viernes, 8 de julio de 2022

Ladrillos y manguerazos o cómo pagan los de siempre

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La confluencia de dos noticias ayer nos debería hacer reflexionar más allá de la actualidad. Son dos noticias que nos deberían preocupar a todos, pues no es lo circunstancial lo grave, sino aquello que es largo en el tiempo y solo sale a la luz después de haber sembrado las malas prácticas y haber recogido varias cosechas ante los ojos ciegos.

Ayer conocíamos la sanción a las mayores empresas constructoras del país por prácticas contra la competencia, aunque sería mucho más ajustado llamar a las cosas por su nombre: prácticas contra la sociedad española. No podemos dejar de sentir una fuerte indignación cuando leemos en RTVE.es el titular "La CNMC multa con 203,6 millones a seis constructoras españolas por alterar las licitaciones durante más de 25 años".

En el artículo sobre la sanción leemos: 

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha multado con un total de 203,6 millones de euros a seis de las principales constructoras españolas por alterar durante 25 años, de 1992 a 2017, la competencia de miles de licitaciones públicas destinadas a la edificación y obra civil de infraestructuras.

Tal como ha confirmado este jueves la CNMC, las compañías y sanciones impuestas son Acciona (29,4 millones), Dragados (57,1 millones), FCC (40,4 millones), Ferrovial (38,5 millones), OHL (21,5 millones) y Sacyr (16,7 millones). "Desde 1992, las compañías se reunían semanalmente y decidían los contratos públicos en que iban a compartir trabajos técnicos de sus ofertas", ha explicado el organismo en una nota remitida a los medios. Además, intercambiaban información sobre su estrategia de presentación a los concursos públicos.

Se trata de prácticas, según la CNMC, cuyos efectos "han sido especialmente dañinos para la sociedad", pues entre las miles de licitaciones afectadas existen infraestructuras de interés general como hospitales, puertos y aeropuertos o carreteras; fundamentalmente las pertenecientes al ámbito de fomento, incluido el Ministerio de Fomento (actual Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana), junto con sus organismos y entidades públicas empresariales dependientes.* 

Hay varios aspectos en los que se puede desglosar la rabia. El primero es que el "ladrillo" ha sido el sector que más ha especulado en este país, que lo modelado para convertirlo en un chiringuito turístico durante décadas impulsando construcciones de todo tipo, saltándose en muchas ocasiones normativas; ha sido el mayor factor de corrupción en los niveles locales y autonómicos y son pocos los grandes escándalos de corrupción que no han ido vinculados a la construcción, terrenos, etc. Ha sido el principal factor de endeudamiento de las familias españolas, el que contribuyó a una enorme crisis cuando la economía española se tambaleo y la gente no pudo cubrir los créditos solicitados precisamente para las viviendas y segundas viviendas. Eran tiempos en los que el "ladrillo" era el principal destino del dinero. Pero siempre se quiere más, nunca se gana bastante. La llamada "burbuja inmobiliaria" fue el resultado y se llevó por delante a muchos. Por supuesto, no a los que se habían hecho millonarios, sino a los que tenían que dedicar una parte de sus sueldos o un sueldo entero a pagar unas eternas hipotecas.

El segundo factor es la duración. Se les sanciona por sus actuaciones entre 1992 y 2017. ¿Cómo es posible que hayan podido mantener este comportamiento delictivo durante todo este periodo de tiempo? ¿Cómo es posible que esto se haya estado produciendo así, de esta forma escandalosa durante 25 años? Una vez más hay que apuntar a la corrupción y al efecto corruptor, que son dos cosas distintas. 25 años de corrupción en la construcción son muchos miles de corruptos en ambos lados del hecho.

¿Cómo es posible señalar que "Desde 1992, las compañías se reunían semanalmente y decidían los contratos públicos en que iban a compartir trabajos técnicos de sus ofertas"? ¿Cómo es posible que nadie lo supiera o, peor, que a nadie le importara? Una "reunión semanal" durante 25 años no es una broma, un hecho aislado; es un comportamiento sistemático en contra de los intereses de todos los españoles que somos los que contribuimos a los fondos del estado.

El tercer elemento lo tenemos en las multas. Las multas, que a cualquier mortal nos parecen enormes, son apenas hacerles cosquillas a los que ha estado usando estos procedimientos durante 25 años y que han ganado miles de millones de euros con esto. Las multas son apenas testimoniales; salen rentables. Pagas un poco en comparación con lo mucho que has ganado, por lo mucho que le has sacado al dinero del estado.

El hecho de que los fraudes en las construcciones se dieran en las administraciones autonómicas y municipales, que son las que disponen de terreno es escandaloso. Ahora nos dicen que esto se ha dado en territorios ministeriales, como los de Fomentos, que tenemos menos hospitales, aeropuertos, etc. porque hemos tenido que pagar mucho más por los existentes dados los pactos para no competir y tener que realizar ofertas más bajas. Hemos pagado todo lo construido de forma más cara gracias a estas prácticas durante 25 años.

Pero no es la única noticia indignante. La noticia sobre cómo la bonificación de esos 20 céntimos de euro, destinados a abaratar los combustibles a los ciudadanos, han sido "absorbidos" por las gasolineras subiendo los precios es de nuevo indignante y reveladora.

Es el resultado de un estudio sobre el comportamiento de los precios realizado en ESADE. En RTVE.es se señala:

La hipótesis principal, según sus autores, es que esta situación se debe a "un fallo de diseñode la bonificación del Ejecutivo con respecto a las estaciones de servicio independientes. "El sistema de anticipos implementado por el Gobierno para dotar de liquidez al sector se ha revelado insuficiente en el caso de las gasolineras independientes con menores precios, lo que ha podido llevar a que aumenten sus precios para poder garantizar dicha liquidez", apunta el documento.

Así, los autores consideran que las grandes compañías "pueden permitirse llevar a cabo esta estrategia de no subir precios, o incluso bajarlos ligeramente en el caso de la gasolina 95", ya que cuentan con los márgenes de sus actividades de refino, así como con precios previos superiores respecto a las estaciones de servicio independientes.

"Este abaratamiento relativo de las gasolineras operadas por operadores mayoristas respecto al resto del mercado nos parece especialmente preocupante a medio y largo plazo, puesto que entendemos que puede minar la competencia en el sector", advierte el informe.**


Que el efecto de una ayuda destinada a hacer descender el pago por parte del ciudadano sea encarecer el precio de la gasolina y que se embolsen otros ese dinero es algo más que un despropósito, es una forma de funcionamiento del sistema, que actúa siempre en beneficio de unos y en detrimento de otros.

Esta forma de capitalismo que practicamos no beneficia a los consumidores, sino que por el contrario trata de explotarlo apoyándose en prácticas como las que se nos ha mostrado en un sector como la construcción o ahora en la energía.

Sigue sin haber explicaciones coherentes sobre porqué las energéticas están aumentando beneficios de forma espectacular, mientras se aplica una ley de inevitabilidad a los padecimientos económicos de los consumidores y usuarios, desprovistos de amparo ante los abusos y connivencias de un sector, como es el inmobiliario, que se lleva la base de sus ahorros y otro como el energético, del que cada vez sospechamos más que Putin es el inicio, pero que hay otros muchos que se están beneficiando aumentando su márgenes de beneficio por la sencilla ley del mercado que todo lo que se pueda ganar se gane. Es una versión más elegante del "¡p'a la saca!", el "Non Plus Ultra" de estas generaciones educadas siguiendo a sus mayores. Hasta los más indocumentados son capaces de hacer gastar al estado, como aumento especulativo del precio de las mascarillas; basta tener primo, hermano o amigo bien situado. Luego, el dinero llama dinero.


Las informaciones que nos van llegando describen un estado lleno de agujeros y trampas, fácil de engañar y desviar lejos lo que entra y sale. ¿No hay controles o, por el contrario, los controles están controlados por manos expertas en estos chanchullos?

Comentaban hace unos días en un canal que los viejos lazos entre las empresas y la política no se han desatado y que unos sostienen a otros dándoles apoyos. Hoy por ti; mañana por mí, parece ser el lema.

Lo ocurrido con sector de la construcción es un enorme escándalo, tanto por sus efectos como por su duración. El hecho de que una bonificación al ciudadano se resuelva en un aumento de los precios es algo más que un "fallo de diseño"; es el funcionamiento perverso del sistema que lo permite. Hablan de que han sido los que controlan las refinerías los que han manipulado los precios para recoger ese dinero que sale del estado.

Podríamos citar más casos en los que las ayudas se acaban convirtiendo en perjuicios para los ciudadanos. La pandemia, la guerra, etc. todo son excusas para unos aumento de precios que están causando una enorme inflación. Muchas veces se trata de excusas para las subidas de precios que aumentan las ganancias, por lo que desincentivar los beneficios escandalosos, sin escrúpulos, tendría que empezar a funcionar. Pero, como sucede con los lazos económico-políticos de Putin, los lazos del mismo tipo de los políticos españoles son complicados de deshacer. Demasiadas conexiones, demasiada información circulando, demasiada protección en muchos niveles.

No estamos hablando aquí de los chorizos, de los tironeros, etc. Estamos hablando de los "respetables" ejecutivos, directivos, empresarios, etc. que han basado su riqueza en este tipo de manipulaciones. Lo han hecho porque han podido, simplemente; lo han hecho porque es bueno ganar mucho dinero y es inteligente saltarse las reglas, normas y leyes, que son para los de abajo, usted y yo. Ganas muchos dinero para ir a las mejores escuelas de negocios, a las mejores universidades, etc. para aprender ese principio básico: la normas son para los de abajo, para los tontos. Me parece muy bien que les multen; me gustaría que les retrataran, que les pusieran foto y nombre y apellidos, su declaración de la renta, etc. Los españoles tenemos derecho a saber dónde va nuestro dinero, creo yo, ver el coche, el yate, los relojes, como los dos listillos comisionistas de las mascarillas del "¡p'a la saca!", alevines con futuro.

Hace falta limpieza a fondo. El "mercado" no es el paraíso, sino la jungla en la que tenemos que sobrevivir cada día. Necesitamos movernos por un sistema limpio y claro y no estas oscuridades acumuladas, estos meandros de corrupción, a un lado y otro de los límites. De la modesta gasolinera a los llamados "G7 del ladrillo" (la G es por "golfos"), hay que proteger a las personas de este afán depredador que afecta tanto a las personas como a las arcas del Estados, es decir, nos las dan por todos lados.  

* "La CNMC multa con 203,6 millones a seis constructoras españolas por alterar las licitaciones durante más de 25 años" RTVE.es 7/07/2022 https://www.rtve.es/noticias/20220707/cnmc-multa-constructoras/2387240.shtml

** "Las gasolineras subieron sus precios entre 0,7 y 3,5 céntimos tras la bonificación del Gobierno, según Esade" RTVE.es 7/7/2022 https://www.rtve.es/noticias/20220707/gasolineras-subieron-precios-carburante-descuento-gobierno/2387216.shtml

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