Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Por si
no teníamos bastante, ahora somos el país puntero en "Viruela del
Mono". La OMS la acaba de declarar "emergencia sanitaria
internacional", lo que es un nivel preocupante. Pero más allá de la
emergencia, nos debería preocupar que seamos el centro, nos guste o no, de los
contagios, lo que debería llevar a preguntarnos qué extraña fatalidad es la que
hace que estas cosas ocurran, es decir, nos ocurran a nosotros, aquí.
Podemos
optar por creernos las fakes news que hablan de conspiraciones farmacéuticas
para vender vacunas, lo que es poco recomendable. Es preferible, en cambio,
tratar de identificar cuál es nuestro perfil, el que resulta tan atractivo, no
para los virus, sino para los portadores, pues de eso se trata.
Cualquier
enfermedad que se contagie depende de las variables sociales de cada espacio
específico. Pensemos un ejemplo sencillo, un país en el que no fuera costumbre
estrecharse las manos (Japón, por ejemplo) o que la distancia de conversación fuera mayor que la de países en los que tenemos la costumbre de abrazarnos y tocarnos mientras
hablábamos. Es evidente que aquellos que están más tiempo en contacto y este es
más próximo, tienen más posibilidades de pasárselo de unos a otros. Son simplemente números: distancias de proximidad, de intensidad de los roces o contactos, de tamaño del espacio, de la frecuencia de contactos, etc.
Mientras
pasaba la calurosa tarde de ayer sentado en una mesa de cafetería escribiendo
con mi ordenador, pude apreciar un reencuentro vacacional entre dos amigos. Por
supuesto, los dos iban sin mascarilla. Rápidamente se abrazaron y pese a la
incomodidad de uno de ellos, el otro le pasó el brazo por el cuello y traducía
sus efusiones en restregar la mano suelta por el pecho del otro. El tono de la
voz era alto, como corresponde a dos escandalosos españoles, que hablan para
los que se encuentran en un radio de diez metros, que sería la distancia a la
que yo estaba. El encuentro duró unos tres o cuatro minutos, en el que se
intercambiaron todo tipo de abrazos, toques y palabras. Después, cada uno se
fue por su lado. En otros países del mundo esto habría sido de una manera diferente,
pues depende de las costumbres sociales, del sentido de la intimidad, de las
distancias, etc.
Sea por lo que sea, lo cierto es que estamos en el centro de la "Viruela del Mono"; somos el espacio donde más casos se han detectado, según nos confirma RTVE.es:
En Europa se han detectado 8.697 casos confirmados de viruela del mono desde el inicio del brote, según el último informe del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC). España es el país que más positivos ha notificado (3.125), seguido de Alemania (2.191) y Francia (912).
Algo por detrás han quedado Países Bajos (712), Portugal (515), Italia (374), Bélgica (312), mientras el resto no llega al centenar. Son Austria (91), Suecia (77), Irlanda (69), Dinamarca (48), Noruega (46), Polonia (40), Hungría (32), Eslovenia (27), Grecia (20), Rumanía (19), Malta (17), Chequia (14), Luxemburgo (14), Finlandia (13), Islandia (9), Croacia (7), Estonia (4), Bulgaria (3), Letonia (3) y Eslovaquia (3).*
Sorprende grandemente la desaparición en el listado del país que más casos tenía, por delante de España, del Reino Unido. Inicialmente estábamos en un listado encabezado por Reino Unido, seguíamos nosotros en la segunda plaza y los terceros eran los portugueses. El uso de "Europa" si se quiere decir "Unión Europea· puede ser la fuente de la exclusión. No acabamos de acostumbrarnos a una Unión sin Reino Unido, pero menos todavía a una "Europa", en la que evidentemente sí se encuentra. Lo cierto es que no se puede prescindir de los datos de Reino Unido porque son determinantes.
El 10 de junio, el mismo medio nos decía:
Reino Unido es el país
europeo con más casos de viruela del mono, donde se han detectado 302 personas
positivas. Le siguen España, con
253 contagios confirmados, y Portugal, con 191.
En nuestro país, la mayoría de los afectados se han localizado en Madrid, aunque también se han registrado casos en Canarias, Cataluña, Andalucía, País Vasco, Aragón, Galicia, Comunidad Valenciana y Navarra. **
En The Washington Post también se recogía ayer, 23 de julio, información sobre los números de contagios y esta vez sí se incluye a los británicos, sin que por ello perdamos el triste liderazgo:
Spain leads the world in confirmed cases, with
more than 3,100 infections, according to tracking by the U.S. Centers for
Disease Control and Prevention. The United States has the second-highest tally,
at nearly 2,900 cases, with Germany and Britain each reporting more than
2,200 infections.***
El hecho de que "desaparezcan" los ingleses de la lista puede ser un descuido o un intento de "calmar" las presiones del sector turístico, que siempre dice sentirse afectado por todo lo que sea poner "límites" a los británicos. Tras las olas de coronavirus, que no decaen, la manera de informar sobre salud necesita de un cierto repaso. Hace unos días en un noticiario televisivo se decía que había "buenas noticias" sobre la pandemia, que se reducían los contagios y los ingresos, que, eso sí, había aumentado el número de muertes. Ante esta forma de explicar las cosas y de valorarlas uno no sabe bien cómo reaccionar, aunque se va pasando de la sorpresa al enfado progresivamente. Puede que la "buena noticia" de las muertes sea fruto de un perverso sentido del humor que estamos desarrollando por tantos casos.
En el caso de la "viruela del mono", The Washington Post incide en dos elementos han señalado desde las instituciones sanitarias:
“With monkeypox cases continuing to rise and spread to more countries, we now face a dual challenge: an endemic disease in Africa that has been neglected for decades, and a novel outbreak affecting marginalized communities,” Josie Golding, head of epidemics and epidemiology at the global health organization Wellcome, said in a statement. “Governments must take this more seriously and work together internationally to bring this outbreak under control.”
Lo que anteriormente se ha dejado como algo "africano", poco preocupante, se convierte en gran preocupación cuando sale de allí y se esparce por el mundo. Que los tres países más afectados sean España, Estados Unidos y Reino Unido, debería ser estudiado desde una perspectiva social, tratando de establecer cuáles son las líneas de transmisión. Sin embargo, la mezcla con los elementos referidos a las prácticas sexuales o íntimas, que parece ser el origen de muchos de los contagios, como se pudo ver en la sauna clausurada en Madrid, tienden a oscurecer el asunto. Las protestas de las comunidades estigmatizadas son claras, pero tampoco se debe obstaculizar el conocimiento de las formas de transmisión, sean estas las que sean. Pero el crecimiento de algo que se ha advertido ya sobre cómo se transmite y que se han establecido claramente espacios en los que se han producido los contagios, debería aportar información de seguridad para los posibles afectados y limitar los contagios. Sin embargo no es eso lo que está ocurriendo.
El caso es distinto al del COVID-19, un virus desconocido para el que ha habido que crear todo porque no sabíamos nada. La viruela del mono, por el contrario, es una vieja conocida en determinados países que nuestros hábitos sociales y viajeros están desperdigando por lugares en que antes no se manifestaban. Hay vacunas y se están aprobando vacunas de la viruela a las que se ha ampliado el espectro defensivo para hacerlas más eficaces. Pese a todo, los cuidados deben ser extremos, algo que parece no tenerse en cuenta.
Puede que el efecto de los confinamientos anteriores nos esté jugando una mala pasada y que el ansia reprimida de viajes, encuentros, etc. nos está haciendo bajar la guardia más de lo prudente. Lo cierto es que, como se señala en TWP, es la velocidad con la que se transmite lo que preocupa. Quizá los negocios perdidos de los viajes han hecho buenas ofertas y los centros de encuentro se presentan más poblados y activos que de costumbre. Sea por lo que sea, hacen falta sociólogos y estadísticos que rastreen y expliquen estos itinerarios que acaban trayendo a nuestro país la viruela del mono. como un espacio de convergencia de los contagios. Aunque puede que a algunos no les guste.
Como nos enseña la experiencia, la gente no va a los lugares más seguros, sino a aquellos en los que les dejan hacer lo que quieran.
* "La EMA recomienda el uso de la vacuna tradicional de la viruela contra el virus del mono y se incluirá en el prospecto" RTVE.es 22/07/2022 https://www.rtve.es/noticias/20220722/ema-viruela-mono-vacuna/2390632.shtml
** "Mapa de la viruela del mono en el mundo: Reino Unido, España y Portugal son los países con más casos" RTVE.es 10/06/2022 https://www.rtve.es/noticias/20220610/viruela-mono-casos-mundo-espana/2350582.shtml
*** Fenit Nirappil "WHO declares monkeypox a global health emergency as **infections soar" The Washington Post 23/07/2022 https://www.washingtonpost.com/health/2022/07/23/monkeypox-who-global-emergency/
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