domingo, 12 de septiembre de 2021

El cambio en Marruecos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


De lo que ha ocurrido en Marruecos apenas se ha comentado nada. Solo dos datos se han resaltado: que es el segundo hombre más rico de Marruecos, después del rey, y en segundo lugar que es un empresario que apunta un perfil tecnócrata para su gobierno. Se ha señalado la amistad que les une —¿podría ser de otro modo siendo los dos más ricos y uno de ellos rey?— y poco más. Sin embargo, la debacle islamista en Marruecos es un asunto de enorme importancia y en la que es probable que hayamos tenido algo que ver.

Con una participación alta para las circunstancias habituales, un poco más del 50%, los resultados han sido un vuelco absolutos después de diez años de gobierno de los islamistas en el país.

Estos eran los datos que nos daban:

 

Después de una década encabezando el Gobierno, el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) ha sufrido una fuerte derrota en las elecciones legislativas celebradas en Marruecos, que dieron la victoria al partido centrista liberal Reagrupamiento Nacional de Independientes (RNI).

Según los resultados provisionales con un 96 % escrutado anunciados por el ministro del Interior, Abdeluafi Laftit, el PJD pasó del primer puesto al octavo lugar y consiguió solo 12 escaños de los 395 de la Cámara de Representantes (cámara baja).

El vencedor de las elecciones fue el RNI, que dio un salto del cuarto al primer puesto con 97 escaños, seguido del liberal Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), que obtuvo 82 asientos, y del nacionalista e histórico Partido Istiqlal (PI), con 78, mientras que el PJD se quedó con 12, frente a los 125 que obtuvo en 2016.*

 


Es cierto que ha habido modificaciones en el sistema electoral que han hecho que el voto se reparta en más escaños, en vez de hacer concentrarse en los principales partidos, pero esto, es igual para todos. De no ser así, el partido islamista que estaba en el poder pasó de tener 126 a obtener ahora 12. Es decir, no ha quedado segundo o tercero, sino por detrás de casi todos.

Los acontecimientos internacionales —la información manda de forma caprichosa— ha hecho que los análisis sobre Marruecos no se hayan realizado con la intensidad que se debía realizar.

En primer lugar hay una circunstancia que no se debe olvidar, el carácter islamista del partido y lo que eso supone. El islamismo no es una ideología "política"; es la conversión de la religión en acción política. Uno puede "cambiar de partido", por decirlo así, pero no "cambiar de religión". En cierto sentido, el voto islamista es una especie de voto cautivo, de voto al que se está vinculado por razones de creencia y no de forma pragmática.

Para que se haya producido un cambio de este calibre, el hundimiento islamista, tiene que haberse producido un cambio profundo en la actitud que haya hecho que los votantes que les mantenían en el poder durante dos legislaturas les hayan dejado de lado. Por eso creo que es necesario establecer algunas hipótesis sobre lo ocurrido. En Marruecos están prohibidas las encuestas electorales, por lo que se hace difícil saber cómo se está percibiendo por parte de los votantes la legislatura y, sobre todo, establecer algunas cuestiones sobre el resultado electoral. Pero la sorpresa producida ha sido grande por el cambio de gobierno y, sobre todo, por el cambio de tendencia en la propia sociedad.

Vamos a aventurar algunas cuestiones, en especial teniendo en cuenta el papel que han tenido con España (y, a su pesar, con Europa) a raíz de la crisis en las ciudades de Ceuta y Melilla.



A mi entender —y como señalamos en su momento— la crisis provocada por la apertura de la verja por parte de la Policía marroquí lanzando a su suerte a los que deseaban emigrar— supuso un punto de inflexión por lo que tenía de desprecio absoluto para con el pueblo marroquí. Hasta el momento los saltos habían estado protagonizados por los grupos de subsaharianos que han sido utilizados muchas veces como forma de presión fronteriza cuando le ha interesado al Reino de Marruecos. Pero lo visto esta vez ha sido algo muy distinto: eran marroquíes los que eran lanzados a la muerte, ya fuera por ahogamiento, como ocurrió, o en un deseado e incumplido choque con la Policía española. Sin embargo, este hecho salió de forma impensable para Marruecos: las imágenes de las fronteras abiertas y los guardias animando a los jóvenes y niños, madres con bebés a pasar al otro lado y lanzarse al mar las entienden bien todos. Es un desprecio absoluto hacia las personas. Eso no se puedo impedir que se viera.

El primer efecto fue el encontronazo con Europa, que planteó la frontera española como frontera de la Unión, por lo que se hizo piña con España pese a las repetidas consignas de que era una cuestión entre España y Marruecos. Europa respondió con claridad.

A efectos del interior, los marroquíes tuvieron la ocasión de ver el profundo desprecio que sentían por ellos los miembros del gobierno islamista.

Los islamistas, no solo en Marruecos, se presentan como apoyo del pueblo cuando no están en el poder, como ocurre en Egipto, donde una parte importante de los médicos son de esta orientación. Pero carecen de sentido social, es decir de lo que debería ser un "reformismo". Esto hace que sean profundamente conservadores y, en la mayoría de los casos, con un sentido elitista muy marcado. El pueblo es una fuerza que usar cuando es necesario, pero no mucho más. Lo mantienen apartado y controlado a través de predicadores, redes de mezquitas y la ignorancia, que es caldo de cultivo que les asegurará tener reservas disponibles. Hay grupos de elite que forman parte de la internacional islamista desde los gobiernos o con su apoyo. Establecen rápidamente negocios, como ocurrió con los gobiernos islamistas de Erdogan y los del Mohamed Morsi en Egipto. Apenas habían llegado al poder, ya estaban cerrando tratos preferentes.

The Guardian 2013

Desconozco lo entresijos de los gobiernos islamistas de Marruecos, pero lo cierto es que las acciones de Ceuta y Melilla les han pasado factura pues era la demostración de la penuria del país. Un Marruecos del que ya no solo huyen los subsaharianos de paso, sino del que tratan de escapar en masa los propios marroquíes es un fracaso ostentoso del que es mejor desprenderse cuanto antes para que el pueblo mantenga esperanzas en algo con futuro, lo que ahora no perciben con la crisis actual, provocada por diversos factores, entre ellos la pandemia, pero que acabaría desangrándose a mayor velocidad si se enfrenta a su vecino más rico. España y la Unión Europea.

La salida del poder de Donald Trump, quien se dedicó a crear su cabeza de playa en Marruecos, ha truncado los apoyos que se pensaba serían un importante respaldo ante la cuestión del Sahara, que fue la desencadenante al dar España cobijo al líder del pueblo saharaui, una operación de pésima planificación y ejecución, que es probable que haya costado algunos cambios en el gobierno de Sánchez.

Podemos entender la salida escandalosa de los islamistas como una "maniobra real", como algo que surge del poder más alto; pero eso solo afecta a una parte de la cuestión, aunque esta sea importante. Si los islamistas han perdido en buena lid, es decir, el pueblo les ha dado la espalda, puede que pronto el partido "islamista moderado" deje de serlo, como ha ocurrido en otro puntos. Significaría que el pueblo ya no tiene confianza en ellos. Si el cambio se ha producido por una decisión "real" de no apoyarles más por el caos producido, la mala imagen y la situación económica, la reacción puede ser de otra manera, pero no necesariamente distinta en las consecuencias.



Es difícil que los islamistas salgan del poder por las buenas porque para ellos no es más que un medio para cumplir un objetivo, la islamización de la sociedad y la progresiva reducción de lo secular en el territorio. Lo hagan al brutal modo talibán o de forma más sinuosa, atrayendo a la gente por medio de diversos métodos de engatusamiento, lo cierto es que les cuesta salir porque para ellos, realmente, la democracia no es más que un instrumento.

Habrá que ver cómo evolucionan sus pasos, hacia dónde se dirigen y cuál es la actitud que tienen hacia sus vecinos, incluido el problema constante del Sahara. La insistencia en que se trata de un "gobierno tecnocrático" evidencia que se ha apagado la ideología islamista y que se aborda la preocupación prioritaria, el estado maltrecho del pueblo y la economía.

Sea por los motivos que sea, lo cierto es que es un cambio drástico, que nos afecta directamente y que será necesario ver cómo se traduce a nuevas reglas de juego. El cambio, ya sea en la alturas o por deseo del pueblo, ya nos indica algo. Pero el país vecino del sur es complejo y complicado, no es fácil prever su ruta.



* "Derrota histórica del partido islamista en Marruecos después de una década en el poder" RTVE.es 9/10/2021 https://www.rtve.es/noticias/20210909/derrota-elecciones-partido-islamista-marruecos/2169714.shtml

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