jueves, 19 de diciembre de 2024

El caso Pélicot, visto para sentencia

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El mundo espera hoy con impaciencia la sentencia del "caso Pélicot", Todos los medios prácticamente hacen mención de ello pues ha tenido repercusión mundial por lo que implicaba, por la visión de las relaciones personales, porque creíamos haberlo visto todo.

En 20minutos nos dicen:

El juicio a los 51 acusados de haber violado bajo sumisión química a Gisèle Pélicot de 2011 a 2020 dictará a partir de las 9.30 (8.30 GMT) la histórica sentencia, con condenas que pueden ser de hasta 20 años, la pena máxima en Francia por violación agravada.

"Habrá un antes y un después", dijo el pasado 27 de noviembre la fiscal del tribunal penal de Aviñón (sureste de Francia), Laure Chabaud, consciente de la repercusión mundial de este caso, que han seguido por cerca de 180 medios, 86 de ellos extranjeros, especialmente españoles.

El Tribunal ha establecido medidas excepcionales para la lectura de las sentencias, ya que se cortará la calle que da acceso al palacio de Justicia y la sala estará cerrada al público, salvo para los familiares de víctimas y acusados.*


Las condenas son importantes pero lo es sobre todo lo que ha sido para las conciencias, para la sociedad en su conjunto, la visión del horror, por un lado, y la quiebra de una vergüenza que caía del lado equivocado.

En el caso Gisèle Pélicot la vergüenza ha caído del lado correcto. Es la mujer la que puede ir con la cabeza alzada mientras que la vergüenza se asienta en esos 51 acusados. La sociedad se ha puesto del lado correcto, la Justicia ha sentado en el banquillo a quien debía hacerlo.

En los momentos en que escribo esto, según nos indican, estará a punto de producirse la sentencia. La Justicia no es venganza, pero si intento de reparación del daño causado mediante un inexacto sistema de equivalencias. El mundo, asombrado, por la constancia e inhumanidad de los delitos espera que la sentencia sea al menos ejemplar, algo que contrapese en "mal ejemplo" de los hechos.

El caso ha hecho tambalearse la confianza de muchos sobre los límites de la maldad humana, algo sobre lo que tenemos pruebas sobre la mesa todos los días. La Justicia no debe ser solo castigo para los acusado, sino reflexión para el conjunto de la sociedad sobre lo que significan ciertas cosas, sobre lo que significa "convivir". El caso Pélicot es especialmente denso en este sentido, algo que nos debe animar a extremar la vigilancia porque lo que nunca imaginas que podría suceder sucede.

Hay casos que forman parte de nuestro presente. Este, en cambio, tiene un pie en el pasado que se resiste. Está ahí para que no olvidemos que no vivimos todos en el mismo tiempo, que algunos tienen su conciencia (o falta de ella) en cientos o miles de años atrás.

Indudablemente los encausados padecen un tipo de enfermedad, pero precisamente el tipo de enfermedad contra la que avanza el tiempo y que ellos se resisten a cambiar. Simplemente esperan la ocasión de que les llegue la ocasión de burlarse del cambio, del futuro para seguir viviendo en un pasado oculto que satisface sus deseos perversos de propiedad de las mujeres.

Hay mucha preocupación en distintos sectores con el negacionismo activo de la violencia contra las mujeres, algo que crece y que percibimos en las aulas, en las que muchas profesoras ven aumentar el rechazo a la valoración negativa de dicha situación.

Por ese crecimiento, que se refuerza a través de la horizontalidad de las redes sociales, existe preocupación. El caso Pélicot debe enterrar, dejando claro, el horror cometido, lo que supone en todos los niveles. El caso no es mediático por alguna especie de morbosidad enfermiza; lo es por su monstruosidad en todos los planos, el humano y el de género. El primero engloba al segundo, no se pueden separar. Estamos en un momento claro, como ocurrió en los años 50 y Betty Friedan se dio cuenta de ello, de retroceso porque se dispone de herramientas para ampliar el negacionismo, por un lado, y hay un claro descenso del nivel crítico y cultural; porque se vive de nuevo una sexualización de la imagen de hombres y mujeres gracias a la creación de una sociedad mediática en la que la preocupación por la imagen es constante.

La sentencia, esperemos que ejemplar, puede estar ya en la calle. 


* "El histórico juicio del caso Pélicot dicta este jueves la sentencia: "Habrá un antes y un después"" 20minutos / EFE 19/12/2024 https://www.20minutos.es/noticia/5665587/0/francia-justicia-historico-juicio-caso-pelicot-dicta-hoy-sentencia-habra-un-antes-un-despues/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.