Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los
medios norteamericanos están empezando a pedir "pruebas" sobre las
afirmaciones de la Inteligencia respecto a que mañana sea la invasión de
Ucrania por parte de Rusia. El hecho es significativo porque no es la primera
vez que los medios son utilizados para crear un clima determinado. Mientras,
Rusia y Bielorrusia se dedican a hacer sus maniobras cada vez más cerca y a
decir que lo de Occidente puede ser descrito como "histeria". Según
ellos, todo son fruto de la imaginación occidental y ellos no tienen ninguna
intención de invadir Ucrania. Eso repiten. Pero los norteamericanos le han
puesto fecha a la invasión, algo bastante inusual. ¿Se trata de un órdago?
Quedan pocas horas para saberlo.
Los conflictos hoy son algo más que guerra, que choques armados. Cuando Rusia invadió las zonas limítrofes de Ucrania lo hizo sobre seguro. Invadió una zona que era "prorrusa" dentro de la estrategia histórica general de sembrar el ruso primero y recoger la cosecha después. Pero invadir Ucrania le plantea unos serios problemas en muchos órdenes. ¿Le compensan? Esa es la gran cuestión de una situación compleja y complicada para todos.
Está
claro que el objetivo ruso es no tener las tropas de la OTAN en su misma frontera.
Está claro, por otro lado, que el pasado ruso hace que no estén tranquilos
aquellos que escaparon de sus garras soviéticas, por lo que intentan meterse
dentro de la OTAN para evitar peligros posibles. Ahora bien, ¿evita el problema
la invasión de Ucrania? Eso es lo dudoso, porque a) le obligaría a ocupar el
país y b) atraería nuevas tropas al límite con los otros países. El problema de
la frontera rusa podría llegar hasta el Canal de la Mancha, un absurdo. La
opción de colocar un gobierno títere tampoco parece muy factible, pues no
parece que el pueblo ucraniano esté por la labor de aceptar rusificarse o de
estar bajo una dictadura sostenida desde Moscú. No sería sostenible. A esto hay
que añadir todos los efectos negativos que Rusia tendría que sufrir por parte
de Europa. Sanciones de todo tipo, especialmente económicas, que crearían un
conflicto en su interior. No creo que el pueblo ruso esté por las invasiones y
la guerra, por más que puedan quedar algunos nostálgicos del imperio soviético.
Todo esto nos lleva a la misma pregunta ¿qué gana Rusia con esta situación? ¿Es un juego de intimidación, de hacerse ver como "potencia" después de haber sido relegada a potencia de segunda? Si este juego lleva a que se realice una mayor vigilancia en las fronteras, ¿qué tipo de seguridad —la palabra más invocada— consigue? ¿Es más seguro invadir un país vecino que llevar una política de buena vecindad?
Conforme
se consumen las horas que los norteamericanos han señalado para una invasión,
bombardeos, etc. las preguntas se hacen cada vez más absurdas, Creo que por eso
los periodistas norteamericanos, que todavía se acuerdan de aquello de las inexistentes
"armas de destrucción masiva", exigen pruebas de lo que se les pide
que transmitan.
Los
ucranianos, que estaban tranquilos, empezaron a poner nerviosos por lo que les
llegaba del exterior. Hasta el presidente Zelensky tuvo que pedir un poco de
calma a Occidente, que no elevaran más la tensión. Ahora las noticias van en
cadena, con miedo a cruzar el espacio aéreo, con eliminación de los seguros con
negocios ucranianos por parte de las compañías internacionales, etc. Ya el
presidente se quejó (lo tratamos aquí) del daño económico que se le estaba
haciendo a Ucrania. ¿Pretende Putin que con estos movimientos en sus mismas
fronteras los ucranianos mismos se manifiesten contra la entrada en la OTAN? Es
difícil entrar en la mente de Putin, pero haciéndolo en la mente de cualquier otro,
veríamos que no tienen sentido producir una guerra en el nombre de la
seguridad, algo que la va a reducir drásticamente.
Con Trump tendríamos la seguridad de que se trataba de un gesto para luego hacerse la fotografía del arreglo, pero con Joe Biden —en horas muy bajas— la cuestión no está tan clara. El nuevo presidente ha mantenido las políticas agresivas de Trump, especialmente en el caso de China, con lo que ha empujado a un frente común. Como ya hemos señalado en ocasiones anteriores, así se refuerza el poder norteamericano, que pasa a ser esencial como forma de defensa ante los peligros que amenazan la seguridad europea. Hemos pasado de las retiradas de Estados Unidos, como el desastre afgano, a otro tipo de política. Si Trump pretendía alquilar la protección norteamericana a Europa, tras retirar tropas. Biden no hace otra cosa que reforzar la presencia exterior y mandar armas y más armas, lo que tampoco es aumentar la seguridad en estas circunstancias.
¿Puede Putin asumir el desgaste interior, el gasto bélico y las sanciones? ¿Hasta dónde va a acompañarle China, que se ve obligada a apoyarle porque sufre también la estrategia del cerco que Trump comenzó e intensifica Biden con sus colegas británicos y australianos, además del apoyo a los países con conflictos, como ocurre con la India?
Rusia es un país inmenso, con miles y miles de kilómetros de fronteras de diferente seguridad. La debilidad es la extensión, la imposibilidad de un ejército que cubra todo el territorio y el gasto terrible de sostenerlo, lo que lleva a la ruina y a no poder invertir en otros sectores. Los países europeos de los que no se retiró tras la II Guerra Mundial, le crearon un colchón defensivo que se mantuvo a base de gobiernos títeres, con levantamientos como en Hungría, Checoeslovaquia o Polonia, reprimidos con el envío de tropas y tanques. ¿No aprendió Rusia la lección? ¿Quiere volver a repetir un modelo de países "neutrales" o bajo su tutela, como Bielorrusia, como "cinturón"? ¿Es esto viable hoy en día?
En otras zonas, Rusia ha establecido alianzas o ha colocado gobiernos, pero en Europa el
panorama es muy distinto. ¿Puede afrontar realmente Rusia lo que está haciendo, aunque según ellos solo están de maniobras? ¿Es "seguro" este juego absurdo entre palabras y hechos? En cualquier caso es muy peligroso y los efectos se notan en muchos ámbitos sensibles a la incertidumbre. De las bolsas a los seguros, pasando por compañías aéreas, la simple amenaza de esas imágenes que nos regalan cada día es ya una forma de agresión.
Según la Inteligencia norteamericana, mañana es un día especial, el día señalado. Quedan pocas horas para comprobarlo.
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