domingo, 6 de febrero de 2022

Residencias

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Hoy se nos dice que se va a cambiar el modelo de las residencias. Los escándalos no dejan otra opción, pero veremos si se hacen realidad y se vence la resistencia de los intereses. La pandemia ha dejado al descubierto la situación real y hoy son cientos de familias las que exigen saber cómo murieron sus ancianos en residencias, negocios que proliferan por la demanda creciente.

En RTVE leemos:

Mucho antes de que una pandemia convirtiera a las residencias de mayores en el epicentro de la desgracia, ya había infinidad de voces reclamando un nuevo modelo para estos centros que pudiera garantizar una atención personalizada y un trato más digno. El objetivo era, en definitiva, lograr una transición entre un sistema todavía vinculado al concepto de "asilo" y una nueva fórmula residencial que se acerque a la idea de "hogar".

Después de que la COVID-19 provocara una trágica oleada de muertes en residencias y destapara las deficiencias que están en la base del modelo actual, el Gobierno se ha comprometido a impulsar el cambio y ya hay algunas medidas sobre la mesa. Entre ellas, que los centros tengan al menos un 65 % de habitaciones individuales o que los nuevos edificios que se construyan sean de menos de 90 plazas y estén divididos en unidades de convivencia.* 


Desgraciadamente, también nuestros gobiernos —de cualquier color— prefieren actuar cuando no hay más remedio, cuando las desgracias ya se han producido, en un intento de calmar a la opinión pública. Es una forma de hacer política post-desgracia y populista. Nadie quiere tocar los intereses de algunos y solo cuando ya es un desastre se dice que se va a cambiar, algo que está por ver. El debilitamiento de las políticas sociales deja en manos de buscadores de beneficio los servicios esenciales.

Lo que hemos estado viendo estos dos años, lo que sale ahora a la luz, nos deja un panorama demoledor del sector. Ha salido de todo a la luz entre las decenas de miles de muertos. El negocio de las residencias, como otros, trabaja con poco personal y poco formado o motivado en muchas ocasiones. Es más barato y tampoco se le paga mucho, por lo que el malestar laboral es creciente. La salida a la luz de fotos y vídeos degradantes para los ancianos son algo más que una anécdota.

Cuando un anciano enferma o sufre caídas por faltas de atención, se pide una ambulancia y se le lleva a los centros de la Seguridad Social. Es un negocio muy lucrativo: se llevaban los beneficios y cargan al Estado con los gastos. Cuando el paciente es dado de alta, regresa a la residencia.

Habrá muchas que cumplan, pero otras muchas no lo hacen. La pandemia lo ha dejado al descubierto y seguirán saliendo casos en los que se incumplieron las normas o se falsearon los datos, como ahora sale a la luz, en esa residencia en donde la fiscalía acusa gravemente a los directivos. 

Se nos habla de algunas medidas que se van a tomar:

El borrador tiene avances indudables con relación a los acuerdos de acreditación que había hasta ahora y que son del año 2008. Entendemos que el Gobierno ha detectado cuál es el problema y, como muy bien ha dicho en alguno de los borradores (este es el tercero), se trata de hacer las cosas pensando en la atención que tienen que recibir las personas mayores (...) El problema lo vemos a la hora de materializarlo porque ya se empieza a mirar cómo van a reaccionar las empresas que tienen en su poder la gestión del 89% de las residencias del Estado", señala el presidente de esa plataforma, Miguel Vázquez. *

Creo que no se puede decir con más claridad. El origen del problema es ese sentido del negocio, del beneficio que recorta lo más importante, el cuidado y el trato. 


Hace poco más de un año, los titulares de los periódicos ya hablaban de la necesidad de un cambio en el modelo de residencias, que la pandemia estaba dejando al descubierto demasiados fallos. Hoy, un año después seguimos con los mismos titulares y con más muertos.

Como tantos otros problemas, nos llevan al fatídico 2008, fecha de referencia para esas privatizaciones. El estado dejó en manos de la iniciativa privada que, visto lo visto, ha buscado lo esencial: el negocio rentable, gastando lo menos posible en lo que era el centro y sus objetivos. No lo han hecho solos. En una sociedad cada vez más ajustada, la competencia es a la baja.  

* "El nuevo modelo de residencias que plantea el Gobierno: un punto de partida con "margen de mejora"" RTVE.es 6/02/2022 https://www.rtve.es/noticias/20220206/nuevo-modelo-residencias-gobierno-borrador/2278220.shtml

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