to even speak to Saudi Arabia's de-facto
ruler.
Mr Biden made the "pariah" comment on
the US election campaign trail back in 2019.
It came after the CIA concluded the crown
prince had approved the brutal killing of the journalist Jamal Khashoggi inside
the Istanbul consulate.
Relations were frosty. Then came the
announcement of the president's visit.**
Lo del
choquecito de puños de Bin Salman y Joe Biden es un logro diplomático para
poder evitar lo que se debía haber evitado, ese encuentro. Pero no eres grande
o pequeño, poderoso o débil, por el tamaño sino por lo que estás obligado a
hacer. Si los Estados Unidos han reculado con Bin Salman, se encuentran de
nuevo a partir un piñón con la Venezuela del chavista Nicolás Maduro.
¿El
petróleo lo justifica todo? Parece ser que sí. Da la impresión que si tienes
petróleo (o cualquier cosa que los demás necesiten desesperadamente) y eres
capaz de aumentar la producción para evitar que suban los precios, se te
perdona todo lo que hagas por malo que sea. Hay, pues, una política para los
malos tiempos y otra para los buenos. Si el petróleo está caro, sonríes a los
saudíes y chocas el puño con el que autorizó el asesinato, según te cuentan tus
propios servicios de Inteligencia.
Antes
para estas cosas se enviaba a otro, es decir, a un ministro, un príncipe. Pero
el problema es que Biden, en horas bajas, tiene que mostrar que está activo en
esta crisis mundial abierta. La BBC cierra su artículo señalando:
Critics say that the first leg of Mr
Biden's Middle East trip - to Israel and the occupied West Bank - didn't
deliver any significant achievements.
If he can persuade some of the
world's largest oil-producing countries to pump more of it and help lower the
price, that will be seen as a victory by US voters back home.
But so far, there's little sign
he'll leave with the prize that so many people say he came here for.**
¿Todo por nada? ¿Quién sabe? Los saudíes se enfrentan a su propio deseo de ser más poderosos de lo que son. Cuanto más sumiso sea Estados Unidos, más control y poder tendrán en la zona, donde ya dictan lo que hay que hacer y donde Rusia despliega su peones.
A los detalles dados por Biden sobre el asesinato de Khashoggi, bin Salman le ha contestado con detalles de las prisiones y torturas de Irak y con la muerte de una periodista de Al-Jazeera. De esta forma los saudíes se han quedado contentos. Ellos saben que estas cosas pasan y que ellos las están investigando para encontrar a los culpables. En todas partes, han venido a decir, hay gente que no obedece y hace quedar mal a sus gobiernos. Y se han quedado tan contentos, todos menos la pobre novia de Jamal Khashoggi que se ha quedado sin nada.
La idea de "poder" tiene que ser recontextualizada de forma constante ya que no es lo que eres, sino lo que puedes lo que acaba decidiendo. ¿Qué significa hoy ser poderoso si te tienes que tragar tus propias palabras cada vez que te encuentras limitado? ¡Malos tiempos para los principios!
Al que se le ocurrió la idea de hacer que un príncipe acusado de criminal por los servicios de su propio país chocara los nudillos con el presidente de los Estados Unidos que le había llamado de todo. No sabemos si acertó; nadie sabe realmente qué puede ocurrir con el petróleo.
Biden, todo un veterano político, está descubriendo muchas cosas. El poder ya no es lo que era en este mundo tan complejo y repartido. Si a Biden no les sale bien la jugada y no hay todo el petróleo que él esperaba encontrar en los saudíes, los demócratas pueden despedirse de renovar porque se les queda fuera el arma del "compromiso" idealista. Trump se burlará de ellos y acabará diciendo que si dan más petróleo es por los "viejos tiempos", quién sabe si no se da una vueltecita por Oriente Medio a dar abrazos.
Desde el punto de vista comunicativo y diplomático, el choque de puños ha quedado marcado como algo entre gente que no se lleva bien y no quiere darse la mano. Habrá que apuntarlo, no sea que alguien meta la pata en el futuro.
Hoy es la foto del día. Las interpretaciones varían, pero la imagen queda.
* "La prometida de Khashoggi dice que Biden tiene las manos "manchadas de sangre" de las víctimas del régimen saudí" RTVE.es /EFE 15/07/2022 https://www.rtve.es/noticias/20220715/prometida-khashoggi-dice-biden-tiene-manos-manchadas-sangre-victimas-regimen-saudi/2389004.shtml
** Anna
Foster "Saudi Arabia: The
significance of Biden's fist bump with crown prince" BBC 16/07/2022
https://www.bbc.com/news/world-middle-east-62189543
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