Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Reservé
la noticia ayer para tratarla hoy. No podía dejarse pasar por lo que muestra de
una situación preocupante. En un mundo global, interconectado, las noticias no
son siempre los hechos de diversa
naturaleza. Las noticias pueden estar en ciertas tendencias que descubrimos y
cuyo alcance necesita ser explicado bajo la superficie de lo llamativo, de
aquello que busca ser atracción y nos
impide ver más allá. En este caso, creo que lo que nos explican es
"revelador" de nuestra propia condición.
El
titular en RTVE.es lleva información de EFE y nos dice "La mitad de
los científicos ha sufrido ataques tras expresar sus opiniones en los medios de
comunicación"*. Va
introducida por dos líneas de texto que la complementan: "Las agresiones
aumentaron en asuntos como el cambio climático o la COVID-19, y fueron mayores
en mujeres"* y "La red
social X es el escenario más habitual en el que se han producido esos
ataques"*
Quiero
que se conecte la entrada de ayer —"De
nuevo, el Trump antivacunas"— con lo que nos ofrecen en esa noticia:
La mitad de los científicos (el 51,05%) ha sufrido ataques tras expresar sus opiniones y exponer sus argumentaciones en los medios de comunicación durante los últimos años, unos ataques que aumentaron cuando disertaron sobre asuntos como el cambio climático o la COVID-19 y que fueron mayores entre las mujeres.
La red social X es el escenario más habitual en el que se sustancian esos ataques (el 59,86%), aunque son muy frecuentes también los comentarios de los usuarios en los propios medios de comunicación digitales (21,13%) o los señalamientos en persona, tanto en público (un 11,97) como en privado (un 7,39).
Los datos se ponen de relieve en el informe Experiencias del personal investigador en su relación con los medios de comunicación y redes sociales que ha realizado el Science Media Centre España (SMC) de la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT), en colaboración con el grupo de investigación Gureiker, de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).*
Ayer señalábamos cómo la política se ha salido de los límites convencionales, si es que puede hablarse así, para convertir en materia "política" aspectos impensables, lo que está produciendo un fenómeno regresivo, algo que restringe nuestro pensamiento y lo acerca a lo "mítico".
Hemos visto en estas semanas que los nombramientos anunciados por Trump son preocupantes por lo que tienen de "negacionismo" en diversos campos. ¿Cómo es posible esto en un país como los Estados Unidos? ¿Cómo es posible en un país puntero en la Ciencia, en un país que marca el camino del conocimiento? La respuesta es, a la vez, sencilla y compleja.
¿Se ha desplazado el campo de la creencia sustituyendo al del conocimiento, que se ajusta ahora al del deseo? En estos nuevos tiempos, el entorno se ha modificado y lo "aceptado" proviene de otro tipo de fuerzas, mucho más fáciles de imponer y manipular. Veíamos a una persona absolutamente insolvente en el conocimiento científico, como es Donald Trump, abogando por la conexión entre las vacunas y el autismo.
Hace unas décadas esto hubiera sido improbable o le habría costado su marginación política expulsándolo a los márgenes del sistema. Hoy, en cambio, va a ser por segunda vez presidente de los Estados Unidos, en los que ha obtenido decenas de millones de votos con este y otros argumentos insostenibles. ¿Qué ha cambiado? ¿Qué ha cambiado para que el mundo se esté llenando de este tipo de personajes grotescos, ignorantes, cada vez más poderosos? ¿Qué ha cambiado para que tengan esta recepción masiva?
Creo que la noticia sobre los ataques a los científicos, la que comentamos hoy, nos muestra algo de este cambio. Los ataques que han recibido ese 51% de los científicos cuando expresan sus opiniones sobre los cambios, sobre sus consecuencias etc. ayudan a ver parte del problema.
La Vanguardia |
Es indudable que hoy poseemos mucha información sobre los efectos que causan nuestras acciones sobre el planeta y que las soluciones afectarían a negocios y bolsillos de aquellos que han construido sus fortunas sobre ellas.
No tenemos que ir muy lejos para que se entienda. Los científicos del clima, los ingenieros, etc. han comentado con profusión los años que llevaban advirtiendo de los desastres posibles de una dana en la zona del desastre en el Levante español. Lo que decían afectaba a negocios y desarrollo. Las construcciones se hacían donde no debían con los materiales más baratos. Las decisiones de ignorarlas llevaban a votar a los políticos negacionistas de todo lo que podía ocurrir. ¿Qué político se presentaría con un programa de responsabilidad climática, de limitación de construcciones, de encarecimiento del proceso? Alguno lo suficientemente "loco" como para ser rechazado primero y acusado después de sembrar el miedo y ahuyentar las inversiones y compras.
No es casual que se nos diga en el artículo que los mayores ataques recibidos han sido al hacer públicas las informaciones sobre la COVID-19 y el cambio climático, las dos principales fuentes de peligro para el paraíso turístico español en el que todo es perfecto, nada se contagia en terracitas y siempre se puede disfrutar de buen tiempo. La pregunta que ahora se hacen muchos es "¿cómo van a vender los pisos bajos en la zona?", como nos mostraba la prensa hace unos días.
Es solo un ejemplo pero creo que significativo. Cuando los científicos avisan, manifiestan sus temores por lo que pueda ocurrir, no son solo ignorados, sino que reciben esa avalancha de insultos por parte de los que ven afectadas sus perspectivas de negocio. Repito, no es casual que los que más ataques e insultos reciben sean referidos a los avisos de la COVID y del cambio climático, ya que son las que más nos afectan en España, las que afectan al sector turístico, que se ha convertido en el eje de nuestra economía. Ahora bien, se puede silenciar, amilanar a los científicos por sus declaraciones atacándolos o silenciándolos, pero lo que no se va a detener es el efecto del cambio climático.
¿Quiénes serán los más votados en estas circunstancias? Lógicamente aquellos negacionistas que garanticen el negocio, el mínimo intervencionismo. Por el contrario, serán atacados, vilipendiados, desacreditados, etc. aquellos que denuncien las situaciones, avisen de los peligros y pidan medidas para evitar desastres. En la medida en que la Ciencia se ve un obstáculo para los intereses, aumenta el negacionismo en distintos campos y los políticos buscan cubrir los intereses subyacentes.
Capítulo especial requiere el ataque a las mujeres, que es un aliciente más. Al negacionismo de lo que la Ciencia pueda expresar se une el machismo que la ultraderecha populista ha hecho suyo: "¿mujeres y Ciencia?", parecen querer decir, "¿qué falta de sentido?" El hecho de que sean mujeres las que hablan de Ciencia provoca un doble incentivo para el ataque.
elDiario.es |
Es indudable que todo esto queda reforzado por un escenario mediático en el que es fácil coordinar los ataques, crear bulos y desinformación, todo ello revestido por el anonimato. La facilidad para la expresión de cualquier cosa, las garantías de impunidad que da el anonimato de las redes, etc., hace que la propia Ciencia se vea limitada, reducida en su alcance y recepción.
Los descensos de los que nos hablan en determinados campos de la Ciencia en los ámbitos educativos no son los simples resultados de estudiar más o menos y que unos países estén por delante otros. Los retrocesos en la educación son otro factor que actúa en detrimento de la Ciencia y de los criterios de evaluación de la realidad. La incultura se paga con creces en el distanciamiento de la Ciencia y de los mensajes que los científicos nos puedan intentar hacer llegar.
Todo lo que parece separado acaba convergiendo en la mente de las personas y configura el resultado social. La política se ha convertido en un arte que aboga más por el poder y su conservación que por el progreso general. Me temo que ya no elegimos a aquellos que nos pueden orientar hacia algo mejor, sino a aquellos que nos dicen lo que queremos escuchar. Si los científicos aportan una visión distinta, sencillamente, como nos dice el estudio presentado, se convierten en el enemigo, en el obstáculo que eliminar. Y se hace de muchas maneras.
¿Se está convirtiendo la comunicación de la Ciencia en una ocupación de riesgo? Parece evidente que sí a la vista de las noticias que nos llegan de diversas partes. ¿Forman parte de la tarea científica convivir con los ataques? Parece que también. La ignorancia se ha vuelto agresiva e interesada, lo que es una mala combinación.
Ayer veíamos cómo Trump atacaba las vacunas y sembraba las dudas. La noticia es que la revista Time le había nombrado "persona del año", algo que él aprovechó para lanzar sus mensajes. La noticia hoy es que los científicos se ven rodeados por ataques, desprestigio, insultos cuando expresan lo que su trabajo investigador les muestra.
Veremos las consecuencias pronto.
* "La mitad de los científicos ha sufrido ataques tras expresar sus opiniones en los medios de comunicación" RTVE.es /EFE 11/12/2024 https://www.rtve.es/noticias/20241211/mitad-cientificos-sufrido-ataques-tras-expresar-opiniones-medios-comunicacion/16367364.shtml
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