martes, 17 de diciembre de 2019

El directo más difícil

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Es probable que TVE sea el medio más complicado (no complejo) de dirigir. Los medios no traen la noticia de la renuncia de la periodista Almudena Ariza después de conocer el poco respaldo obtenido en la votación de los profesionales, con una abstención también muy alta.
Ariza es una buena profesional, una periodista que ha trabajado en TVE durante décadas y ha realizado una buena labor informativa allí por donde ha pasado. Por eso es de agradecerle su sinceridad a través del texto que ha dado tras conocerse el resultado del referéndum sobre su nombramiento:

Una vez conocidos los resultados del referendum entre los profesionales de TVE, me veo en la obligación de presentar mi renuncia a la propuesta de dirigir los Servicios Informativos. Mi candidatura ha sido aprobada pero por una mayoría que no considero suficiente. De un censo de 3200 compañeros y compañeras sólo han votado a favor 308 y ha habido 117 votos en contra.
Mi principal fortaleza para llevar a cabo el proyecto de transformación digital es el conjunto de los profesionales de Informativos. Interpreto que no cuento con un respaldo mayoritario y que no he sabido ilusionar ni convencer.*

Con la renuncia de Ariza se abre de nuevo un proceso para encontrar una persona al frente de algo que es esencial para nuestro país, la información televisiva en el medio público.
TVE es, como tantas otras cosas en este país, un fiel reflejo de la incapacidad de nuestros políticos para crear algo común y presentar, por el contrario, un modelo tan español, que es el del "perro del hortelano". TVE refleja, en el paso de los años, las luchas políticas por el control de un medio esencial en el panorama.
Más allá de la propia información, la cadena estatal padece de la indefinición de lo que debe ser un medio público, cuáles deben ser sus fines sociales y formativos. Todas las informaciones resaltan cómo los informativos, que era el valor que le quedaba como propio y definitorio, ha sido rebasado por los de las cadenas privadas, las grandes beneficiadas de esta crisis.
En ABC, la noticia se cierra con los siguientes datos:

Hasta el 1 de enero seguirá en el cargo Begoña Alegría, una de las directoras de informativos más breves de los últimos mandatos, que anunció su dimisión «por voluntad propia» a principios de mes. Enric Hernández, director de Información y Actualidad, un puesto nuevo creado por la administradora Rosa María Mateo, deberá afanarse estos días en busca de un candidato para un puesto clave en un momento especialmente sensible, con la formación de Gobierno en el horizonte. Fuentes como la Plataforma por una RTVE Libre hablan de «crisis abierta» y «guerra por el control de TVE», corporación que vive en una provisionalidad perenne, con el concurso público para elegir a la nueva cúpula directiva paralizado por la incertidumbre política y los mismos presupuestos desde 2018.*

La parálisis de nuestros políticos es una enfermedad que contagia y se extiende a todo aquello que consideran como parte de su poder. No se ha conseguido en todos estos años de democracia que se entienda la separación entre lo "público" y lo "político", una distinción básica que debería garantizar precisamente una mayor estabilidad del conjunto frente a los vaivenes constantes y que van a más de nuestra perra vida política.
En una sociedad que vive pendiente de la imagen, los políticos siguen pensando que los medios públicos son un trofeo del poder. Eso lo padecen en primer lugar los profesionales, a los que se divide de forma innoble obligándoles a mostrar sus fidelidades y pisoteando su independencia. El público, en segundo lugar, es que padece esta concepción torticera de la información y de los medios.
En el tiempo, el propio medio se politiza por efectos de las presiones, por lo que la convivencia acaba siendo un problema real, una lucha de unos con otros.


Son ya muchos años con este conflicto que no es otro que el del respeto a la independencia de los medios públicos y no su sumisión política ni su dependencia presupuestaria, constante amenaza reguladora.  
Da pena ver la deriva de un medio de esencial necesidad para la transmisión de la cultura en estos tiempos de zafiedad mediática. Lo primero que se necesita es una redefinición del propio medio, la apuesta por un medio público que se centre en las carencias enormes que se observan, menos preocupado por las audiencias y más preocupado por su formación. No es nada fácil. Lo ocurrido sería una muestra más de cómo nuestros políticos se reparten lo "público" como parte de sus operaciones. 
La decisión de Almudena Ariza parece sincera y reconoce que sirve de muy poco estar en un cargo si no se "ilusiona y convence" a los que iba a tener que dirigir. Cualquiera que llegue al cargo necesita de algo más que profesionalidad; necesita convencer a sus compañeros y esa es la parte más complicada a la vista de los números. 
Dicen algunos medios que Almudena Ariza ha salido asustada de lo que se ha encontrado en TVE. Ella  ha llamado su "directo más difícil" al encuentro con sus compañeros. Puede que sea verdad, que el medio ya no se reconoce a sí mismo, que se ha convertido en escenario de otras guerras.


* "Almudena Ariza renuncia como directora de informativos de TVE" ABC 16/12/2019 https://www.abc.es/play/television/noticias/abci-almudena-ariza-renuncia-como-directora-informativos-201912162017_noticia.html

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