domingo, 29 de diciembre de 2019

Trump y los buenos viejos tiempos

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
He leído o escuchado en la televisión la expresión "los viejos tiempos" en boca del presidente Trump. La primera creo que fue una manifestación de corte racista ante un auditorio electoral hablando de cómo se solucionaban aquellos "conflictos" en los "viejos tiempos". Se me quedó grabado el juego de insinuaciones porque es una forma cobarde e indecente, indigna de un presidente de los Estados Unidos (en realidad de cualquier sitio).
La expresión "los viejos tiempos" implica una forma diferente de resolver los asuntos. Es una forma de decir: tienes suerte de vivir en estos tiempos porque en los "viejos" te hubiéramos colgado de un árbol. Es una forma de intimidación, complicidad y condescendencia. Creo que la fórmula refleja la forma de proceder y pensar de Trump. Los "viejos tiempos" son un espacio mítico, perdido en el tiempo, pero del que se está siempre en el umbral. Te viene a decir que en cualquier momento se perderá la legalidad actual, débil, y volverán los tiempos sanos, los buenos viejos tiempos en los que solo se necesitaba un árbol  y una cuerda, quizá un caballo, aunque esto último no es esencial. Los buenos viejos tiempos eran aquellos en los que acababas en el fondo de un río con zapatos de cemento. Robert De Niro dijo que Trump ni siquiera era un buen gángster, que estos tenían algún código de honor; que estaba deseando verlo en la cárcel. De Niro sabe de mafiosos y sabe quién es Trump, su falta de categoría en todos los sentidos.


La expresión ha vuelto a aparecer, tal como nos señala Colby Itkowitz en su artículo titulado " Trump retweets a post naming the alleged whistleblower", en The Washington Post. Esta vez lo hace de forma igualmente preocupante, no como una amenaza indefinida, general, sino despreciando su propio cargo y obligaciones para dejar al descubierto al "informador" que denunció la llamada de Trump al presidente ucraniano. La ley le protege, pero Trump está empeñado en dejarlo al descubierto como forma de intimidación. Leemos en el artículo de The Post:

The president has repeatedly disparaged the whistleblower, though never by name, in tweets, interviews and rally speeches. In late September, Trump accused the whistleblower’s sources of being “close to a spy,” adding, “you know what we used to do in the old days when we were smart? Right? With spies and treason, right? We used to handle them a little differently than we do now.”*


La frase es una más de las infamias de Trump, una irresponsabilidad absoluta. Intenta repetir lo que ha hecho con las personas que han ido a declarar y cuyo resultado no le ha gustado. Automáticamente sus tuits han sido insultantes intentando por todos los medios descalificar a la persona. Los que han pasado por el Congreso han recibido amenazas, insultos, al igual que sus familias, como ellos mismos han denunciado.
Si las acusaciones contra Trump son el abuso de poder y la obstrucción a la investigación, cada una de sus palabras lo confirma. Pero hay algo más: cada de sus palabras, de sus actos, le sitúan en el límite exterior de la indignidad presidencial, por no hablar de la humana. Trump está pisoteando todo lo que juró respetar con su cargo. Creo que jamás se ha visto una presidencia tan llena de mentiras, infamias y desprecios a todos los órdenes, legales, internacionales, etc.
Leemos en el diario sobre los peligros en los que el denunciante se ve inmerso por la persecución presidencial y los círculos próximos:

“I am writing out of deep concern that your client, the President of the United States, is engaging in rhetoric and activity that places my client, the Intelligence Community Whistleblower, and their family in physical danger,” wrote attorney Andrew P. Bakaj. “I am writing to respectfully request that you counsel your client on the legal and ethical peril in which he is placing himself should anyone be physically harmed as a result of his, or his surrogates’, behavior.”
The whistleblower, who is reportedly still at his job, is driven to and from work by armed security officers when threats are elevated. Threats against him seem to spike whenever Trump tweets about him, The Post has previously reported.
The Twitter feed for @surfermom77, who identifies herself as “Sophia” on the social media site, is a daily stream of pro-Trump and anti-Democrat memes and propaganda. In 2016, the account shared the false conspiracy theory that President Barack Obama was a Muslim.
In the days after Christmas, Trump retweeted more than a dozen posts from users affiliated with QAnon, the conspiracy theory that there is a “deep state” secretly plotting to take down Trump. The FBI has identified QAnon as a potential domestic terrorism threat.*

Los "viejos tiempos" es una fórmula ambigua pero con una finalidad clara. Si a Trump se le preguntara frente a un juez qué quiere decir con eso, seguramente tendría una fórmula ingeniosa para salir del paso. Diría que él no tiene la culpa de que la gente entienda cosas que él "no ha querido decir" o alguna fórmula similar.
Pero todo el mundo entiende lo que quiere decir.
El hombre que justifica el uso de ayuda militar a un país en guerra en que se le suministre o se invente si es necesario información sobre su rival en la carrera hacia la Casa Blanca no tiene un fondo moral claro. Como puede negar sus acciones, que están registradas, juega con las ambigüedades que ha sido toda su vida su comportamiento mafioso en el mundo de los negocios, el de las palabras justas y la imaginación rica. La excusa que era su "obligación" perseguir la "corrupción" fuera de su propio país es solo la desvergüenza elevada al cubo.
Como presidente, Trump tiene la obligación de mantener la ley que protege a los testigos. Sin embargo, ha hecho lo contrario. Lo ha expuesto y ha animado a otros a difundirlo. Este tipo de prácticas son claramente fascistas, de terror callejero, como tantas otras fuentes de Trump en política. La mezcla de la mentalidad del mundo de los negocios y  la ausencia de respeto a las normas de la convivencia política, a la democracia misma, ha dado lugar a esa mentalidad que le hace admirar los viejos tiempos. La forma intimidatoria en lo que lo dice no requieren de mucha imaginación para saber cómo se percibe a sí mismo y a los demás. Él tiene la fuerza para aplastar a cualquiera. Los nuevos tiempos son débiles, blandos y no son capaces de reconocer su genio. Esa es su versión del mundo.


Los buenos viejos tiempos son los de los linchamientos, los del macartismo, los de los arreglos en la sombra, los del chantaje, etc. (es lo ocurrido en Ucrania). Es lo que a Trump le parece bueno y sin tantas pérdidas de tiempo. Lo hace en el plano internacional cada día amenazando con hundir países o aplicando su "ley" arancelaria como sanción a los que le plantan cara o son competencia directa en cualquier campo. Los Estados Unidos deberían darse cuenta que por mucho que pueda beneficiarles algunas de estas acciones en el plano económico, se está construyendo sobre una base mafiosa que hunde la cooperación y el orden y legalidad internacional. Ahora están viendo sus efectos en casa. 
Deberían sacar consecuencias.

2016
* "Trump retweets a post naming the alleged whistleblower" The Eashington Post 29/12/2019 https://www.washingtonpost.com/politics/trump-retweets--then-deletes--a-post-naming-the-alleged-whistleblower/2019/12/28/aa518350-2989-11ea-9c21-2c2a4d2c2166_story.html





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