Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
semana pasada dedicamos (tuvimos que dedicar) dos artículos a la situación de
los medios informativos en Egipto. El detonante fue la detención de periodistas
y la editora de Mada Masr, uno de los
pocos medios independientes que quedan en un país asolado informativamente,
aquejado de la enfermedad de la voz única y tratado con sobredosis de
propaganda y adulación infinita al poder. Con alguna que otra excepción y
medios exteriores selectos es posible entender lo que pasa en Egipto, incluidos
los propios egipcios. El régimen escogió el camino que siempre acaba mal.
Cuando
tuvimos que tratar de adivinar cuál había sido la causa que había llevado al
régimen a la "máxima acusación estándar", el haber sido fundados por la Hermandad Musulmana y estar al servicio, por ello, de potencias
extranjeras que difunden falsas noticias para destruir a Egipto y minar la
confianza del pueblo en su Ejército, apostamos por una noticia que nos
parecía evidente y, por si acaso, la reprodujimos en su integridad en el texto
del día como un anexo.
Con el
título "A few things you might like to know about us", Lina Attalah
—la editora de Mada Masr y una de las detenidas— ha publicado un artículo en el
que despeja las dudas y realiza un canto al Periodismo y a la libertad de
información. Lo hace de forma bella, en un artículo en el que se centra en los
fundamentos de la profesión.
El
comienzo del artículo es una alusión a lo que les ha llevado a ser detenidos y
gravemente acusados:
Here is the backstory to the piece that
contributed to getting us into trouble. (In case you haven’t been following,
our colleague Shady Zalat was arrested from his house in the middle of the
night on Saturday, our office was raided
the following day, and 18 of us were detained inside incommunicado for several hours
before three of us, myself included, were arrested and very briefly detained.)*
La palabra "piece" es un híper enlace que nos
lleva al artículo que habíamos previsto, el que se refiere a la presión para
quitar del medio al hijo del Presidente Abdel Fattah al-Sisi, mandándolo a
Rusia para que deje de cometer pifias. Según parece es una nulidad y, como es
tradicional en Egipto, ha acabado llegando más alto de lo que están dispuestos
a aguantar los propios partidarios de su padre. En el artículo incluso se
recogían fuentes internacionales (de Emiratos) en los que señalaban la
importancia de deshacerse del primogénito por el bien del país y de su padre. El
artículo explicaba en ese origen el pacto de mandarlo a Rusia (un buen sitio
para que un egipcio pase el invierno), algo que Putin habría aceptado como "muestra
de confianza". Ya se lo cobrará en su momento.
El artículo causante no se menciona nada más que con ese
genérico e indefinido "piece". Lo demás es una explicación sobre algo
que está en las bases mismas del Periodismo: ¿por qué complicarse la vida con
el riesgo de acabar en alguna oscura cárcel egipcia, en una cuneta egipcia o en
la nada egipcia? La respuesta no suele ser sencilla, pero Lina Attalah lo hace
en un hermoso texto que merece ser considerado algo más que una respuesta. Es
más bien una declaración de una forma de entender el Periodismo más allá de lo
evidente:
Mada has always been a project of inquiry, of
curiosity, one that particularly extends to the darker rooms of power, spaces
that we barely see or know. When we started publishing in 2013, many thought of
us as a media by and for the children of the 2011 revolution. We are indeed the
children (and the makers) of 2011. But we are far more ambitious than that.
We are specific to the context we are born in,
the here and now: What does it mean to live in Egypt, in the shadow of a
profound political transformation? We want to stitch together an account of
this life and how it is changing, from all of its different angles: our
society, our economy, our health, our urban environment, our education. We pay
attention to culture and cultural production and how it interfaces with this
reality. We bounce between negotiating and resisting a new-old type of
authority, in a wide spectrum of practices for survival. This calls for a
constant exercise of dissecting power, and this intellectual exercise can only
start from an empirical place: information first. The story we published, and
got punished for, belongs to that exercise.*
En el mundo periodístico hay dos tipos de personas: las que
cuentan lo que ocurre y las que se preguntan por qué sucede. En los primeros es
fácil resbalar por la fachada de la realidad. En nuestros tiempos las cosas no
solo ocurren sino que son fabricados muchas veces. Ya no estamos en un mundo
inocente, un mundo de facticidad
inmediata, sino un mundo de ocurrencias programadas para acontecer ante
nuestros ojos como la función de las 7 en el Circo. Podemos contar lo que
ocurre, sí, pero eso ya no significa mucho. Preguntarse, en cambio, por qué
ocurren las cosas cuando ocurren es tratar de saltarse la aparición y empezar a
hacerse preguntas.
Podemos informar de que el hijo mayor del presidente sale
destinado hacia Moscú y pasar a Deportes. O se puede, como han hecho en Mada
Masr, dejar al descubierto el "por qué", darle un sentido en la vida
política egipcia y ligarlo al problema profundo de la mentalidad del poder.
Mada Masr es algo más que un periódico y siempre lo ha sido.
Las noticias son pocas, pero los análisis llegan muchas veces al fondo de los
temas que están tras la producción de muchas otras noticias. Los hechos se
superponen; las explicaciones nos hablan de las reglas del juego.
La noticia del traslado "forzado" del hijo mayor
del presidente significa algo. Significar hoy es algo complicado para
los analistas, cada vez más escondidos entre sus datos. En términos
foucaltianos, lo que interesa en Mada es la formación de las instituciones del
poder, cómo se ejerce en esa "nuevas-viejas" prácticas que mantienen
los órdenes. Ningún régimen egipcio ha mantenido tan claramente su "voluntad
de verdad" para imponer una realidad que se ha fabricado a golpe de
discurso, de la creación de instituciones que lo regulan, empezando por el
discurso periodístico, amenazado por la resurrección del "ministerio de
Información", desaparecido en 2014. No sería más que el regreso a una
súper institución que controlaría las tres creadas anteriormente para regular
la información. De esa forma, el ministro de la Verdad oficial despachará cada
día con el presidente, el poder centralizado, vivo y decisor. Al menos, por
ahora, ya que ha habido algo lo bastante poderoso como para alejar al padre y
al hijo. Ese es realmente el mensaje peligroso
transmitido, que el faraón tiene un poder que le hace torcer su voluntad.
La reivindicación de Lina Attalah de la Revolución del 25 de
Enero de 2011 es también importante. Significa que la estigmatización tramposa
del régimen no ha llegado a convencer a los que la hicieron. Ellos son, nos
dice Attalah, hacedores e hijos. Los discursos denigratorios del régimen
tratando de convencer que ellos fueron los desestabilizadores, los que trajeron
el mal de la inestabilidad que necesita de una mano fuerte para traer el orden,
no han funcionado más que en aquellos que han vivido siempre bajo un orden
autoritario cuya mano han besado sumisos para mantenerse dentro de la ficción.
El final del artículo es emocionante. Lina Attalah trata de
encontrar algo que explique el propio sufrimiento en plena detención:
In the police truck, my colleagues Rana
Mamdouh, Mohamed Hamama and myself were handcuffed to each other. We used the
tight physical connection to press on each other’s hands, a gesture of it will
be fine, we will be okay. And as our practical minds started doing calculations
of what needs to be done (who do we tell where they have taken us, what can I
do with the Christmas plans I promised my brother, that notoriously long draft
report of our year’s work that has not been saved on my abducted computer,
etc…), both Rana and Mohamed kept muttering to me: No place for guilt. We are
here by choice. No place for guilt.
Ladies and gentlemen, meet the formidable team
of Mada Masr. When Shady was arrested and we were still free, we were working
around the clock to do everything possible to get him released. I was conscious
of burnout (not knowing what would ensue in the coming days), so I told some of
my colleagues to get some rest. In a message, I wrote to them about how moved I
was by their dedication and their tireless engagement in this difficult time.
One of them, Yasmin el-Rifae, responded briefly, sharply and poetically.
“Prisoners of love,” she said.
I leave you to more publishing, for as long as
we can, with a gang of prisoners of love — who by now know best how to laugh in
times of crisis.*
Ese estar ahí porque lo han deseado, porque su trabajo tiene
sentido, porque es importante para otros, para el futuro, por la dignidad,
frente a los que se dejan seducir por el poder, a los que miran hacia otro
lado, ante los que callan. Es en ese furgón, esposados, donde las cosas tienen
un sentido más claro, cuando se vive en riesgo. Sí, son "prisioneros"
del amor a su profesión y a lo que significa para un país del que esperan poder
decir plenamente que es el suyo, sin que se les considere sus enemigos por
decir, por explicar, las raíces de sus problemas.
Mada Masr ha sido
y es un ejemplo de comportamiento informativo más allá de una profesión en que muchos
no están a la altura que debieran. La prensa egipcia tiene periodistas
admirables y muchos otros meros aduladores del poder o, peor, perros guardianes
del régimen, que usan sus micrófonos para insultar, descalificar, condenar a
las personas.
Una vez más, el régimen ha conseguido atraer la atención sobre aquello que quería silenciar. Es como un mago torpe al que se le escapa el conejo del fondo de la chistera cuando dice que no hay nada dentro. Esto le ocurre de continuo y esta vez lo ha sido sobre un hecho especialmente sensible para la opinión pública que ya no se informa dentro, sino fuera por falta de credibilidad. ¿Qué se debe creer de las informaciones que se suministran sobre tantas cosas? La sospecha cae sobre el conjunto y los egipcios se agarran a informaciones que les llegan de fuera, en un vídeo de YouTube o de una página de Facebook. Justo lo que el régimen no quiere, pero lo que no puede anular.
Los medios extranjeros resaltan que Mada Masr es de los pocos medios independientes que se mantienen. Unos y otros resaltan la pobreza informativa egipcia y el valor de los que quedan para dar testimonio del hacer del régimen.
Cuanto menos medios queden libres, cuantos más periodistas renuncien a su labor con la intención de no complicarse la vida o hacer negocio, más valor tendrá lo que hacen los independientes, siempre bajo la amenaza. Desde el fondo de un furgón policial se ve el mundo de otra
manera, con más claridad. Comprenden que para lo que han estado trabajando
tiene sentido. Son Prisioneros del amor por la información y por su país. Puede que no se lo agradezcan nunca, pero probablemente les dé igual.
* "A
few things you might like to know about us" Mada Masr 28/11/2019
https://madamasr.com/en/2019/11/28/opinion/politics/a-few-things-you-might-like-to-know-about-us/
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