Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Por un
extraño interés, la prensa norteamericana parece centrarse más en los estragos
causados por la administración Trump que en los nuevos objetivos presentados
por Biden, que no acaba de ser creíble o no logra fijar sus objetivos. La idea
de una sustitución parece decaer en
beneficio de una especie de cohabitación entre males incurables dejados por
Trump, que no acaba de desaparecer del panorama, y las poco sugerentes apuestas
de Joe Biden.
Muy mal
le tiene que haber sentado a Biden que el presidente chino haya igualado en las
Naciones Unidas sus ofertas contra el cambio climático eclipsando el
protagonismo esperado.
En la
CNN se recogen las palabras del Secretario General, Antonio Guterres, en las
que presenta las propuestas de los dos países:
"I am encouraged by the important
announcements made today at the General Assembly by the leaders of the world's
two largest economies regarding their commitment to climate action," he
said.
"I welcome President Biden's announcement
that the United States of America will significantly increase its international
climate finance to approximately US$11.4 billion a year. This increased
contribution from the United States will bring developed countries closer to
meeting their collective commitment to mobilize US$100 billion a year in
climate finance."
"I also welcome the announcement made by
President Xi that China will end all financing of coal fired power plants
abroad and redirect its support to green and low carbon energy. Accelerating
the global phase out of coal is the single most important step to keep the
1.5-degree goal of the Paris Agreement within reach."*
Para Biden es un cierto fracaso propagandístico ya que su intento es conseguir el protagonismo que le presente como el líder mundial en cuestiones de cambio climático. Las palabras de Guterres repartiendo aplausos relativizan el acto de Biden con el que pretendía marcar sus distancias con las actitudes anteriores de su propio país. Es decir, en cuestiones de cambio climático, el enemigo de Estados Unidos son los Estados Unidos. Recordemos que para Trump la idea del cambio climático no era más que un "invento" chino para frenar el desarrollo norteamericano. En este sentido, los avances norteamericanos en cambio climático consisten en eliminar sus propios impedimentos. Con Trump fuera, Biden no tiene más remedio que arreglar los errores propios.
Puede resultar sorprendente que Biden no haya conseguido generar una imagen positiva propia respecto a las cuestiones de su agenda. Pero el hecho cierto es que la prensa está más preocupada por la herencia Trump y sus efectos que por él mismo. Parece darse un extraño fenómeno, ya que estando en sus inicios, todo el mundo se empeña en darla por enterrada.
No le es fácil avanzar en ninguno de los tres terrenos en los que se había fijado: el cambio climático, la rivalidad con China y la pandemia. Son los objetivos que The New York Times le reconocía señalando que no hay mucho avance. En el primer campo, como hemos señalado, tiene que intentar salir del desastre creado por Trump; en el segundo, la rivalidad con China se ve condenado a seguir la misma política que Trump bajo amenaza de parecer débil; y en el tercero, la pandemia, igualmente tiene que luchar con la herencia negacionista u obstruccionista que le ha dejado Donald Trump.
Creo que todo esto hace que los medios estén viendo lo que ocurre más como bajo la sombra de Trump que a la luz de Biden. La sombra de Trump es alargada. Con los medios preguntándose qué ocurrirá cuando se vayan acercando las siguientes elecciones, a las que ha dicho que concurrirá, no es fácil desarrollar una política clara, una política propia que logre distanciarse de la anterior. Trump, por decirlo así, no se resiste a ser pasado, por lo que Biden no acaba de ser identificado como presente.
Trump han tenido la astucia de hacerle cargar con la retirada catastrófica de Afganistán, por lo que cada hecho negativo que se cuenta de allí es como un clavo más en el ataúd de Biden. Y no es fácil convivir con el incumplimiento constante de lo pactado con los talibanes cuando se pensaba que Trump se apuntaría la victoria del final de la guerra, de terminar con ella. El desastre lo ha asumido Biden como una doble derrota: la de la guerra en sí que no se ha planteado como una retirada pactada sino como una humillante derrota, y la de lo que ha ocurrido después, el caos y el sufrimiento de lo que queda atrás, incluidas las mujeres afganas.
Resulta sorprendente ver el protagonismo de Trump, aunque sea negativo en los análisis. Pero eso a Trump no le importa porque sabe darle la vuelta y que esos más de ochenta millones de votantes que consiguió creerán en lo que él les diga.
Para Biden que se presentaba ante la Asamblea de la ONU como una nueva estrella ha tenido que ser muy duro comprobar que el protagonismo de los titulares de la CNN son para "China's Xi Jinping promises to halt new coal projects abroad amid climate crisis". Es como si le adelantaran en la última curva de la carrera y se quedara con cara de tonto.
No ayudan nada los titulares, como el de The New York Times, "It’s All or Nothing for These Democrats, Even if That Means Biden Fails", de tono más bien pesimista. Y es que Biden no despierta entusiasmo. Son demasiados errores en muy poco tiempo y, sobre todo, demasiada servidumbre ante el pasado. Biden no provoca entusiasmo ni dentro ni fuera. En la BBC, por ejemplo, leemos "President Biden urges unity in first UN speech amid tensions with allies", que tampoco es precisamente lo que se espera de alguien que habla cada día de liderazgo mundial.
La afirmación de no querer una nueva "Guerra Fría" no se corresponde demasiado con las acciones de cada día y van acostumbrando al mundo a esta polaridad que mueve a Biden. Si ayer tocaba ante la ONU un día "pacífico", hay muchos otros en los que se llama a alianzas contra peligros y a frenar a China. La mayor parte de los peligros, en realidad, los dejó Trump con sus abrazos a dictadores de todo el mundo. Hacen falta más hechos y menos palabras, más líneas claras y mantenidas a lo largo de la semana, que es de siete días.
Creo que la actitud de la prensa norteamericana hacia Biden es elocuente. Dicen que le falta liderazgo. Quizá se han acostumbrado a Trump más de lo que pensaban.
*
"China's Xi Jinping promises to halt new coal projects abroad amid climate
crisis" CNN 21/09/2021
https://edition.cnn.com/2021/09/21/world/un-climate-change-speeches-intl/index.html
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