jueves, 24 de febrero de 2022

Ucrania

Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Finalmente, llegó. Putin no lo llama "guerra", utiliza el término "intervención militar" y tiene la excusa: las "repúblicas" que acaba de reconocer hace unas horas "le piden" que intervengan ante lo que consideran una "amenaza" a su recién estrenada "soberanía".

RTVE ofrecía en su noticiario mañanero la lista de algunos de los "buenos amigos" de Putin cosechados en sus relaciones, gente que va de Schroeder a Berlusconi, de Marine LePen a Mateo Salvini, de Victor Orban a políticos de primera línea repartidos por el continente, un grupo de poderosos miembros de las áreas más influyentes de la economía y la política. Se nos dice que hay muchos ex políticos europeos que hoy forman parte de los comités de las empresas rusas. Son un poderoso activo que Putin sabe actuarán en la retaguardia; tienen mucho que perder, probablemente en varios sentidos.


Ayer escuchábamos en un canal el comentario de las buenas esperanzas de nuestro sector turístico; se mencionaba especialmente la llegada de turistas rusos a España, una muestra más de los castillos en el aire que fabricamos para mantener nuestra ilusión incombustible, resistente a pandemias y guerras. Supongo que hoy tendremos nuestros noticiarios con lamentos de cómo va a afectar la guerra a nuestras playas o la compraventa de apartamentos y chalets de lujo en las discretas urbanizaciones en las que las mafias y oligarcas han invertido en estos pasados años.

Más allá del gas ruso, que se nos asegura hará ascender el precio de la energía como lleva meses haciéndolo, pero mucho más rápido, lo que tiene por delante Europa es una palabra que está en las antípodas semánticas de todas las que barajamos, "guerra". Putin quiere seguir expandiendo Rusia para recuperar todo lo que pueda y le dejen de lo que fue la Unión Soviética. El tamaño de Rusia —lo hemos comentado varias veces— le exige considerar la "seguridad", el argumento central para la invasión, creando un cinturón a su alrededor. Eso era la llamada "Europa del Este", el "telón de acero", hasta llegar a su caída como súper potencia.

Pero el absurdo de esta situación es que eso no funciona ya. Lo que hace es trasladar unos cientos de kilómetros el problema y hacerlo crecer. Los países fronterizos se acaban armando y se les empuja a ingresar en los sistemas de defensa internacionales para intentar no ser los siguientes en la lista.

La cuestión ucraniana es la cuestión europea, de una Unión que fue diseñada precisamente para evitar las guerras entre los países que la integran y estar bajo el cobijo de una superpotencia, los Estados Unidos, y de una organización militar, la OTAN. Esta estructura la hace laboriosa y comercial, pero con unas formas de defensa y de disuasión que no son muy intimidatorias más allá de las sanciones económicas, que veremos si se cumplen y cómo se cumplen más allá de los gestos a los oligarcas y amigos confesos de Putin con bienes repartidos por todo Occidente. Hay gobiernos europeos que son prorrusos, ya que Putin ha alentado (incluso financiado) las disidencias y ha sido el paño de lágrimas de todos aquellos que se sentían agraviados por Europa o los Estados Unidos, de Orban a Erdogan.

Putin ha creado un estado agresivo que encadena guerras con la excusa de su seguridad y sigue absorbiendo antiguos territorios que considera "suyos", poblados por los prorrusos que sembró en etapas anteriores y que hoy recoge. Esto le permite que haya gente con banderas rusas saludando al paso de los camiones cargados de carros de combate, misiles y tropas. La guerra de imágenes propagandísticas comenzó ya hace tiempo.

La maniobra de invasión rusa es una manifestación doble, primero de fuerza, después de cinismo político y desprecio a las reglas del juego. Sabemos históricamente que Rusia siempre ha sido tramposa y que no ha desaprovechado de seguir esa política de fricción, de engullir todos aquellos países que están al otro lado de sus fronteras. Rusia solo respeta la fuerza y eso es un mal camino.

Durante estos años hemos asistido a todo tipo de maniobras, de las militares a las cibernéticas (sus ejércitos de hackers) pasando por los medios de desinformación con los que salpica Occidente, de canales de televisión a las redes sociales. Pero la respuesta no ha sido la adecuada. Los medios nos cuentan que ayer se había producido un ciberataque masivo contras las instituciones ucranianas, un bloqueo. Seguramente puede hacer lo mismo con todos y cada uno de los países de la Unión Europea. Es como el zapato de Kruschev en unos lejanos años cuyas imágenes de tensión vuelven a nosotros.


No se puede dejar sola a Ucrania. La cuestión ahora es cómo hacer que esta agresiva Rusia desande lo andado, especialmente cuando este tipo de operaciones le sirven de propaganda interna y aviso externo intimidatorio para los siguientes. Con Rusia no acaba nada, pues incumple los acuerdos que firma, cuando le interesa. La cuestión es cómo encontrar el punto lo suficientemente sensible como para que se resienta. No será fácil pues dispone de otras zonas, como Oriente Medio, en las que la miopía norteamericana les ha dejado actuar al abandonarlas.

No sé si los europeos estamos preparados para lo que ocurre y va a ocurrir. Los lamentos por el "turismo ruso" me hacen dudarlo. Nuestro día a día no está hecho para este tipo de situación y es probable que establezcamos algún tipo de "negacionismo" pronto. Seguro que algunos ya los están preparando. Pero será inútil, lo que ocurra nos afectará, al igual que las sanciones que establezcamos a Rusia o cualquier otro tipo de iniciativa.

Ucrania importa porque Rusia está ahí. Es Rusia la que ha elegido una forma de actuar y la impone a los otros saltándose las normas y acuerdos internacionales. La respuesta que demos debe ser clara, porque una excesiva debilidad o confusión hará que siga en esta línea agresiva. No es solo el territorio ucraniano lo que está en juego, sino la entidad real de Europa. Sea cual sea la respuesta que demos, debe reflejar unidad y no fisuras.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.