jueves, 19 de mayo de 2022

El día en que Elvis apareció en mi Instagram

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Les cuento lo que me pasó: Estaba viendo una vieja película que tiene como escenario la ciudad de Las Vegas, en la que sucedía un concurso masivo de imitadores de Elvis Presley, lo que implicaba una banda sonora llena de canciones del "rey" durante las actuaciones de los imitadores en el casino donde transcurre una parte de la acción. Como la película no era gran cosa, aproveché para mirar en mi cuenta de Instagram. Al ver las novedades, por primera vez en años, me aparecieron dos mensajes seguidos con imágenes de Elvis. Al día siguiente apareció otra y no ha vuelto a salir ninguna más. ¿Casualidad? Piensen lo que quieran. Esta mañana revisé los permisos de la aplicación y desactivé el micrófono.

Las historias sobre los anuncios personalizados son ya un clásico. Todo el mundo te cuenta alguna. Escribió algo en su chat o en su correo y le aparecieron anuncios referidos al tema de la conversación.


No hace mucho, la polémica se extendió a Alexia. Según parece, Alexia no solo recibe órdenes, sino que está pendiente de las conversaciones que se celebran a su alrededor y procesa esa información, que es remitida a los centros de la empresa. La contestación que se dio entonces es que servían para mejorar las capacidades de procesamiento del lenguaje humano por parte del sistema de Alexia y así ser "más eficaz". Pero esto es como decir que los espías internacionales lo hacen para aprender y mejora su comprensión de los idiomas de los espiados. Es parte de esa retórica insultante para la inteligencia en la que se dice que todo se hace por nuestro bien, que les preocupa nuestra intimidad, etc., todos esos mensajes que se nos ofrecen para que aceptemos de buen grado (¡qué remedio!) que entren en nuestras vidas, aparatos, etc.

Si hacen limpieza periódica de las cookies de sus ordenadores, comprobarán que en apenas unos días de navegación se acumulan varios miles en sus ordenadores, que además de monitorear sus actividades con el navegador pueden realizar exploraciones del ordenador. Ya no se trata solo de que te aparezcan anuncios. La cuestión está empezando a ser mucho más seria.

Desde el comienzo de la pandemia, que hizo que la actividad online aumentara exponencialmente, habrán observado que el acceso desde la salida inicial se ha complicado con una series de requisitos, permisos que han de ser aceptados, etc. abrumadores. Google no le deja buscar si no ha iniciado alguna de sus cuentas, le exige sincronizarlas, no le deja cerrarlas en muchos casos de forma directa al salir de la aplicación y un sinfín de obstáculos que se multiplican en cada plataforma utilizada, condicionando los navegadores que nos "invitan" a usar, etc.

Me parece muy bien que se diga a la gente común cómo protegerse de Pegasus, el programa que les ha robado Gigas a nuestro presidente y algunos ministros y cuesta dos millones de dólares, una excusa retórica para justificar la pifia. ¿Pero qué pasa con toda esa otra gente que está tan "preocupada por nuestra seguridad"?

Ayer y hoy, encontramos en los medios noticias sobre cómo somos espiados y por quién. El que maneja más datos o contiene más interacciones es Google, que de buscador favorito ha pasado a ser el amo. En Antena 3 nos explican los resultados de un grupo irlandés para defensa  de las libertades:

A raíz de una filtración, la ICCL ha confirmado que Google inspecciona nuestras comunicaciones unas 426 veces al día de media: "Es la mayor violación de datos jamás registrada. Rastrea y comparte lo que la gente ve en línea y su ubicación en el mundo real 294.000 millones de veces en Estados Unidos y 197.000 millones de veces en Europa todos los días", ha detallado el organismo irlandés.

En términos de promedio, las intrusiones diarias en los datos de una persona que reside en EEUU aumentan hasta 747 veces, mientras que los ciudadanos europeos están expuestos 376 veces al día. En términos anuales, Google rastrea y comparte las ubicaciones de los usuarios de Internet de EEUU cerca de 107 billones de veces al año. En el caso de los europeos, la recopilación de información supone una media de 71 billones de veces al año.

Según ha explicado el ICCL, "las cifras de la industria en las que confiamos no incluyen las transmisiones de Facebook o Amazon".*

No es anecdótico que la investigación haya salido de Irlanda, pues es un centro de investigación y desarrollo informático muy importante.

Aquí, los políticos se miran el ombligo espiado, pero le dedican poca atención a un fenómeno que tiene importancia. ¿Desidia? En realidad, no, pues toda esta vigilancia se supone que está al servicio de una "buena causa", nuestro servicio y atención, es decir, esa "preocupación" por nuestra comodidad, porque nos llegue lo que deseamos antes de que nos hayamos despertado.

Todo esto es una forma de economía que surge de nuestro monitoreo y análisis. Es una doble economía, la que se produce con nuestros datos como materia prima, y la que esa información permite aplicar a la producción y gestión de la otra, la material, por decirlo así. Es un sistema de vigilancia constante que ofrece información para perfilar la oferta. Los datos permiten conocer la demanda y ajustar la oferta. Por otro lado, el mismo espacio informativo permite estimular nuestros deseos. Todo ello permite el viejo sueño del mercado: conocernos mejor que nosotros mismos.

Pero también permite muchas otras cosas, como manipularnos. No todos los objetivos son económicos; también los hay políticos. Es ahí donde el comportamiento pasa de la compra al voto. Lo que se nos vende es otra cosa. Lo de Pegasus es una anécdota en comparación de la sistemática intromisión en nuestras vidas.

Cuando se nos seduce con el 5 G y con la llamada "Internet de las Cosas", se olvidan decir que eso permite una mayor cantidad y velocidad de datos y, por otro, el cotilleo de las cosas conectadas a la red, convertidas en espías de nuestras acciones, movimientos y, como hemos visto, de palabras.

Otras noticias, esta vez de España, nos dice desde los titulares del diario ABC que "Protección de Datos multa a Google con 10 millones de euros y a Vodafone España, con 3,94 millones". Con el dinero de la multa de Vodafone España se pueden comprar dos programas de Pegasus, si nos sirve de medida.

Según la resolución del organismo español, publicada este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y con fecha de 9 de mayo, la sanción impuesta a Google se debe al incumplimiento del artículo 6 y del artículo 17 del RGPD, en los que se regulan la licitud del tratamiento de los datos y el 'derecho al olvido', respectivamente. 

Por su parte, Vodafone España ha sido multada con casi 4 millones de euros por infringir parte del artículo 5 del Reglamento, en el que se regulan las garantías para la confidencialidad e integridad de los datos personales.**


Hay cierta hipocresía de fondo. Los mismos medios que denuncian monitorean nuestros ordenadores o, si se prefiere, son una rentable puerta de entrada a ellos. Utilizan la publicidad personalizada pero después esos datos pueden ser tratados múltiples veces, convertidos en fuentes de información múltiple según lo que se busque en ellos.

En realidad vivimos en nuestras jaulas del zoológico virtual donde somos observados por todo tipo de analistas que buscan cómo convertir nuestros datos en rentables. Así, lo ofrecen a todos aquellos a los que les puede resultar rentable conocernos.

Parte del problema es que es tal la cantidad de datos que vamos liberando en cada acción que deja de existir el anonimato y los perfiles personales constituyen ya una descripción en tiempo real de nuestra vida a la que en cualquier momento se puede descender.

Hace algún tiempo, Facebook te preguntaba y te animaba a contactar con "personas que quizá conozcas", lo que dejaba al descubierto cómo procesaban tus relaciones. También te invitaba a "etiquetar" las personas de las fotografía que aparecían en tus páginas. Los protocolos de procesamiento de caras eran cada vez más afinadas. La muestra de eficacia de ambas técnicas creó problemas y fueron retiradas a niveles más discretos. Con una amable sonrisa son técnicas que hacen felices a los estados totalitarios.

Haga un repaso de sus aplicaciones telefónicas y desactive todo aquello que sea innecesario, como el micrófono en la mayoría de las aplicaciones.

No sé si la aparición de Elvis al llamado de las voces de sus imitadores fue una casualidad estadísticamente billonaria o si fue otra cosa. Elvis es Elvis, pero no quiero que Elvis me vuelva a aparecer al conjuro de sus canciones.

 


* "¿Cuántas veces revisa Google nuestros datos? Una investigación acaba de revelar este curioso dato" Antena 3 18/05/2022 https://www.antena3.com/noticias/tecnologia/cuantas-veces-revisa-google-nuestros-datos-investigacion-acaba-revelar-este-curioso-dato_2022051862848c8b3fa5760001d7e500.html 

** "Protección de Datos multa a Google con 10 millones de euros y a Vodafone España, con 3,94 millones" ABC 18/05/2022 https://www.abc.es/economia/abci-proteccion-datos-multa-google-10-millones-euros-y-vodafone-espana-394-millones-202205181324_noticia.html

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