viernes, 6 de diciembre de 2024

La protesta portuguesa contra los libros digitales en la enseñanza

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Hay muchas cosas que la revolución de la información se ha llevado por delante, entre ellas ese objeto material, raro, llamado "libro". Tiene su lógica, si hacemos caso a los teóricos (a los de verdad, claro, a esos que nadie lee). Las culturas se organizan sobre lo que les permiten la mejor transmisión del conocimiento. En las sociedades orales eran las plazas y centros de encuentro, los "parlamentos". En las sociedades de la escritura, los escribanos primero y los editores después crearon la cultura con el manuscrito y el libro como ejes, Hoy nos toca a las redes y dispositivos electrónicos, los formatos digitales, que permiten otras distancias, otros órdenes, otro flujos y otras formas de acceso, almacenamiento y distribución.

No hace mucho tuve ocasión del triste espectáculo de ver el aplauso del mundo académico a la desaparición de los libros en beneficio de la digitalización. "¡Ya somos modernos!", repetían algunos.

La pandemia nos permitió ver la ausencia generalizada de libros y nos permitía dividir a la humanidad en tres: los que tienen libros y leen, los que no los tienen y los que dicen haberlos leído sin tenerlos.

En "Una mirada europea", la sección en la que RTVE nos recoge artículos de interés de muy diverso tipo publicados en las webs del continente, se nos ofrece una noticia portuguesa fechada hace un par de días. Lleva por titular "Padres de alumnos se manifiestan en Coimbra contra los libros de texto digitales". Es una noticia de la RTP y la inteligencia artificial nos la traduce directamente del portugués para contarnos la protesta y negativa a que sus hijos tengan libros digitales para su formación escolar.

Decenas de padres portaban pancartas y se concentraron ante el colegio Martim de Freitas de Coimbra para exigir el fin del uso exclusivo de libros de texto digitales.

Creo que es muy perjudicial para el rendimiento escolar.

Puedo verlo en mi hijo, que se queja constantemente de dolores de cabeza y cansancio.

Son muchas horas frente a la pantalla.

Está demostrado que es perjudicial para el aprendizaje y nocivo para la salud de los alumnos, además del problema de la dispersión hacia contenidos no didácticos y de mucha distracción.*

La noticia procede de un vídeo con la noticia, que puede ser reproducido, visto y escuchado. La IA extrae el texto del vídeo y lo convierte en un escrito doble, en portugués primero y de ahí lo traduce al español automáticamente. Sin duda una poderosa herramienta de trabajo.

Pero lo que discuten los padres del colegio de Coimbra es otra cosa, como se señala en el último párrafo de la cita. Alegan que en diversos países, países avanzados en educación, están empezando a volver a los libros.

Creo que a estas alturas —basta que mire a su alrededor si se encuentra en la calle o en un transporte público o con algunos miembros de su familia— se habrá dado cuenta de que está rodeado de personas embebidas en sus teléfonos móviles, un objeto que le convierte en receptor de una serie de informaciones que probablemente no deje en sus trayectos. Le multan por llevar el móvil activo en el coche, la mejor prueba de que efectivamente es una "distracción" de difícil control. Muchos lo llamarían "adicción", lo que viene a decir que es más la acción que el contenido lo que le mueve. Se habrá sorprendido más de una vez del tiempo que ha estado delante de su teléfono para nada, por si veía algo.

Lo que protestan los padres de Coimbra —y otros lugares del mundo— es esa parte del fenómeno, el hecho de pasar horas con poco rendimiento y adquiriendo hábitos que nos son precisamente "formativos" sino más bien al contrario, se convierten en obstáculos para el aprendizaje.

Podemos decir que en esta ya segunda generación, en muchas casas apenas hay libros, no hay bibliotecas, como nos enseñaron las videoconferencias durante la pandemia. Hay casas con libros en las que se puede leer y hay casas sin libros, con pantallas, en las que no hay otra cosa que hacer que dejarse llevar, dejar pasar el tiempo.

No nos engañemos: no son solo los libros; es el cine, es la música, son casi todas las formas de arte, ya que los teléfonos lo que representan es la irrupción brutal del mercado usando técnicas de todo tipo para hacerse con usted, con su atención, convirtiéndolo en una parte final del sistema de circulación de información. Usted, yo, no somos más que pequeñas piezas de un gran negocio. Para que funcione es necesario eliminar cualquier obstáculo atencional que se inmiscuya entre usted y la información con la que se hace el negocio. El negocio está más en la conexión —en formar parte del círculo— que en lo que se distribuye, en los contenidos, que son otro negocio superpuesto.

La queja de los padres es que esto haya invadido el espacio educativo mientras que ellos tienen la lucha en su propio hogar por intentar formar a sus hijos atencionalmente en otra dirección. No se trata del contenido, sino del continente. Indudablemente para las editoriales es un gran ahorro el no tener que hacer "objetos" materiales, centrarse solo en los contenidos. Puede que abarate el "producto" final, pero es indudable que, como las formas anteriores de acceso a la información, tiene unas diferencias psicológicas, sociales y culturales. Ninguna forma de acceso a la información es neutra o inicua; todas tienen alguna acción sobre la mente a la que dan forma y sobre la sociedad en la que se mueve y produce la información.


Evidentemente no tiene sentido estar "en contra" de la información, pero sí se puede —y es cada vez más frecuente— estar en contra del uso durante la infancia ya que impide la formación de aquellos a los que se destina y afecta, los niños y adolescentes. ¿Temen las grandes empresas e industrias actuales quedarse sin clientes hechos a su imagen y semejanza, con un perfil favorable a lo que les interesa y beneficia? ¿Prefieren consumidores incontrolados, compulsivos? Puede, porque no creo que les importen mucho.

Hemos perdido nuestra capacidad social de manejar nuestro futuro, que ha quedado en manos de los intereses. Lo bueno es lo rentable, da igual el efecto que tenga. Puede que siempre haya sido así, pero ahora el poder de hacerlo es enorme. Por eso, la protesta de los padres de alumnos del colegio de Coimbra es importante.

* "Padres de alumnos se manifiestan en Coimbra contra los libros de texto digitales" RTVE.es / RTP 3/12/2024 https://www.rtve.es/noticias/ https://www.rtp.pt/noticias/pais/encarregados-de-educacao-em-coimbra-manifestaram-se-contra-manuais-digitais_v1619117

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