viernes, 20 de diciembre de 2019

Los "ataques sónicos" o el peligro de los grillos

Joaquín Mª Aguirre (UCM) 
A los medios le gusta que la realidad sea novelesca, como a los novelistas les gustaba que sus novelas fueran realistas. Mientras unos se concentran en atraer el interés en cosas que pueden no tenerlo, en darles un retoque fantástico o insinuante, los que se dedican a la ficción tratar de hacernos pasar por el aro de la verosimilitud. Algunas veces se encuentran en puntos intermedios.
Uno de los aspectos más "novelescos" (puede que también "noveleros") de las historias en los medios en estos años haya sido lo que podríamos llamar "el caso de los diplomáticos ensordecidos". Lo recordarán: funcionarios de la embajada de Cuba sobre los que se especulaba que estaban siendo atacados por algún tipo de arma sónica que les dejaba fuera de servicio, con síntomas como vértigos, zumbidos en los oídos, pérdidas de memoria, desconcierto, etc.

El caso perfecto para la especulación informativa consiste en efectos nítidos y en causas borrosas, ya que permite el máximo trabajo de la imaginación. A ello ayudaba, claro está, el contexto. Según pasen estas cosas en unos sitios o en otros, la credibilidad aumenta. Prejuicios, estereotipos y conflictos abiertos ayudan a "ver" con más claridad en lo oscuro. Es mucha casualidad que la cuestión empezara en Cuba en 2016, como también lo es que el siguiente caso se diera entre los diplomáticos en China.

La primera coincidió con los ataques y aislamiento de Cuba por parte de Trump, algo que caracterizó sus primeros días; la parte china coincide igualmente con un fuerte conflicto, el de los aranceles y la guerra comercial.
No dudo en absoluto que los síntomas sean ciertos, pero lo que muestra el estudio llevado por los académicos norteamericanos con víctimas con este conjunto de síntomas no permite suponer lo primer que se supuso y que se sigue suponiendo. La CNN nos cuenta al respecto


The "sonic attacks," as they have come to be called, are first known to have befallen US government personnel in Havana, Cuba, starting in late 2016. The US State Department announced last year it was looking into similar events in China, expanding a health alert there. Secretary of State Mike Pompeo described the medical details in both locations as "very similar and entirely consistent" with each other.
A study published in July also found brain variations among 40 US government personnel affected by the events in Cuba, when compared to 48 healthy adults. The variations included some measures of volume and relationships among different brain regions. However, the authors of the earlier study noted that the clinical importance of the findings was uncertain, and they didn't have earlier MRIs of the patients to compare with what their brains looked like before the incidents. Moreover, these patterns didn't fit a clear picture of a specific disorder, according to the authors.
"It certainly does not resemble the imaging presentation of traumatic brain injury or concussion, although they present with clinical symptoms which are concussion-like," Ragini Verma, one of that study's authors and a professor of radiology and neurosurgery at the University of Pennsylvania's Perelman School of Medicine, previously told CNN of the Cuba patients.
"It says something happened, and we need to look further, and that's about it," Verma said.
In previous accounts, Cuba patients described hearing "intensely loud" sounds coming from a specific direction, which they described as "buzzing," "grinding metal," "piercing squeals" and "humming." Experts said the noise itself is unlikely to have caused the symptoms.
"We actually don't think it was the audible sound that was the problem," Dr. Douglas Smith, director of the University of Pennsylvania's Center for Brain Injury and Repair, previously told CNN. "We think the audible sound was a consequence of the exposure."*



Podemos observar en el último párrafo que se invierte la relación causa efecto. Ya no se piensa que el sonido que escuchan sea lo que provoque los síntomas, sino que el sonido que se escucha es un efecto más producido por algo que no se sabe qué es o si realmente es algo a lo que se pueda llamar "algo". Se plantea entonces que seguir hablando de "ataques sónicos" es bastante incorrecto, por no decir falso. Sin embargo, la imagen de la pistola o dispositivo que ensordece, paraliza y derriba está presente en el imaginario popular desde los primeros años de la guerra fría a través de las ficciones, del cómic a las películas. ¿Por qué renunciar a él? ¿Que supervillano o extraterrestre de pro no ha tenido su pistola de rayos acompañada de sonidos agudos que hacen retorcerse a sus víctimas? Hay rayos paralizantes, ensordecedores, incineradores... todo un malvado repertorio.
El problema es que no se ha mostrado ni demostrado nada consistente y, sin embargo, sigue usándose el térmico "ataque sónico" que fue acuñado en su momento. Esto no solo es un vicio informativo. Es mucho más, es el mantenimiento de un estereotipo negativo, una acusación implícita que va en el término "ataque", que presupone un agresor. El término forma parte de la campaña subliminal constante de asociaciones negativas con determinados países a los que se va identificando como agresores pese a que no lo sean. Comprar un simple teléfono chino, por ejemplo, es como tener infiltrado en casa al presidente Xi, desde la óptica norteamericana. Las televisiones, los ordenadores, etc. todo está bajo el control de China que hace peligrar nuestra seguridad.


El titulo de la CNN en su pantalla "Study: Cuba 'Sonic Attacks' changed People's Brain", al que le debemos añadir la cara de espanto y estupefacción de la presentadora mientras le dan cuenta de lo que le dicen es un ejemplo de mala lectura (no sé si de intención). El estudio dice que se han detectado alteraciones en el cerebro de las 40 personas estudiadas. Eso no significa que haya habido un "ataque sónico". El propio texto dice otra cosa. Pero imagínese que está usted viendo las noticias y le dicen que hay personas a las que les han "cambiado el cerebro" mediante un tipo de ataque. Da igual que no sepa usted qué tipo de cambio ni que es ese ataque indemostrado. Se encuentra ya en medio de una película como Goldfinger o quizá Austin Powers. Lo que hace el estudio es describir los trastornos detectados. Nada más. es la imaginación del espectador (y la cara de la presentadora) la que pone el resro. eso sí, en un contexto de acusaciones contra los países.
Hace unos días, la prensa norteamericana se ha hecho eco de la desclasificación de los "papeles de Afganistán". El grito unánime ha sido el de la vergüenza por la manipulación, por las mentiras difundidas a los medios desde el gobierno sobre el desarrollo de la guerra. Los papeles de Afganistán sacados a la luz por The Washington Post** nos vuelven  a minar la confianza en la información.


A principios de enero de este año, The New York Times volvía a dejar en evidencia la cuestión de los "ataques sónicos". Lo hacía con el siguiente titular "The Sounds That Haunted U.S. Diplomats in Cuba? Lovelorn Crickets, Scientists Say"*** y se señalaba lo siguiente:

In November 2016, American diplomats in Cuba complained of persistent, high-pitched sounds followed by a range of symptoms, including headaches, nausea and hearing loss.
Exams of nearly two dozen of them eventually revealed signs of concussions or other brain injuries, and speculation about the cause turned to weapons that blast sound or microwaves. Amid an international uproar, a recording of the sinister droning was widely circulated in the news media.
On Friday, two scientists presented evidence that those sounds were not so mysterious after all. They were made by crickets, the researchers concluded.
That’s not to say that the diplomats weren’t attacked, the scientists added — only that the recording is not of a sonic weapon, as had been suggested.
Alexander Stubbs of the University of California, Berkeley, and Fernando Montealegre-Z of the University of Lincoln in England studied a recording of the sounds made by diplomats and published by The Associated Press.
“There’s plenty of debate in the medical community over what, if any, physical damage there is to these individuals,” said Mr. Stubbs in a phone interview. “All I can say fairly definitively is that the A.P.-released recording is of a cricket, and we think we know what species it is.”***



Los científicos trabajan con lo que hay. Y lo que hay hace creer que (a) el sonido es un síntoma más, no la causa; y (b) las grabaciones son de grillos, hasta ahora no afiliados a ninguna superpotencia. Eso es lo que han dicho los científicos norteamericanos con "lo que hay". ¿Hay otras posibilidades? Las que quieran, pero no hay más evidencias de nada.
Pero, ¿por qué cargarse la bonita historia de los diplomáticos apuntados y disparados con las "armas sónicas"? No hay que hacerlo, claro. El cierre de la información de la CNN nos muestra la preocupación por sus efectos sobre los diplomáticos y sus familias:

New Hampshire Senator Jeanne Shaheen said in a statement Thursday that Lenzi's findings underscore the importance of her efforts to include a provision in the latest congressional spending bill ensuring government workers injured in places like Cuba and China have access to long-term health care.
"These injuries, and subsequent treatment by the U.S. Government, have been a living nightmare for these dedicated public servants and their families," Shaheen said. "Our diplomats, personnel and their families in China and Cuba experienced mystifying injuries while serving our country, and they must be assured that our government will stand by them as they continue on their path toward recovery."*


Es saludable preocuparse por los padecimientos de los servidores públicos en sus funciones, pero se debería tratar de no alentar indirectamente más lo que no se ha conseguido demostrar en este tiempo, que haya existido algún tipo de "ataque". Tendrán que buscar el origen de lo que le ocurre a los ocupantes de la embajadas norteamericanas de Cuba y, según dice Pompeo, China. Pero, por mucho que insistan y etiqueten, hay lo que hay.
La credibilidad es un factor importante y en la época de las "fake news" y las insinuaciones todavía más. Cuando los aparatos de los estados, grupos organizados, paraestatales, activistas, etc. se dedican a la intoxicación  como forma de actuar en una guerra sucia cuya víctima, como se suele decir, es siempre la "verdad", hay que tener cuidado con las palabras.

Hasta ahora tenemos el canto de un grillo como prueba más sólida, según los propios analistas del país afectado. A lo mejor va siendo hora de investigar en otra dirección sobre qué ha podido producir esos síntomas que tampoco acaban de ser definitivos en su consistencia. Antes de que hubiera prueba alguna o investigación ya se señaló en una dirección y se dio por descontado que era una agresión, un ataque. Hoy puede haber otras posibilidades de investigación que se deberían explorar si realmente tienen interés en saberlo o se conforman con el rumor y la insinuación. Se ha encontrado muchas pruebas de muchas cosas en este mundo tan complicado, pero esta sigue en el vacío.
Hay muchas maneras de informar. The New York Times, por ejemplo, habló de "misterio médico", lo que nos lleva a un terreno muy diferente. Hay algo que provoca esos síntomas sobre la salud de las personas. La idea de "ataque" es muy seria y lleva a consideraciones e interpretaciones de la gente que no son fáciles de controlar y que apuntan a la xenofobia en el mejor de los casos. Son mucho ejemplos en este sentido los que tenemos diariamente. Lo malo es que se está extendiendo esta moda de acusar sin fundamentos a los países.  Es una forma de enrarecer las negociaciones, crear corrientes negativas que dificulten las relaciones entre países y acuerdos, como por ejemplo, en la lucha por el 5G o la iniciativa de la Franja y la Ruta. ¿Como se va uno a relacionar con países que tienen armas secretas que cambian el cerebro de la gente? En un mundo mediático, estas cosas funcionan de maravilla. 
Indudablemente algo ha pasado con los diplomáticos estadounidenses, al menos en Cuba, lo de China está mucho menos claro. Eso no significa que les hayan atacado, sino que presentan algún tipo de alteración que los propios científicos no acaban de comprender en qué consiste. La describen, pero no tienen explicación. eso sí, no creen en un "ataque sónico", sea eso lo que sea. 
Tienen todo por delante, como ellos mismos dicen. Mientras no se vaya más allá, eso es lo que hay. Esperaremos a que lleguen a algún resultado más allá de la identificación del grillo grabado.
  

* Michael Nedelman  "New details on diplomat's mysterious brain injury linked to 'sonic attacks'" CNN 19/9/2019 https://edition.cnn.com/2019/12/19/health/sonic-attack-brain-study/index.html
** Craig Whitloch  "AT WAR WITH THE TRUTH" The Washington Post 9/12/2019 https://www.washingtonpost.com/graphics/2019/investigations/afghanistan-papers/afghanistan-war-confidential-documents/https://www.washingtonpost.com/graphics/2019/investigations/afghanistan-papers/afghanistan-war-confidential-documents/
*** Carl Zimmer "The Sounds That Haunted U.S. Diplomats in Cuba? Lovelorn Crickets, Scientists Say" The New York Times 4/01/2019 https://www.nytimes.com/2019/01/04/science/sonic-attack-cuba-crickets.html

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