viernes, 10 de septiembre de 2021

Las mujeres no harán deporte en el Afganistán de los talibanes

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Como estaba previsto y avisado, los talibanes ya están "normalizando" es país conforme a su visión inmovilista y retrógrada que se construye sobre una premisa fundamental, como en todo los sistemas dogmáticos: el islam no lo permite. Con este argumento, no es necesario ni en molestarse en dar explicaciones. Para ellos la evolución es hacia un retroceso ideológico y temporal que ellos perciben como un avance hacia un "ideal" intemporal. Por eso, la corrección de errores respecto a su nefasto paso anterior por el gobierno de Afganistán, se refiere a todo aquello que les hizo salir del poder. No hay otra clase de errores en una mentalidad que piensa que lo que hace es seguir los deseos de Dios. Por eso —lo hemos dicho muchas veces— las luchas internas son por la pureza, por la ortodoxia de la interpretación de aquello que no esté claro. Esto, como marcó las luchas religiosas en occidente, es el signo del islam desde la muerte de Mahoma, una sucesión de grupos que dicen seguir correctamente la palabra frente a los que la mal interpretan. Con el poder en la mano, la versión de los talibanes, en estos momentos, es la "correcta", es decir, la que los demás deben seguir so pena de ser castigados.



Ayer tuvimos la ocasión de escuchar esto de su propia boca (eso es bueno) la forma en que esto funciona. Nos lo trajo Antena3 en su noticiario y ahora puede verse, leerse y escucharse en su página web con el titular «El deporte femenino tiene los días contados en Afganistán tras las llegada del régimen Talibán: "No es apropiado"». En la pieza podíamos escuchar a una de sus autoridades explicando con paciencia y firmeza porqué a las mujeres afganas se les terminado hacer deporte en cualquier variante pública:

 

El deporte femenino y el criquet, el deporte más popular en Afganistán, tienen los días contados en el país que ya está gobernado por el régimen Talibán. La llegada de los integristas islámicos conllevará la prohibición del deporte femenino, ya que los talibanes explican que el Islam no permite que las mujeres sean vistas así.

Y es que Ahmadullah Wasiq, subjefe de la comisión cultural de los talibanes, ya ha dejado a las claras, en una entrevista con la emisora australiana SBS, el negro futuro que se cierne sobre el deporte femenino y todas aquellas mujeres afganas que practican el cricket.

"No creo que a las mujeres se les permita jugar al cricket, porque no es necesario que deban hacerlo"

"No creo que a las mujeres se les permita jugar al cricket, porque no es necesario que deban hacerlo. Es posible que se enfrenten a una situación en la que no se cubran la cara y el cuerpo. El Islam no permite que las mujeres sean vistas así. Es la era de los medios: habrá fotos, videos, y luego la gente lo verá. El Islam y Afganistán no permiten que las mujeres jueguen al cricket o practiquen deportes en los que queden expuestas", ha explicado Ahmadullah Wasiq sobre los derechos de las mujeres en Afganistán.*

 


Los talibanes, a la vista de lo anterior, han logrado la actualización de anacronismo. No solo siguen lo antiguo, sino que persiguen lo moderno con nuevas restricciones. Su comprensión de lo que el tal Wasiq llama "la era de los medios" significa que como hay más dispositivos de captación y difusión, la mujer debe estar más escondida para que no entre en conflicto con la idea principal, debe ser invisible.

Su primera afirmación es arcaica: las mujeres no necesitan el deporte. Él lo decide interpretando su forma arcaica de ver el mundo, donde está establecido lo que es necesario para hombres y mujeres, en estricta separación de funciones. Como en la Inglaterra victoriana, el deporte es solo un sustituto de los viejos entrenamientos de los caballeros para la lucha, una forma de evitar la molicie, la ociosidad, la apatía y de quemar energía para evitar la decadencia. La pereza del hombre la vemos en muchas ocasiones; el deporte puede mantenerlos activos y en grupo.



Por contra, la mujer no necesita del deporte porque mientras que es admisible un hombre vago, una mujer no lo es. ¿Es que no tiene bastante tarea al ocuparse de casa, niños y marido? ¿Para qué necesita hacer ejercicio? Se le niega lo que se le concede al hombre: el ejercicio del cuerpo y la comunidad. No hay peligro mayor, dice que mujeres de charla, juntas, vagueando, parloteando sin sentido, criticando. El silencio, como ocurre en otras culturas que siguen ancladas en el pasado patriarcal, es una virtud, es elegancia en la mujer, frente a la palabra, a la que se quita valor.

Para el subjefe de la comisión cultural de los talibanes (¡ahí es nada!), que las mujeres hagan deporte va contra todos los principios saludables y honorables de su creencia, convertida en ley absoluta y no discutible. "¡Va contra el islam!" es la forma de acabar con cualquier iniciativa, de cortarlo todo.

Ha advertido, además, que esto es inamovible por mucho que se quejen, protesten o presionen. No es negociable. Los que pensaban que algo cambiaría se equivocaban. No se puede transigir con lo que es valioso porque Dios se lo ha dicho al Hombre.



Las mujeres afganas se están resistiendo; lo están haciendo más que los hombres, que saben que su situación se mueve por otros resortes, que tiene otros límites. Con la excepción de las manifestaciones portando la bandera afgana frente a la de los talibanes, que ya es la del país, porque ellos son el país, como queda claro en la expresión "el islam y Afganistán no permiten", creando una "unidad de destino en lo intemporal", no hemos visto muchas manifestaciones. Las de los hombres serán por la falta de recursos, mientras que las de las mujeres ya lo están siendo por los derechos y por la democracia, algo que a muchos varones no les preocupa mucho. Ellas, en cambio, saben que solo un sistema igualitario, aunque sea formalmente, puede darles cobijo frente a este machismo religioso, a este dogmatismo patriarcal, a esta misoginia institucionalizada.

Hemos visto a valerosos machos talibanes sacudiendo sus piadosos látigos sobre las mujeres que se concentraban. Así se trata a las fieras, nada que un buen creyente no pueda resolver con la ayuda de dios, que siempre les guía, según su opinión. Les hemos visto apuntando sus herramientas pedagógicas, sus armas automáticas, a la cabeza de mujeres que se les enfrentaban.



La lucha va a ser dramática y, una vez más, no debe ser olvidada. Tiene que anteponerse a muchas otras cosas que están sobre la mesa. Ya tenemos demasiada amistad con otros países que encierran, azotan o lapidan mujeres como para permitirnos reconocer este régimen brutal, nacido de las armas y el dogma. Las palabras "Somos la nueva generación y traemos los brotes de la democracia", con las que abríamos nuestro texto de hace dos días, las dice una mujer, una joven al periodista de la BBC que le acerca el micrófono al coche en el que pasa. Es ahí donde está la esperanza, en las personas nacidas en estos 20 años en los que, por muchos, incontables errores que se hayan podido cometer, se creó una situación al menos de apertura de lo que había estado anteriormente cerrado.

Ahora se les cierra el camino del deporte. Nos cuentan que ya se han escapado la mayor parte de los deportistas profesionales, que han salido ya porque solo era cuestión de tiempo. Puede que los negociadores de Trump, los que gestionaron lo que ha estado pasando, y los asesores de Biden que lo llevaron a cabo, no pensaran que esto ocurriría, lo que nos demuestra su poco ojo y compromiso con algo muy claro para casi todos.



No olvidemos a las mujeres afganas en su lucha, que debe ser la de todos y en todos lados. Necesitarán apoyos y ánimos, recuperar algo de lo que los talibanes les irán quitando cada día. Intentarán encerrarlas en casa, encerrar sus mentes. Es triste que solo quede el exilio sabiendo que dejas atrás a muchas mujeres abandonadas a un destino oscuro y retrógrado. Me imagino que este exilio afgano se organizará para tratar de ayudar a muchos de los que han quedado atrás.

No es solo una guerra civil; es el enfrentamiento entre fuerzas que viven en y del pasado, que son contrarias a los cambios en el nombre de Dios; y aquellos que quieren salir de la oscuridad que impone una forma retrógrada. Los reformismos que otras ideologías y religiones han tenido han permitido evolucionar; pero aquí y en otros lugares las "reformas" son hacia el pasado, hacia la pureza doctrinal, condenando el futuro como aberrante. Por eso odian que las mujeres se eduquen, que salgan de sus casas. Se trata de evitar que vean que existe un mundo diferente.

En el titular anterior de The Guardian se señala que los talibanes no dejarán manifestarse sin aprobar ante los eslóganes, lo que no deja de ser una declaración clara de lo que entienden por libertad, algo verdaderamente orwelliano, pues no son otra cosa que una versión religiosa de 1984. Ellos deciden qué se dice y qué se hace porque ellos están en posesión de la verdad y la gracia.



El deporte, algo que es bueno para la salud, para disfrutar de la vida, etc., se convierte en un peligroso enemigo de los talibanes. Espero que las autoridades deportivas mundiales tomen nota y den oportunidades, como lo han hecho con otros países, de que las deportistas afganas puedan seguir actuando fuera y así servir de modelo a las que tendrán que ocultarse para hacer deporte o jugarse la vida al salir a hacerlo.

Ya no se trata solo de hacer deporte, sino de ejercer la libertad. Hay que apoyarlas para que las que quedan dentro puedan tener sus referentes de vida.

 

Diario Marca

* Guillermo Fernández Lascoiti "El deporte femenino tiene los días contados en Afganistán tras las llegada del régimen Talibán: "No es apropiado"" Antena 3 Noticias 9/09/2021 https://www.antena3.com/noticias/deportes/deporte-femenino-tiene-dias-contados-afganistan-llegada-regimen-taliban-apropiado-necesitan-hacer-deporte_202109096139f07c9b465a0001ac7f93.html

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