miércoles, 11 de diciembre de 2024

El juego ruso

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Mientras el mundo se pregunta cómo acabarán en Siria, los Asad acaban en Rusia, la patria de los que machacaron las suyas con impresentables dictaduras, con múltiples crímenes y represión sin fin, Es casi la descripción perfecta del amigo de Putin.

La estrategia rusa con Putin ha sido clara y este es solo un episodio más de confirmación. Lo que el mundo rechaza, lo acoge Putin bajo su sombra siniestra. Lo que se irá descubriendo de los horrores de las cárceles sirias son méritos a los ojos de Putin, el ex agente de la KGB que amplió el negocio.

En 20minutos les dedican unas páginas a contar quiénes son algunos de los amigos de Putin empezando, claro está, con los que llegan de Siria, los Asad, acogidos por "motivos humanitarios", lo que no deja de ser un chiste de mal gusto, teniendo en cuenta el más de medio millón de muertos y los muchos desplazados. La luz sobre los horrores sirios solo ha empezado. Bachar al Asad será un "refugiado de lujo", otro más en la nómina de huidos.


La lista incluye a los Asad, el expresidente prorruso ucraniano Viktor Yanukovich, el ex analista de la CIA Edward Snowden y el estafador y mafioso prorruso Jan Marsalek, de origen austriaco. De todos ellos se da cuenta en el texto.

La forma rusa de proceder es sencilla: puedes hacer lo que quieras —robar, traicionar, matar...— que siempre serás bien recibido en Moscú si has beneficiado a Rusia. Por "Rusia" debe entenderse los intereses de Putin al frente. Tener fuerza fuera es tener fuerza dentro. Lo de los "motivos humanitarios", como decimos, es un chiste; Putin te da seguridad, que es la forma de que contribuyas a sus intereses.

No es fácil entender la historia de Rusia con Putin al frente, pero solo la historia de Rusia explica a Rusia. El estudio de su paso por diferentes modos, del modelo imperial al actual pasando por el soviético permite entender las claves de adoración, de culto a la personalidad, de creencia en su papel salvador de la humanidad, de su destino.

Rusia siempre ha estado dividida entre los creyentes en un modelo de sumisión y los rebeldes alejados de esas raíces malsanas del país más grande del planeta, condenado a expandirse a costa de sus vecinos, a los que absorbe y "rusiza" por las buenas o las malas.

Putin no es un genio, solo practica la más vieja de las tácticas políticas, la corrupción, permitiendo que los que le son fieles roben y maten. A los ojos de Putin solo hay un pecado, la traición. La obediencia lo perdona todo. Da igual la sangre que lleve en las manos al Asad; lo importante es que ha sido fiel a los intereses rusos en la zona, que ha formado parte de ese cinturón de seguridad que siente necesitar a su alrededor.

La política exterior rusa se basa en el conflicto y en la desunión de los que considera enemigos. Trata de desunirlos aprovechando cualquier aspecto que debilite, que distraiga del verdadero motivo de preocupación. De esta forma se ha visto relacionado con Rusia de los separatismos nacionalistas europeos (incluida España) a los avances de la ultraderecha europea, de visita constante al Kremlin para recibir apoyos e instrucciones. Una parte importante, por ejemplo, del Brexit tuvo lugar gracias a los apoyos rusos.

El juego ruso no tiene reglas o quizá solo una: todo está permitido si favorece a Rusia. Si tenemos en cuenta que Rusia ve como favorable situaciones dictatoriales como las vividas en Siria o caos represores como el de Venezuela, las perspectivas mundiales son el aliento del caos y la violencia represiva.

Frente a esto, el aparato ruso de propaganda y represión funciona en el interior, manteniendo en el exilio, la cárcel o saltando por puentes y ventanas, bajo los efectos del polonio, etc., todo lo que le moleste. Las raíces eslavófilas y paneslavistas han sido retomadas por Putin para justificar el dominio ruso del mundo. Le hemos visto con el cirio en la mano y poniendo ojitos piadosos para regresar a su despacho y organizar represión y desmanes. 

Ha usado la tradición rusa para seguir mostrando a Occidente como la cuna del mal, que Rusia salvará tras la ocupación. Como ya lo hizo en la II Guerra Mundial, no hay que imaginar demasiado. 

Un mundo controlado por Rusia no es un mundo mejor, sino un mundo a su servicio, demostración clara de que algún dios está de su parte desde el origen de los tiempos.


* "Los "brazos abiertos" de Putin: Al Asad se une a Yanukovich, Snowden y otros protegidos del régimen ruso" 20minutos 11/12/2024 https://www.20minutos.es/noticia/5662372/0/brazos-abiertos-putin-asad-protegidos-regimen-ruso-yanukovich-snowden/


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.