Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En RTVE.es se ocupan de una cuestión que es ya recurrente, la falta de personal en la hostelería. Cada cierto tiempo salen representantes del sector quejándose de lo mismo; no hay camareros. Según parece, no resulta ni rentable ni glamuroso dedicarse a estas tareas:
"Ya nadie quiere dedicarse a ser camarero". Ana Taibo, propietaria de un par de bares en el centro de Madrid, responde así a nuestras preguntas sobre los problemas para encontrar profesionales para contratar en hostelería. "Es difícil encontrar personal cualificado que tenga experiencia o ganas de trabajar. La historia es que la hostelería a día de hoy es un trabajo pasajero, siempre es algo hasta que encuentre de lo mío".
El sector tiene 8.217 vacantes, según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al primer trimestre de 2023, y se enfila hacia sus meses más intensos, los de la temporada de verano. Los miles de puestos de trabajo sin cubrir en hostelería son una constante en la serie que recoge el INE desde 2013, pero el problema se ha vuelto más evidente para empresarios, sindicatos y trabajadores desde que terminó la pandemia de coronavirus y la actividad ha vuelto a la normalidad. CCOO asegura que España ha perdido 32.000 camareros desde 2019 en un sector que, según la patronal, aporta el 4,9% del PIB nacional.*
Toda esa canalización hacia bares, cafeterías y chiringuitos, a sitios de copas, etc. parece que no logra atraer más que a empresarios, pero con poco atractivo para el que lleva la bandeja o está detrás de una barra sirviendo. Nadie, nos dicen, lo ve como "lo suyo", como nos indica la infeliz propietaria de dos bares en Madrid, entrevistada al inicio del reportaje.
Como ya es frecuente visto desde el lado empresarial, la gente "no tiene ganas de trabajar" o no tiene la muñeca experta necesaria para agitar la coctelera, el pulso para escanciar o ese punto que se requiere para tirar bien la cerveza, con su dedo de espumita. No, las cosas ya no son lo que eran. ¡Vaya generación!
Ese 4,9% del PIB nacional se exhibe como destino manifiesto de la juventud española, que debe satisfacer al otro lado, el que se tiene que beber lo que le sirven para que salgan las cuentas a la patronal del sector.
Tenía que estallar en algún momento. Se ha convertido a España en una gigantesca terracita, un espacio que hay que llenar y en el que hay que consumir para que salgan las cuentas. Esa es la reclamada "normalidad" a la que se quiere volver una vez solventado lo del molesto coronavirus.
El bicho ese nos impedía vivir y consumir, que viene a ser lo mismo. La maldita mascarilla nos obstaculizaba el ocio nocturno y era el enemigo de esa felicidad artificial necesaria para sobrevivir en este escenario de desempleo juvenil, de empleos mal pagados y de contratos nuevos cada quince días. ¡Hacen falta camareros para atender tanto aburrimiento, para olvidar tanta desidia!
El modelo español no atrae. No digo que no funcione (¡qué remedio!), sino que no atrae, que se llena de personas descontentas, gente que se aburre esperando que llegue ese puesto que le permita hacer realidad su carrera universitaria, su enseñanza superior, las aspiraciones de su vida, si es que ha cometido el error de tenerlas.
Tenemos un bar por cada 160-170 personas, creo recordar. Hay bares de todas las categorías, desde el consumo tirados en el parque hasta el selecto que tiene reservada la entrada. A cada uno su bar, su terracita, su salón de espejos con camarero engolado.
Todo el problema que hemos visto una y otra vez durante la pandemia tenía que ver con el ocio más que con las empresas. La gran pregunta era cuándo se podría salir a tomar la cerveza o el café. Los empresarios de interiores se quejaban de las distancias, del uso de las mascarillas. ¡Hasta los psicólogos fueron movilizados contra ellas diciendo que los bebés crecerían con graves déficits dejando de comprender la expresión facial de sus padres!
No sé a quién le extraña que ahora queden sin cubrir esos casi nueve mil puestos de camareros. Cada vez que llega un puente, un periodo de vacaciones, los empresarios se quejan. Estas pasadas vacaciones de semana santa, se escuchaban voces empresariales amenazantes: ¡habría que contratar a 10 mil marroquíes! ¡Demos una buena lección a esos gandules españoles!
No digo que no haya gandules españoles, que los hay. Lo que digo es que dentro de esta lógica del mercado, no han sido el sector más digno de dar lecciones. Demasiada "flexibilidad" y pocos "derechos". La explotación en horarios ha sido un hecho, en despidos otro. Todo esto de la "profesionalidad" y "experiencia", todo esto suena vacío ante la triste realidad del sector. Contratan cuando necesitan y después a la calle. Puede haber empresas con sentido de la dignidad en sus diferentes dimensiones laborales, pero hay muchas otras que no son ejemplo. No es algo a lo que nadie quiera dedicar más tiempo del debido. Y que sea poco.
Cuando se produjo el boom inmobiliario, recuerdo los abandonos de las carreras universitarias. Muchos preferían dedicarse a lo que se requería, la venta de pisos para las inmobiliarias. La comisión por vender un piso era mejor que cualquier sueldo. Luego llegó el estallido de la burbuja y la crisis. Muchos se arrepintieron.
Hace décadas que el crecimiento de España se ajusta al modelo turístico y hostelero. Somos el chiringuito europeo, el lugar al que vienen a descansar y a beber millones de turistas cada año. Sin ellos la economía se resiente. Pero este modelo no es el mejor, ni mucho menos. Es un futuro sin futuro, en el que para que algunos (muchos) hagan negocio otros deben dedicar su vida. Y si no te gusta, ¡hazte emprendedor!
Somos un país con una estructura empresarial muy débil. Tenemos una mayoría de "micro empresas" (ya no pequeñas o medianas) que es la forma de camuflar el autoempleo.
El año pasado, casi por estas fechas, leíamos en el diario económico 5días:
Hoy, 27 de junio, se celebra el día de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (pymes). Este tipo de empresas son las más importantes para la economía a nivel mundial. Según datos de la ONU, si las pymes desaparecieran, la economía mundial se desplomaría. Las pymes son el pilar de la economía mundial y las que más empleo generan. En concreto, suponen el 50% del PIB del mundo, y de ellas depende el 70% del empleo.
Pero si hablamos de nuestro país, las pymes son todavía más relevantes. El 99,9% del tejido empresarial de nuestro país lo componen pequeñas y medianas empresas. Únicamente el 1% son grandes corporaciones. Las pymes suponen el 65% del PIB de nuestro país y generan el 75% de los puestos de trabajo. Por tanto, nuestras pymes son fundamentales para nuestro sistema económico.**
Es una forma de verlo, claro. Tener un 99,9% es un síntoma de que hay poco empleo estable, algo que da el crecimiento. Ese tejido tan pequeño está constantemente desapareciendo y reapareciendo bajo otras formas, dejando a trabajadores en la calle. ¿Cuántas de esas micro empresas son bares y demás? Hagan las cuentas. ¿Cuántas de esas empresas necesitan investigadores, cuantas personal especializado en sectores de vanguardia? La alegría confiada de la foto de 5días es de una irrealidad pasmosa, un felicidad falsa respecto a una situación compleja y muchas veces dramática por los intentos de sobrevivir.
Los bares nos condenan a dos formas no excluyentes: servir y ser servidos. Estás a un lado u otros de la bandeja. Los que pueden permitírselo prefieren estar sentados mientras te traen las bebidas. En otros muchos ya impera el sírvase usted mismo, ahí tiene la máquina de bebidas y rellene a su gusto.
España apenas tiene una planificación económica que apunte a un futuro mejor. La instalación de una gran empresa o una fábrica es porque hemos bajado nuestras condiciones de empleo y pediremos poco, como ocurrió con alguna gran empresa automovilística francesa que dejó en España sus instalaciones después que los trabajadores aceptaran ser los más baratos.
Entre becarios y camareros, hay pocas posibilidades de conseguir empleos en condiciones, estables y lo suficientemente remunerados como para que la gente pueda acceder a una vivienda, pueda tener hijos en las edades en que debe y, si hay suerte, disfrutar de su trabajo.
Lo de la economía y la moto es jugar demasiado con el sarcasmo. Lo es también cuando comprobamos las enormes cantidades de jóvenes que salen de España a conseguir empleos dignos en campos para los que se han formado. Decir que casi nadie tiene problemas con el alquiler es una osadía que descalifica, que muestra que no se ve problema donde lo hay realmente y que los que controlan este sector ha impuesto su visión del mundo: mucha mano de obra barata para reponer al que se queja.
"Despido" Pymes y autónomos |
* Sofía Soler ""Ya nadie quiere ser camarero": la falta de personal en hostelería agita el debate por sus condiciones laborales" RTVE.es 2/07/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230702/hosteleria-falta-camareros-condiciones-laborales/2450190.shtml
* Lucía Vera Hervás "¿Cómo son las pymes en España?" 5días / Territorio Pyme 27/05/2022 https://cincodias.elpais.com/cincodias/2022/06/24/pyme/1656070303_778210.html
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