sábado, 31 de enero de 2015

La frase inmortal

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Antes los grandes momentos se inmortalizaban en una frase, lo que había dicho Napoleón al ver las pirámides o lo que dijo cuando Goethe salió de la estancia en la que ambos que se encontraron. Cosas así. Pero muy mal debe estar el mundo cuando la gente se sienta a dialogar y no solo no hay acuerdo sobre lo que se ha discutido, sino serias dudas sobre la frase con la que inmortalizar el momento. La inmortalidad ha quedado para la Marvel; a nosotros solo nos queda la efímera guerra mediática de las cabeceras de los informativos.
Lo primero que vi en la mañana fueron las caras de circunstancias que Euronews nos mostraba al finalizar la reunión entre el ministro griego de Economía y el presidente del Eurogrupo. Se dieron la mano porque el griego, que maneja menor la propaganda, le forzó a estrecharla. El holandés aprovechó el momento para decirle algo que las cámaras no captaran y los micrófonos no recogieran, lejos de los formalismos diplomáticos. Y es aquí donde comienza la controversia:

“Acabas de matar a la Troika”. Según la prensa griega así se ha despedido el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, del ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis. Sin embargo, Bruselas asegura que la frase exacta ha sido: “Esto fue un gran error”.*


Tal divergencia, primero acústica y luego semántica, es un mal augurio de la que se avecina. Es más: la divergencia es en sí misma un vaticinio. Creo que jamás he escuchado una discrepancia mayor ni más interesada en la interpretación de algo. Indudablemente, lo que la prensa griega reproduce y Bruselas dice que dijo, obedecen a motivaciones muy distintas. De forma particular, me creo la versión de Jeroen Dijsselbloem  y no la de Yanis Varoufakis. Tiene mucho más sentido en el contexto en el que se desarrolla el encuentro. En lo que parece que sí hay acuerdo es en lo que dijo Varoufakis como respuesta: "¡Guau!".
"Acabas de matara a la Troika" es una frase que no se corresponde, en primer lugar, con la cara del holandés ni con los hechos. Es segundo lugar sería absurdo que la muerte de la Troika la decidiera la parte griega. La Troika, si se muere, no lo hará por el efecto verbal, casi mágico, de Varoufakis. Guau no es una palabra mágica, solo una impertinencia. La frase es claramente para el consumo interno griego, no representa lo dicho por el holandés en nombre de Europa, sino lo que le hubiera gustado al griego que hubiera dicho. La pretensión de los políticos europeos de convertirse en mata gigantes cada vez que se presenta a las elecciones comienza a ser cansina. Todos usan en sus campañas nacionales la pretensión de "doblegar" a Europa o Alemania, si quieren personificar. Eso vale para Hollande, Tsipras o nuestras versiones locales.
La negativa griega y su deseo de negociar con los "países" es un intento claro de sembrar la división en Europa y encontrar gobiernos a los que les pueda interesar hacerse una foto populista para salir adelante de sus propias miserias ante la opinión pública. Más en concreto: la erosión de predominio alemán. No es de extrañar que haya sido François Hollande, el gobernante más impopular en país propio, el que haya mostrado simpatías hacia la nueva Grecia. Hollande necesita recuperar algo del prestigio perdido, que es mucho, ante su electorado. Probablemente sea una de las jugadas más absurdas que haya hecho en su vida política y solo conseguirá debilitar la idea de Europa, haciendo ganar posiciones a su querida Marine LePen, la inesperada admiradora de Grecia y de todo lo que haga hundirse a Europa. ¡Hollande no aprende nunca!


La política griega ha entrado en una extraña senda que nos afecta a todos. Grecia es el principio y el final de la crisis europea, un punto crucial sobre el futuro común, un problema que no se acaba de resolver y que sirve para poner en cuestión la eficacia del funcionamiento conjunto del sistema, de sus instituciones y sus decisiones.
Me preocupaba la coincidencia griega de la izquierda y la derecha nacionalista, a cuyo frente han dejado el ministerio de defensa, algo con lo que todo ultranacionalista sueña en sus noches de descanso, banderas y fanfarrias incluidas. Me preocupaba también lo jaleada que ha estado la formación de izquierda radical y antieuropea desde el Frente Nacional francés por boca de Marine Le Pen, para la que todo lo que sea malo para Europa es bueno para ella y su formación.

Ahora me preocupa otra pieza del puzle: el acercamiento a Rusia de Grecia, que se ha manifestado en el intento de boicot de las nuevas medidas de presión al gobierno de Putin por su cínica política en la castigada Ucrania. Rusia se encuentra en un momento crítico y la forma que Vladimir Putin tiene de descargar el peso es mantener testimonio de su fuerza abriendo nuevos frentes. Si Europa le presiona en lo económico y le aísla en lo político, Putin actúa en la forma en que pueda hacer daño a Europa: manteniendo abierto el frente bélico en Ucrania como demostración de fuerza y estableciendo alianzas estratégicas y comerciales con aquellos presionados mediante sanciones.
Es lo que Putin ha hecho, por ejemplo, en el caso de Egipto. Cuando aumenta la presión sobre el gobierno egipcio y se producen embargos de armas, Putin manda sus vendedores a El Cairo. Promete armas y recupera mercado ganando espacio de influencia. Lo mismo ha hecho con las ventas de trigo a Egipto que le permitan consolidarse en el terreno y la promesa de abrir un flujo de turismo con el que compensar las pérdidas egipcias.
En todos los conflictos que se abran con Occidente —Estados Unidos y Europa— Vladimir Putin hace personarse a Rusia como aliado posible, vendedor con buenos precios, vendedor con malas prácticas. Putin sabe que nada tienta más que unos buenos precios, unos precios que ya se pagarán en el futuro, pero que crean problemas en el presente al resto. Lo trató con la prohibición de productos perecederos europeos en Rusia para sublevar en casa a los afectados y crear problemas a los gobiernos que apoyan las sanciones por la invasión y anexión de Crimea y la sublevación del Este de Ucrania, que permanecerá en guerra mientras él lo desee. Es su forma de decir que él puede abrir frentes donde, cuando y como quiera. Si Vladimir Putin ha empezado a lanzar sus tentáculos sobre Grecia, la Unión Europea puede empezar a prepararse a nuevos acontecimientos y posturas más radicales.
Señalan en Euronews la nueva actitud del gobierno griego:

El nuevo Gobierno griego se ha quejado de que la declaración de los líderes europeos sobre Rusia se había publicado sin su acuerdo.
“Grecia está trabajando para restaurar la paz y la estabilidad en Ucrania y al mismo tiempo está trabajando para prevenir que se abra una grieta entre la Unión Europea y Rusia. Ahora voy a negociar”, ha dicho el nuevo ministro griego, Nikos Kotzias.**


¿Una grieta? Mucho me temo que Grecia ha votado algo más que unos problemas económicos. Lo que los antieuropeístas y euroescépticos no han conseguido en el Parlamento Europeo pueden intentarlo mediante los sistemas de boicot en las decisiones en otros órganos. Grecia puede ser la primera embajadora de Rusia en Europa. Está por saberse si es un farol para presionar por el otro lado, el económico, o se trata del programa oculto o increíble. Grecia juega sus bazas pensando que Europa va a tratar por todos los medios de mantenerla dentro del Euro y de la Unión. Si esta percepción es correcta y lo manifestado hasta el momento por todos los países es verdad o solo un deseo para animarla a cumplir sus compromisos, podría verse pronto si se dedica a boicotear en nombre de una "paz" con Rusia. Extraña prioridad para un país al borde de la bancarrota.
El diario El Mundo señalaba respecto a la actuación griega:

La tesis oficial es que lo ocurrido es únicamente un desencuentro producto de cuestiones formales. Del desajuste y los problemas de entendimiento con un Gobierno en formación que apenas ha tenido tiempo de formarse y ocupar los despachos. Pero la oficiosa es que detrás del desencuentro hay decisiones políticas. Bien como primer paso de lo que será una larga renegociación con las instituciones europeas por asuntos económicos, bien por discrepancias de fondo y un cambio de alianzas. Por lo que el encuentro puede ser tenso y el preludio de una etapa de poco entendimiento.
"Lo que ocurrió ayer es un desajuste interno en la delegación griega. Lo de ayer puede responder a la precipitación con la que el cambio de poderes, el relevo, se ha producido", quiso quitar hierro Margallo. Sin embargo, las dos primeras horas de reunión han demostrado que el desencuentro va mucho más allá de cuestiones técnicas, formales o de plazo, y que son de fondo. Políticas. Y que abarcan a la totalidad de afrontar las relaciones con el vecino del este.***


Si Rusia consigue que sus —vamos a llamarlos así— "simpatizantes" comiencen a boicotear las decisiones y líneas políticas desde distintos frentes: Francia con el Frente Nacional o el alter ego español (por definición propia) de Syriza, más los otros grupos aspirantes al cambio europeo, la Unión dejará de serlo pronto ante una crisis muy superior a la del "euro", que será solo una anécdota ante la gran crisis política.
El choque de los ultranacionalismos, nacionalismos y populismos contra la idea de Europa en ambos frentes, político y económico, solo beneficiará a una Rusia que se siente debilitada por las sanciones derivadas de sus propias actuaciones. La intensificación de las respuestas rusas en diversos frentes hacen ver que no siente precisamente que esté ganando el pulso a nadie. Putin creyó que el invierno doblegaría a Europa y dentro de nada está ya aquí la primavera. Se sobrevivió.

El diario El País también recoge en sus titulares la sorpresa de muchos ante la entrada en tropel de un gobierno que ha ganado, sí, pero que tiene que gobernar en coalición con un socio extraño, pero el menos extraño, con el que lo único que le une es su antieuropeísmo. "Tres desafíos de Syriza en cinco días"**** es su titular haciendo referencia al choque frontal respecto al papel de la Troika, el rechazo a las sanciones a Rusia y, otra señal, la primera reunión con el embajador ruso en vez de como era habitual con el norteamericano, dada las relaciones con USA y la importante base militar existente allí.
Tres gestos y el aviso de que Grecia no se quiere presentar como una víctima, sino como un belicoso interlocutor con amigos en el otro lado de las trincheras. Si Grecia quiere practicar el quintacolumnismo, el espacio político se va a enrarecer bastante. No solo allí, sino aquí. Curiosamente, la primera víctima del gobierno griego será Ucrania si Grecia boicotea o "suaviza" las sanciones a Rusia. ¡Misterios de la política internacional!
El homófobo Putin, el autoritario Putin, el belicista Putin, el devoto Putin, el nacionalista Putin, el capitalista Putin, ejerce una extraña fascinación en personas que dicen defender lo contrario. Cosas más raras se han visto o, como diría el ministro griego de Economía en sintética frase inmortal, "¡guau!".


* "Grecia: “Acabas de matar a la Troika” o “Esto fue un gran error”" Euronews 29/01/2015 http://es.euronews.com/2015/01/30/grecia-acabas-de-matar-a-la-troika-o-esto-fue-un-gran-error/
** "Los ministros de Exteriores debaten imponer más sanciones a Rusia" Euronews http://es.euronews.com/2015/01/29/los-ministros-de-exteriores-debaten-imponer-mas-sanciones-a-rusia/
*** "Grecia no vetará las sanciones a Rusia a cambio de que sean más leves" El Mundo 29/01/2015 http://www.elmundo.es/internacional/2015/01/29/54ca49b122601d57488b457b.html
**** "Tres desafíos de Syriza en cinco días" El País 30/01/2015 http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/30/actualidad/1422637002_744060.html






viernes, 30 de enero de 2015

Nacionalismo, revolución y la identidad robada

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La psiquiatra social y activista egipcia Sally Toma, especializada en la rehabilitación de personas torturadas y sometidas a abusos sexuales, desarrolla una interesante teoría sobre la evolución producida en el país en estos cuatro años de posrevolución. Lo hace en términos de fusiones y exclusiones en las luchas identitarias, de estratégicos fraccionamientos cuando llega el momento de la confrontación.
La cuestión identitaria es fundamental porque es la que permite identificarse como miembro de un grupo, por un lado, y la reducción de los otros a una "identidad" a la que se le asignan valores y comportamientos.
Una revolución se produce porque se logra crear una identidad común frente a un poder. Sally Toma recurre a los teóricos de la Psicología Social para explicar el fenómeno:

Steven Reicher, a social psychologist who was concerned with issues of collective identity and mass mobilization, identified a common pattern across a variety of crowd events he studied, including a student protest, a mass demonstration and cases of football crowd “disorder.” These events would start with a heterogeneous crowd (different identities and goals). A minority were “radicals” who antagonized authorities. The majority, however, identified themselves as moderates who simply wanted to express their views to the authorities.
Reicher based a lot of his findings regarding social identity and crowd behavior on the Poll Tax Riots in 1990. The conservative government of Britain led by Margaret Thatcher introduced a poll tax which led to a series of protests in many British cities. Things soon escalated into violent riots. Crowd members understood their initial behavior as “legal and legitimate protest,” while police defined it as a “threat to public order.” Police understood their actions as a defensive response, the crowd understood the police action as unprovoked and “heavy-handed.”
Although this crowd was heterogeneous, they were perceived by authorities (especially the police) as a homogeneous threat. Self-proclaimed moderates were oppressed, which, in turn, led to their radicalization. They came to change their views about the authorities, and hence about their own identity in relation to authority. The need to escalate became organic.
Police assumptions concerning the homogeneity of the crowd imposes a common and brutal fate on all crowd members. It lead to a self-fulfilling prophecy on a collective scale: the initially heterogeneous crowd became homogeneous. Cutting off communication on January 28 and the massive use of force created a violent conflict out of a non-violent protest. Being treated as radicals, people came to see themselves as such and united in opposition as radicals. A common radical self-categorization emerged within the crowd, leading to feelings of consensus and empowerment: to take on the police and remove a tyrant.*


Los acontecimientos producidos este fin de semana con motivo del cuarto aniversario de la revolución del 25 de enero plantean de lleno estos conflictos identitarios en los que la justificación de las acciones se basa en ampliaciones y en reducciones de las finalidades y comportamientos. ¿Por qué un reducido grupo, pacífico, de personas llevando flores es tratado como si de una amenaza terrorista se tratara y se abre fuego sobre ellos con munición real?

Indudablemente, el caso va más allá de una cuestión identitaria, aunque esta es muy importante. La igualdad de tratamiento necesita la justificación en la igualdad de fines. Y es en ese momento cuando se hace necesario fabricar los discursos que crean una imagen peligrosa del otro, de aquel al que se ha atacado. Si se compara la manifestación pacífica, con flores para los mártires de la revolución —que oficialmente va a "ser protegida por ley" (estratégicamente junto a la del 30 de junio) — con los sucesos violentos del Sinaí de ayer, con ataques con cohetes contra los puestos militares y de policía, la desigualdad del tratamiento dado hace ver que algo falla en el planteamiento oficialista.
El hecho de la igualdad de tratamiento necesita, además, crear una corriente social de apoyo —la identidad oficialista— que respalde esas acciones justificándolas como amenazas a "todos". El gran cinismo de todo esto es que la "represión" se disfraza de "seguridad" y la "divergencia" como un peligro para esa seguridad. La insistencia del gobierno egipcio, dentro y fuera de Egipto, en que se hable de los ataques contra la "seguridad" de los egipcios es de una ingenuidad pasmosa porque ninguna amenaza puede justificar la represión y muerte de personas que están. Es un aspecto más que demuestra lo poco inteligente de sus posturas. Los medios que han decidido participar de ese espectáculo de magnificación de los enemigos, reales o ficticios, para que sirva de justificación, han pasado a formar parte del aparato de propaganda y hacen un flaco servicio a la construcción de un futuro Egipto en el que la democracia real sea posible.

Es indudable que en Egipto hay terrorismo; es indudable que en Egipto hay amenazas a la seguridad de todos. De lo que estamos hablando aquí es de la utilización interesada de estos fenómenos para el control de cualquier disidencia o divergencia en cuanto al futuro del país. La maniobra consiste en tratar al discrepante con los mismos medios que al terrorista, considerarlo como parte de una "amenaza" más amplia y meterlo en la categoría de los peligros de los que hay que defenderse.
La muy conservadora sociedad egipcia está metiendo en la categoría de "peligros" demasiadas cosas que en una sociedad democrática —como a la que dicen aspirar— son simplemente "diferencias". La democracia es una forma de articulación social de las diferencias. No casa bien con las grandes palabras o conceptos con los que unificamos a los que quien piensan como nosotros, que "somos el pueblo", y condena a los que opinan, sienten, aman, disfrutan, etc. de forma diferente y a los que se pasa a considerar "enemigos del pueblo".


El creciente y complejo nacionalismo egipcio está entrando en un peligroso camino al convertirse en un fenómeno social que excluye las diferencias negándoles el derecho a opinar y, especialmente, a ser egipcios, como los demás a los que tienen ideas diferentes.
Solo en ese movimiento de trazado de una línea de separación tajante, se pueden entender unas declaraciones como las que se recogían hace unos días en la prensa egipcia. Con el titular "Minister: State saboteurs don't deserve Egyptian nationality", Mada Masr señalaba:

Endowments Minister Mokhtar Gomaa is reiterating his demand to strip citizens of their Egyptian nationality if they are found to promote acts of violence against national security.
Gomaa made these comments on Tuesday to the "Hunna al-Asema" program on the privately owned CBC channel, and again to the “Ala Masou'ouleyati” show on the privately-owned Sada al-Balad channel.
[...]
"We are calling for, and continue to call for, the stripping of citizenship from such criminals. This is an honor that they do not deserve," Gomaa said. "Such individuals are traitors and agents, and they do not deserve the honor of belonging to this country."
Gomaa's comments may be buttressed by constitutional Article 86, which stipulates: "Maintaining national security is a duty, and citizens’ commitment to it is a national responsibility, guaranteed by the law. Defense of the nation and the homeland are an honor and sacred duty."**


El autor del artículo recordaba al ministro:

However, Gomaa's comments also directly contravene the rights of citizenship enshrined in the 2014 Constitution.
Article 6 stipulates that "citizenship is a right to anyone born to an Egyptian father or an Egyptian mother. Citizens have the right to legal recognition and official documentation that proves their personal information, as regulated by the law."**


Pero la propuesta del clérigo ministro Gomaa es reveladora de ese sentido identitario que ve "bandos" y no "problemas". La cuestión no es que se retire la nacionalidad a los "terroristas", especialmente si, como en el caso de los yihadistas han renunciado ya a sus nacionalidades para embarcarse en una lucha común, que va de Marruecos a Irak. El problema está en definir qué o quién es una amenaza para la "seguridad nacional". El mismo ministro Gomaa consideraba no hace muchos días que una amenaza para Egipto eran los ateos, a los que hay que combatir con psicólogos y herramientas para evitar que se destruya la "identidad" islámica de Egipto. Otra fuente de peligros nacionales son los homosexuales, también amenazas a la "seguridad nacional" porque atentan contra la religión, la moral y las familias. Son buenos padres, buenos ciudadanos y estupendo egipcios los que denuncian a sus hijos ateos u homosexuales, como recogíamos hace unos días de la propia prensa egipcia, en donde se decía que no eran infrecuentes las denuncias familiares.


El recurso fácil es reducir las divergencias a amenazas a la seguridad nacional en incluirlas junto a los peligrosos terroristas. Cada vez son más las voces, interiores y exteriores, que denuncian este burdo procedimiento, tomado de las viejas dictaduras nacionalistas que buscaban crear esa identidad convirtiéndola en misión sagrada.
Sally Toma señala que la revolución del 25 de enero fomentó la creación de una "identidad revolucionaria"; se creó, dice, por la presión del propio régimen contra los que allí estaban unidos, gente distinta, heterogénea, que acabó sintiéndose parte de la misma idea: acabar con un régimen y la dictadura y corrupción que arrastraba. Las maniobras desde entonces, señala, han sido fragmentar aquella unidad para hacerle perder fuerza y volver a recuperar lo que tuvieron que retroceder.

Many fragmenting events took place in the years to follow. Maspero targeted the isolation of Coptic Christians and excluding them from the revolution. Shortly after, those who opposed parliamentary elections and fought in Mohamed Mahmoud were excluded too, and portrayed as anti-democracy thugs by the Supreme Council of the Armed Forces (SCAF) and Brotherhood leaders who secured a parliamentary majority. The Salafis who learned to protest and “go against the ruler” were subjected to what the Maspero Christians faced, and the Abbasseya clashes resulted in the slaughtering of many. As months and years passed, more of us were targets of smear campaigns and moral exclusion, in order to secure the extinction of our kind. Our collective identity born in Tahrir was subject to smearing, killing, detention, rape and even internal treason and sell-outs. And, of course, the polarization of Egypt aided the targeting of Brotherhood supporters and resulted in a carte blanche to kill thousands, and to wage war against our collective identity under the guise of the “war on terror.”
The fact that propaganda, torture and divisive tactics to fragment the social identity we established in Tahrir took place does not mean we too did not play a role, whether active or passive, in the events that happened post-Tahrir. Many would argue that our collective identity was naïve, or perhaps too pious for politics, or even too radical to negotiate real change. But maybe the change Reicher described never had the potential to be sustainable. A collective identity might just be related to an event, and is therefore intrinsically temporal and unstable.*


La maniobra —también la hizo Morsi y su constitución islamista— era quedarse con la revolución desde el preámbulo y desprenderse de los revolucionarios; que los discursos y celebraciones y fastos fueran por un lado y las reivindicaciones quedaran enterradas.
Solo así es posible entender la situación en la que mientras los países e instituciones  internacionales condenan la situación de los derechos humanos en Egipto —con todas las excepciones antidemocráticas, como Rusia—, el gobierno proclame que está defendiendo la democracia. Egipto no tiene parlamento y gobierna por decreto. Las fuerzas políticas se plantean estos días el boicot a las elecciones legislativas que saben que es un gesto inútil en el que serán utilizados, como en las presidenciales, para justificar la existencia de un "movimiento nacional", repetición del que disponía Mubarak para su simulacro de democracia. No es de extrañar que se estén planteando la participación ante el papel de comparsas que tendrán en un parlamento diseñado para ser controlado desde el poder y al que ya se le ha insinuado, ante de existir, que no debe ser un "obstáculo" para los caminos nacionales.


Antes de los incidentes graves producidos en el fin de semana por el aniversario de la revolución, Daily News Egypt, publicaba un artículo titulado "Parliament caught in political ambiguity: will the president respect legislative independence?", en donde se planteaba la posibilidad de un parlamento realmente independiente y eficaz en términos políticos y legislativos:

Parliamentary elections are the third and final step of the roadmap that was announced to achieve democratic transition. After months of delay and two years of political ambiguity, there is much to expect in terms of democracy and political stability from the next parliament.
Similarly, there are challenges. Yousry Al-Azabawy, a political expert at Al-Ahram Centre for Political and Strategic Studies stated that one of the challenges is knowing to what extent this parliament will have an influential representative force. Will the president respect and accept the legitimacy of the parliament and the power that derives from it?
“This also depends on the seriousness of its members and their willingness to accomplish things. It is also the people’s responsibility to make good choices,” Azabawy argued. “Bear in mind that since the revolution of 25 January, and then 30 June, people have not seen any concrete results they can consider ‘fruits’ of the revolution,” he continued.***


El final de la "hoja de ruta" no parece que vaya a revelar finalmente un sistema político más democrático, sino un sistema de caudillaje, presidencialista, para el que se crea un sistema de adhesión "nacionalista", con exclusión de los que disienten y lo manifiestan —mediante la aplicación de la "ley anti protesta", verdadera constitución egipcia hasta el momento—. Solo hay una forma de ser egipcio: la oficial. También hay una apropiación del sentimiento de orgullo que trajo la revolución: "levanta la cabeza, eres egipcio". Se olvidan algunos, que los que les habían hecho bajar la cabeza son los mismos que ahora les piden que la levanten.
Conforme el sistema vaya mostrando su autoritarismo como única forma de tratar con los que se deja fuera, los mecanismos de identificación exigibles serán más forzados y estridentes, más histriónicos; se usará más el miedo como arma de cohesión primaria. Los conceptos excluyentes de "nosotros somos el pueblo" y los demás son "enemigos del pueblo" no son el camino de la democracia. Hoy mismo, el diario Egypt Independent publica un noticia: los activistas y defensores de los derechos humanoas advierten que se está abriendo el camino a nueva nueva revolución ("Activists: Interior Ministry's approach to lead to new revolution"): 

A number of lawyers and partisans warned of the Interior Ministry's approach in dealing with peaceful demonstrations, and citizens at police stations saying it would lead to the outbreak of a new revolution.
They added during a conference at the Egyptian Center for Public Policy Studies on Wednesday held under "A vision for the development of the Interior Ministry to meet the current challenges and keep up with the desired development of the Egyptian system," that the non-disclosure of the killers of activist Shaima al-Sabbagh, Socialist Popular Alliance Party leader, would increase tension against the Interior Ministry.****


El ministerio del Interior es algo más que un ministerio: es la línea de continuidad que va de Mubarak hasta hoy mismo. Las mismas personas, las mismas prácticas, la misma impunidad. Los mi8litares no dejaron que se tocaran los dos ministerios desde los que realmente se gobierna el país, los militares, con Al-Sisi al frente durante el periodo islamista, y con el ministro del Interior Ibrahim, que sigue contabilizando muertes en su haber en todos los periodos en los que tiene autoridad y del que ahora sostienen fotografías junto a la su víctima, Shaima El-Sabbag, responsabilizándolo de las muertes y pidiendo su dimisión. Hace mucho que advirtieron que había que cambiar ese ministerio, pero nadie hizo caso.


Los que hicieron la revolución, los que forjaron sus identidades dispersas en una común, se ven, como apunta Sally Toma, marcados como enemigos. El politólogo entrevistado, Yousry Al-Azabawy, señala también que mucha gente no encuentra esos "frutos" de la pregonada Revolución triunfante. Solo quedan palabras vacías. El intento de llevar flores a los caídos en Tahrir en los dieciocho días de lucha son un recordatorio de la distancia existente entre las palabras y los hechos, entre los muertos con las ideas claras y los vivos con las ideas confusas, convertidos ahora en enemigos de los que se proclaman garantes de la revolución. Ir a la plaza era un gesto de homenaje a los muertos, pero también a intentar recuperar allí, en aquel lugar, la identidad diluida por los acontecimientos tras cuatro años.
Ayer la prensa egipcia recogía la marcha de las mujeres portando flores en recuerdo de Shaimaa al-Sabbagh. Intentan recordarla a ella como ella trataba de recordar a los que cayeron antes. Esas flores son recursos para mantener vivo, ante la confusión de los días, lo que una vez se dijo, una vez se hizo, una vez se soñó como futuro. La identidad del 25 de enero de 2011 se está recuperando, como dignidad, rechazando el estigma que se les intenta crear. Son egipcios y siguen pensando en que se puede serlo dignamente. La injusticia siempre une más que el miedo. Ya lo demostraron una vez.



* Sally Toma "The shared identity of Tahrir: Four years on" Mada Masr  28/01/2015 http://www.madamasr.com/opinion/shared-identity-tahrir-four-years
** Minister: State saboteurs don't deserve Egyptian nationality Mada Masr 28/01/2015 http://www.madamasr.com/news/minister-state-saboteurs-dont-deserve-egyptian-nationality
*** "Parliament caught in political ambiguity: will the president respect legislative independence?" Daily News Egypt 22/01/2015 http://www.dailynewsegypt.com/2015/01/22/parliament-caught-political-ambiguity-will-president-respect-legislative-independence/
**** "Activists: Interior Ministry's approach to lead to new revolution" Egypt Independent 30/01/2015 http://www.egyptindependent.com//news/activists-interior-ministry-s-approach-lead-new-revolution


jueves, 29 de enero de 2015

El miedo y el curso actual de los acontecimientos

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
De todos los sentimientos que podemos albergar, ninguno es más destructivo que el miedo. El miedo es una forma de defensa natural que lleva a reacciones de todo tipo y provoca distorsiones en la forma de abordar las situaciones y evaluar lo que nos rodean. Nos enseñan los entrenadores de perros que muchos muerden y son agresivos porque tienen miedo. El miedo nos hace agresivos o nos hace exigir que otros lo sean. Hay miedos reales, pero hay personas miedosas. Hay situaciones de peligro objetivas, pero también muchas percepciones de peligro que obedecen a la inseguridad propia de las personas, para quienes el mundo es habitualmente fuente de agresiones.
Hace muchos siglos, milenios, que se descubrió que el miedo era la forma más fácil de controlar a sociedades y personas. A los niños se les mete miedo para que no hagan lo que no quieren sus padres y el resultado son personas inseguras, temerosas. La mayoría de las religiones han jugado siempre con el miedo y tienen sus infiernos y castigos específicos con los que se mete el miedo. El poder aprendió pronto que el miedo era muy útil para controlar a las personas, que los miedosos buscan protección y se les puede ofrecer para que no se alejen y nos busquen. En los sistemas democráticos también se juega con el miedo como argumento; se anticipan desgracias buscando el llamado "voto del miedo", en el que no votas por lo que piensas que es mejor sino que tratas de impedir que otros consigan ganar.
Casi a diario recibo un aviso automático de Pinterest diciéndome que alguien ha hecho suyo un "pin" de uno de mis "tableros" en la red. Es una fotografía que reproduce un grafiti del artista callejero "Keizer" cuyo lema es "Your fear is their power". Acompaña a un artículo escrito el 24 de enero de 2013, es decir, en vísperas del aniversario de la revolución del 25 de enero. Es la llamada de los activistas egipcios, de los defensores de los derechos y libertades de todos los egipcios frente a la oleada islamista que había supuesto la llegada al poder de los Hermanos Musulmanes, que barrieron primero con sus votos y después con su antidemocrática forma de ejercer el poder, imponiéndose a todos. Las sonrisas beatíficas de Morsi antes de las elecciones dieron paso a más intransigencia y sectarismo. Los artistas, casi los primeros afectados por la islamización, fueron muy activos en las calles y medios protestando contra los recién llegados.
En el artículo podemos leer:

While Morsi says the new constitution will bring stability and democracy to Egypt, liberals and human-rights activists fear its vague language will allow for extreme interpretations of the law and give clerics the power to intervene in the political process. Article 44 states that “insult or abuse of all religious messengers and prophets shall be prohibited”, although what is deemed an insult is not clarified, while article 31 prohibits “insulting any human being”—a loose phrasing that activists say contradicts freedom of expression. Other clauses suggest state control over the arts (see link above).
“The new constitution puts religion above the law and civil society,” says Fatenn Mostafa, the founder of the Cairo-based foundation Art Talks Egypt and the curator of the exhibition “Long Live Free Art”. “The fear is that the Muslim Brotherhood will specify what is allowed and what is not allowed in art. The moment you put regulations on art, you kill it.*


Aquellos activistas que entonces perdieron ese miedo que se cita una vez en cada párrafo y que se enfrentaron con sus pintadas, carteles y manifestaciones de protesta frente a los ministerios y edificios públicos, que sostenían sus carteles frente a lugares como la Ópera de El Cairo, por poner un ejemplo que me llega a la memoria, son vistos hoy de forma negativa cuando hacen lo mismo frente a los mismos lugares. El miedo ha sido dirigido contra ellos con astucia para ocultar las gravísimas carencias democráticas del sistema actual. No se es una democracia porque se repita orwellianamente todos los días o porque lo ponga una página oficial de un ministerio. Se es una democracia cuando se usan los métodos de una democracia que son los que permiten distinguir las divergencias de los peligros reales. Cuando se condena como "peligro" lo que es "disidencia", se está faltando gravemente a los principios de la democracia. Y eso es lo que denuncian todos los organismos internacionales, públicos y privados, del sistema egipcio: trata como criminales a los que son opositores. Se convierte en peligrosas a las personas para después aplicarles una ley que les criminaliza por protestar.
Quiso la casualidad que en 2011 celebrara mi cumpleaños con amigos egipcios. Ya entonces, era el mes de julio, discutían "cuándo se debían parar las protestas". Para muchos —y con razón— los militares que habían relevado a Mubarak no eran el final del camino. La SCAF, la Junta Militar de Tantawi, seguía siendo el régimen represor contra el que se habían levantado. Pero ya había voces en aquella reunión que decían que si se trataba de que se fuera Mubarak, eso ya se había conseguido y había que parar, que no había justificación alguna para seguir protestando. A los que se habían sentido cómodos o moderadamente molestos con el régimen de Mubarak —a muchos les fue bien—, les parecía que el orden era el valor principal. Su concepto del "orden" sería puesto en cuestión varias veces hasta hoy mismo. La discusión no ha cesado en el conjunto de la sociedad egipcia y la pregunta que está siempre en el aire es "¿realmente, hemos conseguido algo?". Y si eso se produce es porque el autoritarismo del poder egipcio, lo ejerciera quien lo ejerciera, ha sido constante. Las cárceles se han llenado de unos u otros, los discursos han atacado a unos o a otros, según tocara. Pocos buscan que cese la discusión; muchos otros, en cambio, se conforman con silenciar al otro. Y a eso lo llaman "orden".


Los gravísimos incidentes ocurridos durante el periodo de la SCAF también alentaron el miedo en la sociedad egipcia. Fue el periodo de equilibrio de miedos: el miedo a los militares y el miedo a los islamistas. El caos de ese periodo fue el que trajo a Morsi como forma de librarse de los militares, identificados con el régimen anterior y su brutalidad represiva; falló el intento de canalizar el miedo a los islamistas por parte de los discursos oficiales y las maniobras del poder. Se marginó a la tercera vía, la más democrática, la que entendía que ni el continuismo del régimen, representado por el militar Shafiq, ni la aventura islamista, representada por Morsi, eran la solución. Pero Morsi logró hacerse con el miedo hacia los militares. Le fue fácil porque utilizó la ausencia de precedentes en el poder: los islamistas podían autodescribirse como quisieran, decir que su pasado terrorista se justificaba por la persecución del régimen, decir que gobernarían para todos, etc. Los militares y sus candidatos, en cambio, tenían un pasado de permanencia en el poder que había concluido —eso se pensaba entonces— con la Revolución. Terrible error.
Ahram Online —no un diario opositor o un panfleto, no un medio financiado por Qatar o los Estados Unidos— reproducía ayer un artículo de Ziad Bahaa-Eldin, publicado en diario El-Shorouq, con el título "After four years: No alternative but national consensus In Egypt"**. Ziad Bahaa-Eldin es un político egipcio socialdemócrata que participó en el gobierno tras la caída de Morsi y dimitió tras la aprobación de la Constitución, considerando que ya había cumplido su compromiso como político en esos graves momentos. Se manifestó también en desacuerdo con la ley antiprotesta y, pese a que fue ministros y viceprimer ministro, fue vetado por los salafistas.


El artículo lleva la siguiente entradilla: "On the fourth anniversary of the January revolution, we are left with two options either to continue the present course or to work on building a genuine national consensus"**. Lo que llama Bahaa-Eldin el "present course" es lo que suscita hoy la controversia. Ese curso actual, esa dirección no lleva a ninguna parte. Es una forma de hablar porque, evidentemente, sí lo lleva: acaba como un estado policial en el que no es posible ninguna disidencia manejado por unos medios de propaganda que tienen que bombardear a la sociedad convenciéndola de que todo son peligros, todo conspiraciones, que todo el que discrepa es enemigo y que hay que eliminarlo. Las muertes se justifican en la resistencia y las injustificables en la mala suerte, como se ha hecho este fin de semana en el cuarto aniversario. El resultado es una sociedad paranoica, intransigente y represiva, que jalea las ejecuciones, como el presentador de televisión Ahmed Moussa gritando y pidiendo en uso de munición real para acabar con los que protestan en las calles:

“The law is live ammunition,” Moussa asserted following fierce clashes between protesters in Matareya, North Cairo, and police forces. The violence in this district alone left over nine people dead, as the death toll rose on Monday.
“Demolish Matareya,” Moussa urged police. “How can we allow terrorism to kill people? Where is the state of law? Enough with these policies. The rules of the game should change, the discourse … I don’t want to see these soft policies,” he screamed.
Moussa has a history of inciting rhetoric against opposition activists and the Muslim Brotherhood following former President Mohamed Morsi’s ouster. He hailed a mass death sentence that was handed to 529 Brotherhood members in March, which was later dropped.***


¿De quién es esta "voz"? ¿De dónde salen estas figuras que salpican el espectro mediático egipcio pidiendo muerte? Su paz es la de los cementerios, su tranquilidad la de las cárceles. Su trabajo es sembrar el miedo, hacer reaccionar con violencia y cerrar las puertas de un futuro para el país.
Frente a estas voces histéricas, el artículo de Bahaa-Eldin reclama un cambio en la dirección del país:

Four years after January 25, after two revolutions and two constitutions, after the election and dissolution of parliament and now the approach of new elections, after the death and injury of thousands of civilians, policemen, and army personnel, after investigations and fact-finding commissions that have shed little light on the facts, after several governments and dozens of ministers, after an economic recession and declining tourism and investment—after all of this, no one can dispute that Egyptians are exhausted and that they fervently wish for stability, security, and economic development. There is no one in Egypt who has not paid a price over the last four years, though some have paid more dearly than others. But we now have two paths ahead of us.
The first is a continuation of the current course, based on an economic policy focused on spurring growth through public spending on megaprojects and foreign investment, a political plank centered on parliamentary elections before mid-May, and a security plank that seeks to end terrorism and violence while restricting liberties for youth and civil society and curbing the right of expression and peaceful assembly. At best, this course may improve the economic situation, carry the constitutional roadmap to completion, and restore security to some areas, but it is ultimately not enough to see Egypt through the current crisis, achieve a qualitative leap forward in citizens’ lives, or meet the demands raised in two revolutions. Why? Because there are limits to what can be achieved in a society as divided as Egypt is now. These limits are impeding economic progress and preventing genuine political stability, making full, lasting security impossible.**

Esto no lo escribe la Fundación del expresidente Carter o cualquier otro grupo que haya abandonado Egipto tras el deterioro de los derechos humanos. Hay que estar muy ciego o ser muy fanático para no darse cuenta de que, efectivamente, ese camino de la represión pronto se vuelve contra todos, como ya ha ocurrido. Los muertos terroristas no justifican las muertes de los que no lo son; los ataques de unos no justifican los encarcelamientos de otros. El gobierno egipcio usa la ley antiprotesta para afianzar su poder y matar las discrepancias; su mentalidad es cuartelera y el orden es su orden. No hay estado de derecho cuando se promulgan leyes arbitrarias aplicadas por jueces que son arbitrarios. Las condenas a muerte masivas son un escándalo internacional, se quiera ver o no. Se está encarcelando y matando en nombre de la "seguridad" cuando es la seguridad de las personas la que es violada constantemente.

Son esos "límites" señalados por Bahaa-Eldin y percibidos por cualquiera que quiera verlos los que son traspasados por la violencia. La prudencia de los políticos egipcios les lleva a "hablar de economía", que es una forma eufemística de eludir directamente el problema de las libertades y derechos, la cuestión de la represión indiscriminada y el estado de los derechos humanos. Pero el diseño que el Ejército ha hecho tras las bambalinas no puede funcionar ya porque mucha gente está dispuesta a seguir llevando flores a Tahrir, a que no se olvide que los que murieron allí no lo hicieron para tener un estado policial basado en el culto a la personalidad. Si los fundamentalistas se preguntan para qué quieren leyes si ya está el Corán; los partidarios del orden nuevo se preguntan para qué quieren partidos si tienen ya a su amado presidente, la envidia de todos los países, el que todos los pueblos desearían tener a su frente, según las versiones oficiales.
La muerte de Shaimaa Al-Sabbagh cuyo único crimen fue ir a intentar depositar una flores en recuerdo de los mártires de la revolución del 25 de enero, glorificada tanto por Morsi como por El-Sisi, pero pisoteada por ambos al restringir las libertades, cada uno a su manera, que la motivaron, ha servido para llamar de nuevo la atención de todos. Algunos la justifican porque se dio en mitad de los desórdenes, incendios, bombas... pero ella solo llevaba flores y recibió tres disparos en la cabeza. Pero hay otros casos.
No se ha hablado del caso de Ahmed "Zo'la" Mohsen, un joven DJ muerto de un tiro en la cabeza durante los enfrentamientos entre la policía y los partidarios de Mohamed Morsi. El caso lo contaron así en Egypt Independent con los testimonios de los amigos:

Ahmed Abdel Aziz, one of the band’s assistants told Egypt Independent that Zo’la was buying clothes with his friends and sustained the gunshots when he was leaving back home, stressing that the deceased had no political affiliations.
He revealed that doctors at the Zeitoun Hospital were trying to convince his family and friends to sign a postmortem claiming that he committed suicide, presumably to spare themselves lengthy investigation procedures required should his death be registered as by gunshot.
Abdel Aziz said that his family, however, rejected the suggestion, adding that they were taking him from the hospital to a morgue to carry on procedures with prosecution services. “We just want to bury him, it is unfair for him,” Abdel Aziz said.
Anti-government sentiments were high among opposition groups with the killing of protesters, who were not allied with supporters of former president Mohamed Morsy whom the government has accused of committing terrorist actions against security and the public.
 Social media was also stirred by the death of socialist activist Shaimaa al-Sabbagh on the eve of the uprising’s anniversary after she received a gunshot widely believed to be from police forces during a symbolic protest in Downtown Cairo. Many officials, however, blaimed the Muslim Brotherhood, saying the infiltrated the protests and shot her.*****


El intento de los médicos de convencer a la familia de que aceptaran un certificado de defunción por suicidio no es inocente. Los suicidas no cuentan en las estadísticas de muertos en las calles ni hay porqué investigar. Proponer en el mundo islámico, en el que el suicidio es un tabú social y familiar, que acepten como versión oficial es realmente grave y significativo.

Siempre queda, claro, la hipótesis del infiltrado islamista, que es la nueva versión del "infiltrado del régimen de Mubarak", los matones, como causantes de los crímenes callejeros. La policía nunca hace nada, igual que Khaled Said no murió torturado, la cabeza deforme por los golpes, sino que se atragantó intentando hacer desaparecer el hachís que llevaba encima, según la versión oficial. Su muerte en Alejandría fue el detonante de la revolución de enero de 2011, con una población harta de tener que aceptar las versiones oficiales sobre los muertos y desaparecidos.
Hoy el miedo hace aceptar de nuevo las versiones oficiales. Para muchos son más fáciles de aceptar estas versiones vergonzosas que reconocer su propio fracaso en la construcción de un Egipto más libre y en el que se pueda vivir y convivir, que es un valor importante. El gobierno egipcio hace el ridículo internacional cuando los ministros abroncan a los corresponsales extranjeros diciendo que no transmite "bien" lo que ocurre allí. Lo cierto es que las versiones oficiales son para el estricto consumo interno, para alimentar el miedo, mientras que fueran son indigeribles. Pero es mejor aceptar la teoría de la conspiración universal contra Egipto.
Escribió Bertrand Russell en La búsqueda de la felicidad: "El miedo a la opinión pública, como cualquier otra modalidad de miedo, es opresivo y atrofia el desarrollo". Se refería a los que viven ante el temor de expresarse por las campañas mediáticas contra ellos. Por eso el control de la opinión pública a través de los medios de comunicación es cada vez mayor y los vociferantes Ahmed Moussa, reclamando más muertes y una policía más dura y represiva, proliferan.


Instalarse en una cultura del miedo, quedar atenazado ante la imágenes constantes de horrores para no salir de casa, es peligroso y, como dice Russell, una atrofia del desarrollo. Lo que queda atrofiado es la democracia, que se ve como un peligro en sí misma porque obliga a convivir con los que no estás de acuerdo. El daño psicológico causado por los treinta años de Mubarak (más los anteriores) es haber instaurado la falsa creencia de que se puede hablar de democracia con sistemas monológicos que se resisten a ser dialogantes. Ese mal aqueja a militaristas e islamistas, pues son las únicas dos formas, profundamente autoritarias, que subyacen bajo las formas circunstanciales. La débil corriente de la convivencia que trata de cambiar esto se enfrenta a ese reto. Pero cualquiera que proclame en Egipto esos valores necesarios para una sociedad moderna se encuentra con esa corriente dirigida de opinión pública amenazante y un riesgo físico reales.
En las informaciones que van surgiendo para aclarar la muerte de Ahmed "Zo'la" Mohsen, el rapero DJ, se va canalizando la indignación:

“His music was his life; he died with the police gunfire though he was neither a Muslim Brotherhood nor a terrorist; he has no political affiliation,” the page’s admin wrote. “Police are ignoring the vivid terrorism in Sinai and instead killing our youth.”******


Las flores para Tahrir son indicadoras de que no se ha perdido ese espíritu de la revolución que buscaba convivencia y libertades, que unió a musulmanes y cristianos, a personas de distintas ideas. Algunos mueren por llevar flores a los que ya murieron. Es una cadena de mártires que por ahora no cesa. Al menos demuestran que se puede morir sin miedo, aunque la mayoría prefiera vivir con él. Como señala ese cartel callejero de Keizer, "Your fear is their power". Y su poder crece cada día.




* "Egypt’s art world rallies to defend freedom of expression" The Art News Paper  24/01/2013http://www.theartnewspaper.com/articles/Egypt%E2%80%99s+art+world+rallies+to+defend+freedom+of+expression/28487
** "After four years: No alternative but national consensus In Egypt" Ahram Online 26/01/2015 http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/4/121559/Opinion/After-four-years-No-alternative-but-national-conse.aspx
*** "Incitement flares between TV anchor and Islamist preacher" Mada Masr 27/01/2015 http://www.madamasr.com/news/incitement-flares-between-tv-anchor-and-islamist-preache
**** "Famed rap band DJ accidentally killed during Matariya clashes" Egypt Independent 26/01/2015 http://www.egyptindependent.com/news/famed-rap-band-dj-accidentally-killed-during-matariya-clashes
****** "Friends of popular DJ: Police killed Zo’la" Egypt Independent 28/01/2015  "http://www.egyptindependent.com//news/friends-popular-dj-police-killed-zo-la"




miércoles, 28 de enero de 2015

Esto no sucede en todas partes

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Tras las 25 muertes ocurridas en Egipto, el ministro de Exteriores ha repetido por enésima vez que el resto del mundo no entiende lo que ocurre allí y ha señalado sobre esto de las matanzas “this is what happens in all world countries, including Western countries”*, según recoge la publicación Mada Masr, reproduciendo la página oficial del misterio, en la que una solitaria frase se desplaza por la parte superior, de derecha a izquierda: "Egypt on democratic track".
Este argumento lo usaba con frecuencia el expresidente iraní Mahmoud Ahmadineyad y sus ministros cuando se les preguntaba sobre la represión en su país. El argumento es muy parecido: todos los países hacen intervenir a la policía cuando no se cumplen las leyes. Se ignora, claro, el carácter arbitrario que pueda tener la ley que te aplican y, por supuesto, el uso desproporcionado de la fuerza para hacerlo. Primero te declaran enemigo y luego te aplican la ley.
Todos los países defienden la ley, sí, pero no todos tienen leyes como estas, ni jueces que condenan a muerte en masa, ni la larga lista de problemas con los derechos humanos que se siguen denunciando y hunden la imagen del gobierno egipcio cada día un poco más. Pero todos son, como dicen en el ministerio, visiones desequilibradas que no informan de la maldad de aquellos a los que se enfrentan.


La muerte entre esas 25 personas de la activista socialista Shaimaa El-Sabbagh, el día 24, uno antes del aniversario de la revolución, cuando unas pocas personas pacíficamente iban a depositar flores en la plaza de Tahrir, ha sido una conmoción. Las imágenes de su traslado desesperado por las calles con los disparos, de su cuerpo inerte, son impactantes y el testimonio de que se ha matado a una mujer indefensa en un acto premeditado de barbarie. Pero en Egipto la distinción ya es radical: terrorista o amigo. No hay término medio porque terrorista ya es todo aquel que protesta porque no le dejan protestar. Esa es la maravilla de la ley "total", el Catch-22 de las leyes represivas: si protestas, eres un enemigo; si te aguantas, un buen ciudadano. Las personas decentes y honradas son las que no sienten ganas de protestar.

Pero la situación ya está siendo insostenible para muchos, que han decidido no ser cómplices voluntarios (hay de los otros también) de una situación en la que no ha habido cambios en el ministerio del interior desde la caída de Hosni Mubarak. El mismo aparato represivo al que se tuvieron que enfrentar los revolucionarios de enero de 2011 es al que se enfrentan ahora. Egipto ha inventado la revolución-Sísifo, una revolución en la que los contrarrevolucionarios festejan oficialmente la revolución, mientras que los revolucionarios de entonces siguen con las mismas reivindicaciones, pero considerados ahora contrarrevolucionarios. "Yo soy el Estado y las revoluciones", dicen absorbiendo cualquier acontecimiento. El que manda pega y el que pega manda. No hay otra regla.
Todos los estados que salen de una dictadura (y Egipto lo era, por eso se hizo la revolución), purgan su policía. Hasta los policías ucranianos pidieron disculpas por la represión realizada hasta que el infame Yanukóvich corrió a arrojarse a los brazos de Rusia. En Egipto no se ha hecho y siguen los mismos al mando, gobierne quien gobierne. Al actual ministro, Ibrahim, lo nombró Morsi, ahora encerrado; por supuesto, Morsi lo nombró porque ya había sido un acreditado represor en la época de Mubarak y tenía sus muertos sobre las espaldas. Un verdadero profesional de la represión. Las responsabilidades de los cientos de muertos están sobre su cabeza también, pero no le importa mucho.


Egipto es el país que más rendimiento retórico le ha sacado a las muertes de ciudadanos afroamericanos por parte de la policía. Según ellos, esa es la norma, todos lo hacen cuando se incumple la Ley. Puestos a imitar, es cierto, podrían imitar otras cosas. Cuando un jurado norteamericano exonera a un policía norteamericano por haber matado a un ciudadano norteamericano porque tenía un perfil sospechoso, los teóricos del estado democrático egipcio lo celebran como una gran victoria de la ley y lo ven como una confirmación del buen camino hacia esa democracia que sus visionarios dirigentes ven en el horizonte.
Estas cosas las dicen por ver si alguien les da la razón. Pero no, nadie les da la razón. Solo ese extraño coro de medios privados, jaleadores profesionales, vergüenza de su profesión, las Mona Iraqi y demás compaña de cívicos ciudadanos que sueñan con atiborrar cárceles y cementerios de enemigos de la patria.


La publicación Mada Masr nos trae las dos caras de la intransigencia egipcia. Con el título "Incitement flares between TV anchor and Islamist preacher"**, nos da cuenta del enfrentamiento verbal entre un terrorífico presentador de televisión privada, Ahmed Moussa, partidario de acabar con la vida de todo el que lleve la contraria al gobierno, y un predicador espeluznante. Wagdy Ghoneim, empeñado en matar impíos, que son todos los que no piensan como él.
Son las dos caras de la moneda egipcia, el ejemplo de en lo que está quedando esta absurda lucha que todos hacen en nombre de las leyes, divinas y humanas, las dos igual de intransigentes porque las "divinas" hacen enrojecer a Dios y las "humanas" dan vergüenza ajena. Describen así en Mada Masr a estas dos "joyas":

Moussa has a history of inciting rhetoric against opposition activists and the Muslim Brotherhood following former President Mohamed Morsi’s ouster. He hailed a mass death sentence that was handed to 529 Brotherhood members in March, which was later dropped.
“I salute the fairness and justice of our judiciary in defiance of these killers, and all those who attack it. Egypt's judiciary is clean and fair,” he said. Responding to criticism of the death sentence, he asserted, “May they be 10,000, 20,000, not 500. We are not sad, we are happy … Burn them, burn their bodies, burn their clothes,” he continued. Although he paradoxically concluded, “The state will win under the law and not with violence.”
Moussa also aired a video showing the arrest of three jailed journalists working for Al Jazeera, causing widespread uproar.
In retaliation, hard-line conservative Islamist preacher Wagdy Ghoneim, also known for his inflammatory statements during Morsi’s presidency, called for the death of people like Moussa.
“I say it on air, whoever can [slaughter] these dogs of hell [media figures] will be rewarded by God. Those who lie are like the shoes on the feet of the villainous President [Abdel Fattah al-Sisi],” he said on Misr al-An Islamist TV Channel.
Ghoneim has frequently described liberals and seculars as “infidels” who must be taken to court for their “anti-Islamic beliefs”.
“If anyone tells you that he is liberal, tell him directly that he is an infidel,” he said during one of his appearances.**


¡Vergüenza de la religión, vergüenza del periodismo! ¡Son la gangrena de sus "profesiones"! ¡Dos mediocres ejemplos del agitprop más rancio! ¡Vergüenza! Con ejemplares como estos, difícilmente Egipto puede encontrar una senda a la democracia creíble.
La muerta de Shaimaa Al-Sabbagh difícilmente se puede justificar por los discursos del odio. Como liberal, el clérigo fundamentalista pide que la envíen a los infiernos; como manifestante que lleva unas flores a los caídos en la revolución, justifican su muerte como infractora de la ley que dicen que nació con el triunfo del régimen revolucionario.  ¿Triunfo de la revolución? Alguien tendrá que explicárselo a sus hijos en el futuro, aunque nunca se crecerá la suficiente como para entender este absurdo. Hacen falta varias vidas para entenderlo.


La periodista de Daily News Egypt, Amira El-Fekki, ha elaborado un artículo recogiendo los testimonios de las últimas personas que estuvieron en las calles junto a la fallecida por los disparos. El último testimonio recogido es sobrecogedor:

Nancy Attia, the journalist who last saw Al-Sabbagh
“I tried to feel her heart beating, but she passed away between my arms,” Attia said in her testimony in a phone call to Mehwer TV channel.
“I was in a nearby street to the march. Their group was made up of no more than 20 or 30 people, but security forces started firing tear gas and birdshots on the protesters. I was near Zahret El-Bostan café when a young man carrying Shaimaa arrived. He was the man wearing orange in the videos. I did not know Shaimaa, but her colleagues tried to rest her on a chair and called for my help because I was the only woman present.
“I tried to assist her, as the group covered us amid ongoing shooting from the police side. She was injured in the head, and this is where most of the blood came from, which I failed to stop with my hands. She was still alive, but her heart beats were extremely slow. Suddenly, a police car and vehicle arrived at the café, and a senior officer who appeared several times in the released videos stepped out, followed by a number of conscripts, some wearing civilian clothes and others masked and armed.
“They approached us and arrested everybody, including the party’s secretary-general Talaat Fahmy. I saw them getting beaten and started to talk to the senior officer asking for an ambulance. He yelled at me to ‘shut up’ and they took the others in their vehicle.
“I was left alone with Shaimaa in the streets, screaming for help. It was chaotic, I had Shaimaa’s bag, opened it and took her mobile phone, but did not dare to call her mother, whose number was available. At the same time, she had a second phone which was ringing. I picked up, and a person who said he was named Hossam, spoke to me as I was explaining the situation. Shaimaa was taking her last breaths.”***


Esto es lo que el ministro de Exteriores considera que ocurre en todas partes. Hay que decirle que no, que solo en algunas. Y que allí donde ocurre la idea es la misma: no es una situación de normalidad.
Las denuncias de infracción de los Derechos Humanos son constantes y la respuesta del ministro o de otros ministros es siempre la misma: exageran los demás, son conspiraciones, cuando son medios exteriores; y son traidores, cuando lo cuentan los medios locales.
Si sumamos estas violaciones constantes a las exculpaciones de los máximos responsables de la dictadura de Hosni Mubarak, el panorama del futuro de Egipto es desolador. Cuando la gente vaya despertando de la hipnosis nacionalista se darán cuenta que así difícilmente se puede construir un futuro habitable, que fue lo que reclamó la primera revolución, aquella que muere cada día un poco más en las calles y en los discursos oficiales.


El año que viene, los caídos serán los que lleven flores para recordar a la mujer caída por ir a rendir homenaje a los caídos hace cuatro años. Los homenajes a los caídos se encadenan trágicamente, pero nadie renuncia a honrar la memoria de los muertos. También habrá flores para ella en un año; también correrán riesgos los que las lleven hasta el lugar donde murió por cobardes disparos.
Ante este panorama, el clima electoral que se abre por delante es complejo. Ya no se trata de marginar a los islamistas, de encerrarlos una vez declarados proscritos. Se trata de la participación dudosa de los grupos políticos que la presidencia necesita para maquillar un parlamento que nace muerto por otra ley, otro decreto, que ha servido para dar forma a un parlamento sin capacidad de maniobra alguna. El parlamento, ya lo han advertido, no debe perderse en tonterías, sino en ratificar lo que diga la presidencia.
No, estas cosas no ocurren en todos los sitios. Y si ocurren en algunos, no se le ocurre decir a nadie que pasan en todas partes. Sería más correcto decir que les pasa siempre a los mismos, una y otra vez, en cada gobierno en el que están, en cada manifestación que se produce. La patética página oficial del Ministerio de Exteriores quejándose de lo injusto que es el mundo, no es más que una demostración del callejón sin salida al que se lleva a Egipto. 
La frase "Egypt on democratic track" sigue dando vueltas sola, una y otra vez, mecánica, aburrida, sin sentido.
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* "Foreign Ministry: Foreign reports on January 25 anniversary events inaccurate" Mada Masr 27/01/2015 http://www.madamasr.com/news/foreign-ministry-foreign-reports-january-25-anniversary-events-inaccurate
** "Incitement flares between TV anchor and Islamist preacher" Mada Masr 27/01/2015 http://www.madamasr.com/news/incitement-flares-between-tv-anchor-and-islamist-preacher
*** "Ongoing investigations into Al-Sabbagh’s death as interior ministry denies accusations" Daily News Egypt 26/01/2015 http://www.dailynewsegypt.com/2015/01/26/ongoing-investigations-al-sabbaghs-death-interior-ministry-defends/#dnePhoto/0/