Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Algo
grave se debe estar cociendo en Egipto cuando el parlamento, a través de su
presidente, Alí Abdel-Aal, ha arremetido contra dos ministerios de forma
amenazante. Ya hemos comentado aquí las andanadas contra el gobierno para
salvar el papel de la presidencia. El concepto es claro: el gobierno está para
hacer lo que dice el presidente. Si el pueblo se queja, la culpa la tiene el
gobierno, que han sido puestos en ese lugar para hacer lo que se les indica.
Esto es frecuente y se resume en la fórmula habitual en la que se expresa que
"el presidente ha ordenado que se haga" lo que toque en cada momento.
Si las órdenes no se cumplen, malo para el gobierno que pasa a tener los días
contados. El gobierno egipcio tiene los días contados desde hace bastante
tiempo, lo que indica que la insatisfacción es grande en diversos sectores.
Esta se puede clasificar en la que se
puede manifestar porque es culpa del gobierno, y la que no se puede manifestar porque apunta directamente a la
presidencia o al sistema mismo. Cuando el nivel de insatisfacción crece, se
responsabiliza directamente al gobierno hasta que es sustituido por otro, total
o parcialmente.
Esta vez
le toca a dos importantes ministerios, según la amenaza del presidente del
parlamento. Así nos los
presenta el diario estatal Ahram Online:
"This government should live up to its
responsibilities in line with the constitution, improve its performance, and
stop exporting problems to the public and the president," said Abdel-Al.
"Besides," said Abdel-Aal, "as
the government insists on ignoring answering questions directed by MPs, I can
say that it is now high time for parliament to reactivate its supervisory
roles, particularly interpellations."
"My message to the minister of
parliamentary affairs and the minister of justice is that unless the government
submits to parliament a new law regulating the performance of public notary
offices within 15 days, I will move to use parliament's supervisory tools to
question this government," said Abdel-Aal, insisting that "the new
law should state that public notary officers will be no longer be under the
purview of the Ministry of Justice and be instead affiliated with the Ministry
of Planning and act as independent entities."
"If the government does not make this move
within 15 days, I will ask the legislative affairs committee to draft a law
aimed at meeting these objectives," said Abdel-Aal.
Abdel-Aal's words were in response to an
"urgent statement" delivered by Alexandria's MP Mohamed Abdel-Fattah
on what he called the extortion that citizens face when dealing with public
notary offices.
"Lawyers and citizens complain of rampant
corruption, extortion and maltreatment in these offices, and the result is that
95 of Egypt's real estate wealth has not yet been officially registered,"
said Abdel-Aal, also urging the government to reduce documentation fees to
encourage citizens to register their private properties.*
Hay que reconocer que el valor del presidente del parlamento
aumenta en función del hundimiento del propio gobierno. A falta de oposición
real, Alí Abdel-Aal tiene que jugar ese papel de forma directa, decretando que
el culpable es el gobierno. A veces no se sabe qué es mejor, tener una
oposición con la que discutir los problemas o que sea desde el propio
parlamento desde donde se decreta tu responsabilidad. El cao es curioso porque
se supone que el gobierno está respaldado por un grupo parlamentario
mayoritario. Sin embargo, la incuestionable originalidad del sistema egipcio
hace que eso no sea más que una ilusión. Es la presidencia la que maneja todo,
incluido el parlamento, por ello, se
decide si cumple su papel o no. En este caso, se le responsabiliza directamente
de permitir la llamada "corrupción notarial" y lanzarla contra el
pueblo y el presidente. ¡Insólito momento en algo que se llama a sí mismo
"democracia"!
La expresión "crisis de gobierno" tiene un sentido
peculiar en Egipto, desde luego. Parece que no hay forma de hacer nada sin
recurrir a esta suerte de amenazas constantes sobre los unos y los otros. En
estas condiciones de acusación, lo normal hubiera sido que un gobierno dimitiera
por pura autoestima, pero eso no parece factible en este entorno político. El
gobierno tiene los días contados hace tiempo y esto es la amenaza de salida a
efectos propagandísticos.
No queda en muy buen lugar el sector notarial, acusado de
malos modos, malas prácticas e impedir que el dinero de los registros de las
propiedades llegue al Estado, perdiéndose por el camino. Las viejas prácticas
siguen vivas. El 95% de las propiedades, dice el presidente de la cámara, están
sin registrar.
No son nuevas las críticas al caos acumulado en una ciudad como El Cairo (y en el resto de Egipto), en donde la construcción es foco de problemas de diverso orden, del urbanístico al administrativo. Hay múltiples obras y artículos de especialistas en estos años intentando analizar la situación de una ciudad calificada como "salvaje", "fuera de control", etc.
La noticia también la recoge Egypt Independent de forma más
resumida, con el titular "Egypt’s parliament speaker criticizes failure to
record 95 percent of real estates"** , con el que aparece hoy mismo en su
edición digital. Señala el diario:
Abdel Aal warned
that non-registration of real estates loses the state’s money, and if each real
estate payed LE500, the government would collect a collect huge amount;
employees thus commit a felony of loss of funds by ignoring the registration.**
La eficacia de la medida puede volverse impopular si a los
que defraudaban les sale más caro cumplir que no hacerlo, lo que parece ser el
caso. La lógica viene a decirnos que son muchos los que se beneficiaban de este
incumplimiento y que la medida puede tener consecuencias inesperadas. Por lo
pronto, ya se ha amenazado con cobrar 700 en vez de 500 libras a los defraudadores.
No se dice qué se hará con los funcionarios involucrados (según parece por las cifras, lo son todos), que harán lo imposible por continuar con sus manejos.
Por lo que se percibe, la presidencia quiere dar sentido
"profundo" al cese del gobierno, que arrastrará en su caída todos los
males que no ha sabido, podido o querido cambiar. Lo que ocurre con el gobierno
egipcio es una escenificación del desmarque de la presidencia respecto a los
problemas sin resolver del país.
Pronto empezará el traslado a la nueva capital, otro momento
para que empiecen a aflorar problemas allí donde van y en lo que dejan al
partir. La situación actual es de brecha entre los tres elementos, presidencia,
gobierno y parlamento. Veremos cómo acaba este asunto, que separará a los nuevos privilegiados (los que irán a la capital) de los viejos perjudicados (los que se quedan). En la nueva ciudad, todo quedará registrado y entrarán uno a uno, salvo, claro está, que sean los notarios los que se trasladen primero.
*
"Egypt's parliament speaker slams justice minister over 'inaction' in
fighting corruption at notary offices" Ahram Online 8/12/2019
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/357348/Egypt/Politics-/Egypts-parliament-speaker-slams-justice-minister-o.aspx
**
"Egypt’s parliament speaker criticizes failure to record 95 percent of
real estates" Egypt Independent 9/12/2019
https://www.egyptindependent.com/egypts-parliament-speaker-criticizes-failure-to-record-95-percent-of-real-estates/
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