Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La
cuestión sobre el pasado de los políticos es relevante. En un mundo en donde se
llega a la cima a golpe de promoción, de llamar la atención, es fácil que algo
que usas en un momento dado, se vuelva contra ti cuando sale pasado cierto
tiempo a la luz. Las redes sociales han facilitado este tipo de situaciones al
no tener que recorrer las hemerotecas y los archivos de los medios para obtener
la información.
En Euronews se nos cuenta el caso de Riika Purra, ministra finlandesa, cuyo pasado racista se vuelve contra ella:
Riikka Purra says "I've made
mistakes" as the government was forced to issue a statement affirming
strong support for human rights and equality in the Nordic nation.
The leader of Finland's far-right Finns Party, finance minister Riikka
Purra, has apologised for "stupid social media comments" she
made, saying she is "not a perfect person."
"I've made mistakes", Purra, who leads one of the parties in
Finland's right-wing coalition government, wrote on Twitter.
This week comments she posted on a far-right forum 15 years ago
re-emerged after Finnish media matched up entries made by someone using the
nickname "riikka" and Riikka Purra.
They included racist rants about Turkish and Somali immigrants; violent
posts about shooting people on a commuter train if she had a gun; and the use
of the n-word in a post about wanting to spit on beggars and beat up children
with an African background in Helsinki.
At first Purra neither confirmed nor denied she made the comments, which were written in her 30s when she had an academic career as a university researcher, but before she was active in politics. She later admitted that she wrote the posts. *
Quince años no son muchos, pero depende de la
vara de medir que le apliquemos. ¿Ha llegado Riika Purra a la distancia
suficiente como para considerarse "estúpida", tal como ella evalúa
sus comentarios? Arrepentirse de lo que ahora te perjudica es un tipo de
actitud que hace dudar. ¿Deberían los políticos presentarse como hacen en
Alcohólicos Anónimos, "Hola, Mi nombre es Riikka y soy racista", durante
el resto de su vida? ¿Se deja de ser racista cuando se ha llegado a ese grado
de intensidad y se es "líder de un partido de ultraderecha" (far-right leader)? La persona que llega
a ese grado de violencia verbal, ¿deja de ser "racista" en algún
momento?
La
expresión "violencia verbal" es engañosa y puede ser satisfactoria
para que el delito sea considerado de otra manera. Evidentemente hay grandes
diferencias entre quemar a una persona y decir que deberían quemarla. Pero lo
que tiene lógica jurídica, ¿la tiene también en política? ¿Prescriben el odio y
sus manifestaciones?
Podemos
mirarlo desde la perspectiva de la persona, de cómo evoluciona, de que viaje
interior realiza. ¿Es capaz de desviar ese flujo de su vida o solo las aguas se
vuelven subterráneas a la espera de un momento adecuado para aflorar de nuevo,
por decirlo metafóricamente?
Hay
otra perspectiva, la de su uso político estratégico. Consiste en decir lo que
los demás esperan de ti. El político dice lo necesario para conseguir sus
votos. Hoy toca ser agresivo, mañana moderado. Lo vemos todos los días. Unos se
plantean el radicalismo para conseguir los votos, mientras que otros juegan la
baza de la moderación. Forma parte del juego político, dirán algunos en su
defensa. Pero eso supone que el ciudadano deja de saber cuándo se encuentra
ante un actor o, por contra, ante
alguien que le dice lo que realmente piensa, que tiene un cierto compromiso con
lo que dice.
Hay un
sentido estratégico de la política que es pragmático y se adecúa al momento y a
la posición. Su objetivo es conseguir el poder. Si para ello tiene que ocultar
sus propios planes, poner su agenda en la sombra, a la espera de alcanzar el
momento adecuado para imponerla.
Si se llega a alcanzar el poder, se puede seguir jugando con las palabras. Es parte de una política en permanente acción comunicativa el empleo de todo tipo de jergas y retórica para evitar la expresión directa. Pero, en el caso finlandés, lo que sale a la luz es la "imprudencia" de Riikka Purra, un "pecado retórico" de juventud; es la expresión brutal, agresiva de lo que piensa: matar, golpear, disparar...
Creo
que hay muchas personas muy valiosas que podrían cumplir sus mismas funciones
ministeriales sin ese pasado bocazas, sin esas ideas violentas y perversas que
requieren algo más que disculpas.
Sí, los políticos tienen pasado. Quizá "más pasado" que los demás, valga la paradoja. Tener pasado es ir cargado con lo que has hecho, que a quienes le pidas el voto sepan cómo piensas realmente y cuáles han sido tus actos relacionados con ellas. Eso permite también que los electores se retraten si, por ejemplo, votan a terroristas para que dirijan sus ciudades, comunidades, parlamentos. O que sean personas condenadas por violencia machista. Si saben lo que votan hacen suyo los pasados de sus políticos.
Hay que tener cuidado cuando se pacta con otros porque cuando menos te lo esperas sale a la luz un pasado poco edificante. Entonces te ves comprometido y vulnerable, responsable de haber llevado al poder a gente con más pasado del esperado que has hecho tuyo al aceptarlo.
El descubrimiento del pasado oculto siempre deja un sombra de duda de por qué una persona con esos deseos-ideas es elegida y pasa a dirigir los destinos de un país. Puede que haya profesiones en las que el pasado sea menos relevante, pero en política lo es casi todo. Es la confianza y es la representación, algo esencial en una democracia. El pasado político importa.
* David Mac Dougall "Finland's far-right leader Riikka Purra 'sorry' for her
racist, violent writings" Euronews 12/07/2023 https://www.euronews.com/2023/07/12/finlands-far-right-leader-riikka-purra-sorry-for-her-racist-violent-writings
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