viernes, 13 de mayo de 2022

La muerte de otra periodista y el Gran Influencer

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

No sé si pronto tendremos que dar las bajas de los periodistas muertos en acto de servicio en cada guerra, en cada conflicto, en cada situación de corrupción en diferentes frentes y países. La viñeta realizada por la gran periodista egipcia Doaa Eladl me llega hoy y es sencilla y directa: una periodista perfectamente identificada en su chaleco de prensa, con su casco igualmente marcado junto a la sombra de la muerte. No hace falta más. Nos habla de la muerte de la periodista Shireen Abu Aqleh, asesinada —no se puede llamar de otra manera— de un certero tiro en la cabeza.


¿Se han convertido los indicadores de "PRESS" en contraproducentes? ¿Son ahora formas de marcar claramente objetivos en vez de lo contrario, una forma de protección? Habrá que plantearlo si se siguen produciendo estos crímenes contra los informadores. No hace mucho, en Ucrania, otra periodista fue bombardeada de forma precisa mientras transmitía, otro indicador fácilmente localizable y convertida en preciso objetivo.

La muerte de periodistas en México es una epidemia nacional. Un país con zonas  controlado por criminales, con conexiones corruptas y con un presidente que desprecia a la prensa, que ha tenido que hacerle una huelga de preguntas como respuesta a su actitud y palabras.

Hoy muchos que van a las Facultades de Información te dicen que quieren ser "influencers", otros que les importa más la "realidad virtual" y a otros muchos la comunicación comercial. La función del periodista no es ninguna de ellas, pero los tiempos no son los del heroísmo sino los de la popularidad y el beneficio. Los verdaderos periodistas tienen otra función y los que mueren los sacan de su invisibilidad diluida. Es triste que sea la muerte, el asesinato lo que nos haga fijarnos en esos hombres y cada vez más mujeres que van a primera líneas para que podamos ver escenas de las guerras, de los desastres... mientras cenamos y esperamos el siguiente concurso, reality o serie.

El Periodismo es cada vez más arriesgado porque los propios periodistas rebajan sus condiciones de seguridad por la competencia de los medios. Muchos trabajan por su propia cuenta, con muy escasos medios (seguridad, económicos...) para luego poder hacer llegar reportajes y crónicas de aquellos lugares en los que no se trabaja con ninguna seguridad.

Pero hay otro factor: el uso de la información y la desinformación como armas bélicas, lo podemos ver con claridad en Ucrania, convierte a los informadores en personajes molestos, que pasan a ser objetivos militares. La guerra de la información hace que haya que silenciarlos para que las versiones oficiales se abran paso entre los océanos de noticias. Una fotografía, un vídeo, unas entrevistas pueden desmontar una versión oficial. La prohibición de imágenes en la televisión rusa, el control de las palabras que pueden usar en las informaciones, etc. es solo una parte de lo que significa tener libertad de expresión e información. En el frente se traduce en la muerte como forma de disuasión para evitar que los periodistas se acerquen a las zonas que se están "limpiando". Nadie quiere tener testigos de masacres, torturas o la creación de fosas comunes como las que se están descubriendo en Bucha, con muertos de tiros en la nuca. Hay que evitar que haya testigos de todo esto. Hay que alejar a la prensa, por lo que el rótulo "PRESS" se convierte en marcador negativo, en garantía de nada.

La muerte de Shireen Abu Aqleh, la periodista de la cadena Al-Jazeera, como tantas otras se ha tratado de confundir, de responsabilizar oficialmente al enemigo. Pero hoy no es fácil esconderse a las miradas ciudadanas; siempre hay dispositivos de algún tipo, teléfonos o cámaras de vigilancia, que nos dan una versión distinta a la oficial. Ya ocurrió en Egipto, cuando las autoridades trataron de cargar la muerte de Shaimaa al-Sabbagh a sus compañeros. Un vídeo desde otro ángulo mostró al asesino, un oficial de Policía, que disparó a sangre fría contra la llamada después "mártir de las flores", lo único que llevaba en sus manos.

Esta vez la versión oficial es también desmontada por imágenes que nos muestran una realidad distinta. Es precisamente en este conflicto de realidades donde el periodista se vuelve incómodo y en víctima potencial de aquellos que desean imponer una versión oficial del mundo y sus acontecimientos.

En France 24 señalan los intentos fallidos de las autoridades israelís para frenar las acusaciones palestinas e internacionales de instituciones de derechos humanos: 

Para respaldar su versión, el mandatario hizo referencia a un video en el que un miliciano palestino celebra haber derribado a un soldado, cuando las fuerzas israelíes no habían sufrido bajas. Pero ese fragmento de menos de 14 segundos fue rebatido por la organización de derechos humanos B'Tselem, que concluyó que no corresponde al lugar en el que se produjo la muerte de Abu Akleh.*

 

La muerte de la periodista Shireen Abu Aqleh, como la de la periodista rusa disidente en Ucrania, Oksana Baulina, son parte de las guerras que el poder mantiene con la información disidente. El mundo es cada vez más orwelliano y cada vez la "realidad" se fabrica al dictado. La frase del presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi "no escuchen a otros, escúchenme a mí" resume ese deseos de anular cualquier otra fuente discrepante. En este contexto, son cada vez más frecuentes las muertes, intimidaciones, presiones de todo tipo contra aquellos que tratan de vivir la realidad de cerca y transmitirla.

Eso nos va forjando una nueva generación de periodistas más comprometidos, distanciados de otras formas de comunicación en este universo mediático y comunicativo que hemos creado. Los que se meten en él tienen sus propios héroes y heroínas, aquellos que cayeron por contar a verdad que vivían en trincheras, entre ruinas y escombros, entre cadáveres y lamentos. Lejos de la cultura narcisista del selfi, ellos dirigen sus cámaras y micrófonos a un mundo cada vez más complejo y arriesgado. Lo hacen por nosotros, para que salgamos de las burbujas que se nos fabrican y en las que vivimos cómodamente. Nos ofrecen lo que ven lo que viven; lo padecen internamente para que nosotros sepamos cada día qué ocurre en este mundo complejo, lleno de crueldad, implacable.

Las muertes de periodistas son el signo inequívoco de que el Gran Hermano se ha convertido en el Gran Influencer. El Gran Hermano te vigilaba; El Gran Influencer te dice lo que debes pensar, mirar y sentir. La diversidad de la prensa libre, las diferencias le asustan y quiere asegurarse que los periodistas no le aguan la fiesta. El pequeño gran periodista está en el punto de mira.

 

* "Una periodista palestina de Al-Jazeera fue asesinada en una redada israelí en Cisjordania" France 24 11/05/2022 https://www.france24.com/es/medio-oriente/20220511-periodista-cadena-aljazeera-asesinada-operacion-israel-cisjordania

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.